de un argentino a las Islas Malvinas
El piloto Miguel
Fitzgerald era hijo de padres irlandeses, nació el 8 de septiembre de 1926 y
falleció el 25 de noviembre de 2010, fue el primer argentino en volar a
nuestras Islas Malvinas y plantar la Bandera Argentina el 8 de septiembre de
1964. Lo hizo solo y el día de su cumpleaños, piloteando un avión monomotor
Cessna 185 (260HP), matrícula LV-HUA.
En sus narraciones
de este hecho histórico, dice que fue solo una ocurrencia que tuvo, sin darle
demasiada importancia, hizo algo que creía que debía hacerse, que solo lo llevó
a cumplir un sueño que tuvo.
Decía que ser
piloto civil, es una vocación, a los seis años tenía esos sueños, a los 16 años
voló planeadores y a los 20 años, aviones con motor.
Era un avezado
piloto, en el año 1962 había realizado otra hazaña, fue un vuelo de Nueva York
a Buenos Aires sin escalas con un monomotor Cessna 210 (260HP).
Trabajó en
Aerolíneas Argentinas, hizo fotografía aérea, taxi aéreo, remolque de carteles
y aclara que no hizo fumigación ni contrabando, pero hizo de todo.
Ese año, 1964,
Malvinas estaba en la agenda de la Naciones Unidas, no por iniciativa del
gobierno argentino, sino por decisión de la Asamblea, se estaba por tratar el
tema de las colonias en América y en los hangares del país, en las charlas
entre pilotos, aparecía y reaparecía el sueño de cruzar a Malvinas y plantar
nuestra bandera Argentina.
Fitzgerald decidió
que lo haría y a través de un amigo suyo que trabajaba en el diario La Razón
averiguó si les interesaba la cobertura periodística y a él a su vez le
interesaba la difusión, para protegerse, porque podía ser sancionado por la
Fuerza Aérea con una suspensión severa.
Al editor del
diario, no le interesó la propuesta y como acababa de salir el diario Crónica,
su joven director se entusiasmo con la misma.
Le ofreció el
avión, el combustible, los gastos, si viajaba con él un fotógrafo del diario, pero
ese viaje Fitzgerald lo quería solo para él, solamente requería un Avión Cessna
182 similar al que utilizó y que le hicieran, para cubrirse, una nota cuando
volviera.
Esto no prosperó y
el Cessna se lo prestó finalmente el señor Siro Alberto Comi, Presidente del
Aeroclub de Monte Grande, que era representante de esa marca de aviones.
Fue redactada la
proclama que reivindicaba a las islas como argentinas y Fitzgerald partió al
sur, rumbo a Río Gallegos, a cumplir con su hazaña personal.
Era el 8 de septiembre
de 1964 y ese mismo día él cumplía 38 años de edad, cumplió esta proeza, con un
pequeño avión Cessna 185, motor de 260 HP, matrícula civil LV-HUA, al que él
bautizo "Luis Vernet".
Decía que cuando
uno está volando y está haciendo algo arriesgado, no piensa en nada más que en
eso, está concentrado en lo que está haciendo, manifestaba que para el era así,
porque es muy cerebral, como si haber hecho lo que él hizo no exigiera al menos
un impulso fenomenal.
La pista de
despegue fue la del Aeroclub de Río Gallegos, que no tenía torre de control
monitoreada por la Fuerza Aérea.
Voló mar adentro y
a las tres horas y quince minutos estuvo en contacto visual con el archipiélago
de Malvinas.
Desde arriba veía
un rectángulo como de cientos de islas e islotes, pero cuando sobrevoló el
archipiélago, una capa muy densa de nubes le impide ver y no podía descender
entre las mismas, porque en alguna parte se sabia que había un cerro de
seiscientos metros de altura, entonces esperó un claro y cuando lo vio inició
el descenso hacia debajo de la capa de nubes e identificó Puerto Argentino
(Puerto Stanley), visualizando la pista de cuadreras, donde aterrizó
normalmente.
Se bajó del avión
y colgó la Bandera Argentina en el enrejado de la cancha; se le acercó un
hombre de los que se habían juntado a ver el aterrizaje, quien le pregunto si
necesitaba combustible; porque no se le había ocurrido que era argentino.
Entonces le dá la
proclama escrita en español y le dijo: "Tome, entréguele esto a su
gobernador"; se subió al avión y despegó normalmente volviendo a Río
Gallegos, todo esto llevó unos quince minutos."
Cuando llegó a Río
Gallegos el señor Héctor Ricardo García, el director de Crónica, empezó a jugar
su papel, Crónica tenía la primicia.
El título en letra
catástrofe fue: "Malvinas: hoy fueron ocupadas" y ese día, 8 de
septiembre de l964, no se habló de otra cosa y La Razón registró uno de los
días de más bajas ventas de su historia, su competidor llamó la atención e inauguró
un estilo periodístico.
Cuenta la leyenda
que hasta ese día los diarios no aceptaban devoluciones, pero los canillitas
presionaron tanto a La Razón para devolverle sus ejemplares, que este
antecedente después pudo modificar la relación entre los dueños de los diarios
y los repartidores.
Al volver a Buenos
Aires, en el Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires, lo esperaban del
Movimiento Nacionalista Tacuara, quienes lo subieron a un jeep y lo llevaron a
dar vueltas por la ciudad, como a un héroe.
Ese recibimiento y
el festejo popular hicieron que la Fuerza Aérea no suspenda la matrícula de
piloto y se le aplicó solamente apercibido.
Miguel Fitzgerald
no estuvo en la tapa de los diario y es de extrañar que un hombre que hizo lo
que hizo, ni por un momento se lamentó de no tener una foto que hubiese
registrado la hazaña.
Por gentileza del
Correo Argentino, se realizó un matasellos especial alusivo al Cincuentenario
del Vuelo de Miguel Fitzgerald a las Islas Malvinas el 8 de septiembre de 2014,
en la sede central del Correo Argentino estuvieron presente en ese lugar la
esposa del piloto, Palmira, junto con amigos y familiares.
(Fuente: Fundación
Marambio)