“nuestra época -decía el Padre Hurtado- necesita
afirmar fuertemente la responsabilidad de cada hombre en los intereses comunes.
Entre los deberes de justicia, el cumplimiento de los deberes cívicos es una
obligación grave de todo ciudadano. La política mira al bien común, está
destinada a crear las instituciones de justicia social que traen el bien
general”.
También, el Padre Hurtado delineaba el perfil que
tienen que tener aquellos que se dedican a las tareas políticas, y decía:
“ha de ser una persona de estudio, ´consagrado´ a su
cargo, lo que tenemos tanto más derecho de pedir y aún de exigir cuanto ahora
todos los políticos están altamente, por lo menos suficientemente, remunerados.
Y si por sus preocupaciones personales, por sus negocios, no tienen tiempo de
´estudiar´, de ´consagrarse a la Patria´, que no entren a la política, pues una
actuación descuidada significa traicionar a la Patria en momentos muy graves”.
Y para terminar, este perfil de lo que debe ser un
político, el Padre Hurtado decía: “la política tiene una función social y,
precisamente porque los políticos están más altamente colocados, porque tienen
una labor directiva, de ellos ha de venir al país un ejemplo de moralidad
privada y pública, de honradez, de sobriedad de vida, de trabajo, de
consagración al bienestar nacional”.