Acde, 12 Junio 2017
Roberto Murchison
La globalización y el sistema capitalista han sido muy
exitosos generando riqueza mundial y sacando a millones de personas de la
pobreza. No obstante, en gran parte de las clases medias en regiones como
Latinoamérica se ha generado mucha resistencia hacia la famosa teoría del
derrame que parece haber quedado guardada en recipientes bien herméticos. La
distorsionada distribución de la riqueza es un problema que las élites
mundiales ya no pueden ignorar y que se ha agravado en los últimos años.
En Argentina comienza a percibirse una creciente
conciencia sobre el hecho de tener cerca de un tercio de la población en
situación de pobreza. Si bien es cierto que, tanto localmente como en la
región, los gobiernos han sido exitosos mejorando los índices de Gini que miden
la distribución de riqueza, esto se ha logrado a fuerza de subsidiar los
sectores más necesitados; situación claramente necesaria, pero que genera
fuertes cuestionamientos respecto de su sustentabilidad en el tiempo.
En este contexto, urge debatir en el seno del empresariado
qué propuestas podemos aportar a fin de contribuir a una adecuada inclusión de
los sectores marginados mediante la generación de trabajo genuino, de la
inclusión de los sectores menos productivos de la sociedad en las cadenas de
valor dinámicas de la economía. Está claro que el empresariado por sí solo no
podrá resolver semejante problema, pero también es cierto que la sociedad
necesita una respuesta, una guía, un liderazgo de hacia dónde y cómo marchar
hacia una economía más inclusiva y justa.
La magnitud del problema parece agravarse con las
nuevas tendencias tecnológicas, la velocidad del cambio de la automatización y
su penetración con la inteligencia artificial en esferas como el diagnóstico
médico, el uso de vehículos sin chofer, y todo tipo de empleos que antes no se
imaginaban automatizables. También urge entender qué cambios debemos hacer como
sociedad si pretendemos capitalizar los efectos de la tecnología en lugar de
padecerlos. Parecería ser que el paradigma de educarnos en el primer tercio de
nuestras vidas y ejercer una única profesión por el resto de ella no se
mantendrá en las generaciones venideras. Hay que pensar en la educación y
capacitación a lo largo de toda la vida, con varios cambios de profesiones a lo
largo de ella.
Los temas antes mencionados son algunos de los que
abordaremos durante el próximo Encuentro Anual de ACDE que haremos en conjunto
con el Congreso Latinoamericano de UNIAPAC: Trabajo e inclusión: desafíos
frente al crecimiento y la innovación. Con expositores nacionales e
internacionales durante el 29 y 30 de junio en el Hotel Sheraton Buenos Aires
presentaremos el debate y haremos un llamado a la acción en materia de trabajo
e inclusión ante la situación actual y el impacto de los cambios tecnológicos.
Los niveles de pobreza y marginalidad en Argentina y la región, nos interpelan
a todos y nos obligan a pensar en acciones en el corto, mediano y largo plazo.