por Máximo Luppino
Informador
Público, 28-2-21
Hay Bandera
Nacional a la cual enaltecer. Manuel Belgrano la creó. Tenemos héroes que
lucharon y murieron bajo su luz azul y blanca con ideales de libertad y
soberanía en el ALMA. Argentina es destino de gloria para toda la humanidad.
Los patriotas
pelean por lo que aman y la inmensa mayoría de los argentinos quieren con
profundo sentir a nuestra Bandera. Aquella que Belgrano izó por vez primera en
Rosario a orillas del Paraná.
Desde entonces a
la fecha la identidad Argentina se encuentra protegida por un estandarte
solemne e inmaculado.
27 de febrero es
una fecha de festejo, compromiso y memoria. Diríamos que esencialmente es un
día donde la conciencia nacional debe exaltarse hasta los confines mismos del
gran orgullo criollo. Argentina nace del destino mismo que DIOS nos señaló. No
puede haber consciencia universal real si antes no se transitó con plenitud el
sentido sendero del nacionalismo. Nadie puede dudar de los valores humanistas
de Manuel Belgrano y de su sentido universal y trascendente de la humanidad
toda, pero este estado de SABER lo construyó desde el servicio concreto a los
hombres y mujeres de la Nación que él estaba, junto a otros próceres, edificando.
Cuando Belgrano
poseía el poder pleno, pensó en la Bandera Nacional, en la salud del planeta
con su ecología que ya lo preocupaba, en los valores de una república
igualitaria. No se enriqueció monetariamente en lo personal. Todo lo contrario,
en su vida terrena perdió su particular fortuna. Un ejemplo que la clase
dirigente debe mirar e imitar.
Desde cuando
nuestra Nación sólo era un retoño en forma de sueños patrióticos, hasta La
Vuelta de Obligado, y los ejércitos que San Martín creó para liberar a Chile y
Perú buscando la libertad continental. Nuestros próceres ya pensaban en la
realidad de una Patria Grande e independiente. Luego, en tiempos recientes, en
la Gesta de Malvinas nuestro pabellón Nacional guio a nuestros soldados hacia
los más valerosos combates que la historia registra. Por aire, mar y tierra
nuestros uniformados cumplieron con honor el juramento que a nuestra bandera
realizaron. Muchos perdieron su vida llevando adelante en combate sangriento
nuestra insignia nacional. La BANDERA fue dignificada, no se entregó jamás.
Existe un episodio
poco conocido, en nuestro suelo Malvinense se encuentra en secreto lugar
guardado bajo tierra nuestro Pabellón nacional junto a sables e insignias
argentinas depositados por el honorable batallón 25 de infantería del Ejército
Argentino. Juraron nuestros soldados VOLVER a Malvinas, desenterrar nuestro
pabellón Nacional y hacerlo ondear por siempre en nuestro suelo insular.
La mítica secreta
ceremonia fue llevada adelante por Mohamed Alí Seineldín, un guerrero argentino
y los indomables del histórico regimiento 25 de infantería mecanizada.
Este romántico y
épico episodio encierra el valor dado al compromiso patrio trasmitido
generaciones tras generaciones para con la Bandera Argentina.
Miles de banderas
a lo largo de los siglos, para entre todas ser siempre el mismo y único paño
sagrado que nos identifica en el concierto mundial de países.
Hace poco
conmemoramos los 117 años de presencia nacional en Antártida. En el blanco
continente ondea también con honor nuestro pabellón Nacional.
Tantos Argentinos,
tantas banderas, miles de episodios, millones de ideales concentrados en los
paños indómitos de la Bandera de Belgrano.
Si crees en tu
Bandera creerás en tu familia, en tus semejantes, en la verdad de la
argentinidad y en DIOS padre de sabiduría y Amor.
¡Honra tu Bandera
con tu conducta cotidiana, busca servir y no servirte de la patria!
¡Feliz 27 de
febrero! ¡El día que nuestro pabellón brilló a orillas del Paraná por vez
primera!