Jorge Velázquez
Clarín, 6-10-15
En el final de ciclo, el Gobierno se esmera por gastar
hasta lo que no tiene para mantener una sensación de prosperidad en el tramo
que falta hasta la elección de un nuevo Presidente. Su estrategia es simple
pero eficaz: gastar ahora y pagar después. Aunque este después debe ser
entendido como que pague el que venga.
No hay magia, como repite acertadamente la Presidenta
por la cadena nacional. Se trata sólo de tomar crédito para financiar un
déficit fiscal que crece a mayor velocidad a medida que se acercan las
elecciones.
Ayer, en el mismo día en que el Gobierno pagó los
5.900 millones de dólares del Boden 2015, a través de una decisión unilateral
se incrementó el gasto público en 13.000 millones de pesos. Así, el rojo de las
cuentas públicas -sincerado del maquillaje contable- trepará este año a los
350.000 millones de pesos.
Un desequilibrio récord que sólo puede ser cubierto
con mayor endeudamiento.
Hay que aclarar que el pago del bono se hizo usando
plata del Banco Central. Eso significa que cambia el acreedor pero la deuda no
desaparece. A menos que el Gobierno piense que no hace falta pagarla porque se
trata de un organismo público. Lo mismo podría decirse de la plata que toma del
sistema jubilatorio cada vez que usa recursos de la ANSeS.
Este esquema fue el que sostuvo el relato del
desendeudamiento. Dejar de deberle al Fondo Monetario Internacional o a los
privados para deberle a todos los argentinos que ganan y gastan pesos. Y a los
jubilados y pensionados del sistema previsional.
Ahora el mito del desendeudamiento hizo agua
definitivamente. En lo que va de este año ya se emitió deuda por más de $
100.000 millones. Y esta cifra aumentará esta misma semana con la colocación de
nuevos títulos, que tienen vencimientos que van más allá de la frontera
electoral, más exactamente entre los años 2017 y 2020.
La voracidad del déficit fiscal es insaciable y
requiere de más y más fondos para llegar al 10 de diciembre. A partir de ese
día, será problema de otros cómo cancelar las cuentas pendientes.