existen vídeos en
Internet encubiertos por Kamala Harris
Brújula cotidiana,
13_08_2024
Ante el silencio
del sistema mediático dominante, cinco vídeos que demuestran la recolección y
comercio de tejidos y órganos de niños abortados llevan quince días en la red.
Ya están disponibles libremente los vídeos en cuestión, filmados en secreto por
el Center for Medical Progress (CMP) entre abril de 2014 y abril de 2015 en el
marco de una investigación periodística que duró en total unos 30 meses.
Durante ocho o nueve años, Planned Parenthood, la multinacional del aborto,
había logrado bloquear su difusión con la complicidad de la entonces fiscal
general de California, Kamala Harris, y de jueces preocupados por perseguir
duramente -tanto civil como penalmente- a los autores de los vídeos, en lugar
de a los autores de los hechos ilícitos que emergían de esas mismas
grabaciones.
Pero el 19 de
marzo de este año, un comité del Congreso estadounidense ha realizado una
audiencia independiente para “investigar el mercado negro de la extracción de
órganos de niños”. Para dicha ocasión, David Daleiden, fundador de CMP,
presentó algunos de los vídeos más significativos de la investigación llevada a
cabo por él y Sandra Merritt, también activista provida. Y en mayo por fin
llegó el visto bueno del Tribunal de Distrito de San Francisco, que dictaminó
que ya no tenía “base legal” para impedir que Daleiden volviera a publicar los
vídeos citados y ya divulgados por el Congreso. Y el 30 de julio, la
congresista Marjorie Taylor Greene hizo públicas las versiones completas de los
vídeos en los que se centró la audiencia de marzo. Aún así, dos semanas después
ya podemos deducir que los medios de comunicación que representan el
pensamiento dominante -preparados en otras circunstancias para encabezar las
denuncias- no consideran esos vídeos lo bastante importantes como para informar
a su audiencia.
Y sin embargo hay
varios contenidos de interés público. Nos limitamos aquí en concreto a dos
conversaciones filmadas en abril de 2015 en la feria de la Federación Nacional
del Aborto (NAF), cuando los reporteros de CMP se hicieron pasar por mayoristas
al servicio de laboratorios de investigación. Los dos falsos mayoristas
hablaron con dos ejecutivos de Planned Parenthood Gulf Coast: la doctora Ann
Schutt-Aine y Tram Nguyen, vicepresidenta de la rama de “Acceso al aborto” de
esa enorme clínica con sede en Houston (Texas), donde antes del caso Dobbs
contra Jackson se practicaba un gran número de abortos hasta los seis meses de
embarazo. Y además se vendían partes de bebés abortados para “experimentos”.
En la primera de
estas dos conversaciones (19 de abril de 2015), que era la continuación de
reuniones anteriores, el reportero encubierto señala que “el hígado escasea”.
En ese momento interviene la doctora Schutt-Aine que dice que, desde que meses
antes Nguyen le había hablado del interés de los nuevos mayoristas, tiene
especial cuidado cada vez que realiza un procedimiento de “D&E” (es decir,
un aborto que implica la dilatación del cuello uterino y la posterior
evacuación del feto), y se alegra cuando ve pulmones o riñones intactos. A
continuación, Tram Nguyen se disculpa por haber mostrado un feto especialmente
desmembrado durante una visita anterior de los reporteros de CMP, explicando
que se trataba de un aborto realizado con prisas, “mientras que otros días [el
feto] está más intacto” y tiene “quizá sólo un brazo desarticulado”. Todo ello
como si fuera una charla de bar, entre lo macabro y lo divertido. Hay un momento
en el que Nguyen admite que si otras personas la oyeran pronunciando frases
como “¡Sí, tengo una pierna para ti!” acabarían diciéndole: “¡Eres
tremendamente malvada!”. Lo que sin duda se desprende de los vídeos es la
deshumanización total del niño en el vientre materno, tratado como e incluso
peor que una cosa que se utiliza para los propios fines.
En una segunda
conversación, otro miembro encubierto del CMP pregunta a los dos ejecutivos de
Planned Parenthood cómo obtienen fetos abortados más intactos y, por tanto, más
utilizables para la extracción de órganos. En este caso se trata de eludir la
normativa federal que prohíbe el aborto de nacimiento parcial. Una elusión que
va de la mano de la mutilación de los cuerpos de niños que aún están vivos. En el
vídeo, la doctora Schutt-Aine explica que si se da cuenta de que está cerca del
ombligo, “podría pedir un segundo set de fórceps para sujetar el cuerpo al
cuello del útero y desprender una pierna o dos, para que no sea un aborto de
nacimiento parcial”. Como señala el propio CMP, “hacer nacer un feto vivo más
allá del ombligo, con la intención de llevar a cabo cualquier acción que
pudiera matar al feto, es una violación de la ley federal de aborto de
nacimiento parcial”. La misma médico abortista, a la pregunta de su
interlocutora, responde que no tiene experiencia con la digoxina, sustancia que
a veces utilizan los centros abortistas para envenenar al feto antes de sacarlo
del útero, para no violar la ley de aborto por parto parcial. Para quienes se
dedican a este terrible negocio tiene el “inconveniente” de impedir la
extracción de células madre del mismo bebé asesinado con digoxina.
A finales de junio
de 2015, por tanto unas semanas después de estas conversaciones, el CMP -bajo
la apariencia de Biomax Procurement Services, una empresa ficticia de
investigación biomédica- había enviado un correo electrónico a Planned
Parenthood Gulf Coast proponiendo un contrato secreto que implicaba la
contraprestación de 750 dólares por hígado fetal y 1.600 dólares por hígado y
timo del mismo feto. Y en
Planned Parenthood se habían tomado medidas para supervisar dicho mismo
contrato. “Planned Parenthood ha declarado varias veces al Congreso, a los
tribunales y al público que ha 'rechazado' cualquier oportunidad de vender
partes del cuerpo de bebés abortados en Texas. Estas imágenes encubiertas
finalmente publicadas demuestran que, de hecho, Planned Parenthood Gulf Coast
deseaba obtener bebés sanos -enteros y vivos- de pacientes vulnerables, y
mutilar sus cuerpos después de vender partes del cuerpo por un precio
considerable”, afirma Daleiden, que a continuación hace referencia a las
responsabilidades de Kamala Harris.
Dos semanas
después de una reunión en marzo de 2016 con altos ejecutivos de Planned
Parenthood California, la oficina dirigida por Harris había llevado a cabo una
redada en el domicilio de Daleiden para incautarse de todo el material
relacionado con los vídeos encubiertos. Una redada que se sumaba al recurso
presentado en 2015 por la NAF, que había obtenido una orden federal contra la
publicación de esos vídeos.
Ahora, al menos
cinco de esas grabaciones se pueden ver de forma segura en Internet. Pero los
medios liberales prefieren no hablar de ello.