Daniel Santoro
Clarín, 25-6-16
Cuando Báez puso a sus cuatro hijos en el 2011 como
dueños (beneficiarios finales, en el lenguaje técnico) de la fundación fantasma
panameña Kinsky seguramente no ponderó el grave error que cometia al dejarlos
como los responsables judiciales de este instrumento del manejo del dinero
negro K. El informe que entregó el presidente y vicepresidente de la Unidad de
Información Financiera (UIF) Mariano Federici y María Eugenia Talarico,
respecticamente, golpea en ese hecho y deja a los hijos del socio de Cristina
Kirchner, cerca del procesamiento y una eventual prisión preventiva, sobre todo
a Martín, que ya tiene dos procesamientos y aparece como dueño de otras
empresas offshore de esta teleraña de la plata negra del kirchenrismo que
comienza a develarse. El hecho más revelante es que los hijos aparecen dándole
órdenes a Helvetic Services Group, lo que reabre el debate sobre quién es el
verdadero dueño de esa empresa fiduciaria suiza. Quizás ahora el dueño del 33%
de las acciones de Helvetic y prófugo de la justicia argentina, Néstor Ramos,
deje de tomar sol y andar en bicicleta por el cantón suizo de Ticino.
Llama la atención el nombre de la fundación trucha:
Kinsky igual que Klaus Kinsky el genial actor alemán de la película “Aguirre,
la ira de Dios”. Se trata de la misma fundación que la diputada Graciela Ocaña
había entregado a Casanello en un informe no oficial de Suiza y sin el nombre
de Kinsky al igual que los nombres de los Báez que estaban reemplazados por
iniciales. El año pasado, luego de la protección política y judicial del
gobierno de Cristina Kirchner, la justicia suiza había desbloqueado esa cuenta
y devuelto 22 millones de dólares a Báez. Pero no importa. Ahora la clave es
conseguir los extractos bancarios de la cuenta de la fundación Kinsky en el
banco Safra de Ginebra. De allí se ampliaría a otras personajes clave esta red
de plata negra.
Por ejemplo, una de las offshore nombradas por la UIF
se llama Wodson International -fue usada para la repatriación de 33 millones de
dólares- y fue nombrada ante la Inspección General de Justicia (IGJ), por
Helvetic como su mayor activo, con 14,4 millones de dólares.
La UIF dice que el origen de los datos es “información
de inteligencia” aunque los datos solo pueden provenir de Suiza, país con el
cual Casanello y Marijuan reiniciaron el mes pasado un proceso de cooperación
judicial que ahora continuará con el envío de exhortos judiciales a través de
la cancillerías. El informe habla de un total de 25 millones de dólares pero en
la repatriación y blanqueo de 2012 -por el cual ya está procesado Báez- se
trajeron 33 millones para depositar, ya en blanco, en la cuenta del fideicomiso
que Leonardo Fariña creó en el banco Nacion para Austral. Falta, entonces,
averiguar de dónde vinieron los 8 millones faltantes. El fiscal Marijuán
sospecha desde que el Banco Nación se sacó plata para comprar las estancias y
otros inmuebles, como etapa final del proceso de blanqueo.
Otro eje del informe es que todos los movimientos son
de fines del 2011, cuando ya le habían comprado mediante presiones La Rosadita
a Federico Elaskar y había tomado el control, Pérez Gadín, quien queda mucho
más expuesto como “cerebro” de esta fase de la ruta del dinero K. Según fuentes
judicales, la cuenta de la offshore Tyndall sería en la cual los Báez les
pagaban sus servicios a Pérez Gadín y Chueco. Otra dato confirmado nuevo es el
rol del estudio jurídico-contable del presidente de Peñarol de Montevideo,
Pedro Damiani, quien amenazó a Clarín con hacerle un juicio por las
investigaciones que revelaron su rol en el 2013. Además, aparece un desconocido
socio: Juan Ramón Hernández Menthol. Damiani era el principal cliente del
estudio Mossack Fonseca, metido en el escándalo Panama Papers.
Por el informe de la UIF se descubrieron en total
cinco cuentas bancarias en Suiza y Liechtenstein. Suiza está siendo un
instrumento clave en la búsqueda de cuentas de funcionarios brasileños por el
caso de Petrobras y podría también cumplir este rol en la ruta del dinero K. Y
tiene información de otras cuentas. Si se respetan las reglas de
confidencialidad de la cooperación también llegarán más datos.
La UIF pidió a Casanello enviar tambíen un exhorto a
Liechtenstein. Ese pequeño país había bloqueado en el 2006 una cuenta de
Austral con 10 millones de dólares, que había preocupado a Néstor Kirchner. Una
empresa recién creada en el 2003 había girado ese plata y una jueza bloqueó ese
dinero. Luego de un acuerdo con “inversores británicos”, se desbloqueó la
cuenta. La réplica local era una causa que tenía el juez federal Julián
Ercolini, quien archivó el caso. Cuando la Cámara Federal ordene, la semana que
viene, a Casanello ir “por arriba” de Báez, tendrá que investigar otros hechos
de lavados anteriores a la muerte de Kirchner en octubre del 2010 como éste si
quiere tener éxito. Y llamar indagatoriar al financista y ex dueño Invernest,
Ernesto Clarens. Entonces, sí la pirámide de los jefes no terminará en Báez.