miércoles, 15 de junio de 2022

RECORDANDO A UN GRAN ARGENTINO

 Historias mínimas de amor

por Flavio Rodríguez

 

Hoy quería relatarles algo, un poco desde la bronca.

No por Uds, por supuesto, que sería imposible, sino desde las cosas que uno a veces ve, y también escucha.

El domingo presencié (encima en un ámbito supuestamente “culto”) un debate que dio por resultado lo siguiente:

La inexistencia del concepto de soberanía. La soberanía, entendida así, como ciudadanos dueños del suelo bajo nuestros pies, no existe. Y no podemos reclamarla. Y que parece ser (entre otras cuestiones) que parte de la “culpa” es que Argentina no generó próceres durante el siglo XX.

Es por eso solamente, entiendo que no hay gobiernos a los que se les pueda achacar nada….Poncio Pilatos estaría feliz.

Un pseudo debate, en realidad, ya que no se aceptaron indignadas preguntas, que surgieron a borbotones. No voy a entrar en detalles.

Iba a escribir sobre otro tema, en verdad, pero lo dejaré para el finde largo. Es que me gustaría recordar ahora a una persona, que se la recordó hace unos días, pero de la que en verdad se habla poco.

Perdón por el relato atropellado y seguramente mal escrito, solo por hoy, lo prometo. Tampoco es un relato del estilo que traigo a estas páginas, pero es que a veces (no sé si estará bien) me permito un poco de catarsis. Que vamos que vivimos en Argentina…

Porteño NyC, podríamos decir o sea nacido y criado en la ciudad de Buenos Aires.

Aclaro esto porque la más de las veces se piensa que las figuras importantes nunca nacieron por estos pagos...

Hoy vamos a ser, es verdad, más unitarios que federales, aunque sin dudas también más nacionales.

Nació el 21 de febrero de 1877, y su padre (el tano Enrico) se dedicaba básicamente al tendido de vías férreas.

Atención, este punto es importante para entender sus orígenes.

Su madre se llamaba María Juana Canavery, argentina descendiente de irlandeses y cuyo tío (Ángel) había participado en la Conquista del Desierto.

O sea que por las venas de este niño, corría sin dudas sangre ardiente.

Ojo, no estoy diciendo que reivindico la Campaña del Desierto (aunque podríamos debatirlo ampliamente más luego) sino más bien exponiendo que los genes de semejante niño ya venían imbuidos por antepasados, unos que ya consideraban el seguir un modelo de país de características grandiosas.

Sin embargo cuando el niño tenía recién escasos dos años (y tal vez acuciados por el todavía poco trabajo y mal pago), la familia se fue del país rumbo a Italia.

En Italia (es verdad) había más trabajo pero tuvieron la mala suerte de qué dos años después María Juana falleciera. El niño contaba recién con 4 años, y desde por lo menos lo práctico era complicado el faltante primordial de una madre.

Enrico (el padre) toma entonces una decisión qué determinaría el futuro: la familia que quedaba debía volver a Argentina. Y así lo hicieron.

Una vez llegados acá, y pasado varios años, un día al viudo Enrico, qué había decidido nunca volver a casarse, le agarró como una profunda angustia por la ausencia de su mujer, y así es que decidió honrar la última voluntad de ella: que su hijo fuera militar.

Y así fue. Cumplidos 12 jóvenes años, el niño fue enviado a estudiar al Colegio Militar de la Nación de dónde egreso a sus 17 años, convertido en subteniente de infantería.

Por ende y de manera automática, el niño pasó a ser una figura militar, ya que esa fue su formación primaria.

Enseguida y muy joven la institución lo envía a Córdoba, para hacerse cargo del Regimiento 7mo. de Infantería.

No solo que lo dirige de maravillas sino que ahí también da forma a su primer libro: "Reglamento para la infantería en campaña", que versaba tanto sobre la construcción de puentes como sobre el uso de explosivos.

El tipo ya había dejado de ser un niño pero seguía siendo joven: escasos 18 años. Sin embargo ya tenía en la cabeza qué no solo quería ser militar conscripto, o sea solo cumplir e irse a su casa.

No. Su idea era crear ciencia, registrar todos los fenómenos que descubriera, producir conocimiento y (en la medida de lo posible) dejar un legado.

Por supuesto gracias a este ímpetu, su carrera no se detuvo allí así que fue ascendido rápidamente y destinado otra vez a la Ciudad de Buenos Aires.

Como su idea era seguir creciendo, se decidió a estudiar ingeniería en la UBA. O sea, en una época en la que estamos muy acostumbrados a denostar militares, este era un militar que se había recibido con diploma de honor en la Facultad de Ingeniería de la UBA.

O sea que podemos decir que incluso hasta los ingenieros podrían tomarlo como estandarte...

Qué es lo que pasa ahora? Bueno, el tipo dedica esta etapa de su vida a la máxima inversión que imagina: la profundización de su conocimiento.

La determinación que toma en su cabeza fue clara y contundente: -"quiero construir ciencia"-, dicen que dijo.

Y es así que entonces diagramó exhaustivos planos con la división topológica de la totalidad de la Cordillera de los Andes, investigo en profundidad el tendido de redes ferroviarias en la Patagonia, y la tesis de grado por la que se recibió fue: "Instalación de una represa hidroeléctrica sobre el lago Nahuel Huapi".

Finalmente se recibió como ingeniero civil pero (claro) más que rápidamente lo trasladaron a la división de ingeniería del ejército.

O sea nunca voy a comprender el porqué su figura no fue (ni es) lo suficientemente valorada porque si bien el tipo era militar, también tenía una propensión profundísima hacia la ciencia, y una extrema pasión para lograr aplicarla.

El crecimiento del país, su soberanía y su potencial solo puede estar asociado a personas apasionadas por destrabar nuevas técnicas, nuevas ciencias de verdad.

Y no a quiénes solo pelean cómo gallinas (con el debido respeto y perdón a estas aves por la injusta comparación) por un triste escaño político qué solo les permita seguir enriqueciéndose a costas del erario público.

O sea, más allá de las bromas, un tipo que descubre las maneras de hacer las cosas de una forma eficiente y aplicadas al desarrollo del país, debería considerarse (por la Nación toda) directamente no solo una persona, sino ya una patente Argentina.

Se preparó para eso (dirán algunos) y no les faltará verdad. Pero también el país mismo era su pasión.

Un científico, más bien un militar científico, cómo en las películas de súper acción de las antiguas tardes del sábado. Entrenamiento militar y conocimiento científico. Cómo Batman.

Incorporado a las tropas de ingeniería del Reichswehr (en alemán, literalmente: «defensa imperial») , se dedicó a viajar por Alemania, Italia, España, Bélgica y otros, tomando cabal conocimiento sobre el manejo técnico-administrativo y militar de la mayoría de los ejércitos europeos. O sea formación y más formación.

Por último (por lo menos en su periplo europeo) sumó asimismo un posgrado en la Escuela Técnica Superior de Artillería e Ingeniería de Charlottenburg, donde se especializó en el tendido de vías férreas.

Fíjense ustedes como en este punto es que el tipo logra el perfecto cierre del círculo de la vida: no solamente era militar como el sueño de su madre, sino que se termina especializando en ferrocarriles tal cómo había sido la pasión profesional de su padre: el tendido de vías férreas.

Los ingleses dirían "full circle".

El tipo suma ambos conocimientos y (de a poco) siente no solo que se va encontrando a sí mismo, sino también que descubre cuál es su objetivo en esta vida.

"Quién soy?" -habrá gritado-. Tal vez -"Un científico militar poderoso"- se habrá respondido? Qué vamos que lo era, después de todo.

Ya a esta altura era tal su poder, conocimientos y capacidad qué pasa dirigir la División de Aeronáutica allá por 1920.

Estos son detalles que no se suelen contar sobre la vida del tipo pero (si se fijan en la sección  que dirigía y el año), podríamos tranquilamente decir que también fue un pionero de la aeronáutica en nuestro país.

Por supuesto que todos lo saben a esta altura (pero vale la pena recordar) que en 1982 la Aeronáutica Argentina tuvo un brillante desempeño en la Guerra de Malvinas y esto fue gracias también a la calificada base técnica y profesional establecida por este tipo, allá por la década del 20.

Personas que honran el cargo. No un cargo que las honre a ellas, cómo lamentablemente acostumbramos ver: a cualquier mafioso (encima de baja estofa) le dan un título político que encima pagamos todos nosotros y ya pasa a ser automáticamente un señor.

Vuelvo a insistir: personas que honran el cargo.

O sea, un tipo al que le das la dirección de una división aeronáutica y que no solo la hace avanzar mil años, sino que la hace competir con la NASA y la coloca a tope de gama de la competencia mundial. No sé si lo dije, Uds perdonen: solo un tipo que honra el cargo.

Para 1922 (presten atención a este disparador), resulta que un día se encontró con la novedad –e indignada sorpresa- de que la petrolera Standard Oil del estadounidense John D. Rockefeller, le exigía a la República Argentina el pago por adelantado de toda la dotación de combustible de aviación disponible (unos 180 millones de litros), para así proceder a su posterior entrega.

Quiere esto decir que, de la nada, la Stándard Oil le dijo al tipo algo así como: "Bueno, está todo bien, pero envíame la plata y te envío el combustible..."

"Que quéeeeeee???" - digo yo que habrá gritado el tipo…

El tipo ni corto ni perezoso le respondió a la petrolera: "Advierta que el servicio aeronáutico del ejército no debe un centavo a su compañía. Se trata de una división militar solvente y dependiente del Ministerio de Guerra de nuestro país, así que por lo tanto no solamente me sorprende en sus manifestaciones y demás exigencias sino que las considero impertinentes y por supuesto no las acepto...".

Es así que en ese mismo instante (y sobre su mismo escritorio) se juramentó consigo mismo a cooperar con todos los medios legales, para romper con los "trusts".

Y es así como comenzó él solo una batalla casi espiritual contra las empresas petroleras internacionales.

El tipo dijo textualmente: "estos malnacidos son unos h.d.p.", aunque por supuesto ustedes comprenderán, no lo dijo exactamente con estas siglas...

Y yo me detengo en esta frase, no solamente como chimento barato, sino porque creo de verdad qué a veces la dimensión de una idea verdadera y operativamente soberana comienza en los pequeños detalles, en las broncas repentinas, en un puño golpeando furioso contra el escritorio...

A veces decimos "la Soberanía", como si de una cascara vacía habláramos. De hecho hay personas que piensan que no significa nada, qué es una entelequia inexistente.

La respuesta de mi abuelo hubiera sido "las de Mahoma", sí por favor se me permite. Aunque tampoco mi abuelo lo hubiera expresado exactamente con esta frase, debo decirlo.

La Soberanía precisamente está manifestada (para mí) en estos tipos que ante la imposición de exigencias agravantes para el País, dicen "las de Mahoma" y responden: "NO, voy a imponer los intereses argentinos, o por lo menos fomentar las condiciones para recibir un trato igualitario", o me imagino algo así.

La Soberanía para mí, entonces, está hecha de personas. De ciudadanos que en un punto "se paran de manos" y gritan: "No, Argentina primero"

Y es así también que comenzó la obsesión del tipo por el petróleo.

Tal fue la obsesión manifiesta, que ya el 3 de abril de ese 1922 un impactado Marcelo Torcuato de Alvear lo nombra director de una joven empresita: YPF.

La primera empresa estatal del mundo. Antes que los rusos. La primera. Argentina first.

Le asignaron $8.000.000. E inmediatamente el tipo dijo: - “okay, me dás ocho palos? Los agarro y  arranco a explorar, extraer, industrializar, almacenar y distribuir todos los pasos del proceso distributivo del petróleo en términos autónomos”-.

Solo dos meses después (reitero, solo dos meses después) logra ser autosustentable. Es decir, desde esa inversión inicial no volvió a recibir financiamiento estatal, y rápidamente comenzó a sustentarse con la propia venta del petróleo nacional.

O sea, seguro se habrán dado cuenta, fue este el origen conceptual de la asociación entre público y privado, que tomaron cómo modelo muchos gobiernos y empresas en el mundo.

A ver, el tipo dijo algo simple y coherente: que la clave para que algo funcione mezclando lo público con lo privado es solo la rentabilidad. Claramente, que funcione bien y sea eficiente. Que ingrese dinero, bah.

El tipo casi enloquecido y obnubilado repetía la clave a quién quisiera escucharlo, que simplemente era lograr la "independencia integral". Es decir no depender de los "trust". Reventarlos, bah.

Trust a los que (no sin razón) denominaba "organizaciones insaciables”, difíciles de dominar una vez que se apropian de las tierras y se les otorgan facultades y derechos. Grandes depredadores de nuestro suelo y de nuestros beneficios"

De nuestra Soberanía, en síntesis.

Enfrentándose abiertamente a los monstruos de la Royal Dutch británico/holandesa y a la Standard Oil americana, impulsa la Alianza Continental Latinoamericana contra los intereses yanquis y europeos.

Piensa: -"propondré la explotación soberana de la región”-.

El tipo construye así (porque le conviene a Argentina pero no impulsado por la depredación y la competencia por sobre nuestros vecinos latinoamericanos) un bloque continental monumental, que excluye a los EEUU

Y es así que comienza lo que yo llamo "la larga marcha y travesía del tipo"

Porque uno pensaría “claro, quiere colocar una filial de YPF en cada país y qué las explote Argentina”.

Pero no.

El tipo empieza por México va y les dice “hermanos mexicanos, ustedes tienen que explotar su propio petróleo. Tienen que explotar sus recursos. Y vamos a negociar mejor si nos plantamos en la defensa de nuestras soberanías ante los americanos y los europeos”.

Se entiende? El tipo no es que va a México y dice “che, voy a poner una filial acá, dame este porcentaje y listo...”. Propone juntar y compartir las tecnologías ante los intereses voraces externos. Y negociar. En síntesis una asociación cooperativa regional: te conviene a vos y me conviene a mí.

Y así como Bouchard hizo nacer y aparecer decenas de banderas argentinas por Latinoamérica en su expedición libertadora y antiesclavista, lo mismo hizo este tipo con YPF: comenzó su larga peregrinación, podríamos llamarla, petrolera.

Insto a todos los países a tener su propia YPF nacional y por eso mismo tampoco es de extrañar que la mayoría de las petroleras estatales latinoamericanas posean un logo muy similar al de YPF Argentina, en homenaje al tipo.

"Si nosotros pudimos hacerlo, ustedes lo pueden hacer, y los vamos a apoyar en eso". Y quedan, como diría algún sobrino que tengo, re manijas.

La producción de petróleo se regionaliza de norte a sur, por la obstinada, potente y obsesionante prédica del tipo. Muchos países no tenían idea ni de la cantidad de petróleo que poseían (Venezuela, dixit).

Y otro ni siquiera pensaban que lo tenían, hasta el día que el tipo llegó y les dijo "excaven y excaven y excaven acá, día y noche"…

Se crearon así también pueblos petroleros, se crearon asimismo clases sociales, nuevas y pujantes comunidades alrededor de un objetivo único: la extracción de ese oro negro.

Así que sábelo: si tu familia es ferroviaria o es petrolera, si la cultura de tus antepasados está marcada por estas actividades, ha sido sin duda por obra y gracia de este tipo.

Incluso cuando YPF Argentina logró octanajes altísimos al mismo nivel que el obtenido por las petroleras americanas y europeas, el tipo se acercó con esa fórmulas a los países regionales solo para actualizarlos técnicamente sin pedirles un solo peso a cambio para el país. Solidaridad estratégica pura y adelantada cincuenta años.

Propuso para todos la nacionalización de los yacimientos, mientras los países del orbe latino lo escuchaban boquiabiertos y emocionados.

Y no solo eso sino también el control estatal sobre la exploración, el monopolio estatal sobre la explotación, el monopolio estatal sobre el transporte y la distribución, la autonomía de YPF y la absoluta prohibición de vender activos, acciones o transferir concesiones. Un solo tipo. EL tipo.

El golpe del ´30 que termina bajando a Irigoyen, tuvo un tufillo golpista relacionado con el espanto que estas propuestas le generaban a las petroleras extranjeras. De hecho se lo llama el "golpe del petróleo" y (saben qué?) casi todo lo logrado vuelve para atrás.

El tipo al que mientras duro su peregrinación por los países latinoamericanos se le había suspendido el sueldo por "no estar prestando servicio" en el país, debido a este golpe termina renunciando bajo presión a YPF.

Lo borran del mapa y termina sus días en la mayor de las miserias. Los últimos tres meses de su vida come solamente un pan duro por día como único almuerzo. Lo encuentran tres días luego de fallecido.

Pero sus ideas persisten hasta hoy, a la espera de un país que las contenga.

Era un superhéroe, un militar científico e inapelable. Era como Batman, como Thor, Hulk o IronMan. Pero era en realidad más poderoso que todos ellos.

Aplicaba las ciencias. Creaba Soberanía. Su espíritu era nacional.

Fue el sueño de mamá María y de papá Enrico.

Se llamaba Enrique Mosconi.

Y hubiera merecido largamente una estatua.

Que el Siglo XX no nos dio próceres? Por favor….

Nos hacen falta más Mosconis.

Pd: gracias a las desgraciadas e incompetentes políticas aplicadas en esta materia por diversas y sucesivas administraciones, (y abandonados nosotros en favor de intereses que nunca son nuestros), es que hoy pagamos un combustible tan caro y de igual manera soportamos el oprobio del faltante de gasoil en distintas provincias.

Aquí el link de Cafecito, para quienes siguen apoyando estas quijotadas que aspiro a que se reúnan en un libro, en tiempos no muy lejanos. Nunca viene mal una colaboración, aunque sea para reconocernos en una juntada…

https://cafecito.app/historiasminimas

Sigo anotando colaboradores para la caminata presencial “Las Novias de Barracas” (actividad filantrópica, sin cargo). La hemos pasado a los primeros días de Julio. A los nuevos amigos que les interese esta salida, consultas por privado.

Gracias! Y MIL gracias más por leer!