catolicos-on-line, julio 2017
La periodista Ingrid Carlqvist considera que en Suecia
se ha producido un «fuerte incremento de la criminalidad más violenta» debido
al aumento de inmigración musulmana. A su juicio, «ya no hay solución pacífica
a esta situación» por lo que Carlqvist augura que habrá una guerra en Suecia.
Suecia ha dejado de ser el «paraíso terrenal» europeo
con el que las naciones del Viejo Continente soñaban hace tan sólo unas
décadas. Una de las razones por las que el jardín del edén puede convertirse en
el bosque de las brujas es la influencia de la inmigración de raíz musulmana,
cada vez más creciente.
El Gobierno sueco hace lo posible porque no
trasciendan algunas de las consecuencias más duras de este cambio, pero hay
personas que, contra la corriente dominante, advierten de los riesgos de no
afrontar la realidad.
Así lo hace la periodista Ingrid Carlqvist en una
entrevista publicada por La Tribuna del País Vasco, en la que sin pelos en la
lengua advierte del riesgo de una nueva guerra con el Islam en territorio sueco
y, tal vez, en toda Europa.
La analista de FOX News, nacida en 1960 en una
localidad cercana a Estocolmo, considera que las instituciones «han permitido la
inmigración musulmana masiva» en la idea de que «si la población no es
homogénea, nunca podremos luchar».
No en vano, explica, Suecia ha pasado de ser uno de
los países con una población más homogénea a tener un 37% de población de
origen extranjero.
En paralelo a este cambio en la composición social del
país escandinavo, Carlqvist denuncia que se ha producido «un fuerte incremento
de la criminalidad más violenta, como asesinatos, violaciones o guerras de
pandillas».
Una situación que ha modificado el comportamiento de
los suecos, según describe: «Las mujeres salen a la calle con sus esprays de
pimienta en el bolso y sé que muchos hombres han comenzado a realizar prácticas
de tiro».
Por otro lado, quien está dispuesto a criticar o si
quiera describir los problemas que genera la inmigración sin control, es
señalado como islamófobo:
«En Suecia se han levantado muchas mezquitas desde las
que se predica el odio contra nuestros valores», recuerda, «pero si dices algo
eres un islamófobo, puedes ser procesado y te arriesgas a ir a prisión durante
varios meses».
«Primero nos llaman racistas; luego tratan de
silenciarnos», subraya.
La periodista y escritora no es nada optimista. A su
juicio, la solución, ante el inmovilismo de las autoridades atrapadas en no «admitir
que han hecho algo mal», vendrá de mala manera porque teme «que ya no hay
solución pacífica a esta situación».
«Será una declaración de guerra, pero estoy segura de
que la vamos a ganar», augura, al tiempo que denuncia la confluencia de
intereses entre el comunismo y el islam radical: «La izquierda y los
movimientos musulmanes odian, por diferentes razones, a nuestra civilización
occidental».
Esa misma denuncia la realiza sobre la actitud del
movimiento feminista que «nunca dicen nada sobre los musulmanes violando a
mujeres suecas, pero constantemente denuncian a los hombres suecos “que gopean
a sus esposas”. Cuelan el mosquito pero se tragan el camello».