Ganó Meloni: insistimos, Meloni no es
fascista, es cristiana
Eulogio López
Hispanidad,
26/09/22
Como primera
ministra de Italia espero dos cosas de Meloni: Que sea coherente con sus
principios cristianos y que gobierne como una mujer -es el mejor estilo de
gobierno, el que se fundamenta en la humildad-
Titula El Mundo
que "la derecha dura de Meloni triunfa en Italia y sacude la Unión
Europea". Es decir, que la Unión Europea es de izquierdas, a pesar del que
el Partido Popular Europeo, es decir, la antigua democracia cristiana que
construyera Europa, en mayor medida que los socialistas, se siente "sacudida"
por el triunfo de unos ultras que no son ultras, porque Giorgia Meloni no es
fascista, es simplemente cristiana.
Traducido: la
acomplejada democracia cristiana europea y el acomplejado cristianismo social
europeo han abandonado sus principios cristianos, incluso han tildado esos
principios como ultras... y ahora se asustan de que la gente les haya retirado
su apoyo y hayan votado a la 'fascista' Meloni: ¡Ay de la ceguera humana!
Hermanos de Italia
tiene por delante el mismo reto de Vox: escoger entre su alma nacionalista y su
alma cristiana
¿Y cómo dice usted
que Meloni es una cristiana? No se ha caracterizado por eso. Bueno, es que un
presidente no es un obispo ni debe serlo. Cierto, pero cuando en Hispanidad
decimos que Meloni es cristiana no nos referimos a que sea una mujer muy
rezadora, que su alma es cosa suya. Lo
que pedimos es que sea un político con una cosmovisión cristiana de la
existencia. Una política no administra sacramentos, administra el Boletín
Oficial del Estado y las cuentas públicas. No es un cura, pero tampoco es una
tecnócrata. El BOE y el presupuesto pueden enfocarse desde distintos ángulos,
uno de ellos es el ángulo cristiano.
Y un político
también administra las libertades públicas, eso que hoy llamamos derechos
humanos. Y no es lo mismo que opte por el derecho a la vida que por el
antiderecho al aborto. En este sentido, digo que Meloni es cristiana.
Es decir, lo que
ha ocurrido en Italia es que una mujer de principios cristianos sustituye a un
banquero de inversión, es decir, a un especulador- como Mario Draghi, cuya fe
cristiana se recluía en el interior de su conciencia -parece ser, que no lo sé-
sin consecuencia alguna en el Boletín Oficial del Estado. Y esa mujer se ha
impuesto a Salvini, en quien confío un poco menos que en ella, aunque he de
reconocer que a veces me ha sorprendido positivamente, y en Berlusconi en quien
no confío mucho, por no decir nada.
En cualquier caso,
claro que Europa debe sentirse "sacudida": ¡Ya es hora de detener la
degeneración de la Unión Europea!