José Marcelino García
Rozado
InformadorPúblico,
junio 3, 2014
Así como Yacyretá,
fue y aún sigue siendo el ejemplo más vivo de la corrupción de la Obra Pública
Argentina -llevamos ya más de 30 años y sigue inconclusa-, la “reparación y
puesta en marcha” del que fuere desde lo cívico-militar, el “Buque Insignia” de
la Armada Argentina ,
se ha convertido al cabo de 7 largos años en otro clarísimo caso de korrupción;
que golpea a los Ministros de Defensa, Nilda Garré, Arturo Puricelli y Agustín
Rossi y la totalidad de la administración de la Presidente Cristina
Fernández.
El martes 26 de marzo
de 2013 el matutino “La Nación ”
informaba que “El Irízar estaría disponible a fin de año”, lo que implicaba que
la reparación y puesta en marcha iba a durar 6 largos años, pues al terminar la
campaña antártica de 2007 el rompehielos Almirante Irízar se había incendiado
frente a las costas de Chubut, lo que generó un sinnúmero de contratiempos y de
gigantescos hechos de corrupción en el abastecimiento de las bases antárticas
nacionales o binacionales del continente antártico. El emblemático y siempre
esperado buque fue entregado en los astilleros de Tandanor para lo que además
se contrató una empresa extranjera con antecedentes técnicos para esta
importante y técnica reparación. Es de hacer notar que el “incendio del Irízar”
había dañado además de su estructura los motores de dicha nave.
El Irízar tuvo tres
momentos en los que las obras se vieron demoradas: en primer término cuando “se
decidió buscar” una clasificación de rompehielos de “primer nivel” y la
calificadora internacional “rechazó los planos presentados”; en especial fue
“objetada” la distribución de la zona de carga de combustible, por lo que “se
contrató un nuevo diseño”. Primera erogación por “mayores costos” (nuevo
proyecto).
Una segunda demora también de varios meses al “detectarse la
necesidad de reparar un “eje” que no estaba previsto en el “nuevo” diseño
aprobado” por el ente calificador internacional. Consultada ésta sobre si era
posible “reparar el eje” ésta negó dicho pedido y exigió su cambio, o sea realizar
“un nuevo eje”.
Y por último la tercer demora fue a causa de el “problema
presupuestario” y ésta sucedió en 2012, debido a que la “empresa contratada
-que había salido primera en la
Licitación- para realizar la instalación eléctrica” exigió
variaciones de precios. Es de hacer notar que una vez decidido la
“reconstrucción-reparación” del Irízar, se asignó un presupuesto de $ 400
millones de fines de 2007 y principios del 2008, cuando el dólar -moneda
requerida por las empresas extranjeras proveedoras y contratistas- cotizaba
apenas por encima de los $ 3,5. O sea que el presupuesto para reparar y
reequipar el rompehielos sumaba una cifra de US$ 114 millones.
Con números que no
cierran y necesidades -como en Yacyretá- que se multiplican, la “recuperación”
del rompehielos Almirante Irízar está llamada a convertirse en un “nuevo
monumento a la corrupción”, un verdadero escándalo en torno al Ministerio de
Defensa y en segundo término a la Armada Argentina y su flota de mar.
Entre los
años 2008 y 2013, el Gobierno Cristina Fernández destinó ni más ni menos que $
914 millones -más de US$ 206 millones- entre la “recuperación” del Irízar y los
respectivos alquileres de buque imprescindibles para cumplir las sucesivas
tareas de “abastecimiento de las bases antárticas”; esta cifra no es
caprichosa, sino que surge de sumar los $ 591 millones, o sea US$ 133 millones
(es de hacer notar el incremento de $ 191 millones sobre el presupuesto
inicial) ya gastados -a mayo de 2013- en el Astillero Tandanor, y los $ 333 millones
(US$ 75 millones, calculados a la cotización del cierre de la divisa, al cierre
de cada año).
Estos US$ 75 millones fueron los abonados por “alquileres
internacionales” de buques y hasta de helicópteros que sustituyeran al
inutilizado Irízar en las campañas antárticas de 2008 a 2013.
Resulta realmente
increíble que con el presupuesto “ya invertido a mayo 2013” -hace ya un año- se
podrían haber adquirido Cuatro (4) rompehielos “usados pero más modernos que el
Irízar y con la tecnología más novedosa y avanzada” a razón de US$ 45 millones
o $ 200 millones en el mercado internacional, específicamente a Rusia que tiene
arrumbados más de 15 unidades que en épocas de la URSS realizaban permanentes
tareas en el Polo Norte.
Esta incongruencia, o hechos de korrupción
desembozada, está dada que por el gigantesco presupuesto asignado “a reparar y
modernizar un barco con más de 40 años de navegación”, que hubiere permitido
comprar un (1) rompehielos más moderno que el Irízar, de mayor tonelaje -lo que
implica poder romper hielos de mayor espesor- y tecnológicamente de última
generación, y el excedente dedicarlo a “reponer la flota de mar altamente
deteriorada” de la Armada ,
al inaudito y desconcertante caso de haber “visto hundirse ante sus propias
narices”, en la Base Naval
de Puerto Belgrano, al “antiguo destructor-fragata” -gemelo de la Ardent y la Shefield- Santísima
Trinidad, el 21 de enero de 2013, luego de dañarse y no repararse una tubería
de dicha nave.
Por US$ 160 millones
Argentina podría haber adquirido a Rusia tres (3) fragatas misilísticas con
apenas 10 años de antigüedad y con un poderío bélico de última generación, que
le hubiere permitido a la
Armada el correcto adiestramiento y capacitación -horas de
navegación- de oficiales y suboficiales de su Flota de Mar. El Irízar,
construido en los astilleros Wärtsilä en Helsinki en 1977, de 121 metros de
eslora y 15 mil toneladas de desplazamiento -cuando los rompehielos rusos
desplazan casi u 70% más de tonelaje-, cumple con todos los requisitos de
“buque polar”, aunque es de porte intermedio, debemos recordar que se incendió
frente a Puerto Madryn y a 250 km, cuando tenía como destino el Puerto de
Buenos Aires, comandada por el Capitán ® Guillermo Tarapow, y sus 296
tripulantes fueron evacuados en botes salvavidas y por otras embarcaciones de la Armada , llevándolos hacia
Puerto Madryn.
Por ese entonces y bajo la Ministro de Defensa Nilda Garré, se decidió
optar, no por la compra ofrecida por parte del Gobierno Ruso de un “nuevo
rompehielos” sino, por la “reconstrucción, reparación y reequipamiento” del
antiguo aunque marinero rompehielos Almirante Irízar.
Es esta misma
Ministro quien “arrienda” el buque polar ruso “Vasily Golovnin” que venía
equipado con dos helicópteros rusos muy modernos para las siguientes campañas
antárticas, y cuyos costos anuales (o sea por cada campaña anual de tres a
cuatro meses) eran de cifras similares a la mitad del costo de un buque
rompehielos. Durante la gestión del Ministro Arturo Puricelli se cambió aquel
arrendamiento ruso por uno en cabeza del buque holandés “Timca” incorrecto para
cumplir con los requisitos de nuestras campañas antárticas. Aquí también se
esconde otro acto de flagrante corrupción, ya que se tuvo que alquilar
posteriormente helicópteros de largo alcance -Ushuaia continente antártico-
para cubrir las “falencias” del citado buque holandés Timca.
Desde aquella
decisión del Gobierno Cristina Fernández, a mayo de 2013 -hoy no pudimos
conocer las cifras que se sumaron a las de aquella fecha- el Ministerio de
Defensa lleva invertidos $ 491 millones o sea US$ 112 millones, en los trabajos
del rompehielos, a lo que deben sumarse otros $ 90 millones, o sea US$ 21
millones aportados de los presupuestos muy magros por cierto de la propia
Armada Argentina para “garantizar las condiciones de seguridad y salvamento
-botes, chalecos salvavidas, y otros requeridos para una tripulación de 313
tripulantes-“. Lo realmente grave y sospechoso es que hasta mayo de 2013, “sólo
se completaron parcialmente los trabajos previstos para la reconstrucción del
rompehielos Almirante Irízar”, por lo que éste no pudo estar presente en la
campaña antártica de 2014 y muy posiblemente no se llegue ni siquiera a la del
2015, que se debería realizar entre enero y marzo del año próximo.
“Se instalaron -pero
no han sido probados bajo extrema exigencia- los motores y las líneas de media
tensión. Pero falta completar todo el cableado -más de 6 mil metros-, los
conectores, la mesa de control, el sistema de abastecimiento de combustible
(aquel cuestionado inicialmente por el organismo internacional) y el sistema de
escapes”, afirma una muy alta fuente naval, estimando que están pendientes los
tramos “más delicados de la restauración”. El Ministerio y sus Ministros
Puricelli hasta fines de 2013 y Rossi desde esa época nunca ofrecieron noticias
o entregaron partes que muestren la marcha de ésta reparación.
Los expertos y
peritos navales coinciden en afirmar que “si la obra no entra en un ritmo mucho
más avanzado, el futuro de dicho buque es muy incierto”, estimando que aún, a
mayo 2013 los trabajos pendientes requieren de otros $ 200 millones o sea más
de US$ 36 millones, lo que es decir un 80% del costo de un “nuevo rompehielos
usado ruso, o soviético para ser más exactos”, a los que debieron sumarse los
costos de la campaña 2014, que superaron los US$ 39 millones. En caso de
requerirse de un nuevo arrendamiento para la campaña, fuentes navales de muy
alto nivel estimaron que serán necesarios otros entre US$ 20 a 50 millones,
pues “los valores dependen del instrumental y del equipamiento: si hay material
de última generación, los motores, los hangares, etc. y del tipo de buque a
arrendarse para no tener los problemas de la campaña anterior”.
“Habría que mirar a
los países nórdicos -Noruega, Suecia, Finlandia-, o a los países de la ex Unión
Soviética” plantea un marino dedicado a los peritajes navales, al ser
consultado sobre dónde poder encontrar el Gobierno Cristina vendedores
apropiados para una unidad de esas características ampliamente capacitado para
internarse en el Mar de Bering y el Continente Antártico la respuesta es rápida
y tajante: “mirar hacia las flotas no operativas ancladas en los puertos rusos
del Mar del Norte”. Para no tener las “sorpresas” que se tuvo con el Timca, que
prácticamente frustró la pasada campaña antártica, ya que sólo se pudo proveer
el 60% del combustible y el personal de nuestras bases corre el riesgo de
“quedar aislados y sin reservas en septiembre de 2014”.
A todo esto el por
entonces Ministro Arturo Puricelli, generaba un altísimo malestar entre los
integrantes de la Armada ,
cuando en la Escuela
Naval Militar de Río Santiago -Escuela de Oficiales creada
por Sarmiento hace ya casi siglo y medio- intentó relativizar el fracaso de la
campaña antártica del verano 2013, llegando a la hipocresía de “querer
presentar “como un logro” la ayuda desesperada del Gobierno hermano del Uruguay
-ese mismo Gobierno y pueblo al que le boicoteamos el Puerto de Montevideo para
nuestras cargas- cuando el envío de un Hércules C130, que puso sobre
descubierto la escasez de recursos de nuestra Armada y hasta de nuestra Fuerza
Aérea” explicaba un oficial de alto rango en actividad. A más de 7 años de
aquel infortunio el Gobierno Cristina Fernández enfrenta un escándalo de proporciones
increíbles.
“El Gobierno apura al
máximo la reparación del rompehielos Almirante Irízar, porque quiere hacer las
pruebas de agua este año -2014 Ministro Agustín Rossi- y encender sus
generadores en alta mar para “mostrar” que el buque emblema de la Armada (que mal que está
ésta para que el buque emblema sea un rompehielos cuando hasta el Gobierno de
Menem, el “emblema” era el portaviones Independencia o el 25 de Mayo),
incendiado hace 7 años, ya funciona.
En las últimas semanas, tanto la Presidente Cristina
Kirchner como su ministro de Defensa, Agustín Rossi, se refirieron a la
importancia que le dan al barco siniestrado en 2007, después de casi tres
décadas de llevar adelante la campaña antártica nacional” nos señala en Clarín
Natasha Niebieskikwiat. “No caben dudas de que el ministro Rossi tiene al
Irízar entre sus prioridades -tal como Puricelli, tenía la Fragata ARA Libertad,
después del embargo en el Puerto de Thema en Ghana- de agenda. De hecho, desde
su cartera se avanzó como nunca antes y se asegura que la obra “está ejecutada
en un 90%”. Pero la herencia de desmanejos y el descontrol que le dejaron sus
antecesores, Garré y Puricelli, echan por tierra sus más positivas
expectativas” concluye la periodista.
A su vez, el diputado
Nacional (UCR) Julio Martínez, que encabezó casi la totalidad de los pedidos de
informes al Gobierno por las “irregularidades en la reparación del
rompehielos”, se informó que el buque “muestra aún fallas de arreglo básicas.”
El nuevo informe elaborado por el diputado radical indica lo siguiente: “1º.
Las soldaduras del casco que se suponen tienen que resistir la presión del
hielo, están mal hechas. El buque se “monta” sobre el hielo y lo abre para
continuar avanzando, sería una “misión suicida” salir al mar del sur así. 2º.
Faltan tirar 66 mil metros de cables eléctricos, lo que no es sólo colocarlos.
3º. Los planos definitivos no están y actualmente trabajan con provisorios. 4º.
Las bandejas portacables al recibir el peso de los cables se desueldan, están
mal soldadas. 5º. La idea para dejar conforme al Ministro, es sólo poner en
marcha los generadores. 6º. Se duda que el buque, así, sea calificado como apto
para la Antártida.
7º. La empresa contratista que está haciendo esos últimos trabajos “se va de la
obra el 31 de mayo” -o sea mañana-. La idea de Tandanor -donde se está
actualmente trabajando- es trabajar con su gente. Pero ésta no es una
reparación común. La mano de obra debe ser muy calificada” termina denunciando
Martínez en su publicación del diario “Clarín” del 28 de mayo de éste 2014.
En una denuncia
publicada en abril de este año, se especificaba que Tandanor y la Armada se han gastado $
325,950 millones en arreglos, lo que “sin otro tipo de explicación resulta
totalmente insuficiente; pues se firmó un Contrato “complementario” por $
137,479 millones, más otros adicionales por $ 70,228 millones. En total $
533,658 millones asignados a la reparación del buque. Por otro lado -sigue la
denuncia-, las fuentes sumaron otros US$ 61,855 millones en alquileres de
barcos y helicópteros extranjeros desde que falta el Irízar para hacer la
campaña antártica. Los críticos -expertos en armamento pesado y hasta oficiales
navales- dicen que se podría haber comprado un rompehielos nuevo o tres/cuatro
usados”. A fuer de ser sinceros de nada de esto tuvo la culpa el actual
Ministro Agustín Rossi, quien a los tropezones y sin experiencia en el área
militar intenta revertir esta penosa y dudosa situación. Con fecha 6 de abril
el despacho del Ministro sacó el siguiente comunicado: “En primer lugar se
destaca que la reconstrucción y modernización total del rompehielos Irízar se
encuentra ejecutada en un 90%, y que el próximo mes (mayo) empezarán las
pruebas de puerto (agua)para que el barco a fin de 2014 pueda salir a hacer pruebas
de mar (hielo)”. Y para rechazar las críticas sobre los costos y las
posibilidades de compra de otros buques, agregó: “la reparación en Argentina,
impulsa la generación de empleo local y recuperación de las capacidades de los
Astilleros nacionales, fomentando valores no tangibles”. “Diariamente se
desempeñan 250 trabajadores en el buque, además de 200 pertenecientes a
empresas contratistas, y ya se han invertido más de 1,2 millones de horas
hombres”
Lo grave es que ya
pasó mayo y no existió ninguna novedad; el buque no hizo las pruebas de
motores, y mucho menos está en condiciones de realizar las pruebas de agua
(hielo) antes de mayo de 2015 con mucha suerte. La campaña antártica 2015 es
una utopía irrealizable, aunque la sinrazón de éste Gobierno lance al buque al
agua más allá del paralelo 62. ¡Esto sería una gravísima irresponsabilidad!
Pero de este Gobierno se puede esperar esto y mucho más.
Es una misión suicida,
en términos reales llevar este buque con las fallas ya detalladas a mar
abierto, y mucho más grave superar el paralelo 62. La Yacyretá de Cristina
Fernández está a la vista, la
Armada “desarmada” no puede ser cómplice de semejante acto de
corrupción que ya lleva 7 años. Agrego textual una “Carta del camarada A.C.
Mastropiero: “AGREGO MI VISIÓN DESDE HACE TIEMPO , VAMOS HACIA LAS MILICIAS
POPULARES CON INCLUSIONES INDESEABLES A. C. Mastropiero.” De un compañero de
promoción de la ARA ,
lo reenvió tal cual lo recibí. Creo que el fin de la institución castrense esta
mas cerca de lo esperado.
“Sres. JEMGA y
Oficiales Superiores, Jefes y Subalternos. Para acelerar su ritmo cardiaco (y
no por enviar fotografía de alguna dama ligera de ropas), le digo que por
expresa directiva del Ministerio de Defensa, no debemos portar el símbolo de
mando (espada) en las ceremonias del día de la Armada y la del próximo 25
de Mayo, dejando de lado lo que especifica el Reglamento de Uniformes de la Armada. La razón,
parece que enaltece la figura del militar. Acrecentando su agrado por los temas
castrenses, en el almuerzo del día de ayer, un Capitán de Corbeta de I.M. me
confirmo dos situaciones que habían llegado a mis oídos. Los oficiales
cursantes de la Escuela
de Guerra Naval NO DEBEN CONCURRIR DE UNIFORME a conferencias que se dicten en
distintos lugares fuera del ámbito de esa escuela; la orden fue impartida por
el Jefe de Curso.
Una la frutilla del postre; en la fiesta del Cadete que se
realiza tradicionalmente en la
Escuela Naval (ya descascaradas sus paredes, como lo vi yo)
han participado los mismos con sus novias o amigas, pero con la salvedad de que
hubo dos parejas de idéntico sexo y hasta bailaron algo acaramelados. Previo a
dicha fiesta, el Jefe de Año en reunión (aún desconozco a qué año se referían)
preguntó si algún cadete de su año era homosexual y sin ningún prurito uno
levanto la mano; ese fue el que estaba acaramelado con su cadete compañero. Eso
si son del mismo año, jamás optar por la diferencia de antigüedad. Los tiempos
cambian, la mentalidad se acomoda, pero los principios deberían ser inalterables.
En fin, somos parte de esta sociedad que día a día vamos destruyendo, por
acción u omisión”.
Ahora, y para que
todo no sean pálidas, debo informar que el Ministro Agustín Rossi,
adelantándose al inminente anuncio presidencial, del día en que tradicionalmente
se celebra la “Cena de Camaradería” de las Fuerzas Armadas, informó en el día
del Ejército Argentino que la paritaria de este año 2014 para los estatales fue
confirmada el 6 de mayo y consistió en aumentar las remuneraciones en un 16,5%
a partir de junio y otro 10% a partir de agosto lo que totaliza un incremento
del 28,15%; si bien no dio precisiones Rossi precisó que había hablado de este
tema el pasado 28 de mayo con la Presidente CFK y que el aumento a los militares
será “igual que el resto del Estado nacional”.
En la ceremonia del Colegio
Militar y a su término expresó a la prensa que: se había jerarquizado la escala
de salarios militares -con este segundo aumento del año, que debe sumarse al
dado hace unos meses atrás- aclarando que estos se aplicarán a las porciones
remunerativas y no remunerativas de los salarios en los mismos porcentajes que
están ahora”, dejando en claro la incongruencia existente entre los salarios
del personal en actividad y del personal retirado de las Fuerzas Armadas. Así
el personal retirado estaría cobrando apenas un 30% del salario de su misma
jerarquía en actividad.
Jose Marcelino Garcia Rozado