de las renovables sesgadas en Europa y Uruguay
Carlos Andrés
Ortiz
Informador
Público, Mar 1 de 2023
Expertos en
comunicación subliminal y otros artilugios para perpetrar engaños mediáticos,
los voceros y propagandistas de las excluyentemente sesgadas energías eólica y
solar, tapan con montañas de comentarios rebuscadamente favorables, las
evidentes limitaciones y fracasos (que deberían ser estruendosos por sus
consecuencias), que muestran las realidades energéticas de Europa y del vecino
Uruguay.
Aclaremos, una vez
más, que las eólicas y solares son “renovables sesgadas”, pues por amañadas
leyes argentinas, se excluyeron del “concepto legal” de energías renovables y
sus consecuentes beneficios, a todas las hidroeléctricas de más de 60 MW, lo
cual es una aberración técnica y por ende jurídica. Así son las muy fuertes
presiones del muy ramificado ultra ecologismo cavernario, nada inocente, por
cierto.
Yendo al meollo
del tema, la Unión Europea (en particular Alemania, España, y en menores
medidas otros), son considerados “grandes ejemplos mundiales” en la promoción e
instalaciones masivas de solares y eólicas; y en nuestra Sudamérica, Uruguay
fue citado como “el gran ejemplo a seguir” por el fuerte sesgo eólico de su
matriz eléctrica.
Múltiples
conceptos muy favorables, y supuestamente expresados por “expertos”, fueron
citados repetidamente por la “prensa especializada” (medios electrónicos de
posturas abiertamente pro “renovables sesgadas”), y citados por diversos medios
y muchos periodistas, no expertos en energía, precisamente.
Debe enfatizarse
que eólicas y solares, son energías caras, con muchos costos ambientales
encubiertos (tapados tras montañas de palabrerías huecas o distorsionadas), y
por sus insalvables intermitencias -se “prenden y apagan” y tienen bruscas
alteraciones del voltaje- son solamente Energías Complementarias, siendo
totalmente inútiles para operar como Energías de Base.
Repitamos, una vez
más, que las tres tecnologías de generación eléctrica aptas para operar como
Energías de Base, son:
Termoeléctricas,
que queman carbón, petróleo, gas, o biocombustibles.
Hidroeléctricas.
Nucleares.
Europa, sobre todo
la parte Occidental, hace décadas tiene construidas todas las hidroeléctricas
posibles en sus cursos de agua, por lo que esa tecnología se descarta para
ampliaciones de nuevas generadoras eléctricas.
La alternativa
nuclear es posible, produciendo energía de calidad y costos competitivos, pero
salvo Francia (que no abandona su plan de ampliación de su parque de generación
nuclear), en otros países se desató una especie de histeria anti nuclear, en
particular en Alemania y España, en los que los respectivos partidos “verdes” y
muy activas ONGs “ecologistas”, expertas en terrorismo comunicacional
ambiental, instalaron el falso mensaje de supuesto reemplazo de la generación
nuclear, por las “energías verdes” eólica y solar, lo cual es una falacia
total, pues la Energía Complementaria no puede reemplazar a la Energía de Base.
Pese a las
cuantiosas inversiones en eólicas y solares, Europa debió apelar a la
“demonizada” energía termoeléctrica, consumiendo mucho más petróleo y gas, e
inclusive el denostado carbón, para reemplazar a la cancelada energía nuclear.
La contundente
realidad, demostrativa de las insalvables limitaciones de las muy promocionadas
(y costosas) energías eólica y solar, no impide que los muy fuertes intereses
económicos y geopolíticos que las promocionan, insistan en mostrarlas como
“grandes soluciones”.
Hoy Europa soporta
serias limitaciones e incrementos de costos de la energía, que quitan
competitividad a su economía, exacerbado todo por las tensiones geopolíticas de
la guerra entre Rusia y la OTAN en suelo de Ucrania, con dolorosas
consecuencias sobre todo para el pueblo ucraniano. Y como es lógico, las
eólicas y solares no pueden reemplazar al petróleo y el gas, que ahora los
europeos lo pagan mucho más caro.
Nuestro vecino
Uruguay, careciente de hidrocarburos y sin potencial hidroeléctrico por adicionar,
se volcó a la energía eólica, promocionada como supuesta “gran solución”… pero
la realidad es otra, muy diferente.
El cuadro de
pobreza energética, en función de los altos precios de la electricidad, como
posible consecuencia de la nada barata energía eólica, seguramente es uno de
los factores que empujan a la emigración, con la cual la población uruguaya
mostraría un estancamiento prolongado.
Pero pese a las
masivas inversiones en energía eólica, actualmente Uruguay pasó a depender de
las compras de electricidad a Argentina y Brasil, con las que cubre la mitad
del consumo de su mercado interno.
Esas gruesas
evidencias, que demuestran las serias limitaciones de las “renovables sesgadas”
eólicas y solares, son dejadas de lado por los muy poderosos intereses creados,
que las promocionan hasta el paroxismo, todo eso con los fuertes y constantes
apoyos de las agendas internacionales, como el Acuerdo de Paris y la agenda
ambiental 2030 de la ONU, dudosamente “inocentes”, que más bien parecen sutiles
imposiciones para dejar de lado toda aspiración al desarrollo socio económico y
aceptar la miseria crónica, todo en nombre del ultra ambientalismo como
poderosa excusa pretendidamente insoslayable.
Y un cuadro de
pobreza energética, con el nefasto combo de energía eléctrica muy cara y de muy
baja calidad, será el poderoso contexto que, si no nos rebelamos, nos anclará
en la miseria y subdesarrollo crónicos.
Para evitarlo, es
esencial volcarnos decididamente a desarrollar nuestro desaprovechado vasto
potencial hidroeléctrico y nuestras capacidades para ampliar fuertemente
nuestro parque de energía nuclear.
MGTR. Carlos
Andrés Ortiz
Analista de Temas
Económicos y Geopolíticos
http://caoenergia.blogspot.com/