miércoles, 31 de mayo de 2017

JULIO DE VIDO EN LA TORMENTA JUDICIAL

cubierto por la familia judicial y el Papa Francisco

por Jorge Vitale
Informador Público, 31-5-17


La pregunta del millón es por qué cuesta llegar a Julio de Vido. La razón es que fue el fiel ejecutor de toda la corrupción organizada por la dupla Kirchner. No obstante ello, Don Julio ya está procesado en tres causas y tiene 140 causas en las que está imputado.

Procesar a Don Julio es la previa para procesar a la ex presidenta y, si uno advierte que sólo fue procesada en causas propias, donde no había otro remedio, además de la colaboración judicial, con jueces y fiscales federales, que siempre le fueron afines, que tienen muchos compromisos con los K, todas sus designaciones, las de sus familiares en distinto cargos judiciales...

Pero la información del exterior que viene llegando es imposible pararla. Es importante que nuestra sociedad no mire para otro lado como lo hizo durante los últimos doce años. Hay que pedirles a los jueces que apliquen las leyes, de la misma forma a los funcionarios y políticos que a los particulares.

La ex presidenta tiene dos procesamientos por asociación ilícita y sigue libre, cuando nuestras cárceles están llenas de presos por ese delito. Por eso la aclaración final son estos jueces. Salvo Oyarbide, que renunció, son los mismos de los doce años K y los fiscales se cansaron durante doce años de mirar para otro lado. No realizaron una sola investigación de oficio. Siempre fuimos los particulares quienes realizamos esa tarea.

Y la frutilla del postre es el Papa Francisco, que ya abiertamente defiende a los K, Cristina primero, Hebe de Bonafini, Milagro Sala, la familia Moreno, que está mezclada con negocios de la familia De Vido y otros que sería largo enumerar.

Llegó el momento de ser ciudadanos para que la impunidad no triunfe.

En Brasil, los funcionarios y empresarios presos; en la Argentina, libres y además hacen declaraciones.

El día viernes llegó a la Argentina la tercera información sobre las declaraciones de los arrepentidos en Brasil, sobre el pago de coimas a Julio de Vido y otros. Remiten las declaraciones certificadas y firmadas por los jueces para que los jueces argentinos investiguen y entreguen información pero, como es común con los jueces argentinos, ni leen los diarios ni tampoco investigan, ni contestan los exhortos de otros países. Esto ya lo vengo pidiendo a estos jueces desde hace más de seis meses. Sin embargo, sin resultados, y Julio de Vido sigue comunicándose por las redes como si nada.

Julio de Vido tiene 140 causas judiciales. La mayoría fueron iniciadas durante su gestión. Tiene 28 pedidos de indagatorias y tres procesamientos, con embargos de 500 millones en dos causas y de 300 millones en otra. Está involucrado en el caso Skanska, yacimientos de Río Turbio, extensión del contrato de Cerro Dragón, en la causa Pan American Energy, por sobreprecios en la obra pública con Austral Construcciones y muchas más. Todo esto conduce a una causa de enriquecimiento reabierta que tramita por ante el juez José Luis Ramos, fiscalía del Dr. Patricio Evers, donde día tras día aparecen empresas y testaferros de De Vido y familia.

En estos momentos es de suma importancia que se investigue a las empresas Rhasa, Probater, pero en especial Xstorage S.A., que posee un muelle de combustible y una planta de almacenamiento de combustibles ubicado a la altura del Km 329,43 margen derecha del río Paraná, Ramallo, y que fuera beneficiada casi con exclusividad durante los últimos 12 años, manejándolas como si fueran propias.

La causa que se tramita en España, por corrupción del PP español, también lo tiene investigado, por las empresas españolas en la Argentina, pero en especial por Repsol (que termino con un perjuicio para la Argentina de 30.000 millones de dólares, entre lo que se pagó, lo que retiraron antes sin ser beneficios y el pasivo que dejó la empresa. Los combustibles, los subsidios que fueron articulados para hacer caja, que hoy son tan difíciles de desarticular, y la obra pública fueron el objeto directo de la corrupción del gobierno K.

"Hablen con Julio" significa que Julio era la caja del gobierno K. La conexión de corrupción con Brasil por el petrolao está demostrada mediante Julio de Vido, Ricardo Jaime, ya que han sido mencionados por testigos y arrepentidos, en la causa por las obras y servicios públicos, Petrobas y el financiamiento mediante el Banco de Desarrollo del Brasil. Sin embargo, hasta la fecha no ha actuado la Oficina Anticorrupción. No nos olvidemos que tenemos los mismos jueces y fiscales. Algunos avanzan pero otros archivan las causas. Por eso se hace necesario no sólo que denunciemos sino que el estado se presente como querellante. No alcanza con estos fiscales, que han estado mudos y sordos durante doce años. La UFI es el otro organismo que guardó mucho silencio en estos temas.

El enriquecimiento de Julio Miguel de Vido debemos buscarlo en algunas de estas causas que inicié hace algunos años y están lo suficientemente avanzadas, no sólo para imputar a De Vido sino procesarlo y mandarlo a la cárcel.

La denuncia penal que tramita por ante el juzgado Federal N° 12 a cargo del Dr. Sergio Torres, expediente N 6297/12, sobre la licitación y adjudicación para el control de la tarjeta SUBE, de la cual había resultado adjudicataria la empresa Global Infraestructure (G.I.), sin antecedentes, que luego fue rescindida como consecuencia de esta denuncia, donde se descubren domicilios falsos, falta de capacidad económica y totalmente digitada. La causa que tramita por ante el juzgado Federal N° 8 a cardo del Dr. Marcelo Martinez Di Giorgi, causa N° 6204/11, sobre el plan federal de viviendas, en la que está involucrada Hebe de Bonafini y varios funcionarios, donde ya fue llamado a declaración indagatoria. La causa por la central termoeléctrica que se pagó pero no se construyó, que tramita por ante el juzgado federal N° 7, Secretaría N° 14, causa N° 10149/14, con un perjuicio para el estado del orden de los cien millones de dólares. Pero la causa clave, por los montos que se manejan, la discrecionalidad y falta de controles, es la que tramita por ante el Juzgado Federal N° 10, a cargo de Julio Ercolini, causa N° 366/11, relacionada con los subsidios al sector energético, transporte y la compra de combustibles.

En todas estas causas existen sobreprecios, adjudicaciones digitadas, falta de controles. Por eso se hace necesario que la causa por enriquecimiento que se reanudó contra Julio de Vido y señora, después que la Cámara de Apelaciones falló a su favor en dos oportunidades. Pero ahora la Cámara de Casación amplía el objeto de investigación hasta 2015. Se tramita por ante el Juez Federal Dr. Luis Rodríguez, Fiscal Patricio Evers. Se complementa con estas causas que son algunas de las razones de su enriquecimiento. No es casualidad que Néstor Kirchner siempre dijera “hablen con Julio”, porque éste desde el principio formaba parte del Club Calafate, donde se construyo el kirchnerismo, y es la persona más lejana en el tiempo, inclusive que Zannini. Por eso la primera decisión fue que para hacer política había que hacer plata, desde el año 80 en que se conocieron. En 1987, cuando fue intendente Néstor K, desde ese momento entró en la función pública, que nunca dejó hasta ahora. Fue ministro de economía y obras públicas desde 1991 hasta 2003, cuando se transforma en el superministro, ya que para el ministerio que se le asignó se le sacaron funciones al ministerio de economía, como así también a dependencias de Presidencia pasaron a su órbita. Desde allí hacían la caja que según ellos necesitaban para hacer política.


De Vido sabe perfectamente qué pasó con los fondos de Santa Cruz y hasta colaboró con el giro de esos fondos. También con lo de Venezuela, el caso Skanska, que ya se reabrió y otros más.

LA RENUNCIA DE SUSANA MALCORRA


por Hernán Andrés Kruse
Informador Público, 31-5-17


Si bien la renuncia de Susana Malcorra tomó de sorpresa a la opinión pública, la ahora ex funcionaria había avisado al gobierno hace dos meses su intención de abandonar la cancillería. Apenas enterado de la noticia, Alfonso Prat-Gay, ex ministro de Hacienda, no ocultó sus intenciones de ocupar el cargo vacante. Para ello comenzó a conversar con Marcos Peña, jefe de Gabinete, quien en las últimas horas también lo descartó para una embajada. 

El presidente de la nación, flanqueado por Peña y la propia Malcorra, fue el encargado de informar su salida: “Nuestra canciller nos abandona, no del equipo, pero sí como canciller. Por temas estrictamente personales va a dejar de ejercer este rol”. Sin embargo, la ahora ex canciller retendrá un cargo de asesora con rango de ministro, que ejercerá en su nuevo lugar en el mundo, España. Su reemplazante es el embajador argentino en Francia, Jorge Faurie. Malcorra no fue la única interesada en acceder a la cancillería. Desde un principio Prat-Gay no ocultaba sus ambiciones en ese sentido, pero se estrelló contra la negativa del Gobierno. Durante su gestión Malcorra atravesó varias situaciones conflictivas, como la gaffe del presidente cuando se encontró cara a cara con la premier Theresa May para hablar sobre las Malvinas, su fallida postulación para acceder a la secretaría general de la ONU, y la intención de adquirir armamentos norteamericanos. 

Luego de su traspié en su intento por ser Secretaria General de la ONU, varios miembros del gobierno intentaron desplazarla pero el presidente la sostuvo. ¿Qué razones llevaron a Malcorra a renunciar ahora? En el gobierno consideran que uno de los motivos fundamentales de su alejamiento es el agravamiento de una enfermedad que sufre su esposo, que vive en Madrid junto a su hijo. Sin embargo, la ex canciller se ocupó de desmentir semejante rumor. Fuentes oficiales confirmaron que el presidente sabía de las intenciones de Malcorra hace sesenta días. En la conferencia de prensa de despedida, el presidente se limitó a expresar: “Nuestra canciller nos abandona. Fue una colaboradora fundamental y la vamos a extrañar, por más que va a seguir siendo parte del equipo desde España, donde va a vivir”. Y agregó: “Cuando Marcos y Fulvio (Pompeo) me propusieron a Susana, que no la conocía, le dije que tenía un compromiso de convocar a los mejores. No nos equivocamos. Cuesta encontrar en la historia una canciller como ha sido Susana. Todos saben que trabajaba como jefa de gabinete del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y desde ahí conoció a mucha gente. La vamos a extrañar”. 

A la hora de dar las explicaciones correspondientes, Marcos Peña anunció la identidad del reemplazante de Malcorra y explicó el nuevo rol de la canciller: “Susana va a seguir siendo asesora del presidente, con rango de ministro, desde su residencia en España”. Sobre los motivos de su renuncia la ex canciller reconoció que existían “tensiones entre mi responsabilidad de representar a la Argentina en el mundo y mis obligaciones familiares”. La oposición no piensa lo mismo. Según Héctor Recalde, jefe del bloque del FPV en Diputados, “no ha sido brillante el desempeño de la canciller. Más que motivos personales, me parece que hay otros motivos. Y Odebrecht no es ajeno a esto. Encuentro una relación, porque evidentemente los acuerdos que trató de hacer el Gobierno con Odebrecht cuando no tenía facultades, Malcorra no puede estar ajena a esto. Hay que ver los antecedentes de esto”. La respuesta de Malcorra no se hizo esperar: “la imaginación de Recalde no tiene límites” (fuente: Werner Pertot, “Ni en la ONU ni en Cancillería”, Página/12, 30/5/017).

El presidente de la nación designó en reemplazó de Malcorra a un diplomático de carrera, el menemista Jorge Faurie, quien en 2002 fue vicecanciller de Carlos Ruckauf en la época en que el ministerio de Relaciones Exteriores fue organizado por el secretario de Culto Esteban Caselli. Enterado de la decisión presidencial el embajador en Francia partió inmediatamente desde París rumbo a Buenos Aires, donde inmediatamente se dirigirá al edificio de cancillería, situado en Esmeralda y Arenales. Faurie sólo estuvo en el edificio de la Cancillería en una oportunidad, precisamente cuando Rucucu y Caselli lo pusieron como número dos. El canciller de Duhalde no sólo fue generoso con Faurie. En ese entonces (presidencia de Duhalde) convocó a un joven economista egresado de Harvard, Martín Redrado, para que tomara en sus manos todo el sector comercial y financiero. Con la llegada de Kirchner al poder Redrado llegó a la presidencia del Banco Central. 

El equipo de Rucucu se completó con un funcionario que hoy es relevante dentro de la estructura de gobierno de Macri: Fulvio Pompeo. Siendo subsecretario de Asuntos Institucionales del paladín de la mano dura, Pompeo adquirió una experiencia que luego, al acercarse a Macri, le resultaría muy útil para moverse como pez en el agua. Faurie es un típico burócrata estatal. Jamás demostró ser un avezado teórico de las relaciones exteriores. Nunca hizo sesudos análisis sobre las relaciones de nuestro, país con Brasil, Estados Unidos o China. Tampoco hay, cabe reconocer, registro de actitudes públicas que lo invaliden para ocupar la cancillería. No se opuso al ALCA ni fue un crítico del golpe de estado contra Rousseff. Tampoco se mostró partidario del chavismo. A diferencia de Macri y Malcorra, que se mostraron abiertamente pro Hillary Clinton, Faurie tuvo una virtud: no abrió la boca. Es un práctico, como lo son muchos de los miembros de la Casa Blanca, el Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado de Estados Unidos. 

La administración de Trump actuará respecto a Faurie como lo hace siempre: lo analizará para ver si realmente cumple con los postulados de la política exterior de Macri-relaciones carnales, apertura comercial y financiera, apoyo al golpista Temer, cuestionamiento al chavismo y endeudamiento récord con Wall Street-. Faurie conoce a la perfección todos los peligros que presenta el mundo de la diplomacia. Demostró habilidad para esquivarlos ya que, en caso contrario, no hubiera llegado a la cúspide de su carrera: la jefatura de la diplomacia argentina. Sus antecedentes son muy diferentes a los de su predecesora. Mientras Malcorra desarrolló gran parte de su actividad profesional en el ámbito privado (IBM, Telecom). Faurie forma parte de la cofradía diplomática. Así como Malcorra jamás osó desafiar a Macri ni tomó decisiones en beneficio personal, lo más probable es que Faurie siga su ejemplo. A diferencia de muchos de sus colegas, Faurie tuvo la astucia de utilizar en su provecho un cargo muchas veces ninguneado por los políticos: la jefatura de Ceremonial. Al detentar ese cargo Faurie llegó a conocer al dedillo la logística y tratar con todos y cada uno de los funcionarios. El flamante canciller llegó a ser director del área en la provincia de Buenos Aires cuando Ruckauf era gobernador. Con anterioridad, entre 1998 y 1999, fue, como expresamos precedentemente, Director Nacional de Ceremonial. Es un puesto que tiene incumbencia en las actividades que realiza el presidente de la nación. De esa forma, Faurie llegó a tener un contacto estrecho con el círculo íntimo del por entonces presidente Menem, lo que le permitió conformar una sociedad nada más y nada menos que con uno de los secretarios privados del presidente, Ramón Hernández. 

La embajada en Lisboa le permitió quedar a salvo del escándalo de la sociedad Costes, a la que curiosamente omitió incluir en su declaración jurada. Nacido en 1951, Faurie tiene categoría de embajador extraordinario y plenipotenciario desde casi dos décadas. Durante la presidencia de Alfonsín trabajó en el área de política latinoamericana conducida primero por Raúl Alconada Sempé y luego por Alberto Ferrari Etcheberry. Durante el menemato fue hombre de confianza del vicecanciller de Guido Di Tella, Andrés Cisneros, llegando a ocupar la jefatura de Gabinete de Cisneros entre 1997 y 1998 y director del área Mercosur entre 1992 y 1994 (fuente: Martín Granovsky, “Faurie, de Menem y Ruckauf a Macri”, Página/12, 30/5/017).

En su edición del 30 de mayo, La Nación publicó un artículo de Pablo Mendelevich titulado “El triunfo de Cristina Kirchner”. Sus párrafos salientes son los siguientes: “Imaginemos a un búlgaro que acaba de llegar de visita a la Argentina. Para practicar su buen español enciende el televisor del hotel y se topa con una entrevista que le hacen entre cuatro a la ex presidenta Cristina Kirchner. Interesante. Nuestro hombre ya había escuchado en Sofía que penden sobre Cristina múltiples causas judiciales, inclusive sospechas que la relacionan con el presunto asesinato de un célebre fiscal, quien la investigaba y apareció muerto horas antes de denunciarla” (…) “¿Es ella?”, se pregunta. “¿Se trata de la misma persona?”. La corrupción casi ni aparece durante la verborrágica exposición televisiva. No luce como alguien afligido por un eventual destino tras las rejas. Da mil explicaciones, pero son sobre otros asuntos. Explica y explica, no quiere que la interrumpan. Quienes la interpelan la escuchan con aire reverencial. Los temas acaso evocan la agenda de un típico opositor radicalizado, uno muy frontal” (…) “Describe un país maravilloso, feliz, que resultó arrasado en pocos meses por la malicia de su sucesor. El pueblo fue engañado, dice, por quienes ganaron las presidenciales, que el partido de la señora perdió por obligarse a decir sólo verdades, textual” (…) “La ex presidenta se toma un tiempo para apostrofar a los periodistas que tiene delante, les marca qué cosas deben importarles y cuáles deben omitir, pero entre estas últimas, curiosamente, tampoco la corrupción aparece mencionada” (…) “Muchos televidentes, argentinos, ya no turistas, han fustigado a los entrevistadores de aquella noche por no haber hecho bien el trabajo de representar al verdadero periodismo. Tal vez nadie se percató de que el aporte de los cuatro que le daban tiempo a la deponente para tomar agua no consistía en representar a ningún periodismo sino, sin proponérselo, al peronismo. 

Es el peronismo con sus omisiones cuidadosamente seleccionadas el que está callando las preguntas que habría que hacerle a Cristina Kirchner” (…) “El silencio del peronismo, en cambio, es la novedad más importante de este momento político: gracias a él, la responsable de uno de los gobiernos más corruptos de la historia se convirtió por deslizamiento en una respetable dirigente política quien, plantada cual De Gaulle en el centro del escenario, estudia si será o no candidata, como si las causas judiciales hubieran pasado a ser cuestiones pertenecientes a su esfera íntima” (…) “Vaya paradoja, acá Cristina tendría razón, Macri no estaría cumpliendo con sus promesas de campaña (combatir la corrupción). Y mientras tanto los jueces y los fiscales acompañan con una inexplicable calma chicha. ¿Qué los sosegó? ¿Cómo pasaron de escarbar la tierra patagónica con excavadoras para encontrar tesoros kirchneristas enterrados a contribuir a que la imputada nacional vocifere impune que se vuelve pronto de Europa porque la Patria la necesita? Hay que reconocerle a Cristina Kirchner este triunfo, el de su transfiguración sin bótox ni bisturí. Fue gracias a su talento político…también a su profundo conocimiento del peronismo. 

Ella sí recordó que el peronismo es antes que nada una cultura victoriosa, un partido del poder, tan inexistente antes de 1945 como el kirchnerismo antes de 2003. No hay como ganar, no hay como volver, poco importa si es para alzar las banderas de la lucha contra el terrorismo de Estado (los Kirchner) o para instalarlo (Isabel y López Rega), para volver a sembrar la industrialización (Duhalde) o para destruir la industria nacional (Menem)” (…) “La victoria es sagrada. ¿Algo más transparente que ponerse Frente para la Victoria? De allí que una vez que en el ambiente político se les dio verosimilitud a las encuestas que decían que en el conurbano profundo Cristina Kirchner tenía una intención de voto envidiable…se suspendieron las preguntas. ¿A qué seguir preguntándose si robó o no robó? ¿Para qué repetir la cantinela de que vamos a esperar que la Justicia determine si hubo o no funcionarios kirchneristas que se enriquecieron a costa del Estado? Cancélese el tema. Que no se hable”.

En la misma edición, La Nación publicó un artículo de Fernando Laborda titulado “¿Puede la economía no influir en las urnas?”. Sus párrafos salientes son los siguientes: “Tras el virtual lanzamiento de la campaña electoral, con las rutilantes apariciones públicas de Cristina Kirchner, por un lado, y de Sergio Massa y Margarita Stolbizer, por otro, ha quedado claro que el eje sobre el cual machacarán las principales figuras de la oposición será la marcha de la economía, mientras que el oficialismo macrista se refugiará en la opción entre el cambio o la vuelta al pasado” (…) “Según señalan el gurú del primer mandatario (Durán Barba) y su colega Santiago Nieto en su libro “La política en el siglo XXI”, de inminente aparición, si se analiza el conjunto de mensajes que se intercambian en la red, puede constatarse que la gente no sólo habla de sus necesidades económicas y que tampoco es ésa la temática predominante en la red” (…) “El Interbarómetro, un estudio que semanalmente realiza la Fundación Cigob junto a la firma Autoritas Consulting para monitorear las conversaciones en Internet referidas a actores políticos y problemas de la vida cotidiana, refiere algo parecido. 

Al analizarse la evolución de la conversación en la red acerca de distintas problemáticas entre noviembre de 2016 y abril último, se advierte que los temas de la justicia aparecen en primer lugar con alrededor de 1.069.000 menciones; en segundo lugar, se halla la corrupción, con 815.000 menciones; en el tercer puesto, la educación, con 607.000; en cuarto lugar, la seguridad, con 457.000. Siguen la energía, con 251.000; las jubilaciones, con 240.000; la pobreza, con 234.000, y la inflación, con 212.000. En conclusión, a los argentinos, efectivamente, hay otras cuestiones que parecen preocuparlos tanto o más que la economía. Sin embargo, no es posible desligar la importancia de la economía de cara a una elección popular” (…) “En igual sentido, Mariel Fornoni, directora de Managment and Fit, considera que “es difícil pensar que la economía no jugará un papel importante en estas elecciones”. Sostiene que “no es un tema de lo que parece o no, sino de lo que dicen los números y las circunstancias”. No obstante, Juan Germano, director de la consultora Isonomía, recuerda que en las últimas elecciones exclusivamente legislativas del país la economía no influyó en el voto tanto como otros elementos políticos. Según el analista, en 2013, se trató de ponerle límites al poder kirchnerista y de evitar el reeleccionismo eterno de Cristina Kirchner, mandato que capitalizó Sergio Massa” (…) 

“Germano aclara que “jamás podría decirse que la economía no importa” y que “todavía no está definido qué se jugará para el electorado en las próximas elecciones” de octubre. Admite que la recuperación económica es más lenta que lo esperado, pero que esta percepción ciudadana convive con otra percepción de optimismo hacia el futuro” (…) “Mariel Fornoni juzga lógico que “si el Gobierno no puede establecer el valor esperado de las variables económicas trate de minimizarlas”. Y considera que “para los sectores más afines al Gobierno los temas económicos no son tan prioritarios como las cuestiones más institucionales, mientras que para los sectores más alejados del Gobierno los temas económicos sí son prioritarios” (…) “Pero no pocos analistas políticos creen que los números de los últimos meses previos a las elecciones no serán suficientes como para que el Gobierno pueda exhibir grandes pergaminos en materia económica. De allí que Cristina Kirchner pretenda imponer una lectura económica, a partir de una discutible disyuntiva acerca de cómo estaba la población antes y cómo está ahora, desentendiéndose de cualquier responsabilidad de su gobierno en el presente económico, mientras el oficialismo busque que el mandato del electorado pase por la necesidad de consolidar un cambio”.


En su edición del 28 de mayo, La Nación publicó un interesante artículo de Raquel San Martín titulado “Elogio de la ignorancia. Los riesgos del antiintelectualismo”. Sus párrafos salientes son los siguientes: “En mayo de 2001, George W. Bush, entonces presidente norteamericano, dio un discurso en la Universidad de Yale, su alma mater: “A los que se graduaron con honores, premios y distinciones les digo: bien hecho. Y a los que obtuvieron C, les digo: ustedes también pueden ser presidentes de los Estados Unidos”. La frase, recibida con aplausos y carcajadas por el selecto público, subrayaba un rasgo persistente en la cultura política norteamericana: el rechazo, sobre todo republicano, a la formación intelectual y el conocimiento experto como rasgos de sofisticación elitista” (…) “En efecto, los cuestionamientos antiintelectuales se han vuelto hoy parte de los más generales sentimientos antielite que atraviesan Occidente con consecuencias políticas inquietantes” (…) 

“La pregunta se vuelve perentoria: este sentimiento antiintelectual, ¿representa algo más que una estrategia de algunos políticos para conectar con los desplazados por la globalización en todo el mundo, que tienden a ver en las élites culturales una influencia incluso más peligrosa que en los millonarios? El cuestionamiento a los intelectuales…parece el síntoma de una dificultad creciente para apostar a los consensos como la argamasa de las sociedades, del colapso de la fe en un orden racional para la sociedad” (…) “Lo que está en evidencia es una tensión constitutiva de nuestras sociedades: la deliberación democrática versus el conocimiento experto, la convivencia de todas las voces en pie de igualdad versus la definición de prioridades que suponen las políticas públicas. ¿Debería el pensamiento progresista descartar el sentimiento antiintelectual como otras de las tácticas de los llamados “populismos” de toda orientación? ¿O es momento de tomarlo en serio?” (…) “En Estados Unidos hay una tradición en la cultura general, política, filosófica y hasta teológica que se puede asociar con la antisofisticación intelectual-dice Martín Plot, investigador del Conicet y profesor titular de teoría política en el Idaes, que vivió varios años en los Estados Unidos-. 

Es una hostilidad hacia la complejización de la existencia humana plasmada en cosmovisiones que tratan de hacer lo opuesto, que es simplificar”. Con ese telón de fondo, Trump ha venido a radicalizarlo todo. También el tradicional antiintelectualismo” (…) “Trump capitalizó una tendencia antiintelectual que ya existía en la sociedad, sobre todo en parte del electorado republicano. La figura del intelectual público nunca fue particularmente valorada en la sociedad estadounidense, supongo que por ausencia de una tradición aristocrática. Pero el saber experto sí fue históricamente valorado, porque el conocimiento técnico, en el mercado tanto como en la guerra, produce ventajas comparativas. Lo que ha ocurrido en años recientes es alarmante porque algunos líderes políticos se han acostumbrado a rechazar el conocimiento de los expertos cuando les resulta inconveniente”, señala Aníbal Pérez-Liñán, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Pittsburg” (…). “Una nota reciente en The Observer resumió la grieta en versión norteamericana: “El mundo parece organizarse en dos categorías: los que creen en el proceso de revisión por pares y los que prefieren atenerse a los hechos alternativos”. Academia versus posverdad. Lo complejo versus lo simple. Ciencia versus ideología pseudocientífica” (…) “En términos políticos más amplios, podría asimilarse a otra división: la que opone a cosmopolitas y nacionalistas a la hora de organizar el espacio político global. “En buena parte de Europa, al igual que en América Latina, existe un culto al intelectual público que nunca existió en Estados Unidos. 

Pero el mundo intelectual y universitario, de izquierda o de derecha, es hoy generalmente cosmopolita-apunta Pérez-Liñán-. Los intelectuales de izquierda son críticos de la globalización, pero defensores de la diversidad cultural. Los intelectuales liberales defienden un mercado global de ideas y mercancías. La extrema derecha europea, conservadora y nativista, no encuentra referentes en estos sectores” (…) “El antiintelectualismo puede ser pensado, entonces, como una de las principales vertientes de una verdadera batalla cultural, que envuelve con sentidos en disputa el rechazo a los cambios económicos y tecnológicos que provocan exclusión. Es casi una contraseña que atraviesa fronteras” (…) “El antiintelectualismo contemporáneo es parte de un proceso creciente de devaluación de la producción de interpretaciones de la vida política y social a partir de pautas de racionalidad, categorías del saber experto y evidencias factuales. Son todos elementos que, en conjunto, harían posible la conformación de espacios colectivos de diálogo y consenso propios de lo que se entiende por democracia”, dice Diego Hurtado de Mendoza, físico e historiador de la ciencia de la Universidad Nacional de San Martín” (…) 

“No es ya aspirar a la verdad sino a modestas certezas colectivas lo que se ha vuelto elusivo. “La construcción de imagen, los expertos en opinión, la lógica de captura de audiencia, el mensaje político concebido para un ciudadano de 12 años disuelven las formas de producción cultural que valoran la coherencia, la demostración, la consistencia, la prueba o la evidencia, todos recursos discursivos que construyen certezas colectivas”, dice Hurtado de Mendoza” (…) “Si aceptamos que en las sociedades democráticas todas las opiniones deberían valer igual, ¿cómo compatibilizar esa horizontalidad fogoneada por las redes sociales con la toma de decisiones de política pública? 

“La tensión entre deliberación democrática y conocimiento experto recorre las democracias modernas-dice Pérez-Liñán-. Los expertos entienden mejor las consecuencias de las políticas públicas, pero a menudo tienen una visión estrecha de las prioridades sociales. Los votantes tienen un sentido más claro de las prioridades sociales, pero a veces no anticipan las consecuencias de largo plazo de las políticas. En medio están los partidos políticos, que deben conciliar estas dos perspectivas”.

IMPORTANCIA DE LA DOCTRINA PARA LA ACCIÓN POLÍTICA DE LOS CATÓLICOS



Observatorio Cardenal Van Thuan, 7 febbraio 2017

Publicamos el ensayo del Arzobispo Mons. Giampaolo Crepaldi, obispo de Trieste y Presidente de nuestro Observatorio, publicado en el número de febrero de la revista mensual “Il Timone”.

La “Doctrina Social de la Iglesia”, como dice la misma expresión, es una “doctrina”. Sin embargo, durante mucho tiempo, sobre todo en los años setenta y ochenta, muchos contestaban este término e intentaban sustituirlo con otros, como por ejemplo “Enseñanza” Social de la Iglesia o “Discurso” Social de la Iglesia. La palabra doctrina, se decía, es inadecuada para expresar bien el concepto. 

El principal argumento en apoyo de esta crítica era que el término “doctrina” era considerado abstracto, teórico, deductivo, mientras que la vida social y política era considerada concreta, siempre nueva, inductiva. La utilización del término “doctrina” implicaba el método de partir desde arriba en lugar de hacerlo desde abajo, desde principios lejanos a la concreción de la realidad, desde el intelectualismo de las fórmulas. El recorrido tenía que llevarse a cabo, en cambio, al contrario, desde las situaciones humanas, las necesidades, las condiciones históricas de injusticia y pobreza para elaborar nuevos horizontes doctrinales capaces de hacer progresar la praxis de justicia y de paz. Defendían este discurso distintas corrientes teológicas según las cuales había que dar la vuelta a la relación entre teoría y práctica, pues en caso contrario -se sostenía- el mensaje cristiano, al descender desde lo alto a una situación humana a él ajena, resultaba incomprensible.

Sin embargo, al final ninguno de estos intentos consiguió tener resultados. Los términos “enseñanza” y “discurso”, dada su instrumentalidad, fueron abandonados, el magisterio siguió hablando de “Doctrina” Social de la Iglesia y hoy ésta sigue siendo la expresión utilizada por todos, también por quienes no han perdido la costumbre de contestarla. Más bien se ha verificado un hecho nuevo. Hoy en día ya nadie propone sustituir la expresión que contiene en su propio interior el término “doctrina”; sin embargo, las actitudes son como si ese término ya no existiera. Ya no se contesta el término directamente, pero se le da la vuelta de manera indirecta; no se niega su legitimidad de derecho, pero se elude dicha legitimidad con el comportamiento de facto.

Esto es evidente, sobre todo, en el modo de enseñar la Doctrina Social de la Iglesia, allí donde aún se enseñe. A menudo las referencias doctrinales son apenas citadas, pasando inmediatamente al discernimento práctico ante problemas concretos, a la praxis. O bien, después de una breve alusión a la doctrina, se parte del análisis de la situación con la ayuda de las ciencias sociales y, desde aquí, se pasa después a la praxis. Normalmente se le llama método “inductivo” y, en principio, debería recuperar en un segundo momento la doctrina; pero en cambio la deja apartada. Otro modo de evitar el obstáculo de la doctrina es partiendo de la persona. No de Dios, sino del hombre. Después se pasa a la praxis. Pero esta eliminación de la doctrina no se declara, porque sería una nueva forma de doctrina; simplemente, se lleva a cabo. 
Por este motivo hoy en día la expresión “Doctrina Social de la Iglesia” es formalmente respetada, pero prácticamente negada.

No obstante, me gustaría explicar qué quiero decir cuando uso la palabra “doctrina” en el ámbito de la Doctrina Social de la Iglesia. La Doctrina Social de la Iglesia es “teología” (y no en primer lugar antropología, sociología o praxis). Además, se incluye en la tradición de la Iglesia en cuanto es parte esencial de su misión. Como tal, la Doctrina Social lleva consigo todo el bagaje de la doctrina de la fe revelada; su punto de vista no es “la ética de la situación”, sino la fe apostólica. La dogmática católica es, por lo tanto, el fundamento y la sustancia de la Doctrina Social de la Iglesia. Esto es lo que entiendo por “doctrina”, dado que precisamente sobre todo esto se fundan los “principios de reflexión”, los “criterios de juicio” y, también, las “directivas de acción” de la Doctrina Social de la Iglesia. Enseñarla partiendo de la situación sociológica llegando directamente a la praxis es, por consiguiente, un error porque se dejan fuera sus fundamentos.

Los documentos sociales del magisterio no tienen ninguna duda de que la Doctrina social de la Iglesia sea “para la práctica”. Pero piensan que la práctica debe estar iluminada por la doctrina y no viceversa, dado que no puede ser un puro (y ciego) hacer. Y piensan también que la doctrina no debe ser entendida como algo abstracto o teórico, como una premisa de un silogismo o un axioma de geometría. Quien critica la doctrina a menudo comete este error. 

No sólo la práctica es vida, sino que también la doctrina es vida; es más, lo es en grado máximo hasta el punto de que la propia práctica toma vida de ella, de la doctrina. La doctrina permite ver la concreción de la realidad mejor que las propias ciencias sociales. Fue la doctrina la que permitió a León XIII dirigir una mirada profunda a la realidad social de su tiempo, y no las investigaciones sociológicas. Fue la doctrina la que permitió a Juan Pablo II ver en profundidad los cambios vinculados a la caída del muro de Berlín, y no los análisis de los politólogos de la época. La doctrina nos habla de la realidad, la realidad sobrenatural que Dios, providencialmente, nos reveló y, por reflejo, la realidad natural que es iluminada por aquella. Jesucristo es la Doctrina de la Iglesia. Él, que es la Verdad, nos ha dado unas verdades y nos ha indicados unos deberes, no como yugos insoportables, sino como expresión de su proyecto de amor. Y nos ha dado la ayuda espiritual para soportarlos y vivirlos. La Doctrina está viva y es vivificante.

Hoy en día se observa una notable fragmentación del compromiso práctico de los católicos. Podemos observar que la praxis que inicia desde la praxis, y no desde la doctrina, desarticula el compromiso cristiano en mil corrientes, contradictorias entre sí, e incluso incoherentes con las premisas de la fe. En la práctica, los católicos a menudo combaten batallas que no son las suyas y que a menudo son contrarias a la Iglesia. Observamos errores de juicio a nivel religioso y moral muy preocupantes, militancia en ejércitos que combaten bajo otras banderas, praxis inspiradas en las teorías consoladoras del “mal menor”, colaboración con otros en vista de objetivos cercanos que no tienen en cuenta los lejanos, infravaloración del mal y de los peligros para la fe.


Por otra parte se puede entender que, sin un cuadro completo y estructurado del significado constituido por la doctrina, las intervenciones prácticas pierdan la visión unitaria. Se reduce la estrategia y se piensa más en intervenir de una manera práctica en el problema individual, grave y emergente, que en trabajar a largo plazo y a distintos niveles para “construir” una comunidad humana según el proyecto de Dios. Se piensa que el católico debe tamponar, suturar, medicar; y no se le considera capaz de pensar de una manera estructurada para actuar del mismo modo. 

Si lo único que se deriva de la fe es una praxis, el católico debe actuar aquí y ahora respecto a esa necesidad concreta sin plantearse muchos porqués; pero si de la fe deriva una doctrina, el católico tiene una mirada sobre la realidad que le permite actuar para recuperarla en su funcionalidad total. 
La Doctrina Social de la Iglesia es para la práctica, pero entendida en este sentido: no a corto sino a largo plazo, no improvisada sino constructiva. Por este motivo no puede dejar de ser “Doctrina” Social de la Iglesia.

¿ALGÚN PODER PERMANECE?

                

                                             Alberto Buela (*)

Si algo logró el kirchnerismo en orden al poder en Argentina fue el reemplazo de los tres factores históricos: la Iglesia, las fuerzas armadas y los sindicatos. Se cuenta que cuando el ministro de trabajo con motivo de la distribución de los primeros planes sociales para combatir el desempleo lo fue a ver a Kirchner para proponerle entregar los planes a los sindicatos para que los distribuyeran, éste le respondió: yo quiero la gente en la calle.  De allí en más avanzaron las organizaciones piqueteras hasta hoy, donde están reemplazando a los sindicatos en fuerza de movilización y reclamos salariales.

En cuanto a las fuerzas armadas las desmanteló lenta pero en forma inexorable hasta dejarlas inermes. Hoy las FFAA no pueden defender con éxito la soberanía nacional ante un peligro exterior pues triunfo la tesis de un canciller miserable que “Argentina no tiene enemigos”. Hoy los mass media se han convertido en su reemplazo natural. Finalmente, la Iglesia cascoteada por los cuarto costados, fue dejada de lado, como criterio moral de la sociedad,  y se la reemplazó por las Madres de Plaza de Mayo y por la secretaría de derechos humanos en manos del sionismo argentino desde su creación.
En una palabra los factores históricos de poder en Argentina dejaron de ser tales, pues fueron relegados a la periferia del debate sobre las medidas a tomar desde el poder.

En cuanto a los partidos políticos han dejado su lugar natural de pertenencia, la sociedad civil, para transformarse en apéndices del Estado que los mantiene rentados por ley. Ayer nomás, un gobernador pseudo peronista declaró que para combatir la corrupción de los partidos (caso Odebrecht de Brasil) lo mejor es que las campañas políticas sean financiadas por el Estado.
Pero entonces, ¿qué es lo que permanece como estructura de poder en Argentina luego de tantos y sustanciales cambios? El poder judicial.

Quien describa adecuadamente el desarrollo del poder judicial en Argentina, su expansión y consolidación institucional, dará las claves para poder entender como funciona hoy el poder en nuestro país.
Solo nos vamos a limitar, por la brevedad de un artículo, a describir algunas de las notas distintivas de dicho poder.
a)    de los tres poderes es aquel donde sus miembros ganan los mejores sueldos.
b)    Los jueces no pagan impuestos y los funcionarios tampoco
c)    De jubilados siguen cobrando casi lo mismo
d)    Pueden portar armas
e)    Tiene estabilidad en sus puestos de trabajo o cargos
f)     Tienen prioridad sus familiares para entrar a trabajar allí
g)    En caso de conflicto siempre pueden apelar a la neutralidad que los cubre.
h)   Tiene llegada directa a la policía, lo que es una protección doble.
i)     En definitiva, gozan de un código social exclusivo con fiestas y recepciones propias.
j)      Administran, a gusto e piacere, el dinero y los bienes incautados a los delincuentes.
k)    Todos los jueces tienen que ser abogados

Si esto no es una oligarquía política se le parece bastante. Y además por si fuera poco, después de un año y medio donde se han abierto centenares de juicios por corrupción y peculado no hay un solo funcionario preso con condena efectiva.
Es que las oligarquías huyen del trabajo como el perro a la cebolla. Y el poder judicial no es una excepción.

a) Las contradicciones del poder judicial

Los argentinos estamos sometidos a lo vaivenes y veleidades del poder judicial a través, sobre todo, de sus jueces y sus sentencias. No existe un pensamiento con una mínima uniformidad en la interpretación de las leyes y los actos de los hombres. Es que los jueces argentinos no recibieron ellos mismos durante su formación universitaria como abogados una formación homogénea. Y así tenemos de todo y para todos. Ni siquiera entre los miembros y secretarios de la Corte Suprema de Justicia  existen un mínimo común denominador.

Ya escucho la objeción: está muy bien, que cada juez piense como quiera. No, está muy mal y es un error que pagamos los ciudadanos que los jueces no posean una hermenéutica común. Y así por idéntico delito unos delincuentes quedan libres y otros condenados.
El ámbito de los jueces para ejercer su subjetividad es cuando en un caso determinado usan de la equidad para morigerar la dureza de la ley, pero no cuando tienen que adecuar el delito a la figura prevista por la ley.
Se planea un problema filosófico y no un problema jurídico. Los jueces y el personal judicial en general tienen que recibir una formación filosófica en el marco de la filosofía perenne, que es aquella que viene arreglando los problemas de los hombres desde los griegos hasta nuestros días. Y eso lo tienen que hacer los filósofos o los maestros de filosofía, que en Argentina hay unos cuantos muy buenos. Ofreciéndoles una formación que hoy no tienen.
Recuerdo una conferencia en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la UBA, que dictamos con el juez Eduardo Freiler, que me hablaba de Giorgio Agamben mientras se estaba robando todo.

Es sabido que la cultura de nuestro tiempo, es toda imitación. Bueno, sigamos imitando pero no seamos, al menos, un espejo opaco que imita e imita mal. Imitemos, en este caso, podemos imitar  a un miembro conspicuo de la Suprema Corte norteamericano, Clarence Thomas, quien posee una formación filosófica profunda y no roba.
Los jueces y el personal auxiliar de la justicia necesitan una formación filosófica en profundidad, para que adopten un criterio común en la aplicación de las leyes. Hay que dejar las disputas jurídicas a los juristas, que son los estudiosos de las leyes. Y no que cada juez se haga el jurista o se crea Gardel. Los jueces tienen que hablar un idioma común para evitar que el pueblo llano padezca sus contradicciones.

Hay que explicarle a los jueces que la hermenéutica como ciencia de la interpretación busca dos objetos:
a) el sentido del texto: se entiende el conocimiento científico que de un   texto cualquiera tenemos. La ciencia con sus métodos, ya sea históricos o filológicos nos dice cual es el sentido del texto.
Y b) la verdad del texto: se entiende el conocimiento a que nos lleva la hermenéutica en su face de comprehensión. Sólo hacemos hermenéutica de un texto cuando intentamos comprender la verdad del mismo. Así quien no ve la verdad del texto no ha visto su sentido. Sólo comprendemos su sentido cuando hemos comprendido su verdad.
El juez que no comprende la verdad del texto pero si su sentido es ciego para hacer justicia.

 

b) El  juez

                            
En la partida tercera de la ley de las Siete Partidas fundadora del derecho castellano, que es el que a nosotros americanos nos atañe directamente, se define al juez como hombre bueno (home bono). De modo tal que según esta idea solo un hombre honesto puede administrar justicia.
Cabe aclarar que un hombre bueno no es equivalente a un buen hombre, pues el primero “hace lo bueno” mientras que el buen hombre se limita a “no hacer lo malo”.

Si bien el juez no está para juzgar al Derecho sino solo para aplicarlo por vía procesal, sin embargo él no es un espectador del Derecho sino protagonista ya que recrea el Derecho en su sentencia que es el momento vivo de éste. El Derecho no es algo concluso y ya hecho sino que se va haciendo en la vida humana concreta. El juez juzga el asunto con su ciencia jurídica y su conciencia moral y en casos de conflictos entre ambas puede excusarse, o bien recurrir a la inconstitucionalidad de la ley injusta para el caso que juzga. Por sobre todo debe primar el ejercicio de la equidad que es la justicia en el caso concreto.
El juez es quien tiene autoridad y potestad para juzgar y sentenciar. Tener  auctoritas puede entenderse de dos maneras. 1) Según los romanos era la persona que despertaba acatamiento y respeto natural por su ser y saber. 2) Modernamente significa estar investido legítimamente por la comunidad para impartir justicia.

Tener potestas es poseer el poder necesario para ejercer la autoridad. La posesión de auctoritas y potestas para juzgar y sentenciar es imperio (imperium) del que tiene que estar munido todo juez.
El juez no es un robot que aplica mecánicamente las leyes para realizar el Derecho, pues la leyes son para él medios y no fines en sí mismas para la plasmación del Derecho.
Etapas o pasos en la elaboración del hecho jurídico, que  por antonomasia es la sentencia.[1]

1)    En primer lugar el juez se debe plantear si el litigio es de dominio jurídico o pertenece a otro campo de la actividad humana ajeno a él, como puede ser lo político o moral.
2)    En segundo lugar el juez debe aplicar su capacidad de discernimiento en el caso a juzgar. La capacidad de discernir se educa mediante ejemplos o en la resolución de asuntos prácticos. No todo buen conocedor del Derecho es necesariamente  buen juez.
3)    En un tercer momento el juez ordena los hechos y realiza el Derecho dictando sentencia que tiene que ser comprendida por demandantes y demandados en su específica significación por lo que debe ser claro y distinto.
4)     
A través de la estimativa jurídica es que el juez  aproxima al caso los demás elementos de la ciencia jurídica (normas, doctrina, lógica, valores) en la elaboración de la sentencia justa. Es en ese momento que él se transforma en “expresión sensible de la ley”.
El Derecho se transforma así en el arte de lo bueno y equitativo (ius est ars boni et aequi) según la terminante definición de Celso el Joven.



(*) arkegueta, aprendiz constante
buela.alberto@gmail.com






[1] Es que la norma jurídica está en el juez y siempre en él, afirmó hace ya medio siglo ese gran filósofo argentino del derecho Carlos Cossio (La teoría egológica del derecho y el concepto jurídico
de la libertad, Bs.As.,Ed-A.Perrot, 1964). Y así, dado el  hecho jurídico aparece en la sentencia judicial la aequitas como norma fundamental en donde el juez “crea” derecho para el caso concreto.
Esta tesis extra-ordinaria de Carlos Cossio fue recogida 30 años después por H.L.Hart en El concepto del derecho. Lo lamentable  es que los investigadores argentinos y americanos hoy, carecientes de toda formación filosófica e histórica en la disciplina, se la atribuyen  al inglés cuando en realidad fue a la inversa. Un ejemplo más de colonización cultural para agregar al manual de las zonzeras argentinas de Jauretche.

martes, 30 de mayo de 2017

LA DEMOCRACIA COMO APARIENCIA


Por Max Silva Abbott
Centro Jurídico Tomás Moro, 28.05.2017

Tal vez una de las características más llamativas de nuestro tiempo sean las apariencias, que llevan a que la imagen de lo que se ve no coincida, y a veces para nada, con la realidad, al punto que de ser casi una máscara. Y en el presente caso, son nuestros sistemas democráticos los que parecen llevarse la palma.

Veamos. Se supone que la democracia descansa sobre el reconocimiento de la igual dignidad de los miembros de una sociedad y en virtud de la misma, se llama a debatir de forma civilizada las diversas posturas que tengan unos y otros respecto de los más variados temas, triunfando aquella opción que obtenga las mayorías establecidas de antemano para su aprobación. Sin embargo, además de lo anterior, este sistema de gobierno presupone, aunque no siempre se diga expresamente, que las diferentes opiniones que se debaten tienen un fundamento, o si se prefiere, que obedecen a una cavilación racional de quienes las propugnan.

Ahora bien, todo lo anterior no solo conlleva un nivel básico de educación de quienes participan en el debate democrático, sino también un mínimo análisis de las propuestas que se esgrimen y –digámoslo también– una pizca de interés por el bien común de la sociedad, a fin de no defender ideas mezquinas o abiertamente dañinas para el grupo, aunque esto último dé para otra columna.

Sin embargo, si miramos la realidad y no las apariencias de lo que está ocurriendo hoy, se percibe por desgracia que muchas de las propuestas que se debaten y aceptan, no provienen de una reflexión sesuda y objetiva del problema que supuestamente se quiere resolver, sino de la ideología, de las emociones o incluso de lo que se “huele” en el ambiente y es considerado “políticamente correcto”.

Y si a lo anterior se añade la cada vez mayor influencia de los medios de comunicación, que pueden levantar cualquier tema y hacerlo una “necesidad imperiosa” o por el contrario, no dar cobertura (y en el fondo ocultar) problemas verdaderamente importantes, surgen poderosas sospechas de si realmente estamos ante una verdadera democracia.

Se insiste: resulta sorprendente cómo la “opinión pública” actual está siendo manipulada por diversos factores que hacen que como una veleta, cambie según los intereses del momento propugnados por diversos grupos minoritarios. De este modo, disfrazada de legitimidad, casi cualquier cosa puede imponerse a sociedades enteras, al venir supuestamente del clamor popular.

Finalmente, si a esta grosera manipulación se añade una educación cada vez más deficiente (al punto que muchos no entienden lo que leen o no poseen los conocimientos históricos básicos), siendo sinceros, ¿de qué vale la opinión que se defienda o incluso la que gane, cualquiera que esta sea, si no existe un mínimo razonamiento serio a su respecto, sino una más o menos camuflada manipulación? Las estupideces o los errores siguen siendo tales, sin importar si son propugnados por muchos o pocos, pues aquí se ha dado más importancia al procedimiento (la emisión de las opiniones) que a su fundamento (su racionalidad).


Es por eso que en buena medida, nuestras actuales democracias son sólo una apariencia, al encontrarse las mayorías secuestradas por diversas formas de manipulación.

HORACIO VERBITSKY Y UNA CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE


por Hernán Andrés Kruse
Informador Público, 29-5-17

En su edición del 28 de mayo, Página/12 publicó un inquietante artículo de Horacio Verbitsky titulado “Cuestión de vida o muerte”. Sus párrafos salientes son los siguientes: “El 18 de abril, el presidente Mauricio Macri presentó en la Casa Rosada un “Compromiso Federal para la Modernización del estado”.
Como ya es costumbre, se trata de un catálogo de buenas intenciones, que nadie discute: trámites on line por Internet en vez de recorrer miles de kilómetros, capacitación y jerarquización del empleado público; conexión entre distintas oficinas de la Nación, las provincias, los municipios y organismos como PAMI y AFIP

” (…) “Todo adobado con el lenguaje de autoayuda propio de la campaña electoral: mejorar la vida de la gente, invertir el tiempo en crear y no en trámites interminables; establecer mecanismos de transparencia, decirnos la verdad” (…) “No podía faltar el garrotazo ritual al gobierno anterior: el Estado no es de quienes lo administran sino de los ciudadanos, debido a la corrupción hay argentinos sin cloacas, agua potable, rutas, escuelas en buenas condiciones” (…)

“Escondido entre esa hojarasca se descubre el anuncio perverso de que el negocio farmacéutico se liberará de fastidiosos controles que defienden la salud pública y no la rentabilidad irresponsable de las grandes empresas transnacionales. Con las palabras del presidente: “Hemos tenido siempre una participación importante en investigación farmacológica-clínica que genera trabajo, mucho trabajo de calidad en nuestro país, y veníamos perdiendo peso relativo en la investigación mundial…y ayer se nos planteó que si nosotros mejorábamos el funcionamiento del estado, en este caso el Anmat, ese nivel de inversión se podía triplicar, y estamos hablando de pasar de 3 mil, 4 mil millones de pesos, a más de 12 mil millones de pesos. 

Pero lo más importante es que podemos multiplicar por seis la generación de empleo, estamos hablando de miles de puestos de trabajo de altísima calidad ¿Y todo con qué? Con que el Anmat deje de tardar para aprobar un estudio clínico 160 días hábiles. Y trabajando en conjunto el Anmat se ha comprometido a tardar menos de 70 días hábiles, y si no logran esos 70 días tiene aprobación automática esta investigación clínica.
Además de eso, muchas de estas investigaciones requieren de importaciones temporarias de equipos, de fármacos, y la Aduana tiene que simplificar ese trámite, cosa a la que también está comprometida en esta tarea, y trabajando juntas dos dependencias del estado nacional en este caso, insisto, generar algo muy bueno. Estamos hablando de miles de puestos de trabajo, y esto se repite en la vida diaria de todos nosotros todos los días, todo el tiempo”.

El 26 de abril, este anuncio se complementó con la disposición 4008, que modificó el régimen de Buena Práctica Clínica para Estudios de Farmacología Clínica, que regulaba la disposición 6677 de 2010. Esa resolución menciona plazos distintos a los anunciados por Macri, cuya fuente es un arcano impenetrable. Lo que decía la disposición ahora modificada era que una vez presentada la documentación, Anmat tenía 90 días hábiles para expedirse, plazo que podía suspenderse ante observaciones o aclaraciones solicitadas. Noventa días hábiles son 120 días corridos. Ahora se reducen a 60, que serían 80 corridos” (…).

“El médico y filósofo de la ciencia Juan Carlos Tealdi, especialista en bioética, explica que el menor lapso es una concesión a las exigencias puramente mercantiles de la industria. Supuestamente se dirige a producir un “bien social” como es el medicamento, pero según aumenta el tamaño del mercado “más personas que pasen a ser objetos de investigación”. Esa industria sólo se detiene a ver a esas personas como sujetos de derechos, si se lo exigen la legislación y las políticas públicas. “Si la industria multinacional llegara a invertir y dar trabajo, lo haría para realizar más experimentos, registrar más medicamentos, y obtener más ganancias. Y eso exige multiplicar por miles a las personas con las que se prueban esas drogas. El problema es que estas pruebas cada día ofrecen menores beneficios y mayores riesgos. Y la nueva norma no da garantía alguna de una mayor protección de los derechos fundamentales de las personas a incluir en esos ensayos. El tiempo de la ética es distinto al del mercado” (…)

 “El mercado no mide el tiempo en puestos de trabajo sino en utilidades. Para la industria, menor plazo de investigación implica acceso más rápido de un producto al mercado. Es decir, acortar el tiempo de inversión y adelantar el de sus réditos. “Las cifras de ventas de un medicamento pueden llegar a ser monumentales medidas en semanas”, dice Tealdi. La industria farmacéutica internacional busca desplazar las investigaciones a los países con menos controles y exigencias” (…) “En la industria farmacéutica no hay “miles de puestos de trabajo de altísima calidad” ni por aproximación. Si se observa el balance de una de las mayores empresas del sector, como Pfizer, que en 2011 tuvo ingresos por 67.500 millones de dólares, dedicó más del doble a marketing y administración (32/35 por ciento) que a investigación (14/16 por ciento)” (…)

“Hace diez días, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que los principales financiadores de la investigación y las ONG internacionales aplicarán las normas de la OMS “sobre divulgación de los resultados de los ensayos clínicos”. La Declaración Conjunta sobre Información Pública de Resultados de Ensayos Clínicos, firmada el 18 de mayo por once organismos, destacó la cuestión más importante para actualizar y agilizar las investigaciones sin faltar al respeto de los derecho humanos: el acceso público oportuno a la información. Es decir, no atendiendo como la Anmat de Macri a la conveniencia del mercado sino de las personas, que sin información veraz, clara, precisa y adecuada no podrían disponer sobre su propio cuerpo y consentir la disposición de sus derechos personalísimos. De acuerdo con la declaración de la OMS los estados deben desarrollar sistemas de monitoreo de los resultados de las investigaciones en salud y ponerlos al alcance del público. Cualquier fase de una investigación debe cargarse antes de su inicio en un registro al que el público acceda sin restricciones, según los estándares internacionales acordados por la OMS” (…).

“La Anmat aprobó 17 investigaciones experimentales en niños, niñas y adolescentes, desde recién nacidas hasta los diecisiete años de edad, a realizarse entre mayo de 2015 y el mes próximo, junio de 2017. Algunas pueden haber finalizado, pero la mayoría se encuentran en curso. Trece de ellas fueron autorizadas durante el actual gobierno. Entre ellas está la identificada con el número 5 en el listado: (5) Expediente Anmat: 1-0047-0002-000146-15-4 Título: “Ensayo clínico de fase I para evaluar la seguridad y farmacocinética de Raltegravir en neonatos expuestos al VIH-1 que presentan alto riesgo de contraer la infección por VIH-1” (…) “traducido al lenguaje humano significa experimentar una droga desconocida en embarazadas y recién nacidos que podrían infectarse con virus del Sida. La investigación incluye a la madre en el preparto y parto, y seguimiento. Fase I quiere decir que la droga Raltegravir está en estudio de seguridad, que no se conocen los eventos adversos o daños que pueda causar. 

El objetivo de un estudio de fase I, nunca es el beneficio de quien lo recibe. Para Tealdi, esta investigación “es demoledora hasta para los que buscan justificar todas las irregularidades e incorrecciones apelando a la búsqueda de beneficio de las investigaciones sobre transmisión madre/hijo del sida, denunciadas con escándalo de doble estándar en 1997 y que cambiaron el escenario internacional de discusión de las investigaciones” (…) “Tealdi es categórico en negar que los padres o representantes legales tengan derecho a autorizar que los menores de 16 años sean objeto de experimentación. La inviolabilidad de la persona humana, las afectaciones a la dignidad, las limitaciones de los actos peligrosos, la disposición de los derechos personalísimos, y los actos de disposición sobre el propio cuerpo de los menores (contemplados en los artículos 26, 51, 52, 54, 55 y 56 del Código Civil y Comercial) no permiten sostener que la legislación nacional vigente autorice la realización de investigaciones médicas en menores de dieciséis años” (…) “Tealdi señala otras cuestiones graves en las 17 investigaciones” (…) 
“1) Muchas de las investigaciones se realizaron en población vulnerable y extremadamente vulnerable (2, 4, 5, 8, 10, 13, 14 y 17), como recién nacidos y menores de 4 años, y casi la totalidad de ellas con drogas de alta toxicidad y con numerosas reacciones adversas. 
2) Nueve de las investigaciones (2, 3, 4, 6, 7, 9, 10, 14 y 17) fueron aprobadas por comités de ética que no pertenecen a ningún establecimiento de salud o centro de investigaciones médicas, y que por lo tanto no tienen ninguna relación con los pacientes ni autoridad sobre los investigadores. Se trata de comités privados, funcionales a la aprobación rápida de las investigaciones que se les presentan. Esto resulta habitual y permitido por la Anmat, haciendo imposible que los comités de ética cumplan su función de proteger los derechos de los pacientes en investigación. 
3) Cuatro de las investigaciones (6, 7, 9 y 10), fueron aprobadas por comités con domicilio en la ciudad Autónoma de Buenos Aires, aunque los estudios se realizaban en Tucumán y Santiago del Estero, sin ningún monitoreo cercano” (…) “En cualquier caso, sólo el propio Macri puede, y debe, elucidar ese misterio: quién le dijo que la condición para invertir en el país es el relajamiento de los ya escasos controles existentes ofrendando la salud de la población para mayor rentabilidad de Big Farma”.

En su edición del 28 de mayo, La Nación publicó un artículo de Morales Solá titulado “Macri y Carrió, un matrimonio perfecto”, y otro de Jorge Fernández Díaz titulado “El chavismo argentino viene asomando”.

Lo más saliente del escrito de Morales Solá es lo siguiente: “Es difícil encontrar en la historia una relación política parecida a la que tejieron Mauricio Macri y Elisa Carrió. Sin aparcar las diferencias, que existen, los dos han hecho algo o mucho para que la coalición gobernante siga funcionando. El Presidente suele dejar de lado su ego para asimilar las duras críticas de la diputada y continuar tratándola como a una amiga. Carrió, a su vez, debe dominar con frecuencia su tendencia a abandonar los lugares en los que está incómoda para quedarse al lado del Presidente” (…) “La espectacular irrupción de Carrió en los últimos días apuró una negociación del Gobierno con Odebrecht por las coimas pagadas a funcionarios kirchneristas, sacudió la modorra de los jueces federales en varios casos de corrupción y puso en revisión el papel de los servicios de inteligencia en la política interna” (…) “El rol arbitrario e ideológico de Gils Carbó en el caso Odebrecht provocó una decisión ya irreversible. El gobierno promoverá su destitución o su suspensión inmediata en el cargo no bien sea procesada o citada a indagatoria por la compra mediante prácticas corruptas de un edificio para sus oficinas” (…) 

“Desde siempre, Macri intuyó que Gils Carbó se convertiría en lo que es ahora: una defensora de los intereses kirhneristas en la Justicia y una promotora de causas contra funcionarios macristas” (…) “La negociación con Odebrecht es un zigzag constante” (…) “el punto más vulnerable del borrador presentado por la compañía brasileña consistía en que mezclaba las cuestiones administrativas con las penales. Reclamaba la continuidad de sus obras y la posibilidad de continuar participando en licitaciones (que es una decisión administrativa) y, al mismo tiempo, pedía la impunidad penal de sus ejecutivos (que es una cuestión del Poder Judicial, no del gobierno)” (…) “Quiero toda la verdad sobre la mesa”, escucharon exclamar al propio Macri cuando se enteró de que Gils Carbó era el principal obstáculo para conocer los secretos de Odebrecht. La empresa aportaría información fundamental sobre Julio De Vido. La cobertura judicial y política de De Vido provocó la primera explosión de Carrió, que le cayó mal al Presidente, aunque, como siempre, prefirió tender con ella un puente de diálogo con Marcos Peña” (…) “El diario Clarín informó que Carrió fue seguida por espías argentinos en una reciente visita a Paraguay” (…) “Carrió dijo que estuvo con él (el militar Alejandro Camino) porque le abrió las puertas de los fiscales paraguayos en su investigación sobre el tráfico de drogas” (…) “Sea como fuere, existe un dossier hecho por los servicios de inteligencia argentinos sobre la visita de Carrió a Paraguay. ¿Para qué hicieron eso? ¿Por qué se meten en la política interior? El espionaje circula entre duras internas protagonizadas por los espías que están y los que se fueron, pero Carrió cayó como una tempestad sobre Silvia Majdalani, la vicejefa de la ex SIDE, que quedó muy debilitada.
Conclusión: los servicios de inteligencia son cómplices del seguimiento a políticos argentinos o son ineptos. La coincidencia fundamental de Macri con Carrió es la crítica feroz a los jueces federales de Comodoro Py. Los dos recibieron con enorme recelo la flamante creación de una asociación que los agrupará sólo a ellos, al margen de la histórica Asociación de Magistrados” (…) “Algunos funcionarios macristas carecen, en efecto, de sensibilidad para curar las heridas de la política. Nada cambiará, sin embargo. Carrió no dejará Cambiemos. “No me iré”, repite. Y Macri sacó reservas de paciencia y ordenó acordar con ella. No es un matrimonio perfecto, pero es imprescindible para la política y su destino”.

Lo más saliente del escrito de Fernández Díaz es lo siguiente: “Vengo a proponerles un sueño, decía Néstor aquel 25 de mayo: quiero una Argentina unida, un país serio y normal” (…) “Y al oírlo en la distancia, su viuda se emociona de pena y de orgullo, sin comprender que precisamente la historia la interpela: ella dejó una nación en default y estancamiento, con astronómico déficit fiscal, sin reservas y con cepos; una de las inflaciones más altas del planeta, doce millones de pobres, una penetración inédita del narcotráfico en la miseria, una profunda división social y un tendal de casos de corrupción escandalosa como nunca había conocido la era democrática. El “país normal” se transformó…en el umbral mismo de otra esperpéntica revolución bolivariana. Medicina que propone ahora para curar todos los males del presente, puesto que si algo probó la electrizante reaparición de la Pasionaria del Calafate es lo que piensa en su fuero íntimo: lamenta no haber conseguido suficiente espalda política para radicalizar aún más sus gobiernos” (…)
“Para Cristina, el problema de Brasil no lo constituye su corrupción endémica y unánime, sino los jueces que llevan a cabo el mani pulite y los medios de comunicación que revelan los chanchullos del poder. Lo ha repetido: la prensa ocupa en la actualidad el lugar de las fuerzas armadas en las antiguas dictaduras; los diarios y los periodistas convierten en parias a las personas de bien y pudren las cabezas de los ciudadanos comunes, a quienes ella implícitamente desprecia a raíz de su presunta tendencia congénita a dejarse manipular. Este concepto fascista es perdonado por sus adoradores” (…)
 “El proceso mental de la arquitecta egipcia no está exento de terrorismo dialéctico. Hay que decretar una emergencia alimentaria, laboral, tarifaria y farmacológica, y plantear la resistencia porque van por los fondos de los jubilados. Con semejante descripción, debe sentir una cierta perplejidad frente al hecho de que no existan convulsiones sociales o desesperantes escenas callejeras como las que ella misma se niega a ver en la trágica ciudad de Caracas. Denuncia la inseguridad después de haber desertado de esa temática (era una preocupación de la “derecha”) tras años de abolicionismo oficial y de connivencia con el tráfico de estupefacientes. Descubre la inflación, después de haberla creado y de haber prohibido nombrarla. Se horroriza por el déficit que ella misma amasó hasta el paroxismo, y asegura no entender para qué se usaron los créditos internacionales, que justamente se tomaron para sostener la colosal inconsistencia que nos legó a todos: atacará el déficit y atacará su reducción; si lo mantienen son negligentes, si lo bajan son ajustadores” (…)

“El lanzamiento de Cristina Kirchner tuvo el mérito de recordarnos una patología de la política nacional: está vivo entre nosotros el proyecto venezolano de destrucción de una república, el ideal nacionalista del partido único, un régimen agazapado que nunca se fue y que pretende recuperar sus bastiones para desestabilizar a sus enemigos y para profundizar su hegemonía. Ese proyecto nos trajo hacia esta decadencia, pero contó con la inestimable ayuda de los inútiles, los insensibles y los egoístas de distinta laya: el populismo es la respuesta aberrante que encuentran los pueblos angustiados por las impericias de sus gestores y a la impotencia del sistema” (…) “El presidente de la Nación declaró, hace pocos días, que la sociedad decidirá en octubre si el país sale del populismo o si vuelve a caer en esa trampa. Muchos creyeron que esa expresión efectista y no del todo cierta encerraba además una aspiración modesta; por el contrario, la tarea parece de largo aliento y verdaderamente titánica, tal vez incluso utópica. El enano populista que todos llevamos dentro, después de décadas de esa cultura letal pero facilista, está atento y vigilante, y no se erradicará sino con la demostración concreta de que su alternativa es capaz de crear prosperidad equitativa, como sucedió en países admirables que se desarrollaron bajo la democracia republicana y el capitalismo vigilado” (…) 
Al lado de este cristinismo bananero y recargado que se vio el lluvioso 25 de Mayo, Massa es Mitterrand, Randazzo es Obama, Schiaretti es De Gaulle y Pichetto es Churchill. Les costará, sin embargo, construir la tercera vía, que por ahora es una trocha angosta. Con un tren (la grieta) que viene de frente. Quizá en la recta final, buena parte de esta batalla no se decida a través del medio, sino del miedo: el kirchnerismo dirá, en la campaña, que si vuelven a votar a Cambiemos vendrá todavía más ajuste, y el macrismo responderá que si pierden, acontecerá una parálisis y un crac macroeconómico de infaustas consecuencias. Todos estarán mintiendo, y todos estarán diciendo la verdad”.


Después el macrismo pontifica sobre la unidad nacional…