miércoles, 6 de octubre de 2021

TASER SÍ O NO


 un debate falaz


Vicente Ventura Barreiro

Subsecretario de Coordinación de Asuntos Estratégicos del Ministerio de Justicia y Seguridad de CABA


Infobae, 6 de Octubre de 2021

 

Mientras se suceden múltiples incidentes y se ponen vidas en riesgo, la ideologización del uso de armas no letales impide el accionar efectivo de las fuerzas policiales. No se puede discutir livianamente el uso de sistemas electrónicos de incapacitación neuromuscular por “sí” o “no”, sin entender que nuestros funcionarios encargados de hacer cumplir la ley están provistos sólo de armas de fuego, las cuales provocan lesiones graves e incluso la muerte. Partamos de la base que Taser es una marca. Algunas posiciones ideologizadas argumentan en contra de su uso en virtud de eventuales lesiones que estas armas pudieran generar o bien algunos detractores las relacionan erróneamente con practicas delictivo como fueron las tristemente conocidas como “picanas”.

 

En el mundo y en Argentina existen Modelos de Uso Progresivo de la Fuerza, donde todos tienen una base en común: “Dotar al personal de entrenamiento y dispositivos que le permitan aplicar las técnicas y herramientas adecuadas, acorde a cada situación que se le presenta y a cómo se desenvuelve la misma”.

 

Uno de los mayores obstáculos con los que se encuentra hoy el funcionario policial en su servicio diario es no contar con las herramientas intermedias para manejar las situaciones en las que no es aconsejable hacer uso del arma de fuego, sabiendo las consecuencias que esto implica.

 

A pesar de que los Estados suscriben a pactos internacionales, no se cumplen algunos de sus mandatos más necesarios, como lo normado por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en los Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y Armas de Fuego. El mismo establece que se deberá dotar a los funcionarios de distintos tipos de armas y municiones de modo que puedan hacer un uso diferenciado de la fuerza y de las armas de fuego. Entre estas armas deberían figurar armas incapacitantes no letales para emplearlas cuando fuera apropiado, con miras a restringir cada vez más el empleo de medios que puedan ocasionar lesiones o muerte. El resultado de este incumplimiento para la Argentina es que nuestros funcionarios policiales se encuentran desprovistos de herramientas de uso común en otros países, hablando no sólo de sistemas electrónicos de incapacitación neuromuscular u otros, sino también de bastones extensibles o gas pimienta como para citar algunos.

 

Estos dispositivos fueron y son diseñados para el personal de calle, siendo estos los primeros interventores, quienes, provistos de materiales y capacitación adecuada, son los que deben resolver situaciones complejas antes de que terminen en tragedia. Han sido pensados específicamente para resolver esas situaciones sin causar daños mayores y, por sobre todas las cosas, preservar la vida de todos los involucrados, incluido lógicamente la del mismo sujeto agresivo que se intenta reducir, o aquel con sus facultades mentales alteradas, que como enfermo, tenemos la obligación de proteger.

 

Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente y entendiendo que las fuerzas de seguridad son instituciones civiles armadas, jerarquizadas profesionalmente y depositarias de la fuerza pública del Estado, que se encargan de mantener el orden público y garantizar la seguridad de los ciudadanos; este tipo de armas no letales son una opción viable con el debido control sobre su uso, capacitación, protocolos de actuación y de empleo.