viernes, 30 de noviembre de 2018

COMO MURIÓ SANTIAGO MALDONADO


según la reconstrucción que hizo la Justicia

Por Loreley Gaffoglio
Infobae, 30 de noviembre de 2018

En las 263 páginas del fallo con el que esclareció la muerte de Santiago Maldonado y eximió de responsabilidad penal al auto imputado alférez Emmanuel Echazú y a la propia Gendarmería Nacional, el juez federal de Rawson, Gustavo Lleral, no dejó prueba sin ponderar, testimonio sin sopesar ni elucubraciones sin refutar.

Su exhaustivo dictamen sintetiza los 16 meses de frenética pesquisa, desde que se perdió rastro de Santiago el 1 de agosto hasta anteayer, cuando se concluyó con el último análisis pericial sobre su DNI, hallado en perfecto estado, lo que atizaba, entre otros planteos de la familia Maldonado, la teoría de que el cuerpo de Santiago había sido plantado.

La celeridad con la que se conoció la resolución y especialmente su redacción hacen suponer que el fallo ya había sido medularmente plasmado, quizás bastante tiempo antes de que se agregara ese último elemento de juicio.

Es que el magistrado arribó a la "verdad real" —como la denominó— por un copioso cúmulo de pruebas científicas contrapuestas con testimoniales que juzgó clave. Todo ello ratificado por trabajos de campo posteriores a la necropsia y a las conclusiones de la junta de peritos que terminaron de despejar hendijas de duda. Entre éstos están la recolección de muestras adicionales dentro del Pu Lof y las poco difundidas inmersiones de buzos de la Prefectura Naval en diciembre del año pasado, que relevaron la profundidad, complejidad y extensión del pozón del río Chubut. Es decir, la escena primaria del hecho:  el lugar donde emergió, producto de su descomposición, el cuerpo de Santiago Maldonado.


Entre aquellos testimonios considerados clave, en su fallo Lleral expuso los dichos del mapuche Lucas Pilquiman, el testigo E, y el de su hermana Ailinco. Este último, según reveló, le señaló el lugar donde podría hallarse el cuerpo de Santiago, mientras que el primero le arrimó la convicción de que Maldonado se ahogó en soledad sin que nadie pudiera observar aquella trágica escena.
En su huida hacia el río, librado a su suerte, sin saber nadar, con su ropa y calzado mojados convertidos en un plomo y equivalentes a un tercio de su peso corporal, Santiago—sostiene el juez— libró una batalla desigual: la temperatura extrema del agua, el extenso pozón en aquel remanso del río de más de dos metros de profundidad y el caos de raíces tejiendo "coladores" convirtieron a ese lecho en una trampa mortal.

Ni los gendarmes -que cuando Santiago se lanzó al río recién llegaban al barranco que antecede a la rivera- ni Lucas Pilquiman -quien ya lo había dejado atrás en el cruce a nado cuando Santiago supo que no podía cruzar- fueron testigos de la tragedia.

"Santiago Andrés Maldonado—dice Lleral—sucumbió en aquella hondonada de más de dos metros de profundidad, de la que nunca pudo salir. Y allí falleció ahogado, en aquél mismo lugar donde pretendió ocultarse, víctima de un cuadro de asfixia por sumersión coadyuvada por hipotermia".

"Ha quedado demostrado—continúa—que hasta su hallazgo el 17 de octubre de 2017, el cuerpo de la víctima permaneció en el mismo lugar en el que murió, inmerso en el hondo pozón de grandes dimensiones, atrapado por la gran cantidad de ramas existentes en el lugar. Así las cosas, ha quedado de plano descartada la sospecha de que los funcionarios de la Gendarmería Nacional Argentina hayan participado de la desaparición y fallecimiento de Santiago Andrés Maldonado. La víctima no fue detenida por aquella fuerza de seguridad ni llevada a lugar alguno aquel 1 de agosto de 2017.  Ningún gendarme tomó contacto físico con Santiago, ninguno lo vio sumergirse en el río Chubut y ninguno lo vio desaparecer en esa hondonada donde lo esperaba la muerte".

Pero antes de exponer esas conclusiones, Lleral habló de "intercambio de hostilidades" entre gendarmes y mapuches. Bosquejó el perfil humano de Santiago a partir de la declaración de su hermano. Enumeró a todos los testigos relevantes que pasaron por la causa. Diseccionó sus dichos. Marcó contradicciones. Descartó testimoniales iniciales, como las adjuntadas por la PROCUVIN, por parte de testigos encapuchados que ventilaron su versión de manera anónima en la tranquera del Pu Lof.

También rebatió bajo el tamiz jurídico de la sana crítica la "apresurada aseveración"—según indicó— de la palinóloga Leticia Povilauskas, perito de la junta médica, a partir de la cual se intentó reinstalar la incongruente teoría de que el cuerpo podría haber sido plantado. Describió el celo y el blindaje con el que la comunidad resguarda el predio desde un puesto de guardia. Y volvió sobre lo medular: analizó los resultados de cada uno de los expertos que desde la entomología, la geología, la palinología y el departamento de diatomeas que participaron de la autopsia.  Los análisis de las distintas variedades de microalgas halladas en cavidades cardíacas y en sus ropas, coincidentes con las muestras obtenidas en ese ecosistema resultaron una evidencia clave, según el juez.

Con ese cúmulo probatorio que logró reunir en la instrucción quedó acreditado que Santiago Andrés Maldonado se ahogó en la misma hondonada del río de más de 2 metros de profundidad donde finalmente fue hallado su cuerpo 78 días después.

“Desde los palcos—continuó—se mencionó tantas veces a Santiago, a quien no se conocía, solo para ganar, en el mejor de los casos, un aplauso”, escribió el juez en su fallo (Adrián Escandar)

Tras esa arquitectura de reconstrucción minuciosa de marcado de tono argumentativo y empírico, la resolución de Lleral muta hacia el final al ensayo. Así, asoma un fuerte rechazo moral hacia las tergiversaciones, elucubraciones y manipulación de la información por parte de medios de comunicación y redes sociales. Sin disimulos, pone en evidencia la divergencia de "intereses egoístas" entre las propias agrupaciones de derechos humanos, incapaces—sostiene—de cohesionarse en una sola querella para no dilatar la causa y encontrar rápidamente a Santiago como en su momento se sugirió.

Y en ese mismo oscuro rincón también ubicó al discurso político. "Ni siquiera los organismos que defienden, sostienen y enarbolan los Derechos Humanos—afirmó—pudieron unirse en pos de un solo objetivo. Cada una de esas asociaciones bregó por lograr su propio interés a costa de la humanidad ofendida, en vez de unirse para dar respuesta a la familia sufriente".

"Desde los palcos—continuó—se mencionó tantas veces a Santiago, a quien no se conocía, solo para ganar, en el mejor de los casos, un aplauso. Y ni hablar del desarrollo de una campaña electoral, en la que fue utilizado de manera descarnada para que un ciudadano, errático en sus ideas, emita un voto en consecuencia".

Como corolario de un fallo que se reserva, además, un espacio como espejo social y también como una suerte de diario íntimo de lo observado desde su magistratura, escribe Lleral:

"Así, la verdad revelada enmudeció los repiques del desconcierto y la incredulidad, propiciados por actores mezquinos e interesados en no hallarla nunca, en demorar su encuentro o negarla definitivamente. Porque mientras el tiempo transcurría sin que hubiera una respuesta, se tejieron las más diversas conjeturas sobre la desaparición de Santiago. Recorrieron el imaginario colectivo las más variadas hipótesis de sucesos fantasiosos, desprovistos de toda realidad. Sin importar, por supuesto, las heridas de los familiares y de quienes sentían a Santiago de manera cercana a sus vidas".

"Sin embargo, la verdad se mostró sencilla, sin fascinaciones. Santiago estaba en el lugar donde lo vieron por última vez. Allí, él, solo, sin que nadie lo notara, se hundió, en ese pozo en el que minutos antes Lucas Ariel Naiman Pilquiman había evitado caer cuando se propuso cruzar el río luego de animar a Santiago a realizarlo. En ese lugar, murió ahogado, sin que nadie pudiera advertirlo, sin que nadie pudiera socorrerlo. Ni los gendarmes que los perseguían en medio del operativo, ni los miembros de la comunidad a la que Santiago fue a apoyar en sus reclamos".

"La desesperación, la adrenalina y la excitación naturalmente provocadas por la huida; la profundidad del pozo, el espeso ramaje y raíces cruzadas en el fondo; el agua fría, helada, humedeció su ropa y su calzado hasta llegar a su cuerpo. Esa sumatoria de incidencias contribuyó a que se hundiera y a que le fuera imposible flotar, a que ni siquiera pudiera emerger para tomar alguna bocanada de oxígeno. Por la confluencia de esas simples y naturales realidades, inevitables en ese preciso y fatídico instante de soledad, sus funciones vitales esenciales se paralizaron".

"Allí quedó su cuerpo atrapado, enganchado en el ramaje subacuático denso, que lo mantuvo inerte y oculto durante el tiempo necesario para que, luego de su descomposición natural interna, superara la presión y la fría temperatura del agua, hasta que se produjeran los cambios de clima. Y solo, tal como se hundió, sin que tampoco en ese momento persona alguna lo advirtiera, emergió en el mismo lugar, en el remanso del río donde se había escondido y se había producido su sumersión. En ese sitio, una rama de los mismos sauces donde quedó atrapado, ofició de sostén, lo contuvo hasta que se lo avistara y finalmente, se lo retirara. La verdad es esa".
Por último le habla—presumiblemente— a la familia Maldonado para que aún en el dolor se asuman la realidad de las cosas y de los hechos.

"Aunque insistamos en denominar a esa realidad de un modo distinto o, incluso, opuesto a su verdadera esencia y naturaleza, jamás podremos cambiarla", escribe. "Aunque se insista en presentar los hechos de un modo absurdamente diverso a su esencia, aunque se pretenda evitar o demorar la realización de medidas de prueba, justamente develadoras de esos hechos, aunque insistentemente se propongan infinitas medidas abiertamente inconducentes y dilatorias, y aunque se declare públicamente que los hechos no son como sucedieron sino como algunos prefieren que hayan sido, lo cierto es que la verdad que rodeó la desaparición y muerte de la víctima de esta causa (y víctima de todas las manipulaciones espurias que de ella derivaron), es una sola".

miércoles, 28 de noviembre de 2018

EL ABSURDO VUELO




DE MALVINAS A CÓRDOBA

Dr. César Augusto Lerena

28-11-18

No imaginamos que la Cancillería haya consultado a los técnicos de Aerolíneas Argentinas a la hora de promover un nuevo vuelo a Malvinas dentro del Acuerdo “Foradori-Duncan” de «remover todos los obstáculos que impiden el desarrollo de Malvinas». Seguramente les habrían comentado, que a la par de no ser económicamente rentable, es muy poco probable, que en una actitud integración regional, un isleño británico se baje en Córdoba a recorrer esa hermosa ciudad o sus sierras.

Si nos guiamos por la ruta actual semanal de LAN entre Punta Arenas de Chile y Malvinas veremos, que una vez por mes este vuelo hace una escala en Río Gallegos, con un regreso desde Malvinas siete días después. Es obvio que este vuelo está diseñado para favorecer el traslado e intercambio comercial de los isleños con Chile y muy accesoriamente para atender el turismo a las Islas, ya que no es de imaginar que quienes pudiesen dirigirse desde el continente argentino a Malvinas por negocios, deban permanecer allí siete días.

Esta nueva propuesta británica de hacer vuelos a San Pablo, a la que la Cancillería le habría agregado una escala mensual en Córdoba, tampoco se basa en ningún espíritu integrador, sino a la necesidad de las Islas de abrir nuevos negocios en américa -pero no con Argentina- con motivo del Brexit, es decir la salida del Reino Unido de la Unión Europea, donde Malvinas perderá su condición de Territorio de Ultramar de Europa y, con ello, todas las ventajas arancelarias y de libre comercio en ese bloque.
El vuelo mensual San Pablo, Córdoba, Malvinas y viceversa es sencillamente un disparate para los argentinos y de muchísima utilidad para los isleños. Carísimo para algunos cordobeses que podrían hacer turismo en Malvinas (¿?) y aún más caro y lento para quienes desde otras provincias pudieran trasladarse a Córdoba a este efecto. Y ¿para los isleños? Un importantísimo pie en San Pablo y el gran San Pablo, con treinta millones de consumidores y, la puerta de acceso al resto de Brasil y el mundo; del mismo modo, que el vuelo a Córdoba les permitiría a los malvinenses hacer trasbordo a Lima, Santiago de Chile, Asunción, Santa Cruz de la Sierra, Panamá y Miami.

¿Sabe la Cancillería que Argentina le vende anualmente a Brasil 106 millones de dólares en productos pesqueros, a Perú 45 millones y a Bolivia 11 millones y, que el 75% de los ingresos de Malvinas provienen de la explotación pesquera de los recursos de Argentina? ¿Dónde se supone que ante el Brexit se direccionarán las 200 mil toneladas anuales que bajo licencia británica se pesca en el mar argentino circundante a Malvinas y que ahora deberán pagar aranceles para ingresar a la UE? 
   
Si Argentina autoriza estos vuelos habrá fortalecido la situación económica de las Islas y, me animo a decir, que su situación será más sólida que antes del Brexit, ya que hasta el momento sus ingresos están mayoritariamente atados a los importadores europeos y, ahora se distribuirán, además de a los países asiáticos, a nuestros socios políticos de América. Esta apertura les permitirá acceder a una diversidad de intercambios comerciales mucho más rica, pero, lo que es más grave, debilitará nuestra posición latinoamericana en los organismos internacionales del acordado aislamiento de Malvinas hasta la negociación de la soberanía.

Cuando, primero Malcorra y ahora Faurie dan ejecución al Acuerdo “Foradori-Duncan” habrán comenzado a “remover los obstáculos” ya que estos vuelos permitirán, como dije, optimizar el comercio, pero también hacer el transporte de tropas y tripulantes de los buques pesqueros, traslados de insumos y mercaderías, promover el turismo y con ello su segundo recurso económico y, más importante aún, favorecer la inversión en la industria pesquera, que en actualidad se encuentra limitada a la extracción, pero podría crecer en forma exponencial de haber una comunicación más fluida con el continente.
Que los vuelos los realice LATAM Brasil y no Aerolíneas Argentinas, dice a las claras, de nuestra política de sumisión y, la Cancillería, en lugar de monopolizar la conducción del conflicto con el apoyo internacional, está perdiendo todo el control estratégico de la disputa, en una sospechosa y complaciente política favorable a los intereses británicos en Malvinas. 

Y así podemos ver, que el Acuerdo de Madrid y la “fórmula británica del paraguas” están siendo ejecutados por el Reino Unido con la precisión de un cirujano cardiovascular:
La ocupación marítima
En 1982 las islas de 11.410 km2 y tres millas marinas alrededor eran ocupadas por los británicos, hoy nos ocupan y explotan 1.639.000 Km2 de mar argentino, reclaman nuestra plataforma continental, denominan “Territorio Antártico Británico” a nuestra Antártida Argentina y nos explotan los recursos pesqueros y petrolíferos.   
             
El vuelo a San Pablo y Córdoba

En la actualidad el gobierno nacional está invirtiendo 6.000 millones de pesos en el Aeropuerto Talavella de Córdoba, que seguramente facilitarán las operaciones previstas, mientras que los isleños recibirán, como ocurre en la actualidad, a los argentinos Base Aérea Militar de Monte Agradable, ubicada 40 kilómetros al sudoeste de Puerto Argentino, para mostrarnos qué tan bien protegidos están.

La investigación
Para garantizarles a los habitantes de Malvinas la disponibilidad de la pesca a perpetuidad, el Canciller Faurie ha reflotado la Comisión conjunta de investigación argentino-británica sobre la “Conservación de los Recursos Pesqueros” creada en tiempos de Menem, que evaluará nuevamente el estado de las especies más significativas en el espacio marítimo comprendido entre las latitudes de 45 grados Sur (aprox. Camarones, Chubut) y de 60 grados Sur (Océano Antártico Argentino) del Atlántico Sur, es decir que no hará otra cosa que aportarles a los isleños la capacidad técnico-científica y el conocimiento argentino sobre los recursos en la Zona Económica Exclusiva Argentina, superando los espacios ocupados en forma prepotente por el Reino Unido. En aguas argentinas frente a Chubut y Santa Cruz de gran riqueza ictícola, pero que tan bien podrían ser las provincias, porque no hay límite para ello y también en el océano antártico argentino. Sería ingenuo asignarles una voluntad conservacionista a los ingleses cuando en 2005 otorgaron en forma irresponsable licencias pesqueras por 25 años.

La actitud de la Cancillería Argentina es un absurdo biológico, ya que, un secreto estratégico, como lo es la información de la biomasa y el stock pesquero, en atención a como dijimos el 70% de los recursos económicos de las Islas son la pesca, no puede facilitarse esta información a los británicos. Imaginémonos si los franceses en 1940, bajo pretexto de cuidar el patrimonio, hubiesen mantenido los puentes intactos a los alemanes para que sus tropas ingresaran fácilmente a París y desfilaran cantando la marcha de San Lorenzo -como finalmente lo hicieron- por la avenida de los Campos Elíseos pasando por debajo del Arco del Triunfo. A la Argentina le bastaría capturar todo el Atlántico Sur -por si o a través de terceros- para poner en dificultades la economía de las islas. Cavallo entonces y ahora Faurie, hacen todo lo contrario, facilitar su estada. 

El apoyo portuario a las operaciones de Malvinas
La Argentina consiguió el apoyo unánime de los países de Latinoamérica y el Caribe para no apoyar el comercio con Malvinas, en especial los buques que pescaban en el Atlántico Sur y, en 2010 por Decreto 256 el gobierno nacional estableció la obligatoriedad a los buques que hacen tránsito con Malvinas de solicitar permiso a las autoridades nacionales; medida que fue apoyada retóricamente por América latina; y tan es así, que en los puertos de Uruguay pueden verse cientos de buques con licencia de la gobernación británica en las Islas o barcos que capturan especies migratorias o asociadas de la ZEE Argentina, a punto tal, que en 2015 operaron en Montevideo 359 buques extranjeros y este país se ha constituido en el apoyo logístico más importante del atlántico sur de los buques que depredan el mar argentino, representando, para ese país un ingreso de 300 millones dólares anuales.

El abastecimiento marítimo
Las Islas Malvinas están abastecidas y realizan su logística en la actualidad a través de fletes marítimos a Montevideo y Punta Arenas; servicio que realiza la línea marítima de la naviera inglesa South American Atlantic Service (SAAS), con oficinas en Malvinas desde 2005, que dispone de un buque portacontenedores “ANJA” de 106 metros de eslora, con capacidad de 505 TEUS y 125 contenedores aptos para el mantenimiento de alimentos refrigerados y congelados, que hace esa ruta cada catorce días. Por cierto, que nuevas líneas áreas que promueve nuestra Cancillería a instancia del Reino Unido le facilitarían a las Islas el acceso a las hortalizas frescas con atmósfera modificada, frutas, mercaderías envasadas al vacío, etc.

Este servicio vinculado con otras navieras que hacen tráfico con Europa lo debemos considerar estratégico ya que evita el tránsito por el canal de Panamá -y sus costos- y es una demostración de la incapacidad de Argentina de establecer acuerdos con nuestros vecinos, en compensación a los aportes que la Argentina les realiza, tal como la provisión de gas, etc.
    
Los Puertos en Malvinas
Técnicos de Empresas de Vigo (España) -uno de los puertos más importantes de ingreso a Europa de productos pesqueros- están trabajando para la instalación de un nuevo puerto en Malvinas, que facilitaría las operaciones de captura como mercantes. Por cierto, eso contrasta con la falta de políticas portuarias en la Argentina, donde su principal puerto pesquero, en el que desembarcan más del 50% de las capturas nacionales se mantiene con las mismas condiciones estructurales y operativas de hace un siglo.

La incapacidad o voluntad manifiesta de ceder nuestra soberanía ha sido una constante desde 1990 -al menos- y, el otorgamiento de nuevos vuelos a Malvinas es una verdadera política de ignorancia supina o de intencional entrega nacional, que se inscribe en una hoja de ruta trazada por el gobierno inglés desde el Acuerdo de Madrid y «la fórmula del paraguas».


Dr. César Augusto Lerena
Experto en Atlántico Sur y Pesca, ex Secretario de Estado, ex Secretario de Bienestar Social (Ctes) ex Profesor Titular Universidad UNNE y FASTA, Asesor del Senado de la Nación, Doctor en Ciencias, Consultor, Escritor, autor de 24 libros (entre ellos Malvinas. Biografía de Entrega, 2009) y cientos de artículos de la especialidad.
25 de noviembre de 2018

EL LENGUAJE INCLUSIVO



y el sentido común lingüístico


La Nación, editorial, 28-11- 2018
 
En marzo del año próximo, la Argentina será sede del VIII Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), por realizarse en Córdoba. Es la segunda vez que nuestro país tendrá el enorme privilegio -nunca antes se realizó dos veces en un mismo país de recibir en un encuentro de este tipo a escritores, académicos y estudiosos de distintas nacionalidades, comprometidos en la preservación y el devenir de la lengua.

Hoy, el español es la segunda lengua con más hablantes nativos en el mundo luego del chino mandarín: involucra a 475 millones de personas. Esa cifra es inmensa y aumenta hasta 578 millones si se suma a quienes aprendieron el español y lo tienen como segundo idioma.

La Argentina fue sede del congreso realizado en Rosario, en 2004. Esperemos que sean irrepetibles algunas experiencias de ese encuentro, como la inaudita intervención de la entonces senadora Cristina Kirchner a fin de que se eliminara a destacados lingüistas y escritores de la nómina de participantes preparada con la antelación de un año por la Real Academia Española y el Instituto Cervantes. Fue tanta la porfía de quien luego presidiría el país que consiguió la separación de tres personalidades entre ellas, Emilia de Zuleta Álvarez-, imputadas de tendencias derechistas. Lo hizo con inaudito empeño, como si eso gravitara negativamente en el manejo de la lengua y empalideciera los importantes antecedentes como catedráticos de las personalidades cuestionadas.

En noviembre de 2004, Rosario también fue escenario del colosal papelón por el cual el matrimonio presidencial llegó con dos horas de atraso al Teatro del Círculo, admirable escenario del congreso, y obligó a los reyes de España a retornar al hotel donde se hospedaban y aguardar desde allí la noticia de que los Kirchner estaban al fin a punto de arribar.

Al acto de presentación del nuevo congreso, realizado hace poco en Córdoba, vinieron especialmente de España el director de la Real Academia Española y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española, Darío Villanueva, y el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero. Compartieron el estrado con el gobernador de la provincia anfitriona, Juan Schiaretti; el presidente de la Academia Argentina de Letras, José Luis Moure; el rector de la Universidad Nacional de Córdoba, Hugo Juri, y otras autoridades. El tema convocante será "América y el futuro del español. Cultura y educación, tecnología y emprendimiento".

En su estada aquí, el director de la Real Academia formuló comentarios que resulta interesante considerar en relación con la esforzada moda del lenguaje llamado "inclusivo". Como se sabe, por esa vía se intenta violentar lo que es el habla natural desde hace siglos y siglos de los hispanohablantes e introducir términos como "todes" a fin de incluir en un sentido neutro palabras como "todos" y "todas". Más que una democratización del lenguaje eso parecería un trabalenguas cuya aceptación sería a costa de la racionalidad verbal y prosódica e infundiría la noción de que la demagogia con grupos minoritarios, pero radicalmente activos, ha terminado por teñir hasta las conversaciones y las letras de una sociedad que en el fondo es más lógica y está más en sus cabales de lo que se nos quiere hacer creer.

Podría decirse que todo lenguaje genuino es como tal inclusivo, incluye, comunica, interrelaciona. Si tiende a aislar o separar y el destinatario concreto o la comunidad lingüística no capta o no admite lo que se le quiere transmitir falla como tal y, en lugar de vincular, genera incomunicación.

El intento de difundir palabras artificiales como "todes" u otras expresiones similares, desparramado en redes sociales, e incluso, introducido en algunos textos oficiales, suscitó una reflexión de Villanueva, quien, antes de asumir su actual cometido, fue rector de la Universidad de Santiago de Compostela. Estimó que esa es una solución poco meditada y no llamada a tener demasiado recorrido. Él suele hablar de "palabras globo", que irrumpen con increíble fuerza, suben muy rápido, pero luego se desinflan y caen, hasta que en dos o tres años dejan de tener el lugar que ocuparon.

Villanueva sostuvo que hay que respetar mucho la lengua que hablamos. La lengua es un ecosistema, es una estructura de equilibrios, no se puede andar jugando con ella. Y la lengua no es la culpable de la invisibilidad o el relegamiento de la mujer; eso depende de otras cuestiones y no del idioma. "Ese tipo de manipulaciones por una parte a mí me desagrada dijo-, porque representan un cierto menoscabo y menosprecio del idioma, una falta de respeto hacia él. Y también significa la atribución al idioma de unas culpas que el idioma no tiene".

No podríamos estar más de acuerdo con el sano criterio de quien se dispone en poco tiempo más a dejar su cargo de director "por mandato cumplido" de la presidencia de la RAE. Sucede que entre la alharaca de quienes procuran con desatino revolucionar la lengua como revolucionan a menudo, hasta con violencia, las calles, la gran mayoría de hablantes permanece, como bien dice Villanueva, callada, pero firme en un sentido común, natural del uso de la lengua. "Y yo me pregunto insistió Villanueva, ¿se les va a convencer u obligar o imponer a estos que digan 'todes', en lugar de lo que siempre han dicho y han aprendido de su madre?".

En la obra Libro de estilo de la lengua española, presentada ayer por la Real Academia Española, uno de sus capítulos se refiere precisamente al tema del género. Se afirma que "el masculino, por ser el no marcado, puede abarcar el femenino en ciertos contextos" y que, por lo tanto, "no hay razón para pensar que el género masculino excluya a las mujeres en tales situaciones".

Cabrá ahora esperar que del congreso de Córdoba provenga una reafirmación académica de los peligros que implica jugar desaprensivamente con una lengua que nos unifica en una cultura compartida a cientos de millones de seres humanos. Solo la estrechez de miras de los falsos progresistas está lejos de captar las inmensas bondades de todo orden que eso implica para los hispanohablantes en su relación con el mundo.

sábado, 24 de noviembre de 2018

FÁBULAS REITERADAS



ARA San Juan: a una semana del hallazgo, la ideología nubla la razón

Por Fernando Morales

Infobae, 24 de noviembre de 2018

Fueron 366 días de angustia, incertidumbre, duda y desconfianza infinitas. Todo era opinable, nada era ni absolutamente descartable ni definitivamente certero. Sin bien hasta este preciso momento no hay imputados por la tragedia de la malograda nave militar, el juicio mediático avanza a pasos agigantados y muchos condenados de facto tal vez tengan que ser absueltos. Aunque comienzo a percibir que los más conspicuos personeros de la "justicia nacional y popular" no parecen dispuestos a retroceder un ápice respecto a las lapidarias sentencias que ya han dictado.

"Nunca lo van a encontrar, la Armada y el Gobierno le dieron datos falsos a la empresa Ocean Infinity para que busquen mal, es que si se encuentra el submarino, se pudre todo". Ante esta contundente afirmación, que quedó sin sustento en el mismo momento en que se descubrió que el San Juan estaba en un área que se correspondía plenamente con últimos datos disponibles, que básicamente eran la última posición reportada en la mañana del 15 de noviembre y la posición de la implosión detectada por el organismo internacional que monitorea los ensayos nucleares marinos, la teoría conspirativa mutó rápidamente: "Es evidente que lo torpedearon, están ocultando la cara más dañada de la estructura de la nave".

De nada valdrá explicar desde la razón que un submarino afectado por un ataque exterior presentaría un aspecto muy diferente al que en principio se pudo apreciar. Tampoco servirá sostener que los expertos que analizaron el sonido detectado por el CTBTO (organismo con sede en Viena al que nos referimos anteriormente) sostienen que este se corresponde con una implosión producto del colapso estructural del San Juan por efectos de la presión hidrostática ejercida sobre su casco y no de una explosión.

"Las imágenes fueron manipuladas por expertos cineastas que están a bordo y que disimularán las verdaderas razones de la pérdida de la nave y sus tripulantes. Por eso hay ingleses a bordo del Seabed Constructor". También hay a bordo tres oficiales de la Armada Argentina y familiares de los tripulantes que presenciaron, tal como bien se ocupó de difundir la empresa Ocean Infinity, el momento preciso del avistaje por intermedio del vehículo que desde el buque se sumergió a una profundidad mayor a los 900 metros. ¿Qué pasó con esta gente, de qué manera los indujeron a que vean algo distinto a lo que el resto estaba viendo? Ya que, al parecer, estamos atravesando una racha de pensamientos mágicos, ¿podríamos afirmar que los hipnotizaron?


No conformes con cuestionar lo evidente, llegaron a sostener, en los momentos mismos en que la noticia nos impactaba de lleno, que tal vez se trataba de otro submarino o de un fotomontaje. Al mismo tiempo, la versión B de la paranoia sostuvo que el Gobierno había diferido la noticia para hacerla coincidir con el discurso presidencial. Una vez más la pregunta, ¿a bordo del buque de Ocean Infinity había seis argentinos o seis zombis?

No hace falta decir (pero lo diremos igual) que el hallazgo del San Juan no es un motivo de festejo. Es nada más ni nada menos que la lamentable pero necesaria confirmación de una de las mayores tragedias navales de la historia argentina. Sí afirmaremos, sin temor a equivocación alguna, que este hecho constituye un punto de inflexión en el devenir de la vida de 44 familias, que además brinda una herramienta de superlativa importancia para la prosecución de la causa, que permite asimismo despejar del camino varias hipótesis que distraían la atención de la magistrada interviniente y que ubicaban al submarino en otras zonas y en otras fechas. Hoy sabemos a ciencia cierta que no ocurrieron muchas de las cosas que incluso algunos hombres de la Armada creyeron de buena fe haber visto y oído.

No creo estar errado si sostengo que no habían pasado aún 24 horas del anuncio de la noticia esperada durante un año y dos días para que una nueva premisa se instalara en la sociedad con la consecuente y consabida brecha: "Hay que recuperar al San Juan".

Y aquí estamos. Como al principio, como al inicio de cada mínima o máxima historia o suceso que, lejos de unirnos, nos separa un poco más. Podremos intentar explicar hasta el cansancio que, al margen de una probable explosión interna en el San Juan, producto de la acumulación de gas hidrógeno, de una magnitud no determinada pero que anuló la conciencia de los 44 marinos, al precipitarse al fondo del mar, la nave sufrió una implosión que produjo un ingreso de agua a su interior a una velocidad de aproximadamente 1200 kilómetros por segundo. Poco importa si el valor exacto es de 900 o 1500, el impacto de semejante "pistón líquido" solo causa una cosa, destrucción total a su paso.

Como pocas veces a lo largo de todo este fatídico suceso, marinos e ingenieros navales venían coincidiendo en que intentar un rescate del submarino es una tarea altamente compleja, extremadamente onerosa, demandante de una gran cantidad de tiempo y, lo que es peor, de resultado totalmente incierto. La armonía se quebró cuando una vez más la ideología nos nubló el raciocinio y entonces, a como dé lugar, no hay argumento que valga en contrario. "Queremos al San Juan de vuelta entre nosotros, no traerlo implica no querer que sepamos la verdad". No hay el menor lugar en la cuña ideológica para aceptar un: "No se puede, no conviene o no está a nuestro alcance hacerlo".

En medio de estas verdaderas luchas intestinas, 44 familias nos observan. Algunas se aferran a lo que más "conviene" a sus destrozados corazones. Necesitan certezas y los bombardeamos con teorías francamente delirantes, necesitan paz y los hemos sumergido en una guerra que tiene entre otros "gladiadores" a activistas políticos que solo buscan demostrar que todo lo que se haga, si proviene de las huestes oficiales, estará definitivamente mal hecho.

Algo que los marinos sabemos es que de cada tragedia en el mar se saca una lección que permite mejorar las condiciones de navegación para que no repita el mismo error. El Titanic obligó a repensar la cantidad de botes salvavidas que debían llevar los buques. La Segunda Guerra Mundial demostró que había una forma segura de arrojarse al mar para no morir al impactar con el agua y hasta cómo fabricar un salvavidas con las ropas que vestían los propios náufragos.

La catástrofe del San Juan seguramente obligará a repensar muchos de los protocolos y los procedimientos de la Armada Argentina. Es natural que así sea, será obligación de la autoridad política involucrarse un poco más en la actividad militar y asegurar que se corrija todo lo que hubiere que corregir.

Pero habría que preguntarse cuál es la lección que nos deja el San Juan como sociedad. ¿Podremos seguir tomando todo lo que nos pasa como un eterno Boca-River? ¿Seguiremos considerándonos los dueños absolutos de la verdad, denostando y denigrando al que piensa distinto? ¿Estaremos alguna vez en condiciones de entender que tal vez en algún momento estamos equivocados?

Ciertamente el no ser capaces de leer el mensaje que el San Juan nos deja implicará un desastre varias veces peor al que se cobró la vida de nuestros compatriotas.

Finalmente y solo para ellos, para los 44: Misión cumplida compatriotas, descansen en paz.

El autor es capitán de fragata (RN), maquinista naval superior (veterano de guerra de Malvinas), licenciado en Administración Naviera, perito naval, diplomado como oficial del Estado Mayor Especial y vicepresidente de la Liga Naval Argentina.

viernes, 23 de noviembre de 2018

POBREZA


Indec  a Octubre 2018


Pobreza         $  24.241,17     12,2 millones

Indigencia         $ 9.735,42       2,1 millones


(La Nación, 23,-11-18)

jueves, 22 de noviembre de 2018



LAS CAPTURAS PESQUERAS DE MALVINAS ANTE EL BREXIT

CESAR LERENA

22-11-18

La palabra “Brexit” abrevia la denominación inglesa "British exit", es decir, la separación del Reino Unido de la Unión Europea (UE), con motivo del referéndum de junio de 2016 en el que ganó la posición de abandonar la UE y cuya salida podría efectuarse el próximo 29 de marzo de 2019, aunque, habría un período de transición hasta el 31 de diciembre de 2020 para alcanzar los posibles acuerdos comerciales, compensaciones y adaptaciones de todas las modificaciones económicas, comerciales y sociales.

La UE se integra por 28 países y los denominados territorios de ultramar, entre ellos Malvinas, las Islas Georgias del Sur, Sándwich del Sur y el que denominan “Territorio Antártico Británico” en posesión ilegal del Reino Unido, que comercian y permiten que sus ciudadanos se trasladen, vivan y trabajen libremente entre estas naciones.
La Incorporación de los Territorios de Ultramar (PTU) a la UE surge por la ratificación del Tratado de Lisboa, por el que se modificó el Tratado de la Unión y el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea, que entró en vigor el 1 de diciembre de 2009 y, si bien pudo firmarse antes, se postergó por el rechazo inicial de Irlanda en 2008.

La aprobación debió contar con la votación directa de la población de los distintos países miembros, motivo por el cual, los ciudadanos españoles e italianos -entre otros- votaron por la aprobación de que Malvinas y el resto de los archipiélagos citados, formen parte de la UE. Y ¿cómo votaron los ciudadanos argentinos con doble nacionalidad? Lo ignoramos, pero sí sabemos, que la Cancillería Argentina no llevó adelante campaña alguna para oponerse al ingreso de Malvinas, la Antártida y las demás islas a la UE. ¿Podrían haberse modificado los resultados? Probablemente sí, los ciudadanos españoles, muy particularmente, a raíz del apoyo argentino durante el boicot que sufrió ese país y también los italianos, ya que es conocida la importante migración de ciudadanos de ambos países a la Argentina y, la numerosa gestión de doble ciudadanía española e italiana de argentinos descendientes de esos países.

La Argentina debió rechazar en esa ocasión las referidas incorporaciones a la UE por imperio de la Res. ONU Nº 1514 (XV), las Res. ONU Nº 2065/65 y 37/9, la Res. 3160 (XXVIII) y, por analogía, las Res. ONU Nº 3171/73 y 3175/73 y, la Res. ONU Nº 31/49, pero ahora, en esta etapa transitoria y luego de concretarse el Brexit y, con los mismos argumentos, debiera rechazar enérgicamente, que las materias primas y productos de Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur tengan un estatus diferente al de la República Argentina, ya que los extraídos, capturados y producidos ilegalmente en esos archipiélagos y en el atlántico sur, son de origen argentino y no pueden considerarse de otra forma, al menos hasta que no se acuerde la cuestión de fondo: la soberanía de esos territorios, que se halla congelada bajo la fórmula del paraguas.

Al libre comercio entre los países de la UE, en enero de 2014 se le agregó la Decisión 2013/755/UE del Consejo, relativa a la asociación de los países y territorios de ultramar con la Unión Europea (“Decisión de Asociación ultramar”) el Sistema de Preferencias Generalizadas (SPG) y, las reglas de origen del SPG son las normas de origen preferenciales que simplifican o flexibilizan las normas para los productos y, a partir de 2017, dieron paso a la certificación de origen por parte de exportadores registrados, proceso conocido como autocertificación.

El exportador autorizado debe poder garantizar a sus autoridades aduaneras que es capaz de demostrar el carácter originario de sus productos y ello, le resultaría imposible si se tuvieran en cuenta las resoluciones citadas de las Naciones Unidas.
Por ello, en la actualidad, podrían estarse certificando irregularmente de origen en Malvinas, como territorio de ultramar (PTU) de la UE, a los pescados y mariscos -unas 200 mil toneladas anuales- capturados bajo licencia ilegal británica en la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEEA) o bien de origen español, por los Joint Venture armados en Malvinas, o de otros países miembros de la UE que capturan en la ZEEA con esas licencias británicas, compitiendo contra Argentina en el comercio europeo con ventajas arancelarias, aduaneras y de tránsito, en razón del libre comercio que impera en la Unión Europea e, inclusive, los PTU podrían quedar exentos de las normas de origen, favoreciendo la “pesca ilegal, no declarada, no registrada” (INDNR) que el Consejo de la Unión Europea ya prohibió a través del Reglamento (CE) N°1005/2008 dictado el 29/09/2008, por el que estableció, un sistema para prevenir, desalentar y eliminar la “pesca ilegal, no declarada y no reglamentada” y en la que considera pesca INDNR, la que se realiza por parte de los países, empresas o buques extranjeros sin la habilitación pertinente o que no puedan demostrar el origen. Pesca, que accesoriamente la Argentina, debería considerar como igualmente “ilegal, no declarada y no registrada” a la realizada sin autorización alguna o a la obtenida mediante licencias pesqueras u instrumentos similares, otorgados por terceros países a embarcaciones extranjeras o propias para la captura ilegítima en la ZEEA de los recursos pesqueros; o de los recursos migratorios en la área adyacente a la ZEEA, o que pertenezcan a una misma población o a poblaciones de especies asociadas a las de la ZEEA.

Es decir que, de ningún modo, las materias primas o productos obtenidos en los archipiélagos referidos o en el mar circundante, pueden seguir teniendo el estatus de europeos, antes o después del Brexit, ya sea porque son obtenidos en un territorio argentino ocupado en forma ilegal por Gran Bretaña y/o porque su comercialización debe encuadrarse, en los casos de pescados y mariscos como obtenidos de la pesca INDNR, ya que no se tratan de productos capturados fuera de las aguas jurisdiccionales, es decir en alta mar e, incluso, en estos casos, las capturas no deberían tratarse de recursos migratorios o asociados a la Argentina, el país ribereño, de acuerdo a la CONVEMAR.

Por otra parte, cualquier acuerdo del MERCOSUR antes o después del Brexit no debiera tener en cuenta a los territorios de ultramar (PTU) que la Argentina no reconoce que formen parte de la UE ni que sean parte del Reino Unido.
Las dificultades del Brexit entre el Reino Unido y la UE respecto a la presencia de una frontera visible o "dura", con controles, entre Irlanda del Norte e Irlanda (o República de Irlanda), debería ser lo contrario a las buenas relaciones entre el continente argentino y Malvinas, ya que esta, como integrante del territorio provincial de Tierra del Fuego, tiene derecho al libre intercambio comercial, en tanto y en cuanto los habitantes de Malvinas cumplan la legislación vigente en la Argentina, entre ellas la ley 24.922 en materia de pesca, lo mismo que ocurrirá con Irlanda después del Brexit, por ser parte integrante de la Unión Europea y ajena al Reino Unido. Sin embargo, sería bastante absurda la idea de algunos irlandeses del norte de tener regulaciones de la UE diferentes al resto del territorio británico, de igual modo que los territorios de ultramar.

La situación en el Reino Unido es ciertamente muy compleja, ya que tiene posiciones encontradas entre las exigencias del Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte y los diputados (35) del Partido Nacional Escocés (SNP) e incluso May tiene problemas con el ala dura del Partido Conservador. En este escenario los reclamos de Argentina a la Unión Europa pueden tener algo más de éxito que cuando el Reino Unido era parte integrante de esa comunidad.     
Y, si analizamos los motivos por los cuáles los británicos promovieron el Brexit, podríamos imaginarnos qué tanto le preocupa el destino de unos cuantos isleños en Malvinas. Un ejemplo de ello es la reacción del Gobierno de Gibraltar ante acuerdo del Brexit alcanzado por la Unión Europea y el Reino Unido.

Ha llegado la hora, que nuestra Cancillería, tenga una política activa, que se sobreponga a 53 años de reiterados e inconducentes reclamos a Gran Bretaña que se siente a negociar la soberanía conforme lo previsto en la Res. de la ONU Nº 2065/65 y, por supuesto, llevar adelante una política absolutamente contraria a la de facilitar -acuerdos de investigación pesquera mediante- la captura de nuestros recursos en nuestro territorio marítimo, por parte de buques extranjeros con licencia ilegal británica.



Dr. César Augusto Lerena
Experto en Atlántico Sur y Pesca, ex Secretario de Estado, ex Secretario de Bienestar Social (Ctes) ex Profesor Titular Universidad UNNE y FASTA, Asesor del Senado de la Nación, Doctor en Ciencias, Consultor, Escritor, autor de 24 libros y cientos de artículos de la especialidad.