martes, 31 de agosto de 2021

EL NÚMERO DE TRABAJADORES

 


no registrados llegó al 50%: se triplicó en menos de un año

Andrés Klipphan

Infobae, 31 de Agosto de 2021

 

En esta época de pandemia, quienes tuvieron COVID-19 y se curaron, deben realizarse un chequeo. El primer estudio que solicita el facultativo es una radiografía pulmonar. Lo que sigue es eso, una radiografía de la situación laboral de la Argentina que aún cursa la infección. En primer lugar disculpas al lector por la cantidad de cifras que pueblan esta nota. La única forma de auscultar a este paciente y evaluar su estado de salud es a través de porcentajes, sumas, restas. Los especialistas realizaron un primer diagnóstico: en el país, casi el cincuenta por ciento de los trabajadores ganan su sustento diario de manera informal. Realizan changas, colaboran en comedores comunitarios, reciclan residuos, trabajan la tierra y cultivan alimentos que después comercializan; hay empleadas domésticas, cuidan niños, realizan tareas de plomería, electricidad, pintura, jardinería, albañilería y carpintería. Son parte de la denominada economía popular.

 

Los que están registrados, ya sea en el sector privado, público o monotributistas, suman 12.034.000. Fuera de estas estadísticas queda el 1.337.136 hombres y mujeres desocupados.

 

De esos seis millones de ciudadanos que se ganan la vida de manera no registrada, 2.830.520 forman parte del Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (ReNaTEP), que elabora el ministerio de Desarrollo Social, conducido por Juan Zabaleta. Se dio a conocer en las últimas horas y tuvo como fecha de corte el pasado 11 de agosto. La cifra es casi un 200% superior a los anotados el año pasado.

 

La Tarjeta Alimentar es el principal programa que depende de ese Ministerio. El segundo es Potenciar Trabajo. Casi un millón de personas son beneficiarios de ese plan. Para acceder a él, entre otras condiciones, hay que estar inscriptos en el ReNaTEP. Así de importante es el registro.

 

Apenas asumió la cartera, en reemplazo de Daniel Arroyo -el ideólogo del Potenciar Trabajo- Zabaleta se comprometió a reemplazar esos planes por trabajo genuino.

 

El registro se creó en julio de 2020. En diciembre de ese año, había un millón de personas anotadas. Casi todas ellas, accedieron al Potenciar Trabajo. A agosto de este año, el número de anotados casi se triplico (2.830.520). La mayoría, el 57,3%, son mujeres. Se trata de una población joven, en la cual el 64,3% de los trabajadores y trabajadoras se ubica entre los 18 y los 35 años de edad. A nivel geográfico, la región centro del país es la que presenta la mayor cantidad de inscriptos (50,5%) y Buenos Aires es la provincia que encabeza la cantidad de personas registradas con el 35,6% del total nacional. Le siguen Tucumán (6,2%), Santiago del Estero (6,1%), Salta (6,1%) y Chaco (5,8%).

 

El ReNaTEP busca reconocer, formalizar y garantizar los derechos de los trabajadores de la economía popular para que accedan a herramientas que les permitan potenciar su trabajo a través de programas que dependen de Desarrollo Social.

 

Ayer, después de presentar el informe del Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular que publica Infobae, en las instalaciones de la Cooperativa “Maleza, Cosmética Natural”, ubicada en la Villa 20 de Lugano, en la Ciudad de Buenos Aires, los principales referentes de la UTEP, con su secretario general Esteban “Gringo” Castro a la cabeza, se reunieron con Juan Zabaleta en un comedor popular de la Villa 15.

 

“Con toda esa cadena que se viene construyendo en la Economía Popular, de abajo hacia arriba, vamos a reconstruir la Argentina; visibilizando y trabajando para que las y los trabajadores y trabajadoras del ReNaTEP tengan en claro que nosotros planteamos movilidad social ascendente”, les dijo el funcionario en el encuentro.

 

Gildo Onorato, secretario gremial de la UTEP y dirigente del Movimiento Evita, también presente en el encuentro, le dijo a este medio que con Zabaleta hablaron de las maneras de “priorizar al trabajo como ordenador social en la Argentina con el fin de sacar al país adelante”.

 

En la reunión también le expresaron que los movimientos populares -alineados con Fernández- “queremos trabajar en sintonía con el Gobierno de manera complementaria” y quedaron en mantener encuentros periódicos para abordar, entre otras problemáticas los desarrollos productivos, la integración urbana y las problemáticas alimentarias.

 

En el acto también estuvieron presentes la directora del Registro Nacional de Efectores Sociales, Sonia Lombardo; el director Nacional de Abordaje y Gestión Socio Administrativa de Programas de la Economía Social y Popular, Pablo Chena y, entre otros dirigentes de la UTEP, Norma Morales y Fredy Mariño.

 

Radiografía de la economía popular

 

El ReNaTEP funciona bajo la órbita de la Secretaría de Economía Social, que desde el Ministerio de Desarrollo Social conduce Emilio Pérsico, uno de los referentes del Movimiento Evita e integrante de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular.

 

El resultado del trabajo difundido ayer demuestra que en la Argentina el trabajo informal continúa en ascenso y la pandemia y las políticas de encierro y distanciamiento que tomó el Gobierno profundizaron la crisis entre los sectores más vulnerables.

 

En promedio, al registro se incorporaron 217.732 trabajadores y trabajadoras de la economía popular por mes.

 

Si se toma como referencia la distribución por ramas, como las ocupaciones, se destacan, por ejemplo, los que se desempeñan en los comedores y merenderos comunitarios (26,3%); servicios de limpieza (10,5%); agricultura (6,6%), vendedores ambulantes (4,7%); albañiles (4,2%); auxiliar en obras de construcción (3,9%); Peluquería, depilación, manicura o masajista (3,6%); asador y cocinero o cocinera (3,4%); feriantes (3,2%).

 

En total, los servicios socio comunitarios y servicios personales y otros oficios concentran el 61,5% de los casos, seguido por comercio popular y trabajos en espacios públicos (12,1%). El resto de las ramas de actividad no alcanzan al 10%, siendo transporte y almacenamiento la que registra menos cantidad de inscripciones (1,2%).

 

En relación a cómo se distribuyen las inscripciones por ramas de actividad según la región geográfica, se advierte que, la agricultura familiar y campesina es la única que se distribuye de manera proporcional entre tres regiones: NOA, NEA y Centro. El resto muestra una marcada concentración en las provincias de la zona centro del país, seguida por las que componen el NOA.

 

En cuanto a la forma de organización del trabajo, la mayoría de los inscriptos manifestó trabajar de forma individual (59,5%) y entre las formas colectivas se destacaron las organizaciones sociales y comunitarias predominan sobre el resto.

 

Al analizar los lugares de trabajo, se observa que los hogares particulares (tanto el propio como ajenos) reúnen la mayoría de los casos (56,1%), seguido por quienes trabajan en el espacio público con el 17,3%.

 

Onorato, quien se reunió varias veces con el presidente Fernández, le aseguró a Infobae que el aumento de un millón a casi tres millones de inscriptos en el registro de la economía popular sucedió porque “el sector busca ser reconocido” y aclaró que “el universo es al menos de seis millones, y solo un millón tienen programas de trabajo estatal, por lo tanto la idea de transformar planes en trabajo es un muestra de desconocimiento del sector de aquellos que lo mencionan”.

 

El informe revela otra realidad: una gran parte de la clase trabajadora argentina no tiene todos los derechos. “Podemos ver que los trabajadores y las trabajadoras formales de nuestro país son una minoría y, si comparamos los ingresos de esos mismos sectores, vemos que aun en la formalidad muchos están por debajo de la línea de pobreza, como una gran parte los estatales de la provincia de Buenos Aires, o como la inmensa mayoría de los trabajadores y trabajadoras municipales”, destaca Onorato y recuerda: “Aun en períodos de crecimiento económico sostenido, como en el período 2002- 2010, nunca se pudo reducir la pobreza estructural por debajo de un dígito y mucho menos reinsertar en el mercado de trabajo formal a la mayoría de la clase trabajadora argentina”.

 

Si el informe del Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular fuese un placa radiográfica de pulmón post COVID-19, en la pantalla se observaría un amplio sector de color negro sobre el cual habrá que trabajar y mucho para que el paciente, la Argentina, comience a respirar sin dificultad y el cuadro no empeore.

EL CANIBALISMO IMPERIAL

 


de los Aztecas, una verdad incómoda para los críticos de la Conquista

Claudia Peiró

Infobae, 31 de Agosto de 2021

 

La otra cara de la leyenda negra sobre la colonización de América por los españoles es la idealización del mundo precolombino, pintado como un Edén en el que los indígenas vivían en armonía entre sí y con la naturaleza. La grandeza de la cultura azteca, plasmada en sus monumentales construcciones, o el “socialismo” inca eran elementos de un relato que encubría un dominio implacable de esos imperios sobre otras etnias a las que sojuzgaban, explotaban, saqueaban y, en ciertos casos, devoraban. Literalmente.

 

“Oí decir que le solían guisar (a Moctezuma) carnes de muchachos de poca edad... (...) mas sé que ciertamente desde que nuestro capitán [Hernán Cortés] le reprendió el sacrificio y comer de carne humana, que desde entonces mandó que no le guisasen tal manjar”. Quien esto escribe es Bernal Díaz del Castillo, conquistador español, que en 1519 a las órdenes de Hernán Cortés participó de la expedición que puso fin al Imperio azteca.

 

Otros testimonios daban cuenta de la existencia de muros construidos con cráneos en Tenochtitlán. “Fuera del templo, y enfrente de la puerta principal, aunque a más de un tiro de piedra, estaba un osario de cabezas de hombres presos en guerra y sacrificados a cuchillo, el cual era a manera de teatro más largo que ancho, de cal y canto con sus gradas, en que estaban ingeridas entre piedra y piedra calaveras con los dientes hacia fuera”. Ese relato del cronista Francisco López de Gómara, en Historia de las conquistas de Hernán Cortés, recogía el testimonio de Andrés de Tapia y Gonzalo de Umbría, dos hombres de Cortés, sobre la existencia de ese osario.

 

Relatos como éste fueron relativizados o descalificados por sospecha de subjetividad y falta de pruebas materiales, hasta que la evidencia arqueológica los confirmó: en 2017, y tras dos años de excavaciones, arqueólogos mexicanos dieron con parte de esos muros construidos con cráneos humanos, en el lugar donde estaba ubicado el Templo Mayor de Tenochtitlán, en pleno centro de la actual capital mexicana. La sorpresa adicional fue que, entre estos ladrillos humanos, había varios pertenecientes a mujeres y a niños.

 

Hasta entonces, se decía que los sacrificios humanos de los aztecas eran esporádicos, que el canibalismo lo era aún más y que aquella pared de restos humanos, si existió, estaba compuesta sólo por cabezas de guerreros capturados en batalla y que el objetivo de su exposición en un muro era el amedrentamiento.

 

En los últimos años se ha profundizado la idealización y el panegírico de las culturas “originarias” y en ese contexto se ha caído en condenas extemporáneas a la crueldad de los españoles, reduciendo toda la empresa de colonización a un genocidio y obviando la cultura y las instituciones exportadas a América y, más importante aun, el proceso de mestizaje impulsado desde el primer momento por la Los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, y continuado por su nieto, Carlos I de España. Un mestizaje que dio origen a las actuales nacionalidades hispanoamericanas. Un rasgo casi privativo de la dominación española: si miramos a las colonias poseídas por otros países europeos, veremos que allí el mestizaje fue casi inexistente, porque el personal de la metrópoli vivía aislado de la población local, cuando no se dedicaba a capturar a los nativos para traficarlos como esclavos.

 

Un impacto en el presente de estas tergiversaciones del pasado fue la renuncia de España a conmemorar, en 2019, los 500 años de la conquista de México por Hernán Cortes; y en realidad, del nacimiento de México. En cambio, el presidente de ese país, Andrés Manuel López Obrador, eligió evocar este año los 5 siglos de la caída de Tenochtitlán, la capital azteca. Amén de su constante y absurda exigencia de que España y la Iglesia pidan perdón por la conquista y la colonización, cuando en realidad la nación mexicana surgió de ese proceso.

 

En esa faena, López Obrador se involucró en un debate con el historiador argentino Marcelo Gullo que acaba de publicar Madre Patria, un libro que desmonta la leyenda negra y es best seller en España. Una de sus principales hipótesis es que Cortés no conquistó México sino que lo liberó de la opresión azteca; con sólo 700 hombres, pudo reunir sin embargo un ejército de 300 mil indios pertenecientes a las etnias oprimidas por el imperio de Moctezuma que se sumaron a su campaña.

 

El Presidente mexicano criticó esta hipótesis pero debió admitir que “varios pueblos originarios como los totonacas, los tlaxcaltecas, los otomíes, los de Texcoco” y otros “ayudaron a Cortés”, aunque agregó que “este hecho no debe servir para justificar las matanzas llevadas a cabo por los conquistadores ni le resta importancia a la grandeza cultural de los vencidos”. También admitió que la idea “de que Moctezuma era un tirano puede ser cierta”. “Tampoco debe verse a Cortés como un demonio, era simplemente un hombre con poder”, dijo.

 

Estas admisiones implican que su insistencia en una visión extemporánea e incompleta, por decir lo mínimo, de la conquista y su panegírico de la cultura azteca están más cerca de la impostura que de la convicción.

 

Su última ocurrencia ha sido la de rebautizar el período colonial como “resistencia indígena”. “Vamos a recordar con dolor y pesar” la conquista por la “tremenda violencia que significó”, dijo el pasado 12 de agosto en referencia a la caída de Tenochtitlán que en realidad fue celebrada por la mayor parte de las etnias que poblaban la zona.

 

Por otra parte, como advierte Marcelo Gullo, incurre en el error de asimilar la historia de los aztecas con la historia de México ya que éstos eran sólo a una de las muchas etnias que habitaban ese territorio. Y cita al filósofo mexicano José Vasconcelos que afirma que “la historia de México empieza como episodio de la gran Odisea del descubrimiento y ocupación del Nuevo Mundo”.

 

“Antes de la llegada de los españoles -dice Vasconcelos-, México no existía como nación; una multitud de tribus separadas por ríos y montañas y por el más profundo abismo de sus trescientos dialectos, habitaba las regiones que hoy forman el territorio patrio. Los aztecas dominaban apenas una zona de la meseta... (...) Ninguna idea nacional emparentaba las castas; todo lo contrario, la más feroz enemistad alimentaba la guerra perpetua, que sólo la conquista española hizo terminar.”

 

En cuanto a la antropofagia -sujeto tabú para la corrección política- Gullo cita al antropólogo estadounidense Marvin Harris, que en Caníbales y Reyes (1977) escribió: “Lo más notable es que los aztecas transformaron el sacrificio humano de un derivado ocasional de la suerte en el campo de batalla en una rutina según la cual no pasaba un día sin que alguien no fuera tendido en los altares de los grandes templos como los de Uitz Uopochtli y Tlaloc. Y los sacrificios también se celebraban en docenas de templos menores que se reducían a lo que podríamos denominar capillas vecinales”.

 

Harris menciona el hallazgo fortuito de una de estas capillas, “una estructura baja, circular” de unos 6 metros de diámetro”, descubierta cuando se estaba construyendo el subteráneo de la capital mexicana. “Ahora se encuentra, conservada detrás de un cristal, en una de las estaciones más concurridas. Para ilustración de los viajeros, aparece una placa en que sólo se dice que los antiguos mexicanos eran muy religiosos”, acota.

 

Sobre esto Gullo comenta: “Como lo demuestra el ejemplo de esa simple placa, si hay un pueblo al que se le ha falsificado su propia historia, ese es el pueblo de México. Se les hace creer [que] todos descienden [de los aztecas, y olvidar] que muchos de los que leen esa placa descienden de los pueblos que los aztecas capturaban para realizar sus sacrificios humanos”.

 

Si algo desmiente las virtudes de imperios como el Azteca es justamente la aventura de Hernán Cortés, quien no hubiera podido vencer a Moctezuma sin la cooperación de las etnias sometidas por los mexicas, que vieron en la llegada de los españoles una oportunidad de emancipación.

 

Uno de los rasgos más crueles de ese dominio azteca eran los sacrificios humanos. No es característica exclusiva de ese pueblo pero sí lo es la modalidad, extensión e intensidad de esta práctica y el hecho de que el fruto de las ofrendas humanas a los dioses iba a parar a la mesa del emperador mexica y de su nobleza.

 

Las descripciones de estos sacrificios son impactantes de leer. Tan chocantes como las escenas de sacrificios humanos de la película Apocalypto, de Mel Gibson, que le valieron duras críticas de los detractores de la conquista. El film trata de la cultura maya, pero la modalidad era muy similar a la azteca: la extracción del corazón a la víctima todavía viva para ser ofrendado al dios, luego el despeñamiento del infeliz por el borde escarpado de la pirámide, y finalmente el faenado de las “piezas” para su distribución...

 

“Después que las hubieron muerto y sacados los corazones, llevaban las pasito, rodando por las gradas abajo; llegadas abajo, cortaban las cabezas y espetaban las un palo, y los cuerpos llevaban los a las casas que llamaban calpul, donde los repartían para comer.” Esto escribió fray Bernardino de Sahagún, en Historia general de las cosas de la Nueva España. Sahagún fue el primero en estudiar la cultura azteca. Describió con detalle las ceremonias y el calendario religioso de los aztecas. Muchos prisioneros de guerra eran mantenidos cautivos para ser sacrificados en determinadas fechas.

 

Sigue Sahagún: “Después de desollados (...) llevaban los cuerpos al calpulco, adonde el dueño del cautivo había hecho su voto o prometimiento; allí le dividían y enviaban a Moctezuma un muslo para que comiese, y lo demás lo repartían por los otros principales o parientes (...). Cocían aquella carne con maíz, y daban a cada uno un pedazo [en] una escudilla o cajete, con su caldo y su maíz cocida”.

 

Los sacrificios no se limitaban a los adultos: “Estos tristes niños antes que los llevasen a matar aderezábanlos con piedras preciosas -dice Sahagún-, con plumas ricas y con mantas y maxtles muy curiosas y labradas (...); y cuando ya llevaban los niños a los lugares a donde los habían de matar, si iban llorando y echaban muchas lágrimas, alegrábanse los que los veían llorar porque decían que era señal que llovería muy presto”.

 

La historia de estos “banquetes” quedó por mucho tiempo oculta detrás de la exaltación de las civilizaciones indígenas precolombinas, en contraste con el relato sobre los horrores cometidos por los españoles y un supuesto exterminio deliberado de la población autóctona, leyenda ayer creada y difundida por los enemigos y competidores de la Corona española -que codiciaban sus amplios dominios de ultramar- y hoy reavivada por referentes del populismo latinoamericano que encuentran más fácil enfrentar a los imperios de un tiempo pretérito que cortar los nudos gordianos que frenan el desarrollo de sus países en el presente.

 

En el sitio Ciencia Unam, de la Universidad Nacional Autónoma de México, en un trabajo titulado “Sacrificios Humanos: Sangre para los Dioses”, se explica que el muro de cráneos hallado por los arqueólogos en Tenochtitlán, llamado huey tzompantli, era “un edificio cívico-religioso donde se colocaban los cráneos de los sacrificados”. Las cabezas eran encajadas en el tezontle, una piedra volcánica de la región. “Huey tzompantli” quiere decir justamente “gran hilera de cráneos”.

 

“En los muros se empotraban las cabezas de guerreros y de esclavos sacrificados, escogidos para las celebraciones -dice el artículo-. Se estima que en la parte excavada hay restos que corresponden a alrededor de 1000 personas, pero según los arqueólogos, eso sería solo la tercera parte del edificio completo”. Pero además se han hallado tzompantli en otras áreas del país, aunque el más grande sería el de Tenochtitlan. .

 

Se trata de la mayor prueba arqueológica existente hasta ahora sobre la práctica de los sacrificios humanos de los aztecas.

 

Pero ahora que deben rendirse a la evidencia, muchos especialistas adoptan una mirada benevolente hacia estas prácticas. Un ejemplo es un artículo -”El sacrificio humano entre los mexicas”- de los investigadores Alfredo López Austin y Leonardo López Luján que advierten: “...el sacrificio humano nos resultará ininteligible si no tomamos en cuenta su ubicación y su ensamble como pieza de ese gran rompecabezas que llamamos cosmovisión. Una percepción simplista del sacrificio como fenómeno aislado producirá condenas fáciles, incluso un repudio inmediato al pueblo practicante”.

 

Advertencias éstas que también podrían aplicarse a la cosmovisión de los españoles, pero bien sabemos que no es el caso. A los conquistadores se los juzga con categorías del presente, sin miramientos.

 

Otro ejemplo de esta benevolencia es el de Fernando Anaya Monroy que en un artículo titulado “La antropofagia entre los antiguos mexicanos” sostiene que “deben puntualizarse los motivos a que obedeció la práctica antropofágica” precolombina. Propone “asomarse” al pasado de su país,”no para juzgarlo sino para comprenderlo”, lo cual está muy bien, de no ser por el doble rasero. Se justifica a los aborígenes tanto como se condena a los españoles.

 

“Insistimos en que, de acuerdo con los datos de las fuentes, la antropofagia existió entre los antiguos indígenas, pero que su sentido tuvo carácter ritual y no constituyó costumbre diaria y ambiente”, matiza Anaya Monroy. Una verdad a medias, como se verá.

La antropofagia, sigue diciendo, “sólo simbolizaba la unión del hombre con la divinidad”, y “la carne debía comerse con el sentido de una comunión (con la divinidad)”, agrega.

 

“Lo religioso fue entonces móvil esencial para practicar la antropofagia entre los antiguos indígenas; en la inteligencia de que los muertos [N. de la R: los de los aztecas, se entiende, los otros eran alimento] no eran objeto de olvido ni desprecio”.

 

Notable tolerancia hacia la religión azteca por parte de los mismos acusadores de la evangelización española.

 

“La antropofagia se presenta entonces, entre los antiguos mexicanos, como un hecho que más que juzgarse, debe explicarse y comprenderse, adentrándose en el patrón cultural en que se realizó y sin el prejuicio propio de una visión estrictamente occidental”.

 

Traducción: los españoles con su mentalidad medieval no entendieron el mundo mágico de los indígenas…

Pero resulta que esta antropofagia, que según los indigenistas de hoy no existía o era sólo esporádica y ritual, tuvo que ser prohibida por una Ley de Indias (XII del Título 1 del Libro 1), dictada por Carlos V en junio de 1523: “Ordenamos, y mandamos a nuestros Virreyes, Audiencias, y Gobernadores de las Indias, que [...] prohíban expresamente con graves penas a los Indios idólatras y comer carne humana, aunque sea de los prisioneros y muertos en la guerra...”

 

Ahora bien, el propio Sahagun dice que estos sacrificios humanos se realizaban de modo cotidiano durante los meses de Tlacaxipehuliztili [marzo] y Tepeihuitl, [del 30 de septiembre al 19 de octubre] dedicados respectivamente a los dioses Xipe Tótec y Tláloc, y que las ceremonias incluían la práctica de la antropofagia. Es decir, no eran tan esporádicas.

 

El antropólogo e historiador francés Christian Duverger, que ha investigado los sacrificios aztecas, escribió: “El canibalismo azteca no fue inventado íntegramente por los españoles para justificar su sangrienta conquista. Tampoco se lo puede disimular tras una coartada mística, pues no es reducible a la antropofagia ritual [...]. ¡No! La antropofagia forma parte de la realidad azteca y su práctica es mucho más corriente y mucho más natural de lo que a veces se suele presentar.”

 

“Muchos historiadores por delicadeza omiten narrar cómo se producían los sacrificios humanos. Los cultores de la leyenda negra lo omiten adrede y otros no los mencionan simplemente por indoctos”, escribe Gullo. Pero hoy, entre la evidencia científica hallada, dice, hay esqueletos humanos ejecutados por cardiectomía, con marcas de corte en las costillas, y decapitaciones.

 

De acuerdo a las estimaciones de algunos historiadores, como el estadounidense William Prescott, el número de las víctimas inmoladas rondaba las veinte mil por año. Y Marvin Harrris precisa que “aunque todos los demás estados arcaicos y no tan arcaicos, practicaban carnicerías y atrocidades masivas ninguno de ellos lo hizo con el pretexto de que los príncipes celestiales tenían el deseo incontrolable de beber sangre humana”.

 

“La principal fuente de alimento de los dioses aztecas estaba constituida por los prisioneros de guerra -agrega Harris-, que ascendían por los escalones de las pirámides hasta los templos, eran cogidos por cuatro sacerdotes, extendidos boca arriba sobre el altar de piedra y abiertos de un lado a otro del pecho con un cuchillo de obsidiana esgrimido por un quinto sacerdote. Después, el corazón de la víctima -generalmente descripto como todavía palpitante- era arrancado y quemado como ofrenda, El cuerpo bajaba rodando los escalones de la pirámide: que se construían deliberadamente escarpados para cumplir esta función”.

 

Harris precisa luego cuál era el destino final de los cuerpos: “Como afirma (Michael) Harner (de la New School), en realidad no existe ningún misterio con respecto a lo que ocurría con los cadáveres, ya que todos los relatos de los testigos oculares coinciden en líneas generales: Ias víctimas eran comidas”.

 

Todavía resta seguramente mucho por investigar y muchos osarios por desenterrar para establecer con mayor precisión la dimensión de esta práctica. Pero llama la atención que aquellos a los que la palabra genocidio les brota con gran facilidad cada vez que se trata de la conquista española no la aplican a los aztecas respecto a los pueblos que sojuzgaban.

 

Las mismas precauciones metodológicas, conceptuales y, sobre todo, temporales que se sugieren para el estudio de las culturas indígenas deberían valer para el proceso de conquista y colonización española.

VACA MUERTA


cuestionan el “ocultamiento” oficial del régimen de inversiones hidrocarburíferas que va camino al Congreso

por Antonio Rossi

Informador Público, 31-8-21

 

El proyecto de ley para la promoción de inversiones hidrocarburíferas, que el Poder Ejecutivo prevé enviar al Congreso en las próximas semanas y cuya letra chica no ha querido difundir públicamente, sigue acumulando rechazos y cuestionamientos entre los principales jugadores del sector y los centros de estudios energéticos.

 

A los reparos planteados por la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI), el gobernador neuquino, Omar Gutierréz y el director de Hidrocarburos de Mendoza, Estanislao Schilardi; se ha sumado ahora una crítica declaración de tres entidades de profesionales que denuncian el ocultamiento del proyecto y el riesgo de una “dolarización” de la energía en los próximos dos décadas.

 

Por medio de un documento conjunto el IESO (Instituto de Energía Scalabrini Ortiz), el Grupo Bolívar y el Instituto de Pensamientos y Políticas Públicas (IPYPP) advirtieron que la decisión oficial de no dar la versión final del proyecto de ley constituye un hecho “de suma gravedad que impide el debate de una legislación fundamental para el futuro de la energía y no permite analizar previamente las consecuencias negativas que podría tener para el conjunto de la ciudadanía”.

 

El documento destacó que “según lo poco que ha trascendido por los medios, el proyecto establece un sistema de producción y comercialización de gas y petróleo por 20 años, lo cual resulta un período demasiado largo para establecerlo sin consensos previos, especialmente si viene apadrinado por un sector empresarial que ha contribuido en exceso a su configuración, y pretendería continuar beneficiándose de las riquezas del subsuelo argentino, y la renta petrolera asociada, por todo ese lapso”.

 

“Lo alarmante de este misterioso proyecto es la dolarización definitiva de la energía por los próximos 20 años, consolidando la incipiente experiencia en tal sentido de los Planes Gas que fueron hasta ahora por tres o cuatro años. Además compromete el futuro de la economía nacional al ratificar la tendencia a su dolarización, que con esta decisión sería inevitable, ya que la energía por su importancia es un insumo central de ese proceso, particularmente el gas natural en la economía familiar, la generación de electricidad, la producción industrial y la industria petroquímica”, remarcó el documento de las tres entidades.

 

Tras convocar a un amplio debate popular sobre los alcances del proyecto, la declaración de los miembros del IESO, Grupo Bolívar y el IPyPP señaló que “si bien vemos bien el aprovechamiento de nuestros recursos naturales y de los yacimientos no convencionales como parte de una transición hacia las energías renovables, ese proceso no puede ser un apresurado giro al extractivismo sin los condicionantes que supone la participación de la sociedad en los beneficios de esas riquezas naturales”.

 

Una de las primeras objeciones que cosechó el nuevo régimen de inversiones hidrocarburíferas que impulsa la administración de Alberto Fernández provino de las provincias petroleras agrupadas en la OFEPHI.

 

El comité ejecutivo de esa entidad reclamó a las autoridades energéticas poder conocer el texto completo de la iniciativa antes de que sea enviado al Congreso para poder emitir una opinión previa que refleje la posición y las aspiraciones de los gobiernos provinciales.

 

El reclamo estuvo precedido de otros pedidos similares que se presentaron sin éxito en los últimos meses en nombre de las provincias que son las titulares del dominio de recursos hidrocarburíferos.

 

Al planteo del organismo federal se agregaron las expresiones del gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez en contra de una disminución impositiva que afecte las finanzas de las provincias.

 

“Una ley nacional no puede vulnerar las autonomías impositivas provinciales. Nosotros tenemos una de las alícuotas más bajas de Ingresos Brutos, con el 3%, y no estamos dispuestos a resignar recursos para los neuquinos”, afirmó Gutiérrez.

 

Sostuvo que las provincias “tienen que tener una silla en cualquiera de las comisiones que el régimen de inversiones pretenda crear y tanto Neuquén, como la Ofephi, tienen que ser contemplados en la evaluación de los proyectos que podrían tener algún tratamiento especial”.

 

Tras indicar que “la seguridad jurídica es clave para las 41 concesiones no convencionales que tiene la provincia en Vaca Muerta”, Gutiérrez señaló que “el nivel de regalías que la Nación quiere recortar ya actualmente es uno de los bajos del mundo”.

 

Por su parte, el director de Hidrocarburos de Mendoza, Estanislao Schilardi, pidió que “el nuevo proyecto sea más federal y contemple incentivos para las pymes locales y los pequeños productores del sector ”.

 

“La forma en la que está redactado el proyecto generará mayor concentración de beneficios en las cuencas con mayores posibilidades de exportar, que son las que tienen caminos, cercanía a puertos y mayor volumen de producción”, alertó el funcionario cuyano.

 

La norma en juego contempla un régimen de promoción de inversiones petroleras para los próximos 20 años que busca básicamente potenciar la explotación no convencional de Vaca Muerta.

 

El proyecto establece un régimen de promoción para la exploración y producción de petróleo y otro relacionado con la producción de gas natural con incentivos para el compromiso de abastecimiento del mercado interno por parte de las productoras y la determinación de exportaciones garantizadas en función del incremento de la producción que registren las empresas beneficiarias.

 

También contiene capítulos específicos para la promoción de grandes obras de infraestructura y proyectos especiales, como por ejemplo la explotación de hidrocarburos off shore.

 

En el caso del petróleo, el proyecto le garantiza a las empresas, en una primera etapa, poder exportar hasta un 20% del excedente que obtengan sobre el promedio de la producción habitual de los últimos años con una libre disponibilidad de divisas equivalente al 50% de esas ventas.

lunes, 30 de agosto de 2021

NARCOCENTRISMO Y PSICOPATÍAS

 


Juan Alberto Yaría

La Prensa, 30.08.2021

 

"Uno de los mayores problemas de hoy es negar la existencia de las personalidades antisociales'' (Julián Marías, filósofo)

 

El centro de la vida de un paciente dependiente a las sustancias es como conseguir la dosis, día a día. La palabra `narcocentrismo' me la mencionó un paciente de alta cultura que entregó su vida a esta cita diaria con su autodestrucción. Para él, era un encuentro con un placer cada vez más alejado de aquel inicial y, a la vez, paradójicamente, odiado porque no quería hacerlo, pero sentía que lo debía hacer. Ama lo que lo destruye. El centro de su vida era la cita diaria con el `dealer' y los químicos variados que brindaba. El dealer o proveedor era la posta para encontrar, y el dinero el "maná" del cielo que debía conseguir.

 

La relación con el proveedor es una relación también erótica y de alto contenido de odio; también de sometimiento porque él le da un objeto necesario. La necesariedad del vínculo se une a la del químico que le da. Ahí surge el soborno en el crédito de aquel que no tiene dinero, pero que va a cobrar doblemente en primer lugar con la vida a retazos a la cual esto lleva, y al mismo tiempo sabe cómo doblar la deuda con favores desde ser `carrier' o `rapiflet' de los pedidos de otros hasta intereses super-usurarios con amenazas de muerte de no cumplirse. El distribuidor sabe manejar los hilos de la amenaza y los resortes del poder como amo de las necesidades del otro. Estos son verdaderos psicópatas en el manejo de las emociones y necesidades del otro, con la frialdad necesaria para conseguir sus objetivos utilizando la inoculación del miedo como arma letal.

 

LA VIDA ES UN DON

 

Para el místico, la vida es un don y una gracia. Su cita de todos los días es dar, transmitir la dádiva del vivir que agradece y transforma en donación. La vida del místico se resume en cuánto tengo que multiplicar hoy. La vida de un dependiente y de un `narco' es cuánto tengo hoy que recibir y cuánto tengo que sacar o sobornar al otro. Mundos diferentes.

 

Este `narcocentrismo' tiene sus consecuencias. Los adictos buscan un `plus' de placer no aceptando los límites de la naturaleza del cerebro y alterando funciones electroquímicas de esa maravilla de más de cien mil millones de neuronas genera lo que se denomina el síndrome disejecutivo y progresivamente se altera la memoria de trabajo, el control atencional, el control inhibitorio y la toma de decisiones.

 

Vemos pacientes que, con un cuadernito, siendo jóvenes, deben anotar todo lo que se dice en los grupos, porque tienen fallos de memoria a corto plazo, la atención es fluctuante, la inestabilidad emocional es permanente, el sueño quedó alterado por las alteraciones químicas del cerebro que durante meses soportó cambios del circuito circadiano (noche-día) y con un shock de neurotransmisores de excitación permanente.

 

ENVEJECIMIENTO PRECOZ

 

El envejecimiento precoz cerebral es continuo hasta llegar, en algunos casos, a la demenciación en la gente joven. La demencia es la estación final. Nos vamos `animalizando', ya que dañamos el plus que nos separa de los primates. La toma de decisiones es cada vez más errática, rompen con la lógica del sentido de realidad. Sus vidas se transforman en errores permanentes que comprometen su cuerpo, sus finanzas, a su familia y muchos terminan en la calle. De ahí al suicidio hay un paso. Termina en una anosognosia: no puede leer lo que le sucede dentro sí (esta alienado), ni empatizar con el otro. Los daños diarios a su vida anímica y cerebral lo llevan a la pérdida absoluta de motivación y a una depresión en donde la vida es una carga difícil de soportar, ya que se llenó de deudas económicas y morales (hijos abandonados, trabajos perdidos, etc.).

 

LA PSICOPATIA

 

La demenciación es la estación final del consumo, pero la psicopatía es un evento que puede vivir el propio consumidor en su carrera adictiva en donde sus daños cerebrales atacan la neuro-moral (sitio de los altos ideales de la humanidad) y no siendo un psicópata `per-se' tiene conductas amorales, fruto de los distintos daños que posee.

 

Al mismo tiempo se encuentra en su carrera adictiva con verdaderos psicópatas, el dealer y sus bandas conexas con sicarios, que muestran rasgos claros: frialdad y cosificación de las personas. Ellos saben imponer peajes y sobornos con un revólver como testigo de las amenazas permanentes. Lo que dicen se debe cumplir y el miedo y su inoculación es la profesión para lo cual se adiestran. La omnipotencia los lleva a dominar los territorios y el dinero. ``Plata o plomo'', decía Pablo Escobar. Operan como la verdadera ley.

 

La palabra para el psicópata no tiene relevancia, él actúa. La acción suplanta a la palabra y la violencia está siempre ahí en todos los mensajes. El receptor se angustia, ya que busca en el psicópata ese `eco complementario'. En muchos casos inducen suicidios. En otros casos, `hace hacer' al otro, por ejemplo: obligan a los adictos a vender drogas solo con una mirada furtiva.

 

Como muy bien describe el Doctor Hugo Marietan en determinados momentos aparece la `tormenta psicopática' que lleva a masacres, a violaciones en serie, a homicidios brutales y a perversiones sexuales, máxime si hay consumo de drogas. Es el `lubricante' que utilizan, muchas veces, para determinadas acciones, sin ser ellos propiamente dependientes a las sustancias. La crueldad y la desmesura los acompaña, así como la falta de empatía.

 

EL PSICOPATA: EMBLEMA DE HOY

 

El dominio de los territorios y la manipulación de miles de personas parecen ser los rasgos de carácter. Son los modelos de identificación para muchos, por la ausencia completa de sentimientos de culpa y de remordimientos que se han consagrado hoy. El virus del poder, la ignorancia y el fanatismo son sus aliados.

 

La pontificación del manipulador, el mentiroso compulsivo y el ego maniaco que disfrazan su odio al ser humano con un magnetismo acaramelado es moneda corriente e incluso relaciones sexuales despersonalizadas propias de la `era Tinder'.

 

La proliferación mayor de estos personajes son indudablemente fruto de un contexto sociocultural que los precipita y los necesita para determinados menesteres: barras bravas, tribus urbanas, pandillas, soldaditos que se captan por pocos pesos o por drogas y grupos de choque de sectores del poder.

 

* Director General Gradiva - Rehabilitación en adicciones.