Guillermo
Cherashny
Informador Público, 21-7-16
Ayer, en Nueva York, en una reunión del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas, los 15 miembros -entre ellos los 5 que tienen
derecho a veto- expresaron sus primeras preferencias sobre quién será el
sucesor de Ban Kee Mon y la canciller Susana Malcorra -un invento de Ernesto
Sanz y de Fulvio Pompeo, asesor de relaciones exteriores del presidente- tuvo
su primer tropiezo al figurar en el 7° lugar entre los más de 12 postulantes,
quedando en primer lugar el ex presidente portugués António Guterres, dejando
en segundo lugar a Danilo Turk, ex presidente eslovenio, con 12 y 11 votos
respectivamente, y tercera, Irina Burkova, ex canciller búlgara.
La abundancia de candidatos y candidatas de Europa del
Este se debe a que es la una región del mundo que no tuvo un secretario general
de la ONU. De ahí que sea bastante probable que el candidato/a salga de esa
zona. Pero el ex presidente portugués António Guterres fue alto comisionado de
refugiados, que se conoce con el nombre de Acnur Suge como la única alternativa
a Europa del Este.
El gobierno se jugaba fuerte a la candidatura de
Malcorra, o más bien, la canciller ilusionó a todo el oficialismo como un
candidata con muchas chances e hizo que el presidente Macri cambiara su postura
de aplicar la carta democrática en Venezuela propiciando un diálogo entre
Maduro y la oposición que domina la Asamblea, en un cambio insólito que en el
PRO llaman realpolitik, sobre la ideologización de las relaciones exteriores.
Si bien no se sabe cuántos votos obtuvo Malcorra,
fuentes seguras señalan que ni Venezuela la votó como candidata. Los continuos
viajes de Malcorra por el mundo sin importarle la cancillería y la política
exterior complicaron a Macri en otro problema, porque el presidente pidió el
voto a Putin, a China y a los países europeos en su ultima gira y, como se vio,
no sirvió de mucho.