Los argumentos del articulista, que se opone a la legalización, son similares a los alegados en este blog.
AGUSTÍN CASO
Sdpnoticias.com,
30 jul 2017
El Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución
Democrática (PRD) presentó en noviembre del 2012 una iniciativa para legalizar
y controlar la producción de marihuana. La propuesta que fue presentada ante el
pleno de la Cámara fue liderada por el entonces Diputado Plurinominal, Fernando
Belaunzarán.
Los legisladores perredistas, para la elaboración de
su propuesta, partieron del diagnóstico
de que en México ha crecido considerablemente el crimen organizado, sobre todo
de las bandas dedicadas a la producción, tráfico, venta y consumo ilegal de
sustancias prohibidas, lo que ha provocado violencia, miles de muertos,
adicciones y penetración de la delincuencia en todos los niveles de las
estructuras gubernamentales.
Lo que plantea la iniciativa de los “legisladores de
izquierda” es que no tiene ningún sentido mantener la prohibición en la
producción y distribución de marihuana, cuando ya en varios estados de la Unión
Americana el producto está legalizado y regulado, y que la llamada “guerra
contra el narcotráfico” emprendida por la administración de Felipe Calderón
había sido un fracaso que solamente provocó la muerte de más de 60 mil
personas, pero no era efectivo para frenar la producción y distribución de la
droga.
La iniciativa que encabeza Fernando Belauzarán para
legalizar la marihuana no es nada novedosa, ni de izquierda, ya que el pionero
de la liberalización del mercado de las drogas fue el mismísimo Milton
Friedman, premio Nobel de Economía, quizá el máximo referente de la escuela
neoliberal de Chicago.
Para el economista estadounidense, la prohibición sólo
había logrado subir los precios de las drogas, incrementando el dinero
necesario para consumirlas por parte de las personas que lo deseaban, con el
consecuente aumento en la delincuencia para procurar esos fondos y la
generación de un oligopolio de los cárteles de narcotraficantes, por lo que era
necesario liberar el mercado de esas sustancias, con lo que el precio de las
drogas caería drásticamente y su comercialización dejaría de ser un negocio
para las mafias, reduciéndose fuertemente el delito.
Holanda sigue desde 1976 tiene una política
“pragmática” sobre la droga. Por una parte, se permite la venta de pequeñas
cantidades de drogas blandas (marihuana o hachís) bajo circunstancias
estrictas, y por otra, sigue sin disminuir la lucha contra las drogas duras
(cocaína, heroína, crack, etc.). La justificación oficial de esta actitud pasa
por el deseo de conseguir que los consumidores de drogas blandas no ingresen en
el circuito criminal, y lo hagan en lugares especialmente destinados a tal fin,
los famosos “coffeeshops”, en donde se tolera la venta de cinco gramos de
hachís o marihuana. El comercio de drogas duras está totalmente prohibido,
también en esos sitios.
La legislación holandesa con respecto a las drogas ha
sufrido modificaciones a partir del 2013, volviéndose más restrictiva el
consumo y la comercialización de esas sustancias. Ahora, los coffee shops del país europeo
permitirán el acceso a personas registradas, con lo que se intenta limitar en parte el llamado "turismo de
drogas" que se había desarrollado en torno a dichos establecimientos.
A pesar de los beneficios económicos generados por el
aumento del turismo registrado en los últimos años, el Gobierno holandés ha
tomado la decisión de controlar esta afluencia de visitantes por considerar que
favorecen el crimen organizado y el tráfico de drogas.
Además fue ordenado el cierre de los establecimientos
que se encontraban ubicados en los alrededores de centros educativos.
A diferencia de los motivos argüidos en la iniciativa
del PRD con relación a la "lucha contra el narcotráfico", en Holanda
los argumentos estuvieron orientados por un principio de
"pragmatismo".
Uruguay desde 2014 aprobó el proyecto que permite la
compra, venta y consumo de marihuana y le da al Estado la capacidad de
controlar el circuito de la producción y distribución de esta droga.
El ex presidente Vicente Fox ha afirmado que es
urgente para el país la despenalización del consumo de la marihuana con fines
recreativos, porque ayudará a reducir la violencia y mermará el poder económico
del crimen organizado., es por eso que ha simpatizado con la iniciativa de
Fernando Belaunzarán.
Para el guanajuatense: “La mariguana con un control
adecuado y reglamentación puede ser perfectamente una industria legal
operativa, que le quitará millones, millones y millones de dólares a los
criminales. Aquí el gran perdedor son los criminales: ese dinero ahora va a ser
de empresarios, industriales y del gobierno y no de El Chapo Guzmán, porque la
tasa de impuestos es alta, el gobierno recibe mucho dinero para invertir en
prevención, en información y en educación. Hecho así, la cosa resulta positiva
para todo mundo, menos para los criminales”.
En abril de este año la Cámara de Diputados aprobó el
uso de la marihuana con fines medicinales y terapéuticos, con lo que se dio un
paso para una posible liberalización de esta sustancia.
La iniciativa de los legisladores del PRD para liberar
la mota, no servirá para frenar la violencia, ya que el crimen organizado
produce y distribuye ilegalmente otros tipos
de drogas diferentes a la marihuana, además las bandas delictivas no solo se
dedican al tráfico de drogas en su portafolio hay otro tipo de delitos de alto
impacto que les genera millones de dólares.
El modelo económico neoliberal que hay actualmente en México favorece la
actividad delincuencial del país, en un magnífico texto de Salvador Medina
publicado en la Revista Nexos, en enero del 2015 y que lleva por título
“Neoliberalismo mexicano: ambiente perfecto para el narco” en donde
textualmente el autor apunta lo siguiente:
“El problema del narco y sus actividades criminales
asociadas, que generan un severo problema de violencia e inseguridad, se
encuentran íntimamente ligados al modelo económico y político de México. No es
un fenómeno contingente, como tampoco tan sólo es un problema de políticas de
seguridad o de salud (que sería un enfoque reduccionista), sino es
principalmente uno de orden económico y pro sistémico. En otras palabras, su
florecimiento en los últimos años se ha nutrido de la lógica del modelo
económico y contribuye en parte a su continuidad.”
La propuesta perredista no plantea de ningún modo el
cambio de modelo económico y el principal promotor de su iniciativa Fernando
Belauzarán, tiene conocimientos muy limitados en cuestiones de salud pública y
los efectos nocivos de la marihuana, tampoco tiene mucha idea de las
consecuencias económicos y sociales que tendría la liberalización de la
cannabis.
El punto de vista del exdiputado, es desde su
perspectiva como consumidor lúdico de la droga y de la experiencia de comprar
el producto en el mercado negro, pero eso no te hace experto, solo un
adicto.
La liberación de los casinos en México no frenó el
lavado de dinero, ni de que el crimen organizado esté presente en esa actividad
y lo que sí ha hecho es concentrar el mercado, actualmente el grupo español
CODERE, tiene el monopolio de esta actividad económica, lo mismo pasaría con la
liberalización de la marihuana.