La venta de marihuana en Uruguay se topa con una traba
imprevista: los bancos
La Nación, 2-9-17
Menos de dos
meses después del esperado comienzo de la venta de marihuana en las farmacias
uruguayas, una total incertidumbre rodea el proceso de legalización del
cannabis más ambicioso del mundo, debido a la intervención de los bancos
internacionales, especialmente norteamericanos.
La demanda de las dos variedades de cannabis
distribuidas por el Estado uruguayo iba en aumento, así como el registro de
compradores, que superó las 13.000 personas. Un éxito. Pero entonces llegó el
anuncio de que una de las farmacias de Montevideo renunciaba a expender
marihuana después de que su banco, el español Santander, amenazara con cerrarle
la cuenta. Poco después se daba a conocer que otras entidades, como la
brasileña Itaú, habían cancelado las cuentas de las empresas privadas que
tienen la concesión de la producción de la marihuana y de algunos clubes de
cannabis.
El estatal Banco República (BROU) pareció poder
hacerse cargo de la situación, al proveer sus servicios a las 15 farmacias
involucradas en el proceso, a los productores y a los clubes. Pero, al poco
tiempo, se informó que los norteamericanos Bank of America y Citibank habían
advertido que dejarían de operar con el BROU si mantenía esos servicios. Según
la legislación norteamericana, manejar dinero proveniente de la marihuana es
ilegal y atenta contra las medidas para controlar el lavado de dinero y los
actos terroristas.
El directorio del BROU anunció entonces que cerraría
las cuentas de las farmacias que venden cannabis para no ver comprometidas sus
operaciones en dólares. Así, el BROU decidía anteponer la legislación
extranjera a una ley adoptada por el Parlamento, que autoriza la venta y
producción de la marihuana.
El entuerto legal se convirtió en crisis política. El
ex presidente José Mujica, artífice de la legalización, montó en cólera y
durante una sesión del Senado acusó a los bancos de atentar contra la
democracia.
En su columna semanal para la cadena alemana Deutsche
Welle, Mujica les pidió a las entidades bancarias "un poco de sentido
común para juzgar el intento que está haciendo un pequeño país" y que
permitan a las farmacias que venden marihuana estatal operar sin dificultades.
"El negocio de Uruguay son unos pesitos, muy
pocos. Pero no deberían crearnos esas dificultades, sino aplaudir el
experimento de Uruguay, porque servirá o no, pero es el intento de un camino
nuevo para un flagelo que tiene la comunidad entera", afirmó.
Mujica también apuntó al presidente Tabaré Vázquez y
su gabinete, al que amenazó de bloquear las labores del Parlamento si no se
busca una solución. El partido de Mujica, el MPP, es la fuerza más numerosa en
el Parlamento dentro de la coalición oficialista del Frente Amplio.
Además, Mujica recordó en su mensaje de video que el
ensayo surgió para quebrar el mercado del narcotráfico. "Policialmente
estábamos perdiendo la lucha", explicó. Y reiteró que la regulación del
cannabis no pretende favorecer el consumo de la droga, sino aminorarlo.
Tabaré, que nunca vio con buenos ojos la legalización,
trató de calmar las aguas dentro de su partido y anunció que una misión de alto
nivel viajaría a Estados Unidos para desbloquear la situación. Pero la
iniciativa generó escepticismo, ya que dentro de Estados Unidos el asunto de la
legalización de la marihuana está lejos de resolverse. Los Estados que
autorizan la venta de cannabis se toparon también con las leyes federales y
tuvieron que recurrir al pago únicamente en efectivo o consiguieron ayuda de
pequeñas entidades bancarias.
En medio del conflicto entre los distritos que
permiten la marihuana y la prohibición nacional, la administración de Barack
Obama abrió una brecha en 2014 con una guía, emitida por los departamentos de
Justicia y del Tesoro, donde se establecen excepciones en las que los bancos
pueden prestar servicios a los titulares de negocios vinculados al cannabis.
Con esos lineamientos se buscó acabar con el problema
que tenían muchos locales que se veían obligados a pagar con dinero en efectivo
a empleados y proveedores a falta de acceso a cuentas bancarias. Los titulares
de esos establecimientos se quejaban de no tener cuentas de crédito en los
bancos, lo que los obligaba a trasladar bolsas de supermercado cargadas de dinero
a fin de mes, en una imagen repetida que en plena era de dinero digital remitía
a los fajos y bolsas del Far West y que se había vuelto peligrosamente
habitual.
A pesar de los palos en la rueda que les pusieron los
bancos, cinco de las seis farmacias montevideanas que venden marihuana aún lo
hacen, aunque en algunos casos los propietarios anunciaron que podrían
renunciar. Las farmacias del interior operan sin inconvenientes, a la espera,
como todos los actores de este proceso, de que se resuelva el choque entre la
legislación uruguaya y la legislación internacional.
Diarios El País y The New York Times