POR GABRIEL
CAMILLI
Una nueva
conmemoración del 25 de Mayo, nos encuentra hoy en medio del emocionado y
renovado recuerdo popular por 40 años de la Gesta del Atlántico Sur. Por tal
razón, me voy a permitir realizar algunas reflexiones para compartir con los
lectores de La Prensa.
Conocer y enseñar
la historia verdadera es enseñar la historia de aquellos hombres que nos
hicieron esta Patria. Desde los orígenes hasta Malvinas. Siempre hubo hombres y
mujeres que forjaron esta bendita nación.
La Argentina no
nació al acaso, no nació por casualidad, no nació como hija de nadie. Tiene un
pasado. Tiene una historia, una cultura, una raza, una religión, una lengua, y
todo eso se hunde en las raíces de la Historia. Mayo en 1810 y Mayo en 1982.
Algunos dirán que
la Revolución Francesa y el Iluminismo fueron causas externas de nuestra
revolución. Otros dirán que ambas revoluciones fueron similares, o más aún, que
la Revolución de Mayo es hija de la francesa.
Se hablará de
Rousseau, del "Contrato Social", del absolutismo monárquico, de la
España oscurantista en oposición a las "luces" de Francia.
Pero, como el
único interés que nos mueve es "la verdad", nos anticipamos y
oponemos a esta versión de la historia falsificada cuyo fin es el de reemplazar
nuestra verdadera conciencia nacional por una extraña a nuestra idiosincrasia y
tradición.
Para ello hoy
queremos afirmar la siguiente premisa: "que nuestra Revolución de Mayo
nada tiene que ver con la Revolución Francesa. Ni como causa, ni influencia, ni
como modelo".
La Revolución
Francesa se hizo contra el absolutismo de los reyes y los privilegios de los
nobles y también en contra de la Iglesia. En el Río de la Plata, no había ni
nobles ni reyes. Gobernaba el país un Virrey que no tenía nada de absoluto y un
Cabildo que era una genuina y antiquísima autoridad de origen popular (que por
supuesto también era herencia de España) que la parte principal elegía
libremente.
La Semana de Mayo,
o Revolución de Mayo fue esencialmente realizada por una parte del pueblo (la
parte sana e ilustrada), los militares (allí estaban los Arribeños y los
Patricios con Don Cornelio Saavedra al mando, respaldando la revolución).
Es decir que fue
una revolución hecha por verdaderos señores, angustiosos de gobernarse a sí
mismos por los sucesos ocurridos en la Península, pero dispuestos a mantener su
tradición y cultura, a punto tal, que nuestra revolución fue en sus inicios
abiertamente monárquica.
"¿A esta revolución
sin crímenes que fuera nuestra se pretende encontrar un retoño de la francesa
que se prostituyó sólo en la diosa razón y fusiló, guillotinó, a millares de
ciudadanos, hombres y mujeres y hasta niños?".
TRADICION NACIONAL
Como argentinos
entendemos que el significado de celebrar las fiestas patrias supone reafirmar
la tradición nacional, lo que representa ratificar y actualizar nuestra
identidad, rescatar y renovar nuestro sentido de nación, situando la cultura
como su fundamento y resguardando la primacía de la persona humana.
Es un momento
importante para exponer una serie de precisiones relacionadas con Mayo, uno de
los hechos más controvertidos de nuestra historia patria, distinguiendo lo que
sucedió en la Semana de Mayo, de sus consecuencias.
En un sentido
esencial, tradición es la transmisión de un conjunto de verdades fundamentales
que constituyen un tesoro doctrinal para el hombre. Esta colección, invariable
en sí misma, se encarna bajo formas históricas mutables, vivifica a los pueblos
que lo reciben y les imprime fisonomía propia y un particular estilo de vida.
En el caso
concreto de nuestro país, el núcleo esencial de la tradición tiene sus raíces
en la concepción cristiana e hispánica que informa las bases de nuestro ser
nacional, integrado con aportes diversos, autóctonos y europeos.
En consecuencia
sólo es auténtica tradición argentina aquella que reconoce este linaje y
permanece fiel a sus inspiraciones. Con ese espíritu se enlazan la defensa de
la Patria en 1806 y 1807, los combates de Obligado en 1845 y la Gesta del
Atlántico Sur en 1982.
Cualquier otra
corriente o pensamiento que se haya introducido o pretenda incorporarse a la
vida nacional para sustituir dichos atributos esenciales o renegar de ellos no
puede ser considerada tradición argentina.
LA IDENTIDAD
La identidad es, a
la vez algo dado y un proyecto de futuro. Necesitamos un ideal histórico común,
que integre el reconstruir nuestra Nación y construir la comunidad regional de
naciones de Iberoamérica, para tener un destino más digno en el actual mundo
globalizado.
Concretamente:
1.- La revolución
no representó una ruptura con el orden preexistente, sino por el contrario una
reafirmación de la tradición jurídica hispánica, con la teoría de la
Retroversión expuesta por Castelli en el Cabildo del 22 de mayo.
2.- Durante todos
los debates previos a la Revolución nadie defendió argumentos basados en la
Revolución Francesa o algunos de sus autores materiales o ideológicos.
3.- Buenos Aires asume
la responsabilidad de reafirmar la tradición hasta poder conocer la opinión del
resto del virreinato.
La historia es lo
que fue, no de lo que pudo haber sido, o de lo que nos hubiese gustado que
fuera.
El Coronel
Cornelio Saavedra representa Mayo. Si algún Mayo recordamos con agradecimiento
y orgullo es el que encarna Don Cornelio Saavedra, aquel Comandante de
Patricios, que afirmando con gran claridad que se alzaba contra franceses e
ingleses -y contra todos aquellos que quisieran comprometer el destino de estas
tierras- puso su condición militar al servicio de Dios y de ambas Españas,
representando el sentir de la mayor parte de la comunidad rioplatense que él
representaba.
La Argentina tiene
Héroes. En 1810 y en 1982.
Los héroes no
están solamente para que nosotros los recordemos y les rindamos homenaje, o
dediquemos a su memoria discursos que tantas veces son palabras huecas,
palabras vacías. Los héroes están puestos también como ejemplo y como modelo de
la vida. En las gestas patrias hubo ejemplos de heroísmo.El héroe como resumen
de todas las virtudes humanas, del coraje, del heroísmo, de la generosidad, del
desinterés, del servicio del Bien Común.
PARA RECORDAR
Mensaje de Rosas a
la Legislatura sobre la "revolución de mayo"-25 de mayo de 1836:
"No se hizo [la Revolución de Mayo] para rebelarnos contra nuestro
soberano, sino para conservarle la posesión de su autoridad. No se hizo para
romper los vínculos que nos ligaban a los españoles, sino para fortalecerlos
más por el amor y la gratitud. ¡Pero quien lo hubiera creído! Un acto tan
heroico de generosidad y patriotismo, no menos que de lealtad y fidelidad a la
nación española, fue interpretado en algunos malignamente [...] Perseveramos
siete años en aquella noble resolución de mantenernos fieles a España, hasta
que, cansados de sufrir males sobre males, nos pusimos en manos de la Divina
Providencia y confiando en su infinita bondad y justicia tomamos el único
partido que nos quedaba para salvarnos: nos declaramos libres e independientes
de los Reyes de España y de toda otra dominación extranjera".
Estimados
Compatriotas, volviendo la mirada a los clásicos, podemos decir que para
Cicerón la historia era "maestra de la vida" y para Cervantes
"madre de la verdad".
En realidad, ambas
sentencias eran y son expresiones de deseo, esperanzas de que así sea, apuestas
al futuro respecto de que la historia sirva para algo bueno, precisamente
porque consustancial a ella es la verdad.
Sobre esa historia
verdadera y no sobre el relato se debe construir el futuro de nuestra grande y
gloriosa nación. !Feliz día de la Patria!.