POR GABRIEL
CAMILLI
La Prensa,
19.06.2022
Según el
diccionario de la Real Academia Española, la bandera es una "tela de forma
comúnmente rectangular, que se asegura por uno de sus lados a un asta o a una
driza y se emplea como enseña o señal de una nación, una ciudad o una
institución". O bien "Insignia de una unidad militar que lleva
incluido un símbolo o distintivo que le es propio".
Es un distintivo
exterior que aglutina, reúne, uniforma y que representa la uniformidad interior
y espiritual que une a un pueblo o nación, o a un ejército, para llegar a ser
un solo sentimiento, un solo corazón, una sola voluntad y un solo frente ante
al enemigo.
Las banderas son
pues, la manifestación de una comunión espiritual verdadera.
El general Manuel
Belgrano, entendía esto claramente y creó la bandera con significación
trascendente. Porque conocía la naturaleza humana para conducir a sus hombres y
mujeres a la lucha por la Patria.
Los liderazgos
(como el de Belgrano) se construyen y se apoyan en el uso de los símbolos,
gestos y rituales, estratégicamente pensados, y en otros casos espontáneos. Los
símbolos acompañan al líder a reforzar su identidad, condiciona a sus
seguidores a identificarlo con algún elemento que lo hace particular, los
símbolos son parte de la persona que construye su liderazgo; por otra parte,
"los rituales son una serie de acciones basadas en las creencias del líder
y el entorno, que gozan de valor psicológico y establecen vínculos, acuerdos y
patrones de comportamiento entre el equipo; estos suelen ser más poderosos que
la firma de un contrato, que el paso del tiempo y que la distancia
geográfica" (Profesor A. Ojeda).
La Bandera es un
símbolo de esa realidad humana que Dios quiso para nosotros que es la Patria.
Es un símbolo, y un símbolo que está por encima de cualquier otro símbolo. Con
ello, afirmamos contundentemente, que la Patria está por encima de las divisiones
de clases y de las divisiones de partidos y de cualquier otra división. Porque
el Bien Común de la Patria está y tiene que estar por encima de todos los
intereses particulares.
Nuestra Bandera es
el único símbolo que une a todos los argentinos en una empresa común. Y esa
empresa común es la Patria.
El Padre Alberto
Ezcurra nos recuerda: "El símbolo es algo que hacen los hombres. Pero los
hombres para hacerlo tienen en motivo, y después ese símbolo que ha sido
elegido pudo a lo mejor ser de otro color, de otra forma, pero ese símbolo que
ha sido elegido se une a la historia de una Patria. Y van pasando los siglos,
los años, va pasando el tiempo y ya no se puede decir de ese símbolo que se
puede cambiar, que es sólo un pedazo de trapo, que es algo que podría ser
distinto. No. ¿Por qué? Porque cuando ese símbolo ha pasado a ser el distintivo
de una Nación y de una historia, ese símbolo de alguna manera está siendo
consagrado por los hombres. Por los hombres en el cual mirándolo se reconocen,
por los hombres que han derramado su sangre para defender ese símbolo sabiendo
que defendían a la Patria, por los hombres que han prestado por generaciones y
generaciones el juramento, por los que han sentido un día en su corazón la
emoción al ver la Bandera que se iza en la mañana en el patio de la escuela, o
en el mástil del cuartel. El símbolo que une a todos los argentinos por encima
de cualquier otra cosa, el símbolo decíamos, dependiendo de quienes han
derramado su sangre, ya no es algo accidental, ya es algo importante, es algo
que va unido de profunda a la historia de una patria".
LAS RAICES
MARIANAS DE LA BANDERA
Nuestra bandera,
si bien pudo haber sido de otra manera, o con otro diseño y color; sin embargo,
es azul celeste y blanca. El General Manuel Belgrano quien decidió elegir ese
símbolo, no lo hizo por casualidad. Lo hizo mirando las raíces más profundas de
nuestra Patria y de nuestra Fe. Los colores de nuestra Bandera son los colores
del manto de la Virgen. Y así nos lo señala la Historia.
El Rey Carlos III
consagra en 1761 España y las Indias a la Inmaculada y proclama a la Virgen
como principal Patrona de sus reinos. Los colores de la Inmaculada en forma de
cinta fue usada por los voluntarios que acompañaron a Pueyrredón en 1806 en la
lucha contra los invasores ingleses y la llevaban anudada al cuello, como el
pañuelo del criollo. Y habían elegido para esa cinta la medida de 38
centímetros que era el alto de la imagen de la Virgen de Luján. Y también, los
mismos húsares de Pueyrredón, van a usar esta cinta en 1807 en la defensa de
Buenos Aires contra los invasores ingleses. Pueyrredón y Azcuénaga usaban la
cinta. Belgrano juró defender el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen
María, Patrona de las Españas. Cuando en el año 1794 Belgrano es nombrado
Secretario del Consulado , lo puso bajo la protección de Dios y eligió como
Patrona a la Inmaculada Virgen María y colocó los colores azul y blanco en el
escudo del Consulado que estaba en el frente del edificio.
Cuando emprende la
marcha con sus tropas hacia el Paraguay para luchar por nuestra independencia,
asiste a Misa con todo su ejército en Luján y pone al ejército bajo la
protección de la Virgen. No es por tanto por casualidad que Belgrano elige el
color azul y blanco para dárselo a nuestra Bandera. Según testimonia José Luis
Gamboa, que era miembro del Cabildo de Luján junto con un hermano de Belgrano y
que estaba allí cuando el General pasa con sus tropas, escribe: "Al darle
Belgrano los colores azul y blanco a la Bandera de la Patria había querido,
cediendo a los impulsos de su piedad, honrar a la Pura y Limpia Concepción de
María de quien era ardiente devoto, por tener amparado en su Santuario de
Luján''. Y el otro testimonio, que es el del Sargento Mayor Carlos Belgrano,
hermano de Manuel, desde 1812 Comandante Militar de Luján y Presidente del
Cabildo de Luján. Dice Carlos Belgrano: "Mi hermano tomó los colores de la
Bandera del manto de la Inmaculada de Luján, de quien era ferviente devoto''.
Por eso mismo, el
Coronel Domingo French, jefe de los Gloriosos Arribeños del 3 de Infantería;
pudo decir en su proclamación a las tropas de la Villa de Luján el 25 de
septiembre de 1812: "Soldados, somos de ahora en adelante el Regimiento de
la Virgen; jurando nuestra banderas os parecerá que besáis su manto. Al faltar
a su palabra, Dios y la Virgen por la Patria se lo demanden".
Así nació nuestra
Bandera. Esos ardientes patriotas y grandes devotos de la Virgen, fueron los
que fundaron esta Nación. Y eso es una realidad que nadie puede negar y que
nosotros, no tenemos derecho a olvidar.
MARCADA A FUEGO
Nuestra Bandera
está marcada a fuego con la sangre gloriosa de los gauchos de Güemes, de los
Granaderos del Ejército de los Andes, con la de los Patricios de Saavedra, los
Arribeños de Belgrano, con la de los muertos silenciosos en el cumplimiento del
deber en todas las épocas de nuestra historia, con la que cayó en la turba
malvinera, la sangre de los grandiosos "halcones" caídos desde el
cielo, o aquella que yace bajo las olas de nuestro mar austral.
Nuestra bandera es
motivo de entusiasmo y alegría, fruto infaltable del amor a la Patria que nos
une.
Y esta bandera y
esa sangre nos reclaman que ante todo hagamos las cosas bien, con honestidad,
disciplina, firmeza y sacrificio, y a pesar de todo, con el corazón encendido
por sabernos herederos de grandezas. Como las que realizaron hombres como el
General Manuel Belgrano.