dispuesto a ser la contracara del Foro de San
Pablo
Foro Patriótico
Manuel Belgrano, 24-7-22
Luego del colapso
soviético en 1990 se lanzaba el Foro de San Pablo que nuclearía a
organizaciones y partidos políticos de izquierda que se replanteaban una
estrategia eficiente para alcanzar el poder en América. En ese entonces, sólo
un país con dicho signo ideológico ostentaba el poder: Cuba. Pasadas más de dos
décadas del nuevo milenio el mapa se invirtió y muchos de esos dirigentes y
partidos a través de una notable perseverancia y rigor político pudieron
cumplir con sus objetivos y lograron ser gobierno.
Hoy –y con un particular
auge durante el decenio pasado- el socialismo del siglo XXI todavía se campea
victorioso en la mayoría de los países latinoamericanos. La Habana fue la Meca
y el Foro de San Pablo la estructura operativa que le permitió a un inestimable
número de dirigentes y agrupaciones (desde Lula o Chávez hasta el Movimiento
Evita) poder forjar una red que les permitió articular, posicionarse,
financiarse y operar hasta lograr su cometido: llegar a la cúspide del poder, o
de mínima alterar el orden político diseñado por las democracias liberales
decimonónicas. Si bien Cuba sería la Jerusalén de la nueva izquierda, y el Foro
de San Pablo el gran articulador de la agenda que aquélla debía promover, el
crimen organizado trasnacional se convertiría en una suerte de oxígeno
financiero para muchos de estos movimientos y liderazgos pretendidamente
anticapitalistas.
Mientras del otro
lado, en el amplísimo abanico de “la derecha”, la situación era absolutamente
diferente. Nos encontramos ante liderazgos y fuerzas políticas que 1- no
supieron comprender la batalla cultural que se desarrollaba (aún hoy); 2- que
fueron víctima de un complejo de culpa que los hizo incapaces de reconocerse
como tales, es decir, de derecha, con una identidad y agenda determinada; y 3-
en muchos casos, les faltó el coraje político para enfrentar los desafíos
amargos que la izquierda ha ido planteando en cada rincón del continente.
Particularmente las revoluciones moleculares que padecieron Chile y Colombia
hasta la llegada de la pandemia son la prueba más elocuente de este último
punto. Ni la centro derecha líquida y
tibia, ni la “ultra derecha” (calificativo por demás arbitrario e injusto)
sectaria y marginal supieron o no quisieron comprender los signos de los
tiempos en medio del proceso acelerado de globalización.
Consciente de esta
realidad un grupo de jóvenes dirigentes comprendió que la izquierda ha dado una
lección de pragmatismo, y no satisfechos con las reuniones de copetín que la
Nueva Derecha organiza solamente para hacer catarsis, es que decidieron echar
mano a un ambicioso proyecto: organizar una Red de jóvenes políticos que a lo
largo y ancho de todo el continente puedan articular una agenda común,
posicionarse, y solidarizarse para la defensa de la vida, de la libertad, de la
propiedad, la seguridad, y la democracia. ¿Acaso éste no es un programa de
Derecha? Claro que sí. Pero lo importante no será cuán eficiente sea el empleo
del “derechómetro” que mide purismos ideológicos sino más bien en cómo generar
una unión inteligente y valiente que permita ponerle un límite al avance de la
izquierda en la región.
Atentos al
contexto internacional y en virtud de las exigencias de la hora presente, pero
sin mirar con desdén el mediano plazo, es que un grupo de jóvenes de Argentina,
Chile, Ecuador, Perú, Colombia, Guatemala, Méjico (entre tantos otros países),
pertenecientes a distintos partidos y organizaciones de América tomaron la
iniciativa para organizar el I Foro Panamericano de Jóvenes Políticos que se
realizará los días 27, 28 y 29 de octubre en la ciudad de Bogotá. Dicho evento
será el punto de partida que congregará a diversos líderes políticos juveniles
de América para comenzar a cimentar esta Red que pretende convertirse en la
contracara propositiva del Foro de San Pablo.
Durante la actividad
se brindarán una serie de conferencias y paneles de primer nivel destinadas a
reflexionar sobre temas relevantes que un dirigente no puede ignorar en el
siglo XXI: cómo enfrentar al narcoterrorismo, las consecuencias geopolíticas de
la crisis de Venezuela, el abordaje de una adecuada estrategia comunicacional
para que las ideas de la libertad pueden tener penetración social y sean
competitivas electoralmente, etc. Para ello se impartirán mesas de diálogo en
las que se destacarán importantes políticos, empresarios y comunicadores. Por
ejemplo, será de la partida el expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez; la
comunicadora argentina Karina Mariani; Jason Miller, ex estratega de Donald
Trump, la periodista venezolana Maibort Petiit, entre otros. Fiel al contexto
globalizador, el evento contará también con la presencia de reconocidos líderes
europeos, tales como la dirigente francesa Marion Maréchal y el eurodiputado
italiano Vincenzo Sofo.
Además, habrá un
panel integrado exclusivamente por legisladores con el objetivo de debatir
sobre la agenda política que debe ser articulada, principalmente en temas como
la batalla cultural (poniéndole un límite al progresismo de género), en asuntos
económicos (promoviendo la baja de impuestos y el estímulo de la producción), y
en el tópico de seguridad (trabajando una legislación que sea poco
contemplativa con el crimen organizado). También habrá un espacio dedicado a
las ONGs y think tanks que tienen una experiencia reconocida en la formación de
cuadros políticos con esta cosmovisión o que vienen ejerciendo un trabajo
notable en la batalla cultural.
Otra parte
importante será la discusión que se llevará a cabo en distintas comisiones de
trabajo (Política Internacional, Seguridad y Defensa, Emprendedorismo, Inmigración,
Educación, etc.) cuyas conclusiones se adjuntarán al documento final que se
presentará al finalizar el Foro: la “Carta de Bogotá”. Ésta será la declaración
de principios que regirá el accionar de la nueva Red de jóvenes políticos que
se constituirá, que a través de una estructura operativa y permanente buscará
tender puentes y trabajar en una agenda común que empodere a dirigentes y
organizaciones dispuestos a trabajar por una América libre, segura, y próspera.
Para más
información sobre el I Foro Panamericano de Jóvenes Políticos consultar: