una respuesta a las fracturas de la sociedad
FRAN OTERO
Revista Ecclesia,
15-4-2024
La XLIV Semana
Social, en la que ya están implicadas más de 20 diócesis, pretender promover la
cultura del encuentro y el diálogo en un contexto social marcado por la
polarización y el enfrentamiento
Aunque la
polarización y la crispación en nuestro país se perciben claramente si uno se
acerca a los medios de comunicación o pone su mirada en el Congreso de los
Diputados un miércoles a las 9:00 horas, lo cierto es que hay otras realidades
que validan con datos esta situación. Por ejemplo, que la Fundación del Español
Urgente (FundRAE) eligiese como palabra del año 2023 la polarización, o que
entre los primeros puestos de los problemas de los españoles, según el CIS, se
encuentren «el mal comportamiento de los políticos», «lo que hacen los
políticos», «la crisis de valores» o «la falta de acuerdos».
Por eso, no es
baladí que la XLIV Semana Social, la segunda edición con una nueva
metodología, aborde la cuestión del diálogo. Un tema —El diálogo, camino para
la Iglesia— que da continuidad a la semana social precedente, la de 2021, que
abordó la regeneración de la vida pública con una llamada al bien común y a la
participación.
La Junta Nacional
de Semanas Sociales reconoce, en una guía de trabajo, esta realidad que,
además, tiene varias vertientes. Pues hay una polarización socioeconómica, «en
la que cada vez se abren fracturas dentro de nuestra sociedad»; otra de
naturaleza política y cultural, que divide a la sociedad en función de grupos e
identidades excluyentes; y también en el ámbito religioso, pues recogiendo el
documento de síntesis de la Conferencia Episcopal para la etapa continental del
Sínodo, señala que las mismas polarizaciones que se dan en la sociedad «laten
en el seno de la Iglesia».
Y esta
polarización, explica a ECCLESIA Jesús Avezuela, presidente de Semanas Sociales
y director general de la Fundación Pablo VI, tiene consecuencias sobre el mismo
diálogo, pues «o no se dialoga o se termina en un diálogo de sordos». En este
contexto, el documento plantea cuál debe ser el papel de la Iglesia en la
participación de una sociedad que dialoga. «Debería ir hacia el diálogo con el
mundo que le toca vivir. La Iglesia se hace palabra; la Iglesia se hace
mensaje; la Iglesia se hace coloquio», que diría Pablo VI, en palabras
recogidas en la guía.
Más de 20 diócesis
implicadas
Este planteamiento
será abordado en las diócesis —ya están implicadas más de 20, aunque las que no
lo hayan hecho están a tiempo de incorporarse— a través de seminarios de dos o
tres días en los que pueden participar agentes de la pastoral social de la
Iglesia y miembros de la sociedad civil. Las conclusiones serán presentadas en
un encuentro nacional, que se celebrará en Valladolid el 8 y 9 de noviembre de
este mismo año.
Así, los
participantes en estas jornadas diocesanas pondrán en práctica ellos mismos un
diálogo que exige condiciones y criterios para que sea real y verdadero. Por
ejemplo, según explica Jesús Avezuela, un diálogo que busca la verdad y el bien
común no exige la renuncia a la propia identidad, ejercita la escucha y se
produce con tiempo, confianza y paciencia. Un diálogo que debe llevarse a cabo
a nivel social, político, interconfesional, educativo y cultural, en el ámbito
de la paz y también dentro de la propia Iglesia.
En las diócesis
tendrán que responder a preguntas sobre las fracturas que se están abriendo de
cara a la participación de todos, las divisiones y desencuentros tienen también
su expresión en la vida cotidiana o el papel de la Iglesia para impulsar el
diálogo en los distintos ámbitos. «La Iglesia tiene que salir a dialogar. No
basta con tener seguridad en lo que decimos, debemos abrirnos. Es un lenguaje
que está en sintonía con la encíclica del papa Francisco Fratelli tutti, con
construir puentes en un mundo que vive entre la indiferencia y la
confrontación», subraya Fernando Fuentes, director de la Comisión Episcopal para
la Pastoral Social y Promoción Humana de la Conferencia Episcopal Española,
donde se integra Semanas Sociales.
Con esta nueva
edición se consolida la nueva metodología incorporada desde la última edición,
que incluye un trabajo previo a través de la Junta Nacional y de las diócesis,
que, finalmente, se plasma en el encuentro nacional. Un foro que permite
discernir, añade Fernando Fuentes, sobre cuestiones importantes, pero sin
olvidar que «no es una agenda de problemas», sino una ocasión para que la doctrina
social de la Iglesia los ilumine. Y para, concluye el presidente de Semanas
Sociales, ejercer el diálogo que se propone.