Por Javier Boher
Alfil, 04 de
octubre de 2024
Hace ya un par de
años alguien me dijo que hay errores que se cometen varias veces y hay errores
que se cometen solo una vez. Puede parecer una obviedad, pero lo dijo a raíz de
una charla sobre las consecuencias de nuestros actos. Si éstas son leves, casi
con seguridad vamos a volver a equivocarnos. Por el contrario, si son malas,
casi con certeza no volveremos a cometer el mismo error.
El presidente está
en un camino en el que no está pagando las consecuencias que debería pagar por
algunos de sus actos. Alguno podrá decir que es por su política de ajuste, por
el recorte de fondos a las universidades, por su cercanía a líderes
autoritarios o la lenta actualización de jubilaciones, pero no. Todas esas son
cuestiones de política pública que son evaluadas por la ciudadanía al momento
de ir a las urnas. Esto es algo que está antes de la condición de presidente:
el plagio.
Ayer se viralizó
en redes un hallazgo -atribuido a Carlos Pagni- sobre el discurso del
presidente en la ONU. A pesar de que muchos lo tildaron de histórico y se
emocionaron con el vídeo, resulta ser que es casi igual que un diálogo de la
serie The West Wing.
Algo me sorprende
del descubrimiento, y es que se deberían dar dos condiciones para hacerlo.
Primero, que el descubridor haya visto la serie (y que le haya quedado grabada
en la memoria). Segundo, que haya escuchado el discurso de Milei como para
vincular ambas cosas.
Esa no es la única
opción, por supuesto. Podríamos pensar que alguien del entorno del presidente
haya sabido de esta “inspiración” y lo haya filtrado a la prensa. También está
la posibilidad de que alguien haya googleado la transcripción del discurso sabiendo
de quién se trata y de su propensión por la copia. Personalmente, esta última
me parece la más lógica, ya que cada vez están más documentados los robos a
distintos autores para llenar sus libros.
Milei no es un
académico, de allí que lo del plagio no le importe. En ese mundillo (que él
probablemente resiente) tal cosa sería una falta grave. De hecho, recuerdo a un
profesor que invitaron a retirarse de la universidad por el desliz de olvidarse
intencionalmente de citar. Milei vende libros o se vende a sí mismo a gente que
cree estar ante alguna clase de gurú económico, por lo que el pudor intelectual
está lejos de ser un rasgo de la personalidad del presidente.
Definitivamente
esta no es la primera vez que Milei copia algo que no es de él, pero la novedad
está en que decidió parafrasear un fragmento de un diálogo televisivo. Casi con
certeza el error es de su ghost writer, el responsable de escribirle los
discursos o los libros, pero la metida de pata es tan burda que marca el bajo
nivel de quien ocupa ese lugar. A mí me cuesta volver a usar ideas sin aclarar
que ya las usé anteriormente, si me apropiara de un texto ajeno directamente no
podría exponerme ante el público. Claramente el escritor de Milei está
tranquilo porque es otro el que pone la cara.
Sería interesante
ver al presidente citando como propias frases de las grandes películas del
cine, como el discurso inspirador de Rocky VI, ese de que no importa cuánto te
peguen, sino la fuerza para levantarse. Casi casi que va con la lógica de las
Fuerzas del Cielo. Podría usar aquella frase de Will Smith en En Busca de la
Felicidad sobre que no hay que dejar que nadie te diga que no podés hacer algo.
Esa es bien libertaria, bien individualista.
Su “Viva la
libertad, carajo” recuerda a Mel Gibson gritando “Freedom” en Corazón Valiente,
antes de morir. Si le gusta esa película, y por los niveles de locura a los que
caen algunos de sus seguidores, no va a faltar mucho para que se robe eso de
que “Todos morimos, lo que importa es el cómo y el cuándo", para
justificar algún gran sacrificio.
Por su perfil
anticasta no le debe faltar mucho para citar la siguiente frase: “La política
es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y
aplicar después los remedios equivocados”. Encaja perfecto con la idea que
quiere vender, pero seguramente se enojaría al saber que es una frase de Marx.
Que sea Groucho y no Karl es anecdótico, atento a su obsesión por ver
comunistas en todos lados.
En cualquier caso,
y más allá de estas citas genéricas, lo que queda en evidencia es que Milei y
los suyos son perfectos ejemplares de la cultura del “Cortar y pegar” con la
que se pelea todo el tiempo en los ámbitos escolares o académicos. La creciente
incapacidad para transmitir ideas propias en las propias palabras empuja a
mucha gente a recurrir a palabras ajenas que incluso no llegan a comprender del
todo. Apropiarse de discursos ajenos dice mucho de la persona,
independientemente de lo grave o bochornoso (según el ámbito) que pueda
resultar hacerlo. El que plagia no tiene orgullo ni amor propio, porque
renuncia a su propia capacidad creativa a cambio de algo de probada aceptación.
El ghost writer,
el presidente o quien sea que esté detrás de los libros y discursos de Milei
debería empezar a sentir las consecuencias de sus acciones, para poder empezar
a aprender se sus errores. No puede ser gratuito andar robando palabras de
otros. Aunque ninguno de ellos lee estas líneas, les voy a regalar una frase
para que reflexionen sobre sus actos. Como le dijo Doc Brown a Marty McFly,
"¡Te advertí sobre esto, muchacho! ¡Las consecuencias pueden ser
desastrosas!".