pero a no
desanimarse
Aica, 29-10-20
El arzobispo
emérito de La Plata, monseñor Héctor Aguer, afirmó que no podemos dejar de
reconocer que la situación argentina actual no es buena, no la estamos pasando
bien, y tras enumerar algunas de las dificultades por las que atraviesa el
país, pidió no desanimarnos, ver las cosas como son, no engañarnos sobre eso y
no dejarnos engañar, pero rezar mucho y no perder la esperanza que se funda en
la bondad de Dios, en su misericordia y también en lo que nosotros, por
pequeños que seamos, podemos hacer. Lo dijo en su reflexión editorial del
programa Claves para un Mundo Mejor que se emitió por el canal 9 el sábado 24 de
octubre.
“Aquí, en Claves
para un Mundo Mejor -comenzó diciendo el prelado-, encontramos cada semana una
dimensión muy bella de buenas noticias y realidades buenas que las hay
ciertamente. Sin embargo no podemos dejar de reconocer que la situación argentina
actual no es buena, no la estamos pasando bien”.
Error en la
política sanitaria
“Si queremos hacer
una enumeración debemos mencionar en primer lugar la pandemia donde la culpa no
la tiene solamente el virus sino el error en la política sanitaria adoptada. Al
principio, cuando no había contagios, nos encerraron a todos y ahora, tras
varios meses, la gente está harta. Y no sólo la gente está harta y quiere salir
sino que la ruina económica y social es pavorosa. Uno saliendo por la calle ve
cuántos comercios cerraron en forma definitiva. Lo vi aquí en La Plata donde
hay carteles que dicen: cerrado por liquidación final. ¡Y cuántas pequeñas y
medianas empresas también se fundieron!”.
Pobreza en un país
rico
“Vemos también la
falta de trabajo y cuánta gente está sin trabajo, no puede ganarse el pan y se
tiene que convertir necesariamente en cliente del Gobierno. Las últimas cifras
de la pobreza dicen que llega casi al 50% y uno se pregunta ¿cómo es posible
esto en un país tan rico potencialmente como la Argentina que podría alimentar
a cuatrocientos millones de personas? ¿Qué es lo que pasa? Y esto no es
solamente ahora porque esto viene de muy lejos. El gobierno actual le echa la
culpa al anterior pero esto viene de más atrás”.
Discurso del odio
o la grieta
“Además hay una
especie de discurso del odio o la grieta, como se le dice, que está dividiendo
a la sociedad más de lo que está dividida. Esa división puede darse por muchas
razones pero es terrible que se la incentive y que los políticos la incentiven
cuando realmente ellos son los primeros culpables de lo que pasa y me atrevo a
decir eso porque creo que es así y es verdad”.
Sueldos fabulosos
y nuevos organismos
“La actividad
política -prosiguió monseñor Aguer- parece que es solo para los políticos no para
el pueblo. Observen ustedes: ¿Cómo es posible los sueldos que ganan los
políticos? La cantidad de asesores que tiene cada diputado o cada senador o
funcionario con sueldos fabulosos. El Estado sigue creando instituciones,
creando organismos en la sociedad y entonces se convierte en una especie de
elefante que aplasta todo lo que puede”.
23 ministerios
contra los 8 tradicionales
“Veo, por ejemplo,
en el caso de la ideología de género que el gobierno asumió como propia. Allí
se crearon varios organismos precisamente para promover la ideología de género.
Hay ahora un Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad y se creó una
Dirección de Promoción de las Masculinidades. No sé qué será eso realmente pero
la cantidad de organismos nuevos que se crean es tremenda. Tenemos ahora 23
ministerios y demás, cuando hubo, tradicionalmente, 8 o 9 ministerios y eran
épocas en que la Argentina andaba mucho mejor”.
Cáritas no
alcanza, hay que rezar
“Esta lista no es
para que nos agobiemos sino para que nos demos cuenta de la situación que
estamos viviendo. Cáritas hace un gran esfuerzo, hace todo lo que puede pero
ante tanta necesidad está haciendo poco pero cada uno de nosotros tiene algo
que hacer. Lo primero es rezar y rezar mucho porque nosotros creemos en la
fuerza de la oración. La fuerza de la oración no es algo mágico ciertamente y
tiene que ir acompañada de las buenas obras, de las buenas intenciones, del
trabajo personal pero es fundamental que recemos mucho más y que recemos por la
patria, que recemos por nuestros hermanos que la están pasando tan mal y luego,
también, personalmente podemos hacer algún bien”.
“Como decía,
Cáritas está casi agotada a pesar de todo lo que se sigue dando a tanta gente,
pero cada uno de nosotros tiene que hacer algo. Ese gesto pequeño que hacemos
con el más necesitado que tenemos cerca, con algún vecino o alguien que se nos
acerca a pedir, tiene un valor inconmensurable si lo hacemos con caridad, con
el deseo de cumplir lo que el Señor nos enseñó que es el amor a Él y el amor al
prójimo por encima de todos”.
“Por lo tanto a no
desanimarnos. Ver las cosas como son, no engañarnos sobre eso y no dejarnos
engañar, pero rezar mucho y no perder la esperanza que se funda en la bondad de
Dios, en su misericordia y también en lo que nosotros, por pequeño que sea,
podemos hacer”, concluyó.+