domingo, 11 de mayo de 2014

VIOLENCIA Y DISUASIÓN




Luis M. Premoli

InformadorPúblico, 5-5-14

El tema de la inseguridad se ha instalado en nuestra sociedad en forma contundente y con una virulencia desconocida.
Son frecuentes las referencias a delitos cometidos por colombianos mexicanos y otras lacras provenientes del lumpen regional.
La violencia ha desbordado la contención legal normal.
La justicia por mano propia también crece rápidamente sea por la reacción de la victima si está en condiciones, sea por vecinos que reaccionan salvajemente por algo que no puede identificarse como solidaridad. Las escuelas comienzan a infectarse de crímenes de adolescentes En las cárceles de máxima seguridad los internos filman con sus celulares una celebración con facas y drogas y lo suben a internet.

Manos anónimas incendian autos y apuñalan neumáticos las barras bravas que ya han hecho reconocer su identidad; trasforman los partidos de fútbol en campos de batalla para dirimir sus sangrientas jefaturas.
Para muchos esta realidad no existe o es un espectro que desaparece en los feriados, las rutas revientan de turismo interior. Esto es un síntoma de que la participación no existe y en consecuencia el argentino no se siente propietario sino tan solo inquilino.
En estos como en otros fenómenos sociales no se puede hablar de culpas sino de causas.
Y para este fenómeno social que se inscribe en el concepto moderno de guerra civil que ya no es enfrentamiento de fuerzas armadas fracturadas con acompañamiento de civiles(guerra civil española)sino un fenómeno autónomo, las causas no son ideológicas sino que surgen de una sociedad enferma de virus múltiples hoy acicateados por la droga
Es lo que se denomina la violencia molecular no solamente por la ausencia de finalidad (destrucción por destrucción) sino porque puede originarse en un violento solitario (Civil Wars, Magnus Enzeberger, 1990).

Los “trapitos” por eufemismo "cuida coches" son la muestra ominosa de un estado social que se caracteriza por la extorsión consentida. Pago para que no dañen mi propiedad me someto por miedo, el pago es un reconocimiento expreso de cobardía Los trapitos son bandas organizadas pasadores de droga alcoholizados cuyos celulares marcan a quienes se niegan Además, sustituyen a la autoridad porque ordenan los estacionamientos a su conveniencia.
Lentamente la sociedad se va domesticando.

Las villas van ganando a la sociedad apoderándose de espacios públicos o privados, para los usurpadores inventamos una palabra siniestra Okupa del mismo modo que se publican las "tarifas" de los sicarios.
Ahora los representantes de los villeros están junto al obelisco acampando con un despliegue suntuoso en un abierto desafío a la ley y con una finalidad claramente política. Con todos estos ejemplos que ocurren ante la inacción del estado (Estado no es gobierno "sino la formación histórica de poder social organizado") estamos asistiendo el vaciamiento moral de la república.
Este vaciamiento además, envenena al recipiente de modo que en el futuro los que hoy se proponen dejarlo baldío para su provecho no lo encontrarán utilizable.

¿Esta violencia metastizada puede ser disuadida? Creo que ya es tarde.
La disuasión implica impedir la iniciación de una acción bajo amenaza de sanción.
En este caso solo corresponde la contraviolencia dentro de la ley porque la acción ya está lanzada.
Junto a ella es necesario la unidad de todos porque la violencia capilarizada penetra por las grietas que deja abierta "el morbo de la discordia" denunciado por aquel sabio patriota que fue Joaquín V González en el "Juicio del Siglo".

Esta unidad es indispensable en materia de política exterior. Ciertas placas tectónicas se estremecen como anticipo de una segunda Guerra Fría. Discutimos el servicio militar, que no es para la disuasión interna sino para paralizar la enemistad exterior. Juan Álvarez, en Las Guerras Civiles Argentinas, señala: "hay pues en diversos lugares de la TIERRA millones de seres humanos que intentaran trasladarse a vivir a los campos argentinos".