AL REORDENAMIENTO POLÍTICO ARGENTINO
COMUNIDAD
ORGANIZADA y FEDERALISMO
José Arturo
Quarracino - Juan Carlos Vacarezza
Hace 2 años, el 9
de abril de 2019, presentamos en Banfield nuestro libro sobre el legado
filosófico y doctrinal de Juan Domingo Perón, en feliz coincidencia con el 70º
aniversario de la clausura del famoso Primer Congreso Nacional de Filosofía,
realizado en Mendoza, desde el 30 de marzo al 9 de abril de 1949.
Nos acompañó en
esa presentación el dirigente sindical Julio Benjamín González Insfrán,
secretario general del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de
Cabotaje Marítimo.
Conmemoramos así,
en ese mismo día, que 72 años atrás Perón pronunciara el discurso de cierre del
Congreso, que luego se convirtió en el famoso texto de La Comunidad Organizada.
Habíamos elaborado
este texto con la finalidad de presentar en forma lo más comprensible y
sencilla lo que consideramos es el legado que nos dejara Perón para llevar a su
consumación la obra revolucionaria que ejecutó en su vida terrenal. Ese legado
no es otra cosa que el sentido más profundo de por qué hizo lo que hizo y para
qué lo hizo.
Mucho y bien se ha
escrito sobre la Revolución que ejecutó Perón, tan profunda que marcó un antes
y un después en la historia argentina. Gracias a Dios, mucho se ha difundido
esta epopeya sin igual en nuestro devenir patrio, pero muy poco se ha
estudiado, al menos en forma sistemática, el por qué y el para qué de lo que
Perón hizo, el sentido último y profundo que no sólo permite entender ese
pasado maravilloso, sino que además nos marca el camino futuro que
inexorablemente debemos recorrer, si queremos vivir de nuevo en un país en el
que valga la pena vivir, y vivir bien, con dignidad y grandeza.
Tenemos que
conocer el pasado, saber de dónde venimos, para poder tener claro hacia donde
debemos ir. Muchas veces cometemos el error de hablar sólo del pasado, de lo
que Perón hizo, pero no transmitimos el sentido de lo que hizo, que es lo que
hoy pide abrirse camino en nuestro país, y que ya ha comenzado a preocupar a
los “amos del Universo”, porque perciben con toda claridad que Perón vuelve, o
ya ha comenzado a volver en varios países del planeta (Islandia, Italia,
Hungría, Polonia, Estados Unidos, etc.).
Ese sentido es el
legado que nos ha regalado, para que sigamos luchando y lograr que nuestro
Pueblo vuelva a ser feliz y nuestra querida Argentina vuelva a ser una Nación
grande.
¿Quién es Juan
Domingo Perón, qué es el Justicialismo? En sus clases sobre “Historia del
Peronismo”, que dictara en 1951 en los cursos de la Escuela Superior Peronista,
Eva Perón nos da la clave para explicar y predicar la esencia más profunda de
la obra de Perón. En esas clases Eva Perón sostuvo que sólo se podía entender
qué es el Peronismo/Justicialismo si se lo estudia en relación con el desarrollo
y la evolución de la Historia universal, porque Perón había hecho realidad los
ideales y aspiraciones que los grandes hombres de la historia universal habían
pretendido para sus pueblos.
Siguiendo esta
clave hermenéutica de Eva Perón, en nuestra humilde contribución queremos
mostrar que el legado filosófico-doctrinal que el General nos dejara para
continuar y culminar su obra tiene resumido en sí el esfuerzo civilizatorio que
los pueblos del mundo han aportado a la historia universal, guiados por grandes
hombres, predicadores y realizadores. Estudiar ese aporte universal nos permite
comprender la grandeza y riqueza de la Revolución que encarnara en el siglo
pasado el inmortal líder de la argentinidad.
En la
“Introducción” presentamos un breve resumen de la Historia universal, desde los
orígenes hasta la época actual, con los desafíos que cada época histórica tuvo
que enfrentar, en cuanto a conciliar, por un lado, la realización plena y
perfecta de la comunidad humana, sin que ello signifique el sacrificio o la
desvalorización de la persona humana, y por otro lado que se reconozca y afirme
la dignidad de cada miembro de la comunidad, sin que ello lleve a la
desvalorización de ésta última.
En el primer
capítulo -La Comunidad Organizada- hemos puesto de manifiesto los ejes o los
grandes temas fundamentales sobre los cuales está estructurada la exposición
original de Perón, de por sí densa, en tanto es una presentación sintética de
los fundamentos filosóficos de la obra de gobierno justicialista, ante pensadores
e intelectuales nacionales y extranjeros del más alto nivel. Es una obra densa,
como dijimos, lo que no significa que sea complicada, sino compleja, dado el
auditorio al que se dirigía en ese momento Perón.
En el segundo
capítulo -Peronismo, Humanismo y Cristianismo- hemos expuesto a grandes rasgos
la herencia cultural universal que constituye el contenido sobre el cual la
doctrina justicialista expresa los contenidos conceptuales que han permitido
definir al Peronismo/Justicialismo como una “nueva filosofía de la vida,
simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humanista”.
Cuatro son las
grandes herencias que forman parte de este acervo doctrinal y filosófico del
Justicialismo: las culturas griega y romana, el cristianismo antiguo y la
cultura hispánica moderno-medieval, impregnada de catolicismo.
Algunos ejemplos
nos permitirán visualizar de qué modo Perón expresa en nuestro lenguaje criollo
esos grandes aportes culturales de la Filosofía universal y de sus
culturas.
Todos conocemos y
recitamos la popularmente famosa frase “nadie se realiza en una comunidad que
no se realiza”. Esta frase es un resumen genial de la famosa obra La República,
de Platón, escrita en el siglo IV a. C., uno de los primeros tratados políticos
de la Antigüedad en el que se desarrolla en detalle la configuración orgánica y
sistemática de la comunidad humana, en la que cada individuo vive en función
del aporte que hace al conjunto de la sociedad, para que ésta sea perfecta.
También conocemos
y recitamos siempre la frase en la que se afirma y reafirma la primacía
nacional: “Primero la Patria, después el movimiento y por último los hombres”,
que bien podemos afirmar que es la traducción al idioma castellano de dos
frases del conocido escritor, intelectual y político romano Marco Tulio
Cicerón, del siglo I a. C.: en una de ellas afirma que “Puesto que la Patria
nos cubre de beneficios y es una madre más antigua que la que nos dio a luz, le
debemos a ella más gratitud que a nuestros padres” (Sobre la República, Libro
I), y en la otra sostiene que “La patria no nos dio la vida y la educación para
no recibir apoyo de nosotros algún día, y únicamente sirviendo a nuestros
intereses preparar un puerto seguro a nuestro descanso, sino para reservarse en
su propio servicio la mayor parte y las más grandes facultades de nuestra alma,
de nuestro entendimiento y de nuestra voluntad, y dejar a nuestras comodidades
privadas solamente lo que a ella le sobra” (Ibidem).
Respecto a la
familia, en el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional Perón pone como
fundamento y finalidad de la reconstrucción de la Nación el ideal de la
“Comunidad Organizada”, en la que la realización individual y la conformación
social se sostienen y complementan mutuamente. En esta comunidad, la familia constituye el “núcleo primario”,
la “célula social básica” sobre la que se estructura la vida social y política.
Este mismo esquema está presente en el famoso texto La Política, de Aristóteles
(siglo IV a. C.), en el que la familia constituye la base y punto de partida de
la organización social, hasta configurarse la polis (la Patria o la Nación),
como realidad suprema y perfecta, lo que significa que sin familia no hay
Polis, no hay Patria.
En Conducción
Política, Perón sostiene que la conducción de sí, la auto-conducción, es la más
difícil de todas las conducciones en el ámbito de la política: quien conduce en
política “debe ser un maestro, debe enseñar, y debe enseñar por el mejor
camino, que es el del ejemplo”, porque “esa enseñanza es la más didáctica, pero
la más difícil, porque hay que dominar el indio que uno lleva dentro de sí” (p.
131). La misma idea expresó el ya citado Aristóteles, cuando sostuvo que
“considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus
enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo”.
En ese mismo texto
Perón cita al gran filósofo español Lucio Annio Séneca, del siglo I d. C., uno
de los más importantes pensadores de la filosofía estoica antigua.
En otras palabras:
Perón tradujo al ámbito de la política los más importantes aportes conceptuales
de la cultura occidental, dotando al movimiento político que él encarnara de un
fundamento doctrinal y filosófico que le permitiera trascender en el tiempo,
que es lo que hoy se está viendo.
En el cuarto
capítulo -Peronismo y Doctrina Social de la Iglesia- ofrecemos las fuentes y
antecedentes que llevaron al papa León XIII a sistematizar la enseñanza
bimilenaria de la Iglesia sobre la proyección social y política de los
principios doctrinales del cristianismo, fuentes y antecedentes que no son muy
conocidos pero que son imprescindibles para comprender por qué Perón se refirió
explícitamente a ese aporte fundamental en su pensamiento y en su obra de
gobierno.
Si bien el mensaje
social del Evangelio ha sido una constante desde los mismos orígenes del
cristianismo, fue a comienzos del siglo XIX que ese mensaje y su prédica
comenzó a adquirir mayor densidad y desarrollo, a causa de los profundos
desequilibrios sociales y económicos producidos por el desarrollo del
capitalismo, antes que las corrientes socialistas y marxistas emergieran con
una orientación totalmente diferente.
Francia, Alemania,
Inglaterra, Bélgica e Italia fueron los países en los que la doctrina social
cristiana tuvo su mayor auge, culminando con la sistematización y
oficialización efectuada por el papa León XIII y sus sucesores, hasta nuestros
día. Mensaje en general más proclive a la resolución armoniosa del conflicto
social, frente al antagonismo total propuesto por el marxismo.
Ésta es la gran
herencia que recogió Perón del cristianismo social y que incorporó a la
Doctrina política.
En definitiva: a
47 años de su partida de este mundo, Juan Domingo Perón sigue estando presente
en la historia argentina no sólo por la obra revolucionaria que llevó a cabo,
sino además y principalmente por los valores culturales, morales, espirituales
y religiosos con los que impregnó esa obra, como fundamento y razón de ser.
Y es por ese
legado doctrinal y filosófico que Perón ha empezado a tener presencia y
vigencia en el mundo: desde definir al movimiento político francés enfrentado
al imperialismo financiero como “peronismo a la francesa” (Marion Anne Perrion
Le Pen) hasta afirmar que “lo que vemos con Trump y en algunos países de Europa
[Hungría, Polonia, Italia, etc.] son reminiscencias de las ideas de Juan Perón”
(Lawrence Henry Summers, miembro del Council on Foreign Relations, de la
Trilateral Commission, del Inter American Dialogue, del G-30 [la élite de los
30 economistas voceros del poder financiero mundial] [1], muestra que la
vigencia de Perón ya ha traspasado las fronteras de nuestro país, para
convertirse en referente actual de la política mundial.
Estamos
convencidos que en estas horas cruciales y dramáticas que vive nuestra querida
Argentina el resurgimiento del Federalismo argentino es el camino político que
hay que comenzar a recorrer para volver a hacer de nuestro país la gran Nación
justa, libre y soberana, altiva y digna que supo ser en grandes momentos de
nuestra historia patria. El legado filosófico y doctrinal de la Filosofía
justicialista constituye una base teórica fundamental del Federalismo, que en
gran parte se nutrió de la herencia cultural hispánica-cristiana y greco-latina
que forjó el alma de nuestros pueblos de América, asimilándose y sintetizándose
con la cultura de los pueblos que habitaron originalmente en nuestro suelo
continental.
El espíritu
federal y la tradición humanista y cristiana de nuestra historia patria deben
ser la fuente cultural de la que la Argentina va a renacer, con la ayuda y
bendición de Dios, si somos capaces de ayudarlo con nuestra entrega generosa y
total.
9-4-2021