¿una avanzada del globalismo?
La Prensa, 21.06.2020
POR MARIO CAPONNETTO Y
MIGUEL DE LORENZO
Como dejamos asentado en
nuestra anterior entrega, y en el marco de nuestra preocupación como católicos
ante ciertas actitudes de la Santa Sede, nos pareció oportuno centrar nuestro
análisis en las llamadas Scholas occurrentes, algo así como Escuelas para el
encuentro si nos atenemos a la expresión latina. Lo primero fue consultar la
página oficial de las Scholas; allí pudimos leer entre otras cosas:
Somos institución y somos
relato, el relato de nuestro propio andar. Somos eso que nos contamos y que nos
cuentan de nosotros mismos… una institución abierta al encuentro que nos
re-crea. Como una obra de arte, custodiando las diferencias, vamos escuchando
qué es eso único de Scholas (1).
Para nosotros, no deja de
ser un tropiezo esta aproximación inicial dado que algo que a un tiempo sea
institución y relato escapa, en cierto modo, a nuestra posibilidad de
comprensión. Pero las sorpresas no paran aquí. Así, en la misma página y en
referencia al origen de la “institución -relato”, leemos:
Desde sus inicios, el Papa
Francisco soñó Scholas como la posibilidad de dar una respuesta concreta al
llamado de ésta época, confiriéndole la tarea de educar en la apertura al otro,
en la escucha que al reunir los pedazos de un mundo atomizado y vacío de
sentido, comience a crear una nueva cultura: la Cultura del Encuentro (2).
Hay más todavía para
alimento de nuestra perplejidad:
En Scholas soñamos una
educación que -abriéndonos al encuentro con el otro- nos devuelva el contacto
con la vida para, desde allí, crear un nuevo mundo […] El “Qué te Pa” (¿Qué te
pasa?), nacido en la primer experiencia educativa de Scholas, es un llamado a
atrapar el sentido que se crea en el encuentro, para revelar quién soy, y
celebrarlo. Los jóvenes del mundo, con sus “Qué te Pa,” nos cuentan qué les
pasa cuando viven nuestras experiencias educativas, permitiendo que Scholas no
termine en la institución, sino que siempre siga abierta, que siempre se siga
re-creando (3).
El “Qué te Pa” sigue
poniendo ante los azorados ojos del navegante de la página una serie de frases
que son un auténtico muestrario de cursilerías al uso. Veamos algunas: “Me nace
ser constante como una fuente, libre como en los sueños, pleno como un niño,
amar las diferencias, sentir desde el otro”. O esta: “Estamos intentando no
cambiar el mundo, sino comenzar uno nuevo, que no conocíamos pero soñábamos, y
al final… todo encuentra sentido”. Y esta otra: “Ese momento en que de verdad
abres los ojos y descubres una nueva forma de ver la vida (4).
IDEARIO DIFUSO
En vano se recorrerán las
páginas de estas curiosas Scholas si se intenta hallar la menor referencia a
Dios o a cualquier idea de trascendencia. Menos aún el menor vestigio de la fe
católica. Todo se resuelve en un difuso ideario humanista centrado en el
encuentro, la exaltación de las diferencias, la apelación constante a
vaguedades utópicas como un mundo nuevo soñado pero no conocido y demás
bagatelas para el consumo de multitudes idiotizadas.
Por otra parte, el mismo
Papa Francisco, en varias ocasiones, ha manifestado que no le importa si un
niño es educado en la fe católica, en el budismo o en el judaísmo: lo
importante es que sea educado. Esto es curioso, por decir lo menos, sobre todo
dicho por un Papa. La Iglesia siempre enseñó que el fin de la educación es, en
definitiva, proveer al hombre de los medios para su salvación; y esos medios,
hasta donde sabemos, no resultan indiferentes al anuncio del Evangelio de
Jesucristo.
Veamos, en abono a lo que
decimos, el contraste entre la propuesta difusamente filantrópica de Scholas
con el pensamiento de Benedicto XVI:
La fraternidad cristiana es
la fraternidad en el seno de la Iglesia, es la fraternidad recíproca de los
cristianos que invocan a Dios con confianza como Abba (Padre Nuestro) como
Jesús nos enseñó. Jesús no tiene como objetivo la parte sino el todo, la unidad
de la humanidad. Pero la fraternidad cristiana no se puede reducir a
filantropía, no se puede asimilar al cosmopolitismo estoico o ilustrado, sino
que es expresión de verdadero universalismo, porque está al servicio del todo
mediante el ágape (amor) y la diaconía (servicio) (5).
Pero aparte de cuanto
llevamos dicho hay otras cuestiones que incrementan nuestra inquietud. Por
ejemplo ha trascendido tibiamente que contribuyen a la financiación del
proyecto poderosos representantes del poder internacional del dinero. Esta
llamativa contradicción en realidad no es tal para los adscriptos a la teología
del pueblo. También no han faltado algunos rumores respecto de maniobras de
desviación de fondos. Pero de esto nada nos consta.
Como nota adicional, unas
pocas semanas atrás se difundió la noticia que por indicación de Francisco
fueron seleccionados ciento veinte alumnos de Scholas para mantener una suerte
de diálogo educativo con Alberto Fernández. Desconocemos qué prefirió el
profesor para dar forma a esa clase inaugural; pero si se tiene en cuenta los
temas en los que se destaca el profesor Alberto suponemos que no habrán estado
ausentes cuestiones fundamentales como la educación sexual integral, la
educación para el aborto de acuerdo a los textos de santo Tomás y san Agustín
y, ante lo limitado del tiempo de clase, no creemos que haya avanzado mucho
más. Pero confiemos en que habrá otras clases magistrales en la que se
enfocarán otras áreas fundantes del saber: “el cinismo como forma de vida” y
“acerca de las múltiples formas de la mentira y el engaño”. Es posible y así
confiamos, que el profesor quede incorporado al núcleo permanente de Scholas
que como Institución Internacional de Derecho Pontificio bien lo merece.
CRISTO AUSENTE
En otro orden de cosas, pero
vinculado con lo que venimos tratando, en la celebración de la Pascua el Papa
Francisco propuso un salario universal para los integrantes de los movimientos
sociales. Antes, había pedido que cesara la venta de armas. Y luego, otra vez,
la condonación de deudas de los países endeudados. Ya se había encontrado
largamente con los representantes del FMI. Nos apresuramos en aclarar que no se
está pidiendo nada malo, nada objetable, Lo verdaderamente extraño es que el
representante de Cristo en la tierra, celebrando la Pascua de Resurrección, se
ocupe menos de Cristo y la salvación de las almas, que de las cosas de este
mundo. Como vemos, se habla de armas, de salario universal, de condonación de
deudas, de FMI. El único a quién no fue sencillo descubrir en esta Pascua fue a
Cristo Resucitado.
Pero no se le puede
reprochar incoherencia al Papa Francisco en tanto fiel ejecutor de la ortopraxis
en perjuicio de la ortodoxia, y menos aún en cuanto al tiempo y esfuerzo que
parece dedicar a la acción política. La política, ya vimos, es el camino para
cambiar las estructuras sociales injustas, esto es, ortopraxis para usar lo que
haga falta en vista a tales objetivos. ¿Y el cielo? Eso queda para los
gorriones como solía decirse: nosotros nos ocupamos de edificar el paraíso
terrenal para el pueblo de Dios, este es el Reino.
Advirtamos a propósito del
Reino, una vez más, el contraste con la postura de Benedicto XVI:
La palabra clave del anuncio
de Jesús es Reino de Dios. Pero el Reino de Dios no es una cosa, una estructura
social, o política, una utopía. El reino de Dios es Dios. Reino de Dios quiere
decir que Dios existe, está presente y obra en el mundo. Dios es la realidad
más presente y decisiva en cada acto de mi vida, en cada momento de la historia
(6).
Volvamos, para concluir, a
las Scholas. Para el 14 de mayo se había previsto, en Roma, un evento mundial
con el objetivo expreso de “reconstruir el pacto educativo global” a fin de
“dar forma al futuro de la humanidad formando individuos maduros que puedan
superar la división y cuidar nuestra casa común”. En un video de poco más de
cuatro minutos, el Papa a la par que invitaba a las personalidades del mundo a
acompañarlo en dicho evento anunciaba, claramente, la necesidad de educar para
un cambio centrado en el encuentro y en la ecología. Partiendo de la base de
que “estamos construyendo el futuro del planeta”, el Papa afirmaba que “hoy más que nunca es necesario
unir los esfuerzos por una alianza educativa amplia para formar personas
maduras, capaces de superar fragmentaciones y contraposiciones y reconstruir el
tejido de las relaciones por una humanidad más fraterna”.
Es interesante destacar que
en preparación de este evento mundial, hacia fines del año pasado la Santa Sede
publicó un llamado Instrumentum Laboris para el Pacto Educativo Global. En este
documento, tras citar la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium y la
Encíclica Laudato si, se afirma:
En base a estos dos
importantes documentos, Papa Francisco quiere recordar con el acontecimiento
del 14 de mayo de 2020, centrado en la necesidad de reconstruir el pacto
educativo global, es la idea que «todo cambio, como el de época que estamos viviendo,
pide un camino educativo, la constitución de una aldea de la educación que cree
una red de relaciones humanas y abiertas. Dicha aldea debe poner a la persona
en el centro, favorecer la creatividad y la responsabilidad para unos proyectos
de larga duración y formar personas disponibles para ponerse al servicio de la
comunidad […]” (Discurso a los miembros del cuerpo diplomático acreditado ante
la Santa Sede con motivo de las felicitaciones del año nuevo, 9 de enero de
2020) (7).
ANTROPOCENTRISMO
Está más que clara la
intención globalista y antropocéntrica que inspira el Instrumentum Laboris y
que no es otro que el ideario que sustenta el proyecto de las Scholas.
Por ahora, gracias al
coronavirus, la realización del evento ha sido aplazada hasta el próximo mes de
octubre. Abrigamos la esperanza de que esta dura experiencia de dolor y
sufrimiento haya hecho, para entonces, reflexionar al Santo Padre y en vez de
promover la falsa ética del globalismo inmanentista y anticristiano se dedique,
simplemente, a anunciar a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de
Jesucristo y a confirmar en la fe a sus hermanos.
Notas
1. Ver Scholas occurrentes
en https://www.scholasoccurrentes.org/sobre-scholas
2. Ibídem.
3. Ibídem.
4. Ibídem.
5. Joseph Ratzinger, La
Fraternidad de los cristianos, Salamanca, 2015, capítulo 3.
6. Joseph Ratzinger
(Benedicto XVI), El elogio de la conciencia. La verdad interroga al corazón,
Madrid, segunda edición, 2010, página 127.
7. Pacto Educativo Global.
Instrumentum Laboris, página 3.