paleolibertario de
VOX
Felisa Turuleta
Tradición Viva,
18-6-21
Hemos recibido
esta colaboración en nuestro medio, y la publicamos por su interés para los
lectores, con independencia de nuestra conformidad o no con su contenido.
Tradicionviva.es es un medio abierto a todo tipo de colaboraciones
tradicionalistas y carlistas, favoreciendo el debate entre diferentes
corrientes, sin que la publicación de estas contribuciones suponga una
identificación íntegra con nuestra línea editorial. Tradicionviva.es manifiesta
el mayor de los respetos a todos los carlista que desde diferentes trincheras,
o en campo abierto, luchan por la Soberanía Social de Cristo
.
Pido disculpas
anticipadas por utilizar un aforismo americanista, a sabiendas de que el
americanismo es una herejía condenada por el Magisterio de la Iglesia. Pero
creo que el término “caucus” puede ayudar a comprender mejor algunas cosas de
la política española.
En los Estados
Unidos no solo existen los lobbies políticos, sino que dentro de los distintos
partidos políticos con representación, los distintos diputados forman
microasociaciones que se denominan caucuses y difieren bastante entre sí. Por ejemplo,
el Freedom Caucus de la Casa de los Representantes o el Mises Caucus del
Partido Libertario.
Formalmente no
existe nada de esto en España, pero es cierto que en el partido español VOX, al
que muchos ven como “derechona valiente”, pretende emular, en territorio
español, al magnate ultracapitalista Donald Trump, pues existen grupos
políticos que pretenden simultáneamente infiltrar el catolicismo con los frutos
del liberalismo que expulsó a Dios de la vida política.
Algo como el
“liberalismo conservador”, que en España pretende ser el “liberalismo católico”
(poner el pie en la verdad y en el error simultáneamente) viene a ser parte del
ADN de este partido, que aunque sea contrario, según dicen, al consenso, y a la
tibieza del PP, también defiende la “monarquía borbónica liberal” de
Felipe-Letizio y la Constitución del 78, conocida por su origen masónico, su
ateísmo y su liberalismo puro social.
Entre los
principales diputados de VOX hay dos figuras muy representativas del
“liberalismo conservador”, que bien han colaborado con un engendro del
liberal-catolicismo del Acton Institute (Centro Diego de Covarrubias) como Iván
Espinosa de los Monteros, Hermann Tertsch y el intelectual Francisco José
Contreras, autor de libros como Liberalismo, catolicismo y ley natural, Una
defensa del liberalismo conservador y La Fragilidad de la Libertad.
Estos señores no
solo son un contrapeso para una parte más sensible a la realidad y comprometida
con ideales patriotas y soberanos como Jorge Buxadé y Jordi de la Fuente. Durante
años, han regado el terreno con ideales como la “libertad de mercado como
garante de la prosperidad familiar”, la “libertad religiosa” (pese a que se
quejan del fruto multicultural y critican a Bergoglio por no aceptar su
neoliberalismo, que no por otras cosas que sí son criticables) o la “sociedad
abierta” (ambiguo concepto que también utilizaba el mentor de George Soros
llamado Karl Popper).
Lo cierto es que
el llamado paleolibertarismo, que se disfraza de tradicionalista porque dice
defender los cuerpos intermedios, la religión, el control migratorio y la
familia, aunque luego defiende férreamente los postulados del Concilio Vaticano
II y esa abstracción de pecado conocido como libre mercado, ve en VOX un nuevo
núcleo de invasión y contaminación.
Llevan años
haciéndolo, máxime, desde que el profesor nacionalista gallego Miguel Anxo
Bastos (presidente del Instituto Xoán de Lugo) empezase en sus charlas para el
Instituto Juan de Mariana y la Universidad Francisco Marroquín a hablar de una
supuesta conexión en el carlismo y el libertarismo, aprovechando las
debilidades del primero con su defensa de los fueros, que a día de hoy puede
ser un caldo de cultivo peligroso.
Durante años han
tenido a movimientos carlistas en el punto de mira, que no mencionaré para no
herir a cualquier persona de buenas intenciones que esté en estos, haciendo lo
posible, aunque a buen entendedor, pocas palabras bastarán. De hecho, hay que
reconocer que quizá hayan aprovechado los errores democristianos consentidos en
algunos de los mismos, tales como la defensa cabezona del Concilio Vaticano II,
la ausencia de crítica a la Iglesia y la influencia del Opus Dei,
especialmente, de Barcelona, Navarra y Madrid.
En el PP igual hay
algo de esto, pero como es demasiado abortista y masón, igual les explotaba en
las manos a estos falsos tradicionalistas su operación. Por ello, puestos a
buscar asociaciones, necesitaban algo más engañoso a su vez, como VOX, cuya
simpatía pro-sionista es resaltable (esto lo prueban Rocío Monasterio y su marido
especialmente, junto a Hermann Tertsch y un Ortega Smith que asiste a la
Janucá).
La cosa es que en
VOX, el último responsable del programa económico, diputado por Málaga, Rubén
Manso Olivar, no solo colaboró en varias ediciones del Foro Alfonso Carlos
hablando del dinero descontrolado (citando a Hayek, sí, a Hayek) y hablando del
multiculturalismo con quien co-fundara uno de los principales medios españoles
que promueven activa y militantemente la simbiosis tradicionalista-libertaria,
el llamado España-Navarra Confidencial. Ambos están en el mismo partido.
El opusdeísmo de
boina roja anduvo detrás de ese medio, que no es el único, aparte de que tenga
nexos con el Xoán de Lugo (entrevistas varias a Anxo Bastos, Daniel Carreiro,
Benjamín Santamaría, Padre Ripoll y Noemí Díaz Corral), la Fundación LIBRE
(presidida por un paleolibertario llamado Agustín Laje, que apoya a VOX y
colabora con Abascal y Tertsch), una revista llamada The Libertarian Catholic y
otros entes transnacionales. También tienen a un socio del Mises Institute, que
es uno de los principales divulgadores jóvenes de esta operación de ingeniería
social (pese a criticarlo citando a Hoppe).
Incluso han
colaborado con La Sacristía de la Vendée, invitando a su director el Padre
Delgado, quien siendo un clérigo, incurre en el grave error de hacer apología
pública de la libertad de mercado e incluso de la presunta innecesidad de
autoridad al pedir abolir el Estado (el Padre Ripoll dijo que tenía un
trasfondo demoníaco, con el descaro de añadir que el “liberalismo era pecado”).
Y ojo, que este señor cura hace campaña activa por VOX en sus redes, y colabora
con el llamado “sacerdote verde”, el Padre Góngora, amigo de ESTADO DE ALARMA
TV.
En ese programa ha
habido entrevistas varias y defensas veladas de miembros de la formación de
Santiago Abascal. Mientras, en Navarra Confidencial pedían el voto para Rocío
Monasterio y Santiago Abascal. De hecho, quien fuera también socio del Mises
Institute también hizo campaña personal por Monasterio, ya que la veía como una
buena solución frente al socialismo de Mónica, Ángel y Pablo. Aunque quizá sea
peor que estén engañando a mucha gente que no casa con el consenso
constitucionalista del 78″.
De muchos
carlistas y tradicionalistas sé que, no necesariamente con malicia, hay miedo
al más allá, escudándose en el mal minorismo, y votando a la formación política
VOX, la cual, si bien es cierto que defiende la vida y la familia, no
fundamenta toda su acción política en Cristo, no defiende con integridad el producto
nacional, es sionista y bebe en cierto modo del liberalismo, del pecado.
Encima VOX engaña
a las clases populares, porque su sindicato Solidaridad ha pasado a ser lo que
llaman “sindicalismo amarillo”. Además, no logra ser hegemónico en barrios
obreros de Barcelona y Madrid, mientras que sí cala en la opinión pública de
áreas más adineradas y elitistas como Distrito de Salamanca, Fuencarral-El
Pardo, Chamartín, Boadilla del Monte, Pozuelo de Alarcón, Ensanche de Pamplona
y Sarriá de Barcelona.
Mientras, si bien
no niego con certeza que VOX sea mejorable, creo que es necesaria una fuerza
patriota, que rompa con las rencillas de los “rojos azules” y aune la velada
defensa espiritual que hace el carlismo y la sensibilidad social-patriota del
nacional-sindicalismo o falangismo, sin caer en trampas como la debilidad ante
el sionismo o la apertura de puertas a opusdeítas. Hay que unir fuerzas, pero
no creo que quienes defienden el libre mercado sean buenos aliados, ya que son
peores que los del patriotismo constitucional, al ser más sibilinos y cínicos.
La cuestión es
trabajar y no tener miedo, sin ser funcionales a nada funcional a la
Revolución. Dicho esto, igual no he sido muy clara, la verdad, pero prometo más
artículos para ir clarificado determinados puntos. En cualquier caso, lo
importante es tener cuidado con la disidencia verde, y está por ver cómo se
comportan con Casado y Ayuso.