lunes, 18 de mayo de 2015

ESCÁNDALO POR LA RELACIÓN DE VERBITSKY Y LA FUERZA AÉREA EN LOS "AÑOS DE PLOMO"


URGENTE24, 18-5-15

No es nuevo el rumor de la colaboración de Horacio Verbitsky con oficiales militares durante el Proceso de Reorganización Nacional. Pero siempre pareció circunscribirse a tareas para la fundación del fallecido comodoro Juan José Güiraldes, que era un oficial retirado (tuvo un rol más destacado durante la Revolución Argentina, cuando lo frecuentaba Jacobo Timerman), apoyo moral antes que militante ejecutivo en los 'años de plomo'. 
El problema para el presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales es que ahora aparece documentación en poder del periodista Gabriel Levinas, que lo ubica mucho más comprometido con la Fuerza Aérea en aquellos años porque habría escrito discursos para el entonces brigadier general Omar Domingo Rubens Graffigna, quien integró la 2da. Junta Militar de Gobierno durante la dictadura autodenominada Proceso de Reorganización Nacional junto a Roberto Viola y Armando Lambruschini. Así, el fiscal implacable tendrá que comenzar a dar explicaciones sobre la viga en el ojo propio.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Hasta ahora, lo que se conocía era la carta de Pedro José Güiraldes, el hijo del fallecido comodoro Juan José Güiraldes, al diario Página/12, a pedido del propio Horacio Verbitsky, para aclarar la relación entre su padre y el presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels).

El ex jefe y ex allegado de Verbitsky, Jorge Lanata, había embestido durísimo contra el columnista principal del matutino paragubernamental Página/12 (que fundó Lanata, dicho sea de paso pero no era paragubernamental). Fue una respuesta a las críticas de Verbitsky contra el desempeño de Jorge Omar Bergoglio cuando fue jefe de los jesuitas argentinos, en los 'años de plomo'. Verbitsky le adjudicó un vínculo con Emilio Eduardo Massera y la Armada.

Lanata arremetió contra el titular del Cels. En su columna llamada “Caza de Brujas”, además de criticar el cambio de postura del kirchnerismo sobre el papa Francisco, el periodista del Grupo Clarín recordó que Verbitsky ingresó a la revista “Confirmado”en agosto de 1965 y al año ya figuraba como Jefe de Redacción. Lanata señaló que la revista comandada por Jacobo Timerman, y con el apoyo de quienes luego serían protagonistas de la Revolución Argentina, ayudó a derribar al presidente Arturo Illia.

Evidentemente esos patrocinadores de "Confirmado" confiaban en Verbitsky, al igual que Timerman, quien luego se lo llevó al diario "La Opinión".

En aquella columna, Lanata también puso el acento en el rol de Verbitsky en el área de Inteligencia de la organización guerrillera Montoneros y se preguntó cómo siendo el N°2 de Inteligencia, detrás de Rodolfo Walsh (afirmación muy cuestionadas por historiadores, vale la pena recordar), Verbistsky pudo permanecer en el país.

Más aún. Lanata recordó que, según el propio Pedro Güiraldes, hijo del comodoro Juan José Güiraldes (quien, según Levinas, en 1976 habría tenido escondido a Verbitsky en la estancia La Santa María, en San Antonio de Areco), Verbitsky colaboró “en el libro ‘El poder aéreo de los argentinos’, y también en la corrección de discursos del jefe de la Fuerza e integrante de la Junta Militar”.

Así fue como apareció el texto del hijo de Güiraldes en el diario Página/12.

El texto fue un bálsamo para las heridas al ego y la credibilidad de Verbitsky que le había provocado el rumor de que él había mantenido un vinculo con la Fuerza Aérea Argentina, en días del Proceso de Reorganización Nacional, del que tanto abomina el añejo periodista militante:

"(...) Mi padre –el Comodoro Juan José Güiraldes– y Verbitsky se apreciaban y respetaban, coincidían en algunas cosas y pensaban distinto en otras. Sus contactos eran la continuidad de la amistad de mi padre con Bernardo –padre de Horacio– y su relación profesional comenzó a mediados de 1os años ’60, en las revistas Primera Plana y Confirmado, de la segunda de las cuales “El Comodoro” fue Director y “Horacito” uno de sus más jóvenes redactores.

Hacia 1977, según sus propios dichos, Verbitsky había abandonado la organización Montoneros, de la que fue uno de sus más importantes jefes. Tiempo después de ello se acercó nuevamente a mi padre, apremiado económicamente y en busca de ayuda.

En esos días mi padre estaba escribiendo El Poder Aéreo de los Argentinos y era el principal redactor de los discursos de los Comandantes en Jefe de la Fuerza Aérea Argentina de los años 1977, 1978 y 1979: Agosti y Graffigna. Verbitsky colaboró en la corrección del citado libro, publicado en 1979 por la Dirección de Publicaciones del Círculo de la Fuerza Aérea. Transcribo parte de su “Invocación. Agradecimiento y Dedicatoria” (pág. 9): 
“Este libro no hubiera podido llegar a las prensas de no haber recibido el permanente aliento y la eficaz colaboración de Horacio Verbitsky”. 
Yo fui testigo, uno de varios, de muchas de las innumerables reuniones de trabajo entre ambos, en la oficina de mi padre, Paraguay 727/729, 4to. Piso, Of. 18, que años antes compartiera con su entonces socio, Jacobo Timerman. Me consta además que Horacio colaboró también en la corrección de los discursos, porque mi padre me lo comentó específicamente.

El vínculo y la colaboración de Verbitsky en temas de transporte aerocomercial y otros siguieron durante años, luego de la restauración democrática y hasta la muerte de mi padre en 2003.

Del mismo modo continuaron los vínculos, afecto y excelentes relaciones de mi padre con sus camaradas de armas hasta el último día de su vida. “El Comodoro” fue enterrado con honores y acompañado por una guardia de la Fuerza Aérea Argentina y otra de Granaderos.

Todos sabemos que la década de los ’70 fue trágica y conocemos los atroces acontecimientos de esos años de plomo y sangre, pero insistimos en mirarlos con visión maniquea y pendular. Pasamos de “Los argentinos somos derechos y humanos” o lo que es lo mismo: de la justificación de la represión ilegal, a la “Juventud Maravillosa” o lo que es lo mismo: la exaltación de las acciones terroristas. Así no damos lugar a la reflexión serena, al aprendizaje a partir de los terribles errores y crímenes cometidos.


Los argentinos estamos llenos de contradicciones y en esto “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”. Pero no nos damos cuenta o lo negamos arteramente. La relación de mi padre con Verbitsky es una prueba cabal de las contradicciones que no queremos aceptar. Oficial retirado de la Fuerza Aérea y conservador uno, izquierdista y montonero notorio el otro, se respetaban y trabajaron juntos en temas en los que coincidían. (...)".