de Cristina Kirchner desde 2003 a la fecha
Mariel Fitz
Patrick
Infobae, 5 de
Diciembre de 2022
“El 10 de
diciembre de 2015 tenía los mismos bienes que habían sido analizados en tres
causas por tres jueces diferentes, y en los tres casos sobreseída. Los mismos
bienes que tienen mis hijos, pero los chorros somos nosotros”, se defendió
Cristina Kirchner, el martes pasado, al pronunciar sus “últimas palabras” en la
causa Vialidad, cuyo veredicto se conocerá mañana. Buscó rechazar así la
acusación de ser jefa de una asociación ilícita que defraudó al Estado para
beneficiarse con dinero que le giraba Lázaro Báez, amigo de Néstor Kirchner y
principal adjudicatario de la obra pública en la provincia de Santa Cruz.
Devenido de la noche a la mañana en dueño de una constructora, con el Estado
como único cliente, el empresario patagónico fue el principal inquilino de las
propiedades y gerenciador de los hoteles del matrimonio presidencial.
Infobae analizó
las declaraciones juradas que Néstor y Cristina Kirchner presentaron ante la
Oficina Anticorrupción, desde que el fallecido ex mandatario llegó a la
Presidencia, en mayo de 2003, hasta la última correspondiente al 2021 que la
Vicepresidenta presentó este año. Reconstruyó así detalladamente el crecimiento
de su patrimonio neto, considerando la inflación de cada período, hasta que
Cristina Kirchner le donó todos sus bienes en vida a sus hijos para eludir
posibles embargos, cuando comenzó a ser investigada por la Justicia.
Para finales de
2003, tras el primer año en la Casa Rosada, los Kirchner informaron un
patrimonio neto $7.016.544, considerando las deudas y los créditos a favor
consignados en sus declaraciones juradas. Al cierre de ese año, declararon un total de 25
inmuebles, que incluían 18 casas (una en El Calafate y las restantes en Río
Gallegos), 2 locales en esta última ciudad, 4 departamentos (dos en la capital
santacruceña y dos en el barrio porteño de Recoleta), y 1 terreno en El
Calafate. La gran mayoría de las propiedades fueron compradas durante la
dictadura militar, entre 1977 y 1982, cuando el matrimonio tenía un estudio de
abogados y, como representantes de bancos y financieras, se dedicaban a las
cobranzas y ejecuciones extrajudiciales. Esos inmuebles con los que se quedaron
a muy bajo precio por las deudas contraídas por sus dueños, les permitieron
incrementar su fortuna por el negocio de los alquileres
Los activos de la
sociedad conyugal en ese primer año en la Casa Rosada incluían dos plazos
fijos, uno por $1.206.608 y otro en dólares por USD 1.611.851. Haber sacado dos
años antes, en plena crisis de finales del 2001, casi la totalidad de esos
dólares al exterior, les permitió luego triplicar sus pesos al repatriarlos en
2002, post caída de la convertibilidad.
Cuatro años
después, en diciembre de 2007, cuando Cristina Kirchner recibió la banda
presidencial de manos de su marido, los activos del matrimonio habían ascendido
a $25.537.371. La cifra representaba un aumento nominal de 264%. Sin embargo,
si se considera la inflación acumulada esos cuatro años (43.65%), el aumento
real fue de 153%. Fue el mayor crecimiento patrimonial experimentado por el
matrimonio en solo cuatro años en el poder.
En ese primer
período del kirchnerismo en la Casa Rosada, los 25 inmuebles de la sociedad
conyugal pasaron a ser 44, por un total de $11.5 millones a valor fiscal, que
siempre es muy inferior al valor real de mercado. Los metros cuadrados se
multiplicaron por 33: pasaron de 6.251 m2 a 209.412. Si bien vendieron una casa
en Río Gallegos que tenían desde 1978, sumaron 13 departamentos en la capital
santacruceña, y 7 terrenos en El Calafate por más de 200.000 m2. Por los nuevos
lotes - tierra fiscal - que incorporaron entre 2005 y 2007, pagaron valores
irrisorios de entre $0,99 y $7,5 el metro cuadrado el más caro. El intendente
local era Néstor Méndez, subordinado político de los Kirchner. En uno de ellos,
que pagaron solo $162.000 por 2.100m2, levantaron luego el futuro hotel
boutique Los Sauces que demandó casi $3 millones, y se convirtió en el favorito
de la Vicepresidenta, que eligió su decoración personalmente.
El año anterior,
2006, habían adquirido su primera sociedad, la inmobiliaria Los Sauces SA,
destinada al alquiler y administración de sus propiedades. El 45% de acciones
de cada uno, lo valuaron en ese momento en $45.000.
En el banco, para
finales de 2007, declararon tener 12 plazos fijos por un total que superaba los
USD 4 millones, casi el doble que en 2006, cuando había informado USD 2,4
millones.
El año siguiente,
2008, se produjo el principal salto en el patrimonio de los Kirchner, por su
expansión en el negocio hotelero y los alquileres inmobiliarios. Los activos
netos escalaron a $47.297.471, un 51% más en términos reales, considerando la
inflación de ese año (el aumento nominal fue superior, del 85%). Al finalizar
el primer año de Cristina Kirchner en la Presidencia, la sociedad conyugal
había vendido 14 propiedades que habían comprado a montos irrisorios y le
reportaron $14 millones. Al cierre de ese período, declararon un total de 28
inmuebles.
Entre ellos, los
dos departamentos en Recoleta. Uno de ellos es el que siguió siendo su vivienda
en la Ciudad de Buenos Aires, en Uruguay esquina Juncal. Según la causa de los
“cuadernos de las coimas”, Oscar Centeno, el chofer de Roberto Barata, fue 87
veces para llevar bolsos con dinero a ese departamento, que en su mayoría
fueron recibidos por Daniel Muñoz, el ex secretario ya fallecido de los
Kirchner. De acuerdo a las anotaciones del chofer del segundo de Julio De Vido
y los testimonios de una treintena de empresarios arrepentidos, ese dinero
provenía de coimas pagadas por empresarios para conseguir contratos con el
Estado.
Los 8 plazos fijos
consignados por Cristina Kirchner en su declaración de 2008 totalizaban $17,2
millones, e incluían uno en dólares por USD 1.549.777.
El 45% que tenía
Cristina Kirchner de Los Sauces SA lo declaró ese año en $371.232, pero
llamativamente consignó que el mismo porcentaje accionario de su marido valía
$1.941.632, cinco veces ese monto. Ya había comenzado la construcción del hotel
boutique del mismo nombre, en el terreno aledaño a la casa de la entonces
Presidenta en El Calafate. La obra estuvo a cargo de Austral Construcciones, la
firma de Báez.
La secuencia de
operaciones comerciales ese año fue frenética. En enero de 2008, los Kirchner
vendieron un terreno en El Calafate de 20.095 m2, que habían comprado como
tierra fiscal a $6,57 el m2, a la firma chilena Cencosud por USD 2 millones.
Un mes más tarde,
compraron un terreno de 16.189 m2 en El Calafate por $2.219.000 (unos USD
706.000 al cambio de ese momento) que terminó siendo el hotel Las Dunas que,
sin embargo, no fue informado como tal en las declaraciones juradas ante la OA,
ya que siempre figuró como “lote”.
En mayo
adquirieron otra inmobiliaria, CO.MA.SA, y en octubre, la consultora financiera
El Chapel SA. En noviembre, compraron Hotesur SA, dueña del Hotel Alto
Calafate, por $5,4 millones según la declaración jurada ante la OA. Los
negocios hoteleros crecieron vinculados a la Báez, que gerenciaba tanto el Alto
Calafate como Las Dunas, a través de su firma Valle Mitre, a la vez que
alquilaba habitaciones para sus empresas contratistas del Estado.
En su declaración
jurada, Cristina Kirchner consignó, por un lado, el porcentaje accionario de
Hotesur SA y de CO.MA.SA y, por el otro, el “valor llave” de ambas sociedades.
En el caso de Hotesur, ese “valor llave” ascendía a casi el doble: $10.062.813.
Según un contador consultado por Infobae, el desdoble en la declaración de la
valuación podría estar destinada a disimular lo que realmente se pagó por las
acciones de las firmas.
Ese año, también
las deudas se dispararon a $19,2 millones, según lo informado por Cristina
Kirchner en la declaración jurada de ese año ante la OA. Las dos más
importantes fueron consignadas como un “saldo devengado no exigible por
construcción” por $8,4 millones que, según sospecha la Justicia, habría sido
dinero proporcionado por Austral Construcciones para levantar el hotel Los
Sauces, y se ocultó así una deuda millonaria con la firma de Báez. Otros $8,8
millones fueron informados como una deuda con el Banco Santa Cruz, propiedad de
los Eskenazi.
En 2009, el patrimonio
conyugal consignado por la entonces primera mandataria era de $50.443.278. La
cifra representó, por primera vez, una leve baja real de 7,8% respecto del año
anterior. Cristina Kirchner mantuvo las mismas 28 propiedades y, en una docena
de plazos fijos, informó depósitos por casi $13 millones en total, cifra que
incluyó uno en dólares por USD 766.800, la mitad de divisas extranjeras que el
año anterior.
Ese año se
disolvió la consultora El Chapel SA, y los Kirchner compraron el hotel La Aldea
del Chaltén, operación que se hizo a nombre de Los Sauces SA.
Entre las deudas
declaradas en 2009, la más relevante fue con Hotesur por $5.542.779, la firma
de la que era accionista. Con la inmobiliaria familiar Los Sauces, en cambio,
informó un crédito a su favor de casi $4 millones.
En 2010, los
activos de los Kirchner volvieron a subir a $67.720.41, un 9% en términos
reales (la suba nominal fue del 34%). Mantuvieron los 28 inmuebles pero aumentó
la valuación de las tres sociedades a casi $25,5 millones. A su vez, la deuda
declarada por la hoy Vicepresidenta con Hotesur escaló a casi el doble, $9
millones, y el crédito a su favor con Los Sauces, a $6,3 millones.
En dinero en
depósitos bancarios y efectivo, Cristina Kirchner informó ese año $24,6
millones, que incluían 19 plazos fijos, uno en dólares USD 772.450.
Ese año se produjo
la muerte de Néstor lo que implicó que la mitad de los bienes de la sociedad
conyugal - incluso los que a fines impositivos figuraban el 100% a nombre de la
entonces presidenta- pasaran al año siguiente a sus dos hijos, Máximo y
Florencia Kirchner.
Así lo refleja la
declaración de Cristina Kirchner de 2011. Ya viuda, y tras ser reelecta, su
patrimonio neto se redujo un 55% en términos reales: pasó a $37.731.51.
Al cierre del
2012, el primer año de su segundo mandato, la declaración jurada de la entonces
presidenta volvió a mostrar un patrimonio neto real ligeramente más bajo
respecto del año anterior, un 7% menos. La mandataria informó $43.423.924.
Declaró 26 inmuebles por un total de $11,6 millones.
Ese año pesificó
el plazo fijo que tenía en dólares por USD 3.213.728, y que ingresó en la
declaratoria de herederos, que resultaron en casi $14,4 millones acreditados en
una caja de ahorro, según el cambio del momento.
La reducción
patrimonial, considerando la inflación, se repitió en las declaraciones de 2013
($50.281.230, un 7,4% menos que el año anterior), de 2014 ($59.659.490, un
14,5% menos) y de 2015 (5,6% menos). En esos años, mantuvo las mismas 26
propiedades en Río Gallegos, El Calafate y CABA, por un valor fiscal que rondó
los $15,5 millones.
El último año en
la Casa Rosada como presidenta, declaró activos netos por $72.189.470,
considerando las deudas que dijo tener con su propia empresa Hotesur SA por $4,6
millones, y con la firma Panatel por $327.075.
Lo que más aumentó
entre 2011 y 2015, su segundo mandato, fue su tenencia de dinero en el banco:
pasó de $11,5 millones a $40,7 millones.
Pese a lo que
Cristina Kirchner dijo en distintas oportunidades al defenderse por las
acusaciones en la causa Vialidad, tiene aún una investigación abierta en la
Justicia sobre su patrimonio entre 2009 y 2015, impulsada por el fiscal Gerardo
Pollicita. Es un desprendimiento de la causa Hotesur que llevaba el juez Julián
Ercolini, vinculado a los bienes de la ex Presidenta en esos años.
El período
anterior, entre 2004 y 2008, el patrimonio de los Kirchner fue investigado por
la Justicia Federal en tres expedientes que, efectivamente como recordó la
Vicepresidenta el martes, fueron cerrados. El primero, por el propio Ercolini,
aunque con la aclaración que solo abarcaba el incremento alcanzado hasta 2004.
La decisión no fue apelada por el fiscal Eduardo Taiano. La segunda
investigación fue impulsada por el ex fiscal de Investigaciones Administrativas
Manuel Garrido, y estuvo a cargo del ex juez Rodolfo Canicoba Corral.
La tercera
investigación sobre el aumento patrimonial del 2008 estuvo a cargo del
fallecido juez Norberto Oyarbide, que la archivó de forma escandalosa en tiempo
récord. El propio magistrado admitió, cuando estalló el caso de “los cuadernos
de las coimas”, que había sido “presionado” para cerrarla. El propio contador
de los Kirchner, Víctor Manzanares, también admitió como imputado-colaborador
en ese expediente la manipulación hecha sobre la pericia en que se basó
Oyardide para sobreseer al matrimonio.
En 2016, se
produjo otro salto patrimonial, en ese caso negativo del 96,5%. Cristina
Kirchner consignó tener al cierre del período apenas $3,5 millones. Los activos
declarados por la hoy Vicepresidenta se redujeron drásticamente producto de la
donación en vida de todos sus bienes y sus acciones en las empresas familiares
a sus hijos, Máximo y Florencia. Fue justo al comenzar a ser investigada por la
Justicia Federal por presunta corrupción. La jugada fue denunciada como una
supuesta insolvencia fraudulenta para esquivar las medidas cautelares que
comenzaban a dictarse sobre su patrimonio.
Desde mayo de ese
año, dejaron de estar a su nombre las acciones de las empresas familiares
Hotesur y la inmobiliaria Los Sauces SA y CO.MA.SA. También dejó de ser dueña
en los papeles del 50% de 4 casas en Río Gallegos y su vivienda en El Calafate
de 520 m2 y tres plantas, al lado del hotel boutique Los Sauces que ella misma
ideó, y que amplió en un terreno que era de Báez. Ese terreno lo canjeó en una
permuta por otro lote frente al Lago Argentino de su propiedad con Austral
Construcciones. Se trata de la que fue la nave insignia del empresario
patagónico, a quien desconoce como “amigo” pero cuyos negocios en común y
crecimiento patrimonial, la Vicepresidenta sigue sin poder explicar.
Ante la
posibilidad de un embargo judicial, además les cedió a sus herederos 12
departamentos (los dos en Recoleta, y el resto en la capital santacruceña); 5
terrenos en El Calafate; y 4 locales (3 en esta villa turística y el otro en
Río Gallegos). Y también les donó a su hijos el 50% de los casi $40 millones
que había declarado tener a principios de 2016.
En 2017, su
patrimonio neto declarado ($4.369.790) se mantuvo estable descontando la
inflación, y en 2018 subió un 14,3% en términos reales respecto del año
anterior, pasando a $6.706.422.
En 2019, último
año del gobierno de Mauricio Macri, se redujo un 5,2% en la comparación
interanual, también a valores reales, al declarar $9.761.186.
Ya en el poder
nuevamente, sus activos subieron en 2020 a $16.463.095, casi un 19% por encima
de la inflación de ese año.
En la última
declaración jurada anual que presentó ante la Oficina Anticorrupción este año,
correspondiente al 2021, la Vicepresidenta informó un patrimonio de
$48.608.385. El monto representa un 195% más que lo que había declarado al
cierre de 2020 en términos nominales, cuando había informado $16.463.095. Si se
considera la inflación del 50,9% que hubo en 2021, la valorización real fue del
99%. Es el salto patrimonial más alto desde el 2008, cuando había sido de 153%.
Además de dinero
en el banco por $16,6 millones, el principal componente de lo declarado por la
vicepresidenta son los “derechos reales en el país” que dijo tener por la
herencia que recibió de Néstor Kirchner, por $31.084.071, según la declaración
patrimonial 2021 “Rectificada”. En su presentación del año pasado, los había
valuado en $12.131.852. Si bien no se detalla a qué corresponden esos “derechos
reales” que ingresaron a su patrimonio en marzo de 2016, se supone que
corresponden al usufructo de propiedades y acciones en las empresas familiares.
Las empresas
familiares de los Kirchner fueron intervenidas por la Justicia, ya que sus
manejos derivaron en el procesamiento de la ex mandataria, de Máximo y
Florencia Kirchner, por presunto lavado de dinero en la causa que se unificó y
se conoce como “Los Sauces-Hotesur”. Este expediente aguarda una definición de
la Cámara de Casación luego de que el Tribunal Oral Federal Nro 1 resolviera,
por dos votos contra uno, sobreseer a la Vicepresidenta antes de que comenzara
el juicio oral.