“Esto va para largo, el año que viene va a ser peor”, se confesó el secretario de Comercio ante un grupo de militantes del PJ porteño, más un selecto grupo de jóvenes de La Cámpora, en referencia a la tensión con el campo y el problema de los precios en alza.
“La tierra se va a encarecer producto de los montos que se pagan por el arrendamiento para la soja. Eso va a reducir las superficies destinadas a actividades como carne, leche y trigo, lo que va a derivar en el encarecimiento de los precios de esos productos”, precisó.
Ante esa variación, explicó Moreno, el gobierno deberá reforzar paulatinamente la “intervención” en el mercado. ¿Cómo? Restringiendo las exportaciones “hasta donde sea necesario” para productos de consumo interno como la leche, la carne y el trigo.
Manoteó un ejemplo preciso: en el país se producen 10 mil millones de litros de leche de los cuales 2.000 millones se exportan. “Cada litro que manda afuera es un litro que dejan de tomar nuestros chicos, los chicos argentinos”, detalló vehemente el funcionario.
Y, tras una pausa, completó la idea: “Si quieren exportar van a tener que producir más, si no van a exportar nada”, afirmó terminante.
El mismo mecanismo se aplicará con la carne. Según Moreno, la determinación del gobierno es garantizar suficiente provisión de carne para el consumo interno sobre la base de 65 o 70 kilos anuales por habitante. Sólo se permitirá la exportación de los excedentes, dijo.
(Ámbito Financiero, 10-6-08)