y el juego perverso de los gremios
POR CLAUDIO CHAVES
La Prensa, 05.10.2020
El hecho de ir a la escuela, encaminarse hacia
ella genera una disposición al estudio en el niño y el joven que no se logra
desde su casa.
La angustia de padres y alumnos por el año
perdido alcanza niveles de honda preocupación. Los medios electrónicos de
ningún modo pueden suplir a la escuela primaria y secundaria, el espacio físico
es el ámbito ideal de estudio, convivencia y saberes. El hecho de ir a la
escuela, encaminarse hacia ella genera una disposición al estudio en el niño y
el joven que no se logra desde su casa y por internet, y esto es así en la
mayoría de los casos, aun en los que cuentan con casa, con familia e internet.
Las autoridades educativas tanto nacionales
como provinciales se niegan a hablar claro. Que sí, que no, que en esta mano
está. El juego es perverso. Van atrás de los acontecimientos. Ciertamente no
son los únicos responsables, los gremios contribuyen al dislate, algún
dirigente ha afirmado: "Hasta que no haya vacuna no habrá clases, no habrá
escuelas". Nadie ignora que la pandemia genera temor. Sin embargo, hay
regiones, ciudades, pueblos o escuelas que en función de sus realidades podrían
abrir sus puertas y recibir a los niños y a los jóvenes. El Covid- 19 puede
ayudar, con su tragedia, a pensar otra modalidad educativa, más cercana a los
docentes, a los padres, a los alumnos, a la comunidad educativa toda.
La variable de escuelas comunitarias o auto
gestionadas son una posibilidad que vale la pena experimentar puesto que la
centralización en el Estado Nacional o provincial, dejan a los docentes y a los
padres fuera de las decisiones que deberían estar en sus manos dado que son los
que mejor conocen la situación particular.
EDUCACION SECUNDARIA DE ADULTOS
Hubo y hay en la argentina distintas
experiencias educativas que revelan el valor de llevar el poder a las escuelas
y a la comunidad educativa.
La experiencia de la Educación Secundaria de
Adultos iniciada en el país durante el Gobierno militar del general Juan Carlos
Onganía, es un ejemplo digno de recordar. En 1970 se abrieron seis centros
educativos gestionados por empresas y sindicatos donde lo importante era la
cesión de poder a la sociedad civil. Las entidades conveniantes ante la
necesidad de educar a sus trabajadores ofrecían sus instalaciones y servicios y
solicitaban un centro educativo. Aprobada la petición elevaban una terna de
posibles directores que debían contar con título docente y la Dirección del
Adulto elegía a uno de ellos.
Luego el resto del plantel era elegido por el
director con el aval de la entidad conveniante y en el marco del proyecto
educativo de la Escuela. El salario docente lo pagaba el Estado Nacional pero
la liquidación del mismo la realizaba el director, del depósito bancario que
giraba el gobierno.
Esta modalidad fue luego impulsada
exponencialmente por el tercer gobierno peronista de 1973, a través del doctor
Carlos Grosso como Director Nacional de Adultos (DINEA) que de seis centros
educativos recibidos los llevó a sesenta y seis. ¿Qué era lo novedoso y
distintivo de esta experiencia? Se establecían convenios con sindicatos,
empresas, clubes, la Iglesia, entre otros, que decidían en función de sus
necesidades, una cultura escolar sin la cual no hay proyecto educativo. Era la
Escuela quien elegía al docente y no las Juntas de Clasificación, como se hace
ahora, órgano externo a la Escuela, manejado por los gremios y la burocracia
estatal. Hoy se habla mucho de dar poder a los directores, lo que no se dice,
para no disgustar al establishment educativo, es que el verdadero poder de un
director es elegir el plantel docente y gozar de autonomía financiera, para
lograrlo hay que correr a los gremios y a la burocracia pedagógica-estatal.
Veamos.
EN LA DIRECCION CORRECTA
La educación argentina marchaba en la
dirección correcta, esto es, acercarse a la gente, de pronto se frenó en seco y
todo se estancó en las estructuras ministeriales de provincia.
Hagamos un poco de historia y refresquemos
algunos datos. El Congreso Pedagógico Nacional convocado por el presidente Raúl
Alfonsín concluyó con cuatro ideas fuerza: federalismo, regionalización,
provincialización y desconcentración con articulación interjurisdiccional. La
idea del Congreso fue partirle el espinazo al centralismo educativo que venía
desde la Ley Lainez de 1905. Esas ideas fueron puestas en la Ley Federal de
Educación de 1993, bajo la presidencia del doctor Carlos Menem. El artículo 5
de la Ley decía: El Estado Nacional deberá fijar los lineamientos de la
política educativa respetando los siguientes derechos, principios y criterios:
A) Fortalecimiento de la identidad nacional
atendiendo a las idiosincrasias locales, provinciales y regionales.
B) Estímulo a las innovaciones educativas y
los regímenes alternativos de educación particularmente los sistemas abiertos.
C) La participación de la familia, la comunidad, las asociaciones docentes
legalmente reconocidas y las organizaciones sociales.
D) El derecho de los padres como integrantes
de la comunidad educativa a asociarse y a participar en organizaciones de apoyo
a la gestión educativa. Este artículo habilitó a que el Ministro de Educación
de San Luis doctor Héctor Torino creara en 1999 ocho escuelas auto gestionadas
que serían en nuestro país una réplica de las charters de los Estados Unidos.
La resistencia al proyecto fue formidable: el gremio docente, la estructura
burocrático-administrativa, el cuerpo profesoral de la Universidad de San Luis,
en fin los notables de la pedagogía explícita.
En síntesis, se constituían Asociaciones
Educacionales (docentes, padres, vecinos) sin fines de lucro a las cuales el
Estado provincial les cedía la infraestructura edilicia. Estas Asociaciones
serían responsables de los resultados pedagógicos y financieros. Organizarían
su currículum, los horarios y el período de clases con un mínimo de días.
Conducirían el establecimiento, contratando el personal docente y fijando su
salario. Llevarían adelante la administración financiera y contable. Los fondos
para el salario docente los giraría el Estado según un cálculo del costo por
alumno, con un excedente de un 20%, lo que significaba que cuanto más alumnos,
mayor el ingreso económico que podrían derivar en aumentos salariales o
inversiones en material pedagógico o infraestructura. La decisión está en la
Escuela. Plena autonomía. Las instituciones serían supervisadas tanto a nivel
pedagógico como financiero. En fin, hay mucho más para detallar que excede a un
artículo periodístico. El éxito fue tan espectacular que hubo colas de padres
en las puertas de los colegios para inscribir a sus hijos agotándose las
vacantes de manera inmediata.
RETROCESO K
Lo cierto fue que con la llegada del
kirchnerismo se retrocedió en todo aquello que tenía que ver con la
participación de la comunidad. Volvía todo a manos de los entendidos. Los
sabios del Olimpo pedagógico. Tan cierto es esto que la nueva Ley de Educación,
la 26.206, sancionada en el 2006 a instancias del ministro Daniel Filmus, en el
artículo 5, (compárelo el lector con el artículo 5 de la Ley Federal de la
década del 90, arriba citado) y verá la diferencia. En la kirchnerista dice: El
Estado Nacional fija la política educativa y controla su cumplimiento con la
finalidad de consolidar la unidad nacional, respetando las particularidades
provinciales y locales.
Desaparecen la sociedad civil, la familia, las
entidades intermedias y las asociaciones docentes.
La idea era clara no habilitar la posibilidad
de escuelas auto gestionadas dejando en manos de los "entendidos" la
vida escolar. Para salir de esta ciénaga
que todo lo traga hay que sacar de las escuelas las ideas progresistas sesgadas
al centralismo, a los gremios y a la burocracia estatista. Es una buena
oportunidad para comenzar ya.