la Justicia sigue
sin explicarse por qué Puerto Madero estaba repleto de espías el día de la
muerte de Nisman
Por Patricia
Blanco - Martín Angulo
Infobae, 17 de
Enero de 2021
Al misterio que
rodea la muerte de Alberto Nisman, ocurrida hace seis años, se le suma un
segundo interrogante que, pese al tiempo transcurrido, sigue sin respuestas:
por qué el domingo 18 de enero de 2015, antes de que se descubriera en el baño
de su departamento el cadáver del fiscal de la UFI AMIA con un tiro en la
cabeza, la zona de Puerto Madero estaba “repleta” de espías. La pista de los
investigadores para intentar develar ese enigma reside en el entrecruzamiento
de unos 500 teléfonos que ya fue elevado a la fiscalía de Eduardo Taiano.
La fiscalía planea
en febrero, apenas se reanude la actividad judicial, avanzar con la citación de
más de 80 espías o ex espías, cuyos teléfonos impactaron en antenas de la zona
de Puerto Madero y la Casa Rosada, y reportaron a sus jefes. Esos jefes
hablaron por esas horas con distintos funcionarios del Ejecutivo de entonces.
Quieren interrogarlos como testigos para saber qué hacían ahí. Y también
quieren saber la identidad de un, hasta ahora, misterioso y supuesto agente que
estuvo en cercanías de la casa de Diego Lagomarsino aquel domingo 18.
Como se trata de
espías, sus nombres son secretos, insisten los investigadores. Pero en la
nómina podría estar el ex agente de la SIDE Fernando Pocino, un radical que se
había enfrentado al sector interno de Antonio “Jaime” Stiuso y había quedado
posicionado cerca del kirchnerismo para el momento de la muerte de Nisman. Por
ese entonces era director general de Reunión de Información. Hasta ahora, nunca
declaró en la causa. Su nombre aparece ligado a otra explosión de llamados que
hubo ese fin de semana entre figuras políticas y jerarcas de la AFI y que había
sido detectada por la División Fraudes Bancarios a fines de 2015.
En la lista de
esas llamadas se mencionan también al hoy senador Oscar Parrilli, titular
entonces de la AFI; al hoy viceministro de Justicia Juan Martín Mena -número 2
en la central de espías-; al ex jefe del Ejército César Milani y a quien era el
titular de la Policía Bonaerense, Hugo Matzkin, entre otras personas. Por
entonces, en declaraciones públicas los ex funcionarios justificaron la
intensidad de esos llamados en el robo de un misil en las afueras de La Plata
ocurrido el jueves 15 de enero y en la seguridad del superclásico entre River y
Boca que debía jugarse en Mar del Plata. Justo ese sábado 17 por la tarde,
además, se incendió un sector de la Casa Rosada, que provocó que se perdiera
información sobre cámaras de seguridad e ingresos y egresos de la Casa de
Gobierno, según se detectó en la causa del Memorándum.
Hay otros dos
indicios que siguen en la fiscalía y que podrían aportar nuevas pistas a la
investigación del caso. El primero: el hallazgo de unos 20 equipos telefónicos,
encontrados por la actual conducción de la AFI que fueron entregados a la fiscalía
para que analice si pueden estar relacionados con la causa. Si puede servir o
no al expediente, está por verse.
El segundo, y más
prometedor para los investigadores, reside en una serie de escuchas registradas
en el marco de una vieja causa conocida como “Dark Star”, que expuso una
interna de espionaje e intervenciones a decenas de teléfonos de políticos,
empresarios y agentes. Según pudo saber Infobae, la fiscalía pidió los audios
originales de esas escuchas al juez Luis Rodríguez. Uno de los puntos que llamó
la atención es que los audios del 17 de enero de 2015 no aparecían. Ahora,
aparecieron, revelaron a Infobae las fuentes consultadas.
El
entrecruzamiento de llamadas, sin embargo, no terminará ahí. Se espera una
segunda tanda de análisis sobre las comunicaciones que tuvieron esas líneas con
otros teléfonos a rastrear.
Una suerte de
mamushkas en donde pueda vislumbrarse un dato clave que permita relevar qué
hacía el mundo del espionaje ese día y las comunicaciones que mantuvieron con
funcionarios del Ejecutivo en una semana caliente: la denuncia de Alberto
Nisman contra la entonces presidenta Cristina Kirchner por el encubrimiento al
atentado de la AMIA, a través del Pacto con Irán, radicada el 14 de enero,
había sacudido a la política local e internacional y deparaba horas de tensión
el lunes 19 de enero cuando el Congreso esperaba al fiscal para interrogarlo
por las pruebas de su acusación.
“Si tiramos del
hilo correcto, por ahí aparece lo que buscamos”, dijeron a Infobae los
investigadores frente a la complejidad del escenario y la posibilidad de que
pueda no llegarse a nada concreto. “Uno habla del mundo de inteligencia y se
imagina que atrás está James Bond. Y acá hay de todo: a veces están los
SuperMarioBross y a veces hay gente profesional que si no quiere que existan
huellas, sabe cómo hacer para no dejarlas”.
Teléfonos sin
respuestas
La tarea del
entrecruzamiento, insisten, es compleja. A eso se suma la burocracia: cada
compañía telefónica tiene formas distintas de registrar las comunicaciones y el
expediente al que accedió Infobae está repleto de órdenes de presentación y
reclamos a las distintas compañías en busca de cómo acceder a esa prueba.
La regla es que el
teléfono toma la antena más cercana. Pero la más cercana también puede ser un
enigma: depende del clima, de las edificaciones, de si hay más antenas
cercanas, de si en ese momento están colapsadas. Los investigadores piensan ese
“más cercano” como un radio de unas diez cuadras.
Una vez que
tuvieron los teléfonos a detectar, las computadoras, con el programa Y2 que se
usó, se caían. “No agarraba por la cantidad de teléfonos que estuvimos
entrecruzando. Se trata de llamados de línea o mensajes de texto que, a 2015,
todavía era común usar”, explican. Quedan afuera, sin embargo, cualquier clase
de comunicación por Whatsapp, que por esos días ya se usaba. Es más, el propio
Nisman usó esa vía para mandarle a Waldo Wolff la foto con el texto de su
denuncia y los marcadores amarillos, preparando la presentación que haría en el
Congreso el lunes 19.
Lo que sí está
claro es que no se trata de saber el contenido de lo que hablaban esos espías
desde esos 500 teléfonos investigados. No hay posibilidades de tener esos datos
porque los teléfonos no estaban intervenidos (salvo los del caso Dark Star),
pero lo que sí tienen son los movimientos de los celulares en áreas que la
fiscalía entiende sensibles.
“Llama la atención
que hay mucha gente ese domingo en la zona de Puerto Madero hablando en forma
directa con el Ejecutivo y en los alrededores de la casa de Diego Lagomarsino.
¿Por qué estaban ahí? Eso es lo que queremos saber –dicen las fuentes a
Infobae-. Se analizó un año entero de comunicaciones para saber si esos
llamados eran habituales. La cantidad de gente que habló ese día no era
normal”.
Tampoco -dicen- se
explica el llamativo silencio de otros protagonistas justamente el día
anterior. Precisamente, el sábado 17 de enero, el día en que Nisman estaba
encerrado en su departamento. “El domingo hubo muchos agentes en la zona. El sábado,
en cambio, es como si hubieran desaparecido”, señalan los investigadores.
La figura del
espía Antonio “Jaime” Stiuso siempre fue incluida dentro de ese silencio. Es
que, según está corroborado en la investigación, Nisman intentó comunicarse
varias veces con Stiuso después de haber hecho su denuncia, pero no consiguió
que el otro agente más poderoso del país respondiera sus llamadas. Stiuso había
sido desplazado de la entonces SIDE en diciembre de 2014, mientras el gobierno
de Cristina Kirchner lo denunciaba penalmente.
“No le contesté
porque estaba el teléfono en vibrador. Y si hubiera escuchado no iba a hablar
con él. Porque prendías la televisión y veías que era Stiuso y el títere
Nisman. Lo iba a terminar de hundir si lo atendía, lo iba a llamar después que
se presentara en el Congreso”, dijo Stiuso en el documental que hizo Netflix el
año pasado. Allí, Stiuso ratificó su convicción de que a Nisman lo mataron. Y
afirmó que a él CFK lo querría muerto.
En la causa,
Stiuso declaró tres veces: la primera ante la primera fiscal Viviana Fein; la
segunda ante la jueza Fabiana Palmaghini; la tercera vez fue revelada por
Infobae hace un año. Después de la segunda declaración de Stiuso, Palmaghini
entendió que el caso debía pasar a la justicia federal. En los tribunales de
Comodoro Py se estableció que la muerte de Nisman fue un homicidio cometido en
el marco de su trabajo. El asesino y las razones específicas de ese crimen, sin
embargo, son por ahora un misterio.
Lagomarsino está
procesado como partícipe necesario del homicidio. Es por haber entregado la
pistola Bersa calibre 22 desde la que se disparó el tiro fatal en la sien de
Nisman. El perito informático insistió ante la Justicia y ante los medios que
el fiscal le pidió que lo ayudara y le prestara esa arma para defenderse por si
aparecía “algún loquito” que quisiera agredirlo tras su denuncia contra
Cristina Kirchner. Su defensa apunta a la hipótesis de un suicidio.
El perito
informático no apeló su procesamiento. Su defensa asegura que quiere que se lo
mande a juicio ya mismo, junto a los cuatro custodios que ese fin de semana
debían garantizar la seguridad del titular de la UFI AMIA y que están
procesados por encubrimiento e incumplimiento de los deberes de funcionario
público.
Para la fiscalía,
sin embargo, la investigación sobre Lagomarsino no está cerrada. Y tampoco para
los custodios hasta que no puedan analizar los equipos electrónicos que se
secuestraron en la casa de esos policías y del perito informático (unas 200
computadoras, chips, discos externos y hasta una play station) . La defensa de
Lagomarsino se opone a que ese material sea revisado por el fiscal Taiano en
vez de por el juez Julian Ercolini. El tema está en discusión en la Corte
Suprema.
Pero las sospechas
sobre Lagomarsino siguen en la fiscalía. Y uno de los focos del
entrecruzamiento de llamados sobre el que la fiscalía puso la mira es en la
presencia de un teléfono de la AFI en las inmediaciones de la casa de
Lagomarsino el domingo 18 de enero de 2015. Hasta el día de hoy, la Justicia
dice no saber quién era el usuario de ese teléfono y por qué estaba allí. Lo
que saben es quién tenía en la AFI asignado ese teléfono y que se activó en la
antena de la casa de Lagomarsino. Entre la lista de esos espías o ex espías que
convocarán en breve está el hombre que tenía a su cargo la flota para que
revele a quién le entregó ese teléfono.
De la
reconstrucción que hicieron sobre ese número en particular, los investigadores
sostienen que lo que saben es que ese domingo 18 de enero de 2015 ese teléfono
estuvo en cercanías de la casa de Lagomarsino, en Martínez, durante casi todo
el día. Solo se fue un rato a la tarde y después reapareció. Si eso implica que
pudo haber estado dentro de la casa de Lagomarsino, si pudo haberlo estado
vigilando o “si tenía una tía que justo fue a visitar ese domingo”, en la
Justicia nadie puede decirlo.
La defensa de
Lagomarsino, en tanto, apostaba a que se citara a declarar a todos los expertos
que participaron de los peritajes médicos y criminalísticos durante la causa.
Eso iba desde los que hicieron la autopsia, a los que participaron de la junta
interdisciplinaria y los que hicieron el estudio de Gendarmería que habló del
homicidio. La fiscalía ya rechazó esa posibilidad. “Nuestra base es lo que dijo
la Junta Interdisciplinaria. Para nosotros la cuestión está zanjada”, afirman
los investigadores. Sin embargo, la defensa de Lagomarsino apeló esa negativa.
La investigación,
en tanto, también se bifurca hacia el plano internacional y se aguarda con
expectativa saber si se podrá interrogar a Uzi Shaya, un espía del Mossad que
aseguró en la televisión israelí a mitad de 2020 que se había reunido con
Nisman antes de que el fiscal radicara su denuncia contra CFK y dijo haberle
entregado pruebas sobre supuestos pagos del régimen de Teherán a funcionarios
argentinos.
Por lo pronto, el
juez Ercolini prepara un pedido a la justicia israelí, vía Cancillería, para
interrogar por videoconferencia a Uzi Shaya. La defensa ya aportó su pliego de
preguntas, al que accedió Infobae, en donde piden precisiones sobre el
encuentro, detalles sobre un trabajo para los fondos buitres y certezas sobre
la entregada de material. Para los próximos días se espera conocer qué quiere
preguntar la querella de Sara Garfunkel, madre de Nisman. ¿Permitirá el Mossad
que declare un espía? La Justicia argentina aún no lo sabe. Ni siquiera pudo
confirmar si ese hombre es realmente un espía, señalaron a Infobae.
No obstante, los
investigadores localizaron a través de un periodista argentino a la periodista
que le hizo la nota, Illana Dayan. Ella dijo que sí pero que tenía que
consultar al área de legales de su empresa. Después ya no contestó los pedidos
de los investigadores argentinos para poder concretar su testimonio.
Lo que dijo a la
prensa este presunto agente israelí es que contactó a Nisman cuando estaba en
Europa. Para los investigadores argentinos, esa versión aparece cuanto menos
sospechosa. En la causa ya está acreditado que Nisman tenía los pasajes de
vuelta antes de haber partido rumbo a Europa a pasar sus vacaciones con sus
hijas. Además, la versión del agente da a entender que se reunieron en Madrid,
pero el fiscal de la UFI AMI solo estuvo unas horas en esa ciudad y en el
aeropuerto para emprender su regreso a Buenos Aires. Oscuridades que aún no
pueden iluminarse.