En estos días se han
presentado nuevas variedades de soja genéticamente modificadas, capaces de
proveer rendimientos superiores y otros beneficios adicionales. Esto fue
acompañado por visitas de técnicos y productores destinadas a comprobar las
virtudes de las variedades en este caso en las provincias del Norte, que
ofrecen los mayores beneficios para este tipo de producción, y que serán
continuados por una nueva tanda de variedades en gran parte del territorio
agrícola nacional.
La presentación fue
acompañada por la publicación en la nacion y otros medios de una solicitada
informativa sobre las condiciones en las que Monsanto las ofrecerá a
productores, multiplicadores, distribuidores y otros participantes de la cadena
de valor. Las principales virtudes de estas semillas están en su resistencia a
las orugas que devoran los cultivos de soja y otras especies, y que obligan a
sucesivos tratamientos de agroquímicos que alcanzan hasta cinco y seis en cada
ciclo productivo con el costo correspondiente. Los ciclos se reducirán a uno o
dos en los nuevos cultivos transgénicos, con beneficios adicionales, como la
menor exposición de personas y centros urbanos a los citados agroquímicos, tema
que ha sido tratado ya en estas columnas.
Otro gen presente en
estas variedades provee un carácter selectivo, que impide el desarrollo de las
malezas y deja espacio libre para el mejor desarrollo de la soja. La
rentabilidad de estas tecnologías se debe a Francis Crick y a James Watson,
receptores del premio Nobel de Medicina en 1962 por su contribución a descubrir
el ADN, que ellos mismos bautizaron como "el secreto de la vida".
Entre las muchas y formidables contribuciones del ADN a la ciencia y sus
aplicaciones, se cuenta con un aumento del rendimiento de la soja y otros
cultivos agrícolas del orden del 8 al 12 por ciento en cantidad. El sistema
elegido por las empresas obtentoras para retribuir sus costos y cubrir sus
derechos de propiedad intelectual, conocido como Regalías Extendidas, consiste,
para el caso de los productores, en la venta bajo declaración jurada de las
semillas, para luego proceder del mismo modo con las cantidades cosechadas, que
serán en parte sembradas nuevamente y en parte guardadas o vendidas bajo control
de la obtentora, según un sistema a cargo de la Asociación Argentina
de Protección de las Obtenciones Vegetales. El sistema destaca siempre el uso
propio de las semillas.
Mientras en el campo
se abre una más amplia oportunidad de crecimiento de los cultivos agrícolas con
la incorporación de nuevas tecnologías, Monsanto, una de las más importantes
empresas mundiales dedicadas a la investigación y desarrollo de nuevas
semillas, es objeto de la paralización de las obras civiles correspondientes a
una planta de tratamiento de semillas de maíz en construcción. La empresa,
situada en la localidad de Malvinas Argentinas, en la periferia de la ciudad de
Córdoba cuya obra y funcionamiento ha merecido aprobación de la autoridad
correspondiente, incluida una audiencia con la presidenta de la Nación , ha debido suspender
las obras ante la presencia de grupos supuestamente ecologistas, que luego de
manifestar su oposición a su instalación terminaron perturbando la continuación
de las obras. Finalmente los choques dieron lugar a refriegas con la fuerzas de
seguridad con el resultado de contusos y detenidos.
Sin perjuicio de la
absoluta necesidad de garantizar las condiciones de acceso y seguridad para el
desarrollo de la inversión, debe destacarse la incongruencia que significa
oponerse hasta la violencia a quienes vienen a abrir nuevos cursos de
inversión, tecnología, progreso y empleo. Cabe ciertamente la oposición en este
caso o en cualquier otro, pero nunca sobre la base de la violencia, sino con
sólidos fundamentos que, por lo menos en este caso, brillan por su ausencia.