Por Gustavo García
La Prensa,
22.09.2024
A sabiendas de que
su principal base electoral está compuesta por jóvenes, consumidores de la
imagen en sus más diversos soportes, Javier Milei montó el show. El pasado
domingo transformó un trámite parlamentario como es la presentación del
Presupuesto, generalmente encabezada por el ministro de Economía, en un
empalagoso acto de fuertes ribetes ideológicos. Quedó pegoteado en su propio
almíbar.
En el Congreso de
la Nación, y frente a los legisladores y miembros del Gabinete, el presidente
explicó en su discurso lo que ya todos sabían: el sesgo del Presupuesto 2025
tendrá como eje el recorte del gasto público con el único y celoso objetivo de
conservar el equilibrio fiscal.
El líder
libertario, que tuvo tiempo también para aguijonear a la oposición con sus
ironías, fue claro: si la recaudación es positiva, se bajarán impuestos; si
falta plata, habrá más ajuste.
El equipo
económico privilegiará el ahorro para honrar la deuda externa y mantener equilibradas
las cuentas públicas. Es a todas luces un cambio de lógica en la manera de
pensar la administración pública. Lo difícil es aplicarla sobre una sociedad
que tiene aproximadamente 50% de pobreza, casi 20% de indigencia y un elevado
empleo en negro. ¿Qué pasa cuando se establece el modelo sobre pobres y
jubilados que ganan $300.000? ¿Cómo se hace para sostener esa disciplina fiscal
sobre el hambre de un sector frágil de la población? ¿Cuánto tardará en
producirse el sano derrame de la economía?
Afilados para la
réplica veloz en las redes sociales, a los libertarios se les escapó la tortuga
en el segmento comunicación. Organizar un asado en la Quinta de Olivos, donde
cada uno de los asistentes pagó su cubierto, apenas unos días después de haber
vetado el aumento a los jubilados es dar una muestra de insensibilidad
mayúscula. Ignoran el universo de lo simbólico o, tal vez, ni siquiera les
importe.
LA BASE
La política
económica, que busca poner orden en el desbarajuste que dejó la gestión
kirchnerista, se apoya en algunos pilares que exhiben una singular robustez.
Uno de ellos es el superávit fiscal primario, que encadenó su noveno mes
consecutivo en verde. El torniquete está arrojando resultados.
Los números son
elocuentes: Argentina registró en agosto un superávit fiscal primario de $
899.660 millones (914,7 millones de dólares), frente a un resultado negativo en
igual mes de 2023 de $ 36.964 millones. Otro de los puntos es el superávit
comercial, que el jueves exhibió un total de u$s 1.963 millones.
La explicación del
resultado positivo está dada en una recesión que afecta al sector productivo y
provocó una caída de casi el 30% en materia de importaciones. Las fábricas se
mueven poco y trabajan al 60% de la capacidad instalada.
Son señales que
permiten abordajes diversos. La salud de los números fiscales se recuesta en
una política que ha hecho de la motosierra un dogma. En esto va el recorte de
fondos para todo tipo de áreas estatales, que incluye a aquellas que son un
negocio de la política pero también a las otras, las vitales como la
investigación científica.
La confianza
abunda en las filas del Gobierno. "En los próximos años no habrá país en
el mundo que tenga tanto éxito como la Argentina", proyectó el flamante
viceministro de Economía, José Luis Daza, como si se tratase de un oráculo.
Otros números no
dan tan bien. Por ejemplo, la actividad económica se desplomó 3,4% durante el
primer semestre. Hilando fino entre los sectores, tan sólo el agro pudo exhibir
números para la envidia. El resto hizo lo que pudo, afectados sobremanera por
la fuerte caída del consumo en todas sus formas. De hecho, la consultora
Scentia difundió un documento que resalta la merma del 17,2% interanual en las
ventas de supermercados y autoservicios, todo un termómetro de lo que la
sociedad padece hoy en día.
En su objetivo
supremo de bajar la inflación, el equipo económico ha logrado sofocar el
proceso desde las alturas del 25% registrados a comienzos del año, pero parece
haber llegado a un piso difícil de perforar. Van dos meses consecutivos con el
IPC (Indice de Precios al Consumidor) oscilando en torno al 4%.
Un dato alentador
es que la inflación mayorista de agosto dio 2,1%, un guarismo que se acerca
mucho a lo que sueñan en el edificio de Hipólito Irigoyen.
DESEMPLEO
Que el ajuste y la
recesión iban a pegar por el lado del empleo no era ninguna novedad. El jueves
el Indec difundió el dato oficial, que arrojó una desocupación del 7,6% en el
segundo trimestre, con una mínima variación con respecto al primero.
Al momento de
desmenuzar las cifras surge lo precario del escenario laboral. Entre abril y
junio los puestos de trabajo asalariado formal (trabajadores en relación de
dependencia registrados) en las principales ciudades del país cayeron en 100.000,
a 6,2 millones, mientras que los empleos asalariados pero informales (no
registrados) crecieron en 100.000, a 3,6 millones. El trabajo en negro ya
afecta al 36,4% de los asalariados en Argentina.
La crisis también
azuzó el cuentapropismo en todas sus versiones, segmento que creció de 3,3
millones de personas a 3,5 millones. En la Ciudad de Buenos Aires el flagelo
también se hace sentir: la tasa de desocupación creció del 6,8% al 7,3% en el
segundo trimestre de 2024, su nivel más alto en dos años.
Un informe
elaborado por la consultora GhidiniRodil destaca que "el mercado laboral
mantiene en general características similares al primer trimestre del año, con
una demanda estable, con algunas pausas, desvinculaciones muy selectivas y
marcadas diferencias sectoriales. Con pocas industrias con demanda laboral
genuina, como la agroindustria, la minería y tecnología”.
"En el primer
semestre del año se perdieron 171.000 puestos de trabajo registrados, entre
empleo público y privado. En el primer trimestre del 2024 la destrucción
resultó en 122.000 empleos y en el segundo trimestre fue de 46.000”, concluye
el paper.
Un estudio
rubricado por la economista Laura Caullo, del Ieral de la Fundación
Mediterránea, echa más luz sobre el asunto y revela que sólo tres provincias
exhiben un crecimiento en el empleo registrado en lo que va del año. Ellas son
Neuquén (3,4%), Salta (2,4%) y Tucumán (0,2%). En la otra punta, Formosa padece
un retroceso del 18%.
El clima recesivo
ha obligado a que los sectores protagonistas de la economía, tal el caso de la
industria, deban prescindir de personal. El efecto se les volvió en contra como
un búmeran. De hecho, la Unión Industrial Argentina advirtió que en agosto se
notificaron 13.750 nuevos juicios a las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo
(ART), con lo cual se acumularon un total de 81.709 demandas en 2024. Los
juicios laborales crecieron 25% este año, con fuerte impacto entre las Pequeñas
y Medianas Empresas.
RESPALDO
El hartazgo hace
milagros. Una sociedad escaldada por los fracasos económicos puede ser capaz de
dar un giro de 180 grados y, tal como lo vimos, escoger una administración por
completa diferente en su esencia a lo que representaban sus antecesores. La
Libertad Avanza es el emergente de ese estado de descontento que ha llevado a
la Argentina a vivir una nueva experiencia liberal.
El cansancio tras
tantas promesas fallidas es la explicación al fuerte respaldo que el Gobierno
conserva pese a estar ensayando uno de los ajustes más severos de la historia
económica argentina. Los números, una vez más, son elocuentes.
El informe
Argentina Believer, realizado por la consultora política Isasi-Burdman, revela
que Javier Milei mantiene una aprobación del 52%, mientras que el 53% de los
consultados apoya la gestión de gobierno. Lo que queda en claro también es que
la figura del presidente de la Nación es la que genera un singular atractivo ya
que su cuerpo de legisladores nacionales, por el contrario, tiene una imagen
negativa del 56%.
Por otra parte, el
59% de las personas entrevistadas acuerdan con la idea de que Milei recibió la
peor herencia económica de los últimos 40 años de democracia.
En temas clave
como la inflación, la inseguridad, la corrupción y la recuperación económica,
prima la visión negativa del estado actual de las cosas pero se imponen con
casi el 50% los que confían en el rumbo del Gobierno.
Entre otras cosas,
de 15 iniciativas de gobierno, la única que recibió una condena del 58% fue el
veto presidencial a la Ley de Movilidad Jubilatoria, que se traduciría en un
incremento en los haberes de los mayores.
El estudio
realizado sobre 2.040 casos mayores de 16 años arroja a manera de conclusión
que la imagen de Milei sigue superando los 50 puntos y que pese a que el escenario
es negativo y preocupante, los discípulos de la Libertad Avanza eligen creer en
el rumbo elegido.
Recién han
transcurrido nueve meses de gobierno libertario e impacta el cambio de
orientación en la agenda. La desregulación, la apertura de la economía y la
salida del cepo cambiario serán todos eslabones de un encadenamiento de sucesos
que veremos más temprano que tarde en esta Argentina incierta.