Adherimos al dolor provocado por el fallecimiento de María Lilia Genta, hija del profesor Bruno Genta, y esposa del Dr. Mario Caponnetto. Reproducimos a continuación lo publicado por el P. Olivera Ravasi.
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Ante el
fallecimiento de María Lilia Genta
abril 11, 2021, Que No Te La Cuenten
Hoy, domingo de Quasimodo, y una semana después de la
Santa Pascua de 2021, a las 7.15 AM nos ha dejado Lis Genta: católica y
militante.
Sí: ambas cosas.
Católica y militante; y tan militante como católica.
Porque llevaba en
su sangre ese espíritu recio e incansable que a su padre, Jordán Bruno Genta,
mártir, lo llevaría a la tumba otro domingo, uno de 1974, luego de ser
acribillado en la puerta de su casa por el comunismo. Hace algunos años, tanto
Lis como Mario habían dejado su residencia habitual en Buenos Aires para
trasladarse a Mar del Plata, donde más de una vez los visitáramos. Desde allí,
desde su “destierro”, seguían ayudando a quienes lo solicitasen, con sus
pasados ochenta abriles.
Su risa, su ironía
fina, su excelente pluma y su recia voz que por momentos tronaba, no quedarán
en el olvido para quienes tuvimos el honor de frecuentarla y de escucharle un
anecdotario infinito que guardaba como en un arcón de recuerdos acerca, no
sólo, de la historia argentina, sino de la Cruzada Española y su José Antonio
querido, de quien era una verdadera devota.
Y aunque no era
perfecta –como nadie lo es aquí abajo y menos con los golpes recibidos– tenía
un hábito que sólo puede verse en ciertas almas nobles y es el de saber ver, en
las tragedias, las comedias. Fue ese humor insuperable el que, quizás, le hizo
tener una larga vida a pesar de sus muchas cruces, personales y familiares.
Hecha para cuanta
trifulca existiese y ya desde joven, no tuvo empacho ni escrúpulo alguno (aún,
cuando a veces se equivocara), en intentar conciliar partes que parecían
irreconciliables: ex-combatientes de izquierda y derecha, nacionalistas con
conservadores y hasta liberales con peronistas. Y todo con la intención de
“hacer algo” por la Argentina.
Y en todo,
acompañada por su santo marido: el Dr. Mario Caponnetto.
En fin: que Dios
le otorgue el descanso y nos lo quite a nosotros, mientras aún seguimos aquí
abajo.
María Lilia Genta: ¡presente!
Padre Javier Olivera Ravasi, SE