Se negó a practicar un aborto a una embarazada de 5
meses, salvó al niño y a la madre, pero hoy está procesado
Por Claudia Peiró
Infobae, 27 de agosto de 2018
La paciente, una joven de 19 años, llegó a la guardia
del hospital Pedro Moguillansky de Cipoletti, Río Negro, con fuertes dolores.
Había ingerido una droga abortiva proporcionada por una organización no médica.
Leandro Rodríguez Lastra (MPRN 6818), el tocoginecólogo que la atendió,
corroboró que tenía 22 semanas y media de gestación y que el bebé pesaba más de
500 gramos.
Como explica Rodríguez Lastra en esta entrevista con
Infobae, él se negó a practicar el aborto en esas condiciones porque había
riesgo para la madre y porque el feto era "viable" pero quedaría con
secuelas graves.
Hizo lo necesario para salvar a la madre y al niño en
gestación, pero fue denunciado y procesado por "violencia obstétrica"
e "incumplimiento de deberes de funcionario público". Si la justicia
no lo sobresee en función de las pruebas que está presentando su abogado, irá a
juicio oral.
Una verdadera pesadilla para este médico de 41 años,
egresado de la UBA, jefe del servicio de Ginecología del hospital, que no
entiende por qué la justicia "en vez de perseguir a los violadores"
de la mujer, lo persigue a él, por cumplir con su deber.
Tampoco se investiga a quienes, sin conocimientos
médicos, le suministraron a la joven madre, una droga abortiva. La denuncia
contra el médico no la formuló la paciente, sino una diputada, autora de la ley
por la cual Río Negro adhiere al Protocolo de Aborto No Punible, que admite la
interrupción del embarazo en casos de violación y de riesgo de salud para la
madre.
Este caso
confirma que la intención de los promotores de la legalización del aborto es
que el mismo pueda practicarse sin límite en el tiempo de gestación
Cuando se debatió en el Congreso de la Nación el
proyecto de aborto legal, seguro y gratuito, sus promotores negaron
enfáticamente que la ley habilitara el aborto hasta el último día de gestación
en los casos de violación y de un poco preciso "riesgo de salud" para
la madre, que dejaba la puerta abierta a un sinnúmero de causales.
Pues bien, el procesamiento de Rodríguez Lastra
demuestra que esa es la intención y la interpretación que ya se hace del
Protocolo de aborto no punible y la que se iba a hacer de la ley, si ésta era
aprobada. Por ejemplo, Ruth Zurbriggen, referente de la organización feminista
rionegrina La Revuelta, que ha tomado el caso como emblema y desea una condena
"para que esto no se vuelva a repetir", afirmó que "el protocolo
no pone plazos y el límite de la gestación es solo una excusa (sic)".
En reacción a lo sucedido, los ginecólogos y obstetras
del hospital de Cipoletti se han anotado en el registro de objetores de
conciencia para evitar que sus decisiones basadas en criterios médicos sean
cuestionadas judicialmente.
Oriundo de Lomas de Zamora, antes de mudarse a
Cipoletti, Rodríguez Lastra trabajó en el hospital de Adrogué. Está instalado
en Río Negro desde julio de 2016.
En esta charla con Infobae, relata lo sucedido y dice
que volvió a hablar de su caso porque cuando vio el contenido del proyecto de
ley que se debatía en el Congreso quiso advertir a sus colegas del tipo de
dilema al que podrían verse confrontados. "Más allá de la semana 20 ya ni
siquiera se puede hablar de aborto. Para interrumpir un embarazo tan avanzado
hay que matar al bebé en el útero antes de sacarlo".
(Gentileza: La Mañana de Cipoletti)
(Gentileza: La Mañana de Cipoletti)
Cualquier experto, dice, sabe que hay dos formas de
"interrumpir un embarazo": aborto o parto. Aborto, espontáneo o
provocado, es expulsar células, es decir, el embrión, antes de la semana 20, 22
de gestación. Después de ese plazo, interrumpir un embarazo es expulsar a un
bebé que nace vivo y que es derivado a los neonatólogos. Un bebé prematuro
extremo tiene alto riesgo de sufrir secuelas graves: ceguera, sordera,
etcétera.
"Yo me negué a interrumpir un embarazo de 22
semanas pero lo interrumpí a las 35 y así nació un niño que está sano y fue
dado en adopción".
— Si tenía tomada la decisión de abortar, ¿por qué
esta paciente esperó tanto?
— La paciente había sido evaluada en el Hospital
General Fernández Oro, según consta en la historia clínica, si mal no recuerdo
en diciembre de 2016 y en enero 2017. Evidentemente nunca sospecharon el
embarazo. Vuelve en febrero, recién ahí le piden un test. Desconozco la razón
por la cual le da negativo. Cuando lo repiten a mediados de marzo, da positivo
y le dan turno recién para fines de ese mes, 27, 28. Ahí ya tenía un embarazo
avanzado.
— Entonces en abril ella se presenta en el hospital de
Cipoletti.
— En abril ella va al Hospital Fernández Oro porque
tenía contracciones uterinas producto supuestamente de una medicación que
alguien le había dado y de allí la derivan al Hospital de Cipoletti, a mi
guardia.
— ¿Esa medicación no se la dio un médico?
— No, no.
— ¿Cuántas semanas de embarazo tenía en ese momento?
— 22 semanas.
— ¿Eso equivale a cinco meses?
— Sí, cinco meses.
El concepto de
aborto, tal como lo define la Organización Mundial de la Salud, implica menos
de 20 semanas o bien un feto menor de 500 gramos
— ¿El protocolo no establece un plazo máximo?
— No, no establece un plazo máximo. Sin embargo el concepto
de aborto, tal como lo define la Organización Mundial de la Salud, implica
menos de 20 semanas o bien un feto menor de 500 gramos. Por otro lado,
independientemente de que el protocolo no marca una edad gestacional límite,
marca otras pautas. Es decir, consentimiento informado, declaración jurada, una
asistencia interdisciplinaria de la paciente y por supuesto que el
procedimiento se efectúe en un ámbito médico, y nada de esto había pasado.
— ¿El protocolo no pide una denuncia policial de la
violación sino simplemente una declaración jurada?
— No, por ley, la denuncia policial no se pide.
— Ahora, un feto con ese nivel de desarrollo, ¿es
viable fuera del útero?
— Puede llegar a ser viable. Y esa es la gran objeción
y eso es lo que en definitiva me llevó a mí a tomar medidas conservadoras.
Imagínese que estamos en una guardia, donde tengo que atender una emergencia y
tomar la mejor decisión posible. Para mí en ese momento la mejor decisión posible
fue salvar la vida. Después, si hay alguna objeción, se establecen los tiempos
y, sobre todo el contexto clínico para no poner en riesgo a la paciente.
Imagínese que un aborto, y en este caso ni siquiera era un aborto, de un
embarazo tan avanzado, puede poner en peligro serio a la paciente, sobre todo
por hemorragias.
— Claro. ¿Un aborto a esa altura de la gestación ya no
es un aborto?
— Exacto.
— ¿Es muy riesgoso para la mujer?
— Lo es, y eso fue lo que quise evitar. Evidentemente
la Fiscalía de Cipoletti considera que esa actitud se enmarca en violencia
obstétrica…
— ¿Quién lo denunció a usted? ¿La Fiscalía, la familia
de la joven?
— No, no, realizó la denuncia la diputada provincial
Marta Milesi y la Fiscalía actuó a partir de esa denuncia.
— ¿Y la carátula es esa, es violencia obstétrica?
— La carátula es incumplimiento de los deberes de
funcionario público. Por lo que estuve leyendo, es un delito culposo. Se me
está imputando que yo no cumplí la ley ex profeso. Es una ley promovida por
esta misma diputada. Es la ley 4796 de Río Negro, que no hace más que dejar
asentado que la provincia adhiere al protocolo de Nación para la interrupción
legal del embarazo. El protocolo de Nación establece que el profesional tiene
10 días para interrumpir un embarazo a los fines de establecer un tiempo
límite. En este caso…
El Protocolo
fija 10 días para que el profesional interrumpa el embarazo y yo para operar a
una paciente con cáncer tengo que esperar mucho más tiempo
— Si el Protocolo dice eso, es "generoso",
porque el proyecto de ley que se debatió en el Congreso fijaba apenas 5 días
corridos.
— Imagínese que yo para operar a una paciente con
cáncer tengo que esperar mucho más tiempo. Pero bueno, esas son cuestiones al
margen sobre las que no me siento en condiciones de opinar porque forman parte
de la legislación y no me voy a meter con eso. Lo cierto es que a partir de
todo esto tengo que enfrentar esta imputación…
— ¿Qué pasó con el niño?
— El niño nació. Quiero aclarar una cosa: a mí lo que
se me imputa es lo que pasó el 2 de abril, porque yo con mi conducta médica
inhibí contracciones que supuestamente, de acuerdo al criterio no médico sino
legal de la Fiscalía, era un aborto en curso que yo frené. Cosa que tampoco es
cierta.
— De no intervenir en ese momento, ¿qué podría haber
pasado? ¿Ella estaba abortando…?
— No, un aborto en curso no se detiene por más que uno
ponga la medicación que ponga. Cuando la paciente llega, contextualicemos,
cuando la paciente llega lo hace con fiebre diciéndome que alguien le dio una
medicación, que no era médico, eso da mucho miedo cuando uno está de guardia,
porque no sabe, porque por más que me diga el nombre del remedio, uno no puede confiarse…
Ese es el contexto, yo recibo a una paciente con dolor abdominal, que no tenía
pérdidas, o tenía pequeñas pérdidas, no era una hemorragia, nada de eso.
Entonces lo que yo hice fue darle una medicación para cortar las contracciones,
para estabilizarla clínicamente.
(Gentileza: La Mañana de Cipoletti)
(Gentileza: La Mañana de Cipoletti)
— ¿El bebé estaba bien en ese momento?
— Estaba bien, por supuesto. Si no la conducta es
otra, si hay un feto muerto…
— ¿Ella dijo que estaba tratando de abortar?
— No. Lo que me dijo fue que no quería tener el bebé,
cosa que es absolutamente respetable y entendible. Lo que a veces cuesta un
poco entender es que uno como médico debe atenerse a determinados
procedimientos, y si esos procedimientos no se cumplen, uno está incurriendo en
un delito grave que es la imprudencia, la impericia; eso es un delito grave.
— Porque hay riesgo de vida.
— Exacto, eso es fundamental. Usted me preguntaba qué
pasó con el bebé. La interrupción del embarazo se realizó, pero bastante después,
cuando ya el bebé era viable.
Acordamos
interrumpir el embarazo a las 35 semanas cuando el bebé tendría posibilidades
de nacer sano. Nació y fue adoptado
— ¿Quién lo hizo?
— En el mismo hospital lo hicimos. Pero nos pusimos de
acuerdo con los neonatólogos, no podemos olvidarnos de ellos porque si nacía
esta criatura iban a tener que asistirla,
porque era ya un ser vivo, muy probablemente respiraría, porque pesaba
más de 500 gramos, no era un feto sino un recién nacido y había que asistirlo.
Entonces los neonatólogos formaron parte de esta… podríamos llamarla convención
que hicimos en el hospital entre la Dirección, psicólogos, asistentes sociales
y neonatólogos. Dijimos qué hacemos, aborto no es, porque es muy grande,
entonces llegamos al acuerdo de que lo antes posible se lo sacábamos y
concordamos que ese "lo antes posible" eran 35 semanas de embarazo, 7
meses y medio. Nacería un bebé prematuro pero con muchas más posibilidades de
vida. De hecho ese bebé fue dado en adopción apenas nació.
— ¿Fue dado en adopción?
— Sí, nació y fue dado en adopción.
— ¿También hicieron una consulta a las autoridades?
— Sí, y acá viene lo contradictorio. Porque el
Ministerio de Salud y la Jueza de Familia estuvieron de acuerdo con mi decisión
de no interrumpir el embarazo, de que naciera el bebé y darlo en adopción. Pero
ahora la Fiscalía entiende que yo tenía la obligación de interrumpir el
embarazo y así generar el nacimiento de un prematuro extremo…
— ¿Cuándo formulan la denuncia en su contra?
— La denuncia fue por mayo, junio, del año pasado y en
noviembre se hizo la presentación de cargos. El Código Procesal Penal de la
provincia establece tres instancias. La primera es la presentación de cargos:
la Fiscalía informa al acusado de qué se lo acusa. La segunda instancia es la
validación de prueba donde el acusado con su abogado presenta las pruebas que
considera pertinentes y la Fiscalía hace lo mismo. Allí se puede presentar una
solicitud de sobreseimiento; si el juez no hace lugar al pedido de sobreseimiento,
la instancia siguiente es el juicio oral y público.
Ruht Zurbriggen, de la organización feminista Le
Revuelta, considera que lo del “límite de gestación es solo una excusa”
(Gentileza: La Mañana de Cipoletti)
Ruht Zurbriggen, de la organización feminista Le
Revuelta, considera que lo del “límite de gestación es solo una excusa”
(Gentileza: La Mañana de Cipoletti)
— ¿Usted se inscribió ahora como objetor de
conciencia?
— Sí, yo no era objetor porque estaba de acuerdo con
lo que marca el Código Penal. Interrumpir un embarazo en pos de la salud del
paciente, en eso estaba de acuerdo. Pero a partir de que pasó todo esto, mi
decisión fue cambiar la postura porque esta exposición que estoy viviendo, esta
mala interpretación de mi accionar como médico y esta suerte de jugada medio
rara… la verdad es que me deja expuesto, incluso más como ciudadano que como
médico, a cuestiones que no tienen que ver con la práctica médica, por eso
decidí anotarme en el Registro de Objeción de Conciencia.
— Tengo entendido que otros médicos del Hospital
hicieron lo mismo…
— Todo el servicio hizo lo mismo. Y por el mismo
motivo.
Me marcó
muchísimo que la justicia me reclame no haber hecho una práctica que es
aberrante: arrancar a un chiquito del vientre de su madre, sabiendo que si
sobrevivía sería con secuelas gravísimas
— ¿Quedaron muy marcados con esto que pasó?
— Y, le puedo asegurar que fue algo muy… Me marcó
muchísimo. Sobre todo que la Justicia me reclame por no haber hecho una
práctica que, no quiero ser demasiado drástico, pero es aberrante. Para decirlo
sin vueltas, arrancar a un chiquito del vientre de su madre teniendo después la
obligación de asistirlo y sabiendo que si sobrevivía iba a quedar con secuelas
gravísimas… Si vivía iba a ser en condiciones nefastas.
— Ahora es un niño normal.
— Sí, el bebé bien, por supuesto. Convengamos que,
lamentablemente, para la paciente fue algo muy terrorífico todo lo que tuvo que
pasar, eso es indiscutible. Pero ¿qué decisión tendría que haber tomado uno? La
decisión que tomé fue la mejor y lo haría otra vez porque obligarme a hacer eso
con un chico, con un nonato es horrible. La Justicia debería actuar más sobre
el violador, ¿no? Antes que sobre la consecuencia. Pero bueno, así es este
mundo.
— La Justicia podría tener en cuenta el juramento de
un médico. Cuando el ministro de Salud fue al Congreso por el debate del aborto
dijo que ya no se hacía más el juramento hipocrático y es mentira. Se sigue
haciendo y en la UBA, donde usted se graduó, incluye la promesa de defender la
vida desde la concepción.
— Le comento algo al respecto. A pesar de esta ley
4796, si usted mira la Constitución de la Provincia de Río Negro, en el
artículo 59 se asegura la salud de los ciudadanos desde el momento de su
concepción. Así que imagínese hasta qué punto estamos en un sinsentido con una
ley que contradice la propia Constitución provincial. Y por otro lado hay un
médico juzgado no por haber causado la muerte sino por salvar las dos vidas.
Esa es la situación en la que estoy. Para uno la Justicia era otra cosa, como
dije recién, el sistema debería buscar violadores, no acusar a médicos.
— Cuando uno dice 22 semanas quizá no toma dimensión
de lo que significa, pero si se habla de cinco meses resulta más contundente,
cinco meses es muchísimo.
— Es así. Cuando por motivos médicos uno tiene que
terminar un embarazo así, hay que matar al feto adentro del útero para sacarlo.
Aunque algunos lo nieguen, concretamente es así, para interrumpir un embarazo
gestacional tan avanzado hay que matar al niño dentro del vientre de la madre.
— Un embarazo de…
— De más de 22 semanas. Siempre tiene que hacerse así.
Por eso es que, en el momento en que se presentó la ley de legalización del
aborto, me pareció menester hablar de mi caso, por dos motivos, primero en solidaridad
con mis colegas, para contarles cuál era mi situación, y por otro lado, viendo
los contenidos de la ley yo en ese momento dije no, esto no es lo más indicado.
— ¿Se refiere a que el proyecto de ley no ponía límite
de tiempo en caso de violación?
— Exacto. No ponía límite.
— No ponía límite en caso de violación y de riesgo de
salud; esto último, es muy ambiguo, no siempre fácil de evaluar, imagino.
— Es muy delicado, es muy delicado.
— Además, aun admitiendo que la vida empieza en un
plazo dado, digamos 12 semanas, ¿por qué exceptuar los casos de violación de
ese plazo?
— Es una buena pregunta.