La Derecha
Alternativa estadounidense que llena de pánico al Sistema
El Manifiesto, 29 de noviembre de 2016
Nacionalistas, enemigos de la globalización y
defensores de una Norteamérica blanca, gentes cuya influencia cada vez mayor en
las redes sociales ha posibilitado la victoria de Donald Trump (a quien ven
como su líder) en las elecciones del 8 de noviembre: tal es la llamada “Derecha
Alternativa” o Alt-Right, una amalgama de activistas y militantes
ultraconservadores y ultrarrompedores que, sin embargo, no se sienten
representados por el Partido Republicano y que dieron rienda suelta a su
creatividad en Internet, ensalzando sus valores y realizando campañas digitales
a favor del magnate desde que se convirtió en su candidato. Hoy celebran su
triunfo.
“Se trata de una ideología occidental que cree en la
ciencia, la historia, la realidad y el derecho de una nación étnica a existir y
gobernarse en su propio interés”, definió Vox Day, seudónimo de uno de los
bloggers más influyentes de este movimiento variopinto que se ha cocido en los
Estados Unidos al fuego de la crisis económica y la decepción política de los
últimos años. El autor de Vox Popoli recomendó la lectura de los 16 puntos que
sintetizó como base de una filosofía de los Alt-Right, entre los que destacan
la superación del conservadurismo tradicional, la defensa de “los tres pilares
de la civilización occidental” (el cristianismo, las naciones europeas y el
legado grecorromano), el nacionalismo, la oposición a la globalización y al
igualitarismo, la defensa de la política identitaria y el proteccionismo, entre
otros puntos.
”Es un amplio movimiento disidente contra las ortodoxias
igualitarias que nos exigen creer que los sexos son equivalentes, que la raza
carece de significación, que todas las culturas y las religiones son igualmente
valiosas y que cualquier orientación o identificación erótica es saludable”,
definió, por su parte, Jared Taylor, otro referente de los Alt-Right.
Según el autor de White Identity [Identidad blanca],
los grupos e individuos que la integran tienen, a través de sus diferencias,
algo en común: "Todos estamos unidos en el rechazo de la idea de que la
raza es sólo una ‘construcción social’ ”. Para él, sostén también del blog
American Renaissance, la expresión Alt-Right no está mal, pero prefiere los
términos “realista racial” y “defensor de la raza blanca”. En general se trata
de un movimiento de gente joven. Los expertos que siguen los grupos
anti-sistema creen que la Alt-Right es sólo “el viejo nacionalismo blanco con
nueva marca”, como escribió Luke O'Brien en The Huffington Post. “Pero es más
que eso.
Es un movimiento de base que se fusionó a través de Internet, a partir
de foros de chat y de mensajes como 4chan, 8chan y Reddit”. Allí convirtieron a
Pepe the Frog (un personaje de Matt Furie) en su emblema. Como el hijo de
familia que en la crisis de adolescencia se vuelve skinhead, estos nativos
digitales crecieron en una sociedad que les garantizó la libertad de expresión
más que el bienestar económico. Muchos se encontraron alrededor de la campaña
sexista y antiprogre #GamerGate en Twitter.
Los mayores sumaron a todo ello un poco de
conservadurismo y de teorías libertarias. Según Vox Day, “en todos los países
la inmigración se debería mantener por debajo del 2% de la población total”. Su
perspectiva –argumentó– tiene una base histórica: “Diversidad + proximidad =
guerra. La diversidad racial debilita y empobrece a los países. La gente quiere
vivir en sus propias naciones, rodeada de su propia gente; por eso los
escoceses se quieren separar de Gran Bretaña y los catalanes, de España”.
Trump cree que los Estados Unidos tienen una
población, una historia y una herencia propias “Yo iría más allá y diría que
ser blanco es parte importante de la identidad nacional. Hillary Clinton cree
que la identidad de un estadounidense es una ‘invención intelectual’. Parece
pensar que el papel del país es darle la bienvenida a la gente infeliz del
mundo y difundir en todos los países la democracia, el feminismo y el
matrimonio entre homosexuales. Yo y millones de estadounidenses queremos poner
por delante los intereses nacionales”. Para Taylor, “las personas de todas las
razas –incluidos los blancos– tienen derecho a territorios en los que sean las
mayorías indiscutidas y en los que puedan buscar su identidad singular”. Eso
implica una palabra: “Fronteras”.
Otras figuras prominentes de los Alt-Right
también se atribuyeron el triunfo de Donald Trump. Aunque el conservador Paul
Gottfried había empleado con anterioridad la denominación Alt-Right, se
considera que Richard Spencer, fundador de la web Alternative Right –cerrada en
2013– dio nombre al movimiento. Hoy es presidente de Instituto de Política
Nacional, una organización nacionalista defensora de la raza blanca. Tuiteó:
“La Alt-Right ha sido declarada ganadora. La Alt-Right está más conectada con
el populismo trumpiano que el movimiento conservador. Ahora somos el nuevo
establishment”. Mike Cernovich, autor de MAGA Mindset, cuyo acrónimo es el
eslogan de campaña de Trump, Make America Great Again [Por una Norteamérica de
nuevo grande], declaró a Andrew Marantz, periodista del semanario The New
Yorker: “Esta elección fue un combate entre la cultura de la corrección
política y la cultura de la libre expresión”.
Vox publicó el libro de Cernovich en el sello
editorial que también publicó los suyos: SJW Always Lie [Los guerreros de la
justicia social siempre mienten] y Cuckservative: How Conservatives Betrayed
America [Cornudoservadores: cómo los conservadores traicionaron a Estados
Unidos]. También llamó a votar poor Trump Alex Jones, el creador de la web
Infowars.com –que en la campaña triplicó su tráfico y llegó a más de 12
millones de visitantes únicos– y presentador de un show radiofónico a escala
nacional.
No se siente cómodo con la expresión Alt-Right: “Sólo somos
patriotas”, declaró. Es un partidario de teorías conspirativas como que el
gobierno participó en los atentados de Oklahoma y el World Trade Center. Milo
Yiannopoulos, el periodista británico, autor de gran popularidad en Breitbart
News, fue vetado permanentemente en Twitter el pasado mes de julio. Se
considera a sí mismo “un fundamentalista de la libertad de expresión” y un
crítico contracultural del feminismo, la corrección política, el Islam y todo
lo que huela a la justicia social.
Cuando el presidente electo de Estados Unidos anunció
a Steve Bannon, dueño de Breitbart News, como principal estratega y asesor de
la Casa Blanca, se reflotó el tema. Bannon declaró en 2016 que este periódico
digital era la plataforma Alt-Right. Desde que dejó su dirección para diriigr
la campaña de Trump, Bannon fue señalado como el vínculo entre ese movimiento y
el próximo mandatario. “Bannon está ahí en nombre de Alt-Right, es brillante y
ayudará a Trump a convertirse en un presidente inesperadamente efectivo”, opino
al respecto Vox, quien espera que un gobierno unificado arrollará al Congreso,
el cual está en manos de republicanos tradicionales: “El presidente Trump los
va a arrollar. La Alt-Right gana rápidamente popularidad, y las tendencias
favorecen con fuerza nuestro crecimiento continuo.
Todo el mundo, sean
conservadores o liberales, detestan a Ryan y McConnell, ya que tratarán de
obstaculizar su programa”, indicó. “Creemos que el presidente electo apoyará
nuestras políticas, porque son tendencias globales que van a conducir
inevitablemente al enfoque de sentido común que gravita hacia el modelo de la
Alt-Right. Italia votará "No" [en el referéndum de comienzos de
diciembre], Austria elegirá a un nacionalista como presidente de la República,
el Frente Nacional llegará al poder en Francia y Angela Merkel perderá el poder
el año próximo. La gente odia la globalización en todo Occidente”, puntualizó.
Con Donald Trump en la Casa Blanca, la Alt-Right llegó para quedarse.