La Prensa, 09.05.2020
Por Ludovico Videla *
Nuestro destino parece
marcado: empobrecernos aceleradamente. Por supuesto la crisis del virus corona
tiene una cuota de responsabilidad importante. Al afectar a las economías del
mundo avanzado, indirectamente nos afecta.
La mayoría de los analistas
estiman una duración de la recesión mundial de seis meses, dos trimestres, tal
vez estirándose a un año. La caída promedio sería entre 3 y 4% del PBI
(Producto Bruto Interno) y se prevé una recuperación posterior muy lenta
posiblemente en forma de U, aunque algunos temen el rebrote otra crisis y un
movimiento en forma de W.
Para
la Argentina se estima una caída de -5,6% del PBI en el año, con un segundo
trimestre con -10,2 y un tercer trimestre de -6,2. La recuperación se
alcanzaría hacia mediados de próximo año.
Nuestro principal socio
Brasil, tendría una caída en el año de -3,5% con un segundo trimestre de 7,5%
de caída y tercero de 3,9%. La recuperación, más fuerte que la de la Argentina
también se daría a partir de la segunda parte del 2021. Chile tendría menor
caída y una recuperación más veloz al final del 2020.
RUMBO BRASILEÑO
Brasil ha consolidado su
economía con un rumbo muy definido promercado. Ha despejado el fantasma del
déficit fiscal congelando el gasto público, que no puede aumentar más que la
inflación del año anterior. El estimado para este año es de 3,7% para los
precios al consumidor. No mensual como nosotros, anual. Los estados y
municipios brasileros deben cumplir estrictamente la ley de responsabilidad
fiscal y no pueden tener déficit, si cae la recaudación deben bajar gastos
inexorablemente.
Los
empleados públicos ingresan todos por concursos públicos lo que permite cumplir
algo elemental que es el requisito de la idoneidad. Esta exigencia está en
nuestra Constitución, pero los políticos nuestros son violadores sistemáticos
de este requisito, el ejemplo es el de los jueces abolicionistas que ellos
designan.
Un
conocido mío, hijo de un prestigioso jurista gano con exámenes sobresalientes 9
concursos y nunca fue designado. En el empleo público impera el patrimonialismo
que es la teoría que sostiene que los cargos públicos se incorporan al
patrimonio del adjudicado, de ahí el afán por las cajas" disponibles. Se
designan todos los parientes posibles y cómplices para mantener las jugosas
cajas.
Brasil hizo una reforma
constitucional para adecuar las jubilaciones públicas a las posibilidades
financieras, moderando o eliminando los abusos y dándole sustentabilidad intertemporal,
palabreja apreciada por nuestro ministro Guzmán, pero solo aplicada a una parte
de la deuda. Nuestro sistema previsional ha sido saqueado por el expresidente
Kirchner con el aplauso y adhesión de todos los sectores políticos. Como muy
bien dijo el diputado Lousteau la transformación del sistema se hizo sin un
elemental estudio actuarial. Hoy la carga de 12% del PBI es insoportable y es
más alta que el promedio de los países europeos. Delirante e insustentable.
Brasil también ha hecho una
razonable reforma laboral, modernizando y adecuando el modelo de contrato de
trabajo a nuevas realidades y dándole oportunidades a muchos jóvenes de
incorporarse a la esfera del trabajo. Nosotros ante la crisis debimos aceptar
una flexibilización de hecho, insegura, de urgencia y sólo para los privados.
Mientras tanto el Gobierno duplica la indemnización por despido dándole dinero
a la industria del juicio. Yo he visto personalmente depredar una actividad por
esta perversa industria con la complicidad de algunos jueces. Repugnante.
Brasil inteligentemente, ha
financiado la asistencia por el coronavirus con deuda interna. Tiene un amplio
mercado de títulos públicos que sostiene altibajos lógicos y con una elevada
tasa de interés que le produce un déficit fiscal nominal de 10% anual. La tasa
está bajando y el déficit también pero el camino es siempre arduo. Por suerte,
no tienen en Brasil la la alianza licuadora popular que en nuestro país busca
desesperadamente siempre, provocar default de la deuda o licuar los activos y
pasivos bancarios, ganando fortunas con información privilegiada y destruyendo
el país. Que recuerde hemos hecho tres defaults en los últimos años y Brasil
ninguno. Nosotros estamos emitiendo salvajemente rogando no caer en
hiperinflación.
MURIO VACA MUERTA
Uno de los proyectos
positivos del dúo Fernández & Fernández era desarrollar Vaca Muerta.
Guillermo Nielsen el actual presidente de YPF tenía un proyecto para lo que
constituye la mayor reserva de petróleo y gas de la Argentina y una de las
mayores del mundo. Es un recurso real pero costoso de extraer, lo que requiere
ingentes inversiones. Nielsen que tiene una vasta experiencia internacional
sabe que el problema de las inversiones para Vaca Muerta, estimadas en 15 mil
millones de dólares por año, es la total desconfianza de los operadores
internacionales sobre la argentina. Los posibles inversores dicen: un país que
defaultea los contratos de deuda en forma unilateral, que todavía mantiene
deudas por indemnizaciones de contratos históricos, no es nada confiable.
La prórroga de la
jurisdicción, los seguros internacionales sobre inversiones, los acuerdos país
a país, Argentina no respeta nada, es un violador serial como los que liberan
los jueces amigos.
Lo de las inversiones
extranjeras directas viene a cuento de los flujos de la deuda y el balance de
pagos. Para pagar la deuda externa pública el Estado debe generar los pesos
necesarios con superávit primario, para comprar los dólares y pagar la deuda.
El esfuerzo fiscal es el que Argentina resiste, pero el impacto sobre el
balance de pagos no es menor. Se puede buscar un atajo y no poner los pesos y
que el Banco Central reciba un bono, como se hizo en el pasado, o se puede
poner los pesos comprando los dólares, compensando en todo o parte con un
ingreso de nuevos créditos o inversiones extranjeras directas.
Este último es el mecanismo
ideal para funcionar, evitando plétoras monetarias o fuertes atrasos del tipo
de cambio, que suceden cuando el país recibe inversiones o repatriaciones de
fondos del exterior.
En la década del 90 el país
recibió fuertes flujos de inversiones por montos superiores a los 12.000 millones
de dólares por año, eso permitió modernizar la economía y su equipo de capital
y aumentar la productividad.
Desde entonces y con el
default de 2005 y la evolución posterior la inversión languideció en cifras
anuales menores a 2.000 millones de dólares. A efectos comparativos Brasil
espera este año más de 70.000 mil millones de inversión. Quiere potenciar las
exportaciones invirtiendo. Su mercado interno de consumo es 80 millones de
personas de clase alta y media. Debería ser nuestro objetivo inmediato.
Sin embargo, nuestro
canciller Solá y el presidente Fernández, por razones poco comprensibles han
tenido una reacción proteccionista tomando distancia de un acuerdo con Corea
del Sur, Singapur y Canadá tres gigantes comerciales. No se entiende si les molesta
que Jair Bolsonaro, Luis Lacalle Pou, Mario Abdo Benitez no sean
socialdemócratas como Fernández o si el histórico proteccionismo peronista
enturbia la inteligencia.
Con este tipo de decisiones
le dan razón a Paulo Guedes el ministro de economía de Brasil que dice que
``Brasil no será ni Argentina ni Venezuela que son economías que van hacia la
desesperación y la pobreza''.
* Academia del Plata.