miércoles, 30 de noviembre de 2016

VALE PARA SUMARIO



LOS DERECHOS DE LA ARITMETICA

Red Patriótica Argentina,  29 Nov 2016

En 1938, había en el mundo 15.688.259 judíos (1). Diez años después, es decir, después de las persecuciones nazis y del supuesto holocausto de los seis millones de gaseados y cremados, habían, en todo el mundo, entre 15.600.000 y 18.700.000 judíos, según un artículo aparecido en el diario ‘The New York Times’ (2) suscrito por Hanson William Baldwin, experto demógrafo.
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(1) ‘World Almanac’, pág. 74, 1947. Cifra facilitada al referido Almanaque Mundial por el ‘American Jewish Comittee’ y por la Statistical of the Synagogues of America.


(2) Ejemplar del 22 de febrero de 1948. El propietario de este diario es el judío y sionista Arthur Hays Sulzberger

martes, 29 de noviembre de 2016

LO QUE NOS FALTABA


La cordillera patagónica podría ser el nuevo santuario de parte de las FARC

por Carlos Tórtora
Informador Público, 28-11-16

La situación latinoamericana sufrió al menos cuatro impactos decisivos en los últimos meses. Para empezar, el pueblo colombiano votó mayoritariamente en contra del acuerdo de paz con las FARC aunque el mismo, modificado, terminó firmándose entre el presidente José Manuel Santos y el comandante Timochenco. En segundo término, la debacle venezolana se agravó y se hicieron más transparentes las gestiones del Vaticano para negociar una retirada del poder de Nicolás Maduro. El tercer efecto lo produjo el tembladeral producido por un outsider de la política, Donald Trump, que promete cambiar unas cuantas reglas de juego internacionales. Por último, la pesada sombra de Fidel Castro se disipó para siempre y Raúl Castro, algo más reformista, será sin duda más cauteloso tanto con el régimen de Maduro como con la cúpula de las FARC, porque sus objetivos centrales pasan por evitar una crisis con la Casa Blanca, que ya está blandiendo un garrote y reclamando por los escasos avances de Cuba en materia de derechos humanos.

En este contexto, hay que prestar especial atención a las modificaciones que sufriera el texto del acuerdo con las FARC, luego de que el “NO” triunfara en el plebiscito. Se agregaron algunas líneas que aclaran cómo se decidirá si el narcotráfico es delito conexo a la rebelión o delito político y puede, por lo tanto, ser considerado amnistiable:
 "Se tendrán en cuenta los criterios manifestados por la jurisprudencia interna colombiana con aplicación del principio de favorabilidad". 
El texto del acuerdo dice que se considerarán delitos conexos "las conductas dirigidas a facilitar, apoyar, financiar" la rebelión, lo cual incluye cualquier conducta ilícita que no haya "derivado enriquecimiento personal de los rebeldes ni sean consideradas crimen de lesa humanidad, grave crimen de guerra o genocidio". Algunos líderes del "No" pedían que el narcotráfico no fuera amnistiable. Esta modificación no satisface su demanda en forma clara, porque sólo parece señalar que será así en caso en que haya habido enriquecimiento personal.

Este empeoramiento relativo de las condiciones jurídicas de los jefes guerrilleros no viene solo.

Planes de mudanza
La cúpula de las FARC está evaluando que con Trump en la Casa Blanca y Fidel muerto, la presión de Trump sobre el gobierno de Santos para que haga una aplicación restrictiva del acuerdo puede ser muy fuerte.

En otras palabras, muchas de las cabezas de las FARC piensan que están en peligro y que el acuerdo no es ni tan sólido ni tan favorable como habían supuesto.

De ahí que en fuentes de inteligencia de Colombia empezara a circular una versión según la cual una parte de la conducción de las FARC, en previsión de que las relaciones con el gobierno marchen hacia un nuevo conflicto, estaría madurando un plan para refugiarse en otra región de Sudamérica. El territorio elegido sería la cordillera patagónica, que cuenta con bosques tupidos y una zona montañosa similar a la colombiana, con el agregado de que del lado argentino el control de fronteras es escaso, para no entrar en detalles. 
Sólo los carabineros chilenos vigilan atentamente la zona. Los inmensos lagos del sur fueron desde siempre un territorio apropiado para los que buscaban eludir el seguimiento de la justicia, como ocurrió con muchos ex jerarcas nazis.


Ahora, la idea de un santuario de las FARC en torno a algunos lagos patagónicos ya empezó a inquietar a la comunidad de inteligencia. Sobre todo si esta mudanza viniera acompañada de un mayor flujo de operadores del terrorismo islámico, que también empiezan a ver cómo se achican sus espacios en Venezuela y Colombia.

TRUMPOPULISMO




Alain de Benoist

El Manifiesto, 17 de noviembre de 2016  
        
Entrevistas realizadas por Yann Vallerie para Breizh-info.com
y por Nicolas Gauthier para Boulevard Voltaire.
Traducción de Jesús Sebastián Lorente.

¿Cuál es su sensación tras el anuncio de la elección de Donald Trump?

9 de noviembre de 1989: caída del muro de Berlín. 9 de noviembre de 2016: elección de Donald Trump. En ambos casos, el fin de un mundo. Nuestro último Premio Nobel de Literatura, Bob Dylan, finalmente, se habría revelado como un buen profeta: ¡Los tiempos están cambiando! Es, en todo caso, un acontecimiento histórico al que estamos asistiendo. Durante décadas, la elección presidencial americana se presentaba como un duelo de floretes entre dos candidatos del “Establishment”. Este año, por primera vez, ha sido un candidato “anti-Establishment” el que se presentaba –y el que ha ganado–, “a pesar de sus excesos”, como decía un periodista. Más bien a causa de ellos, hubiera debido decir, ya que el electorado de Trump estaba cansado de lo políticamente correcto.

De hecho, en esta elección, no es el personaje de Trump lo importante. Es el fenómeno Trump. Un fenómeno que, como el Brexit hace unos meses, pero con una fuerza incluso superior, ilustra de forma espectacular el irresistible empuje del populismo en el mundo. Nacha Polony ha dicho con razón: este fenómeno “no es sino la traducción de un movimiento de fondo que sacude a todas las sociedades occidentales: la revuelta de las pequeñas clases medias desestabilizadas en su identidad por la ola de una mundialización que había arrastrado ya a las clases obreras”. El hecho dominante, en el momento actual, se encuentra, en efecto, en la gran desconfianza que manifiestan los pueblos hacia las élites políticas, económicas, financieras y mediáticas. Los que votaron por Trump, inicialmente, votaban en contra de un sistema del que Hillary Clinton, símbolo decadente y decrépito de la corrupción institucionalizada, es un ejemplo representativo. Votaron contra la “marioneta de Washington”, contra lo políticamente correcto, contra George Soros y Goldman Sachs, contra la arrogancia de los políticos de carrera que buscan confiscar la democracia en su propio beneficio, contra el “show business” que los Clinton querían rescatar. Es esta ola de ira la que ha resultado irresistible. 


Más allá de esta victoria, el voto identitario es considerable. ¿Cómo se explica? ¿Es el último suspiro de los blancos y los indios de América, amenazados demográficamente por los negros y los latinos?

En los Estados Unidos el voto popular es una cosa, la de los “grandes electores” (el “colegio electoral”) es otra. Lo más extraordinario, y lo más inesperado, es que Trump también ha ganado en los “grandes electores”. Por supuesto, se puede estimar que, sobre todo, ha hecho pleno entre la clase obrera blanca, donde un cierto número de sufragios se habían decantado previamente por Bernie Sanders (en este sentido, el voto en su favor es también un voto de clase).

Pero, si esto es interesante, un análisis del voto en términos étnicos sería quizás bastante reduccionista. Los análisis que seguramente aparecerán en las próximas semanas mostrarán que Trump también ha obtenido el voto de los latinos (los “trumpistas”), e incluso de los negros. La auténtica brecha está en otra parte. Está entre los que consideran América como un país poblado por gentes que se definen, primero y sobre todo, como americanos, y los que sólo ven un campo político segmentado en categorías y en grupos de presión, todos ellos deseosos de hacer prevalecer sus intereses particulares en detrimento de los intereses del resto. Hillary Clinton se dirigía a los segundos, Trump a los primeros. 

La línea política de Donald Trump podría ser descrita, a grosso modo, como
bastante liberal hacia el interior de sus fronteras y bastante proteccionista hacia el exterior. ¿Este liberalismo “interior”, que está presente en el Front National, puede penetrar en Francia?

La situación de los dos países no es comparable, y la forma en que puede (o debe) tomar el populismo, tampoco. En los Estados Unidos, el resentimiento “anti-Establishment” es inseparable de la idea misma de los americanos de que el mejor gobierno es siempre el que menos gobierna. Esta aspiración liberal al “siempre menos Estado” forma parte del ADN estadounidense, mientras que en el caso de los franceses, dentro de la actual crisis, ellos demandan, por el contrario, más protección que nunca. Contrariamente a lo que se dice, el Front National, en mi opinión, debería poner más interés todavía en endurecer su crítica al liberalismo.

En cuanto a sostener el liberalismo “en el interior” y el proteccionismo “hacia el exterior”, parece algo propio de un contorsionista. No hay un liberalismo que diga una cosa y, de otro lado, un liberalismo que diga lo contrario. Del hecho mismo de sus postulados fundadores, el liberalismo implica, al mismo tiempo, el librecambismo y la libre circulación de personas y de capitales. Se puede, ciertamente, derogar (o excepcionar) esta regla, pero entonces estaríamos saliendo del juego liberal. Está bien claro que con Donald Trump, los Estados Unidos no van a dejar de ser una de las fuerzas motrices del sistema capitalista en la forma más brutalmente depredadora. Aunque no sea una figura de Wall Street, Trump se corresponde muy bien con la imagen de un capitalismo desenfrenado.


El FN da la bienvenida a la victoria de Trump. La derecha francesa institucional parece desmoronarse. ¿Quién va a sacar beneficio de todo esto?

No muchos probablemente. Marine Le Pen ha sido la primera (con Putin) en felicitar a Trump, y esto es lógico y natural. Lo que resulta bastante cómico es ver a todos los hombres políticos, de derecha y de izquierda, que se habían regocijado ruidosamente avanzando una victoria de Clinton que les parecía tan “evidente”, ver cómo mañana aceptan a Donald Trump como una buena figura de la política, lo acogen entre ellos en las cumbres internacionales, lo reciben, sin duda, en el Elíseo, después de haber vertido sobre él toneladas de insultos y menosprecios.

La clase dominante es la imagen de los maestros del circo mediático. La elección de Trump es tan “incomprensible” para ellos como lo fue el Brexit del pasado junio, el “no” de los franceses al referéndum de 2005, el ascenso del FN, etc. Es tan incomprensible para ellos porque comprenderlo sería algo suicida. Es por esto que no encuentran nada mejor que recitar sus “mantras” sobre el “discurso del odio”, la “demagogia” y la “incultura” en las que se complace el pueblo. Sus instrumentos conceptuales son obsoletos. No quieren ver lo real, a saber, que los pueblos están cansados de una democracia representativa que no representa mas que a una expertocracia que ignora sistemáticamente los problemas a los que la gente del pueblo se enfrenta en su vida cotidiana. Lenin dijo que las revoluciones se producen cuando la base no quiere más y la cabeza no puede más. Pero las élites establecidas son incapaces de darse cuenta de esta realidad, aunque el suelo ceda bajo sus pies. Les escuchamos intentando explicar lo que ha sucedido. Vemos sus caras descompuestas, aturdidas. Después de haber dado a Clinton como ganadora justo hasta el último minuto, se niegan a identificar las causas de sus errores. No comprenden nada. Esta gente es incorregible.



Marine Le Pen, ¿habrá tomado buena nota de todo esto, ella que habla de una “Francia apaciguada” con un discurso bastante moderado en relación con un Trump que juega la carta de la agresividad y la determinación?

Es un error creer que lo que ha funcionado bien en el contexto particular de un país funcionará automáticamente en otro. Trump, el “payaso millonario”, a este respecto, ha mostrado durante su campaña una violencia sideral que sería impensable en Francia. La determinación, por su parte, no implica forzosamente la agresividad. El eslogan de la “Francia apaciguada” se justificaba bastante bien hace unos meses. No se nos debe escapar que ante la proximidad de los plazos electores, la dirección del FN ha abandonado este enfoque.


La candidatura de Donald Trump estuvo claramente apoyada e impulsada por la “Alt-Right” (Derecha alternativa) y un ejército de jóvenes militantes que han utilizado montajes de video, reportajes fotográficos y dibujos humorísticos para sostener a Donald Trump con humor. ¿Es el fin del militantismo tradicional? ¿Es éste el comienzo de una nueva era del activismo digital y de la utilización del humor?

Está claro que internet y las redes sociales juegan ahora un papel decisivo en la vida política, pero los partidarios de Trump no son los únicos que las han utilizado. Los partidarios de Hillary Clinton incluso los han superado. Pero si hablamos de “activismo digital” han sido, sobre todo, las revelaciones de Wikileaks las que dan que pensar. Han tenido, como es sabido, un rol decisivo en la campaña electoral americana. Junto a Donald Trump, el gran vencedor del escrutinio se llama Julian Assange.


¿Qué consecuencias se pueden esperar en Europa? ¿Y en el mundo?

Hay muchas razones para pensar que las consecuencias serán tan numerosas como considerables, pero es demasiado pronto para especular sobre eso. Si Hillary Clinton era previsible (con ella la guerra con Rusia era casi segura), las intenciones de Donald Trump siguen siendo relativamente opacas. Deducir las grandes líneas de lo que será su política en la Casa Blanca, de sus atronadoras declaraciones de campaña sería, cuando menos, demasiado audaz, cuando no demasiado ingenuo. Trump no es un ideólogo, sino un pragmático. No debe olvidarse (el paralelo entre Francia y Estados Unidos es también engañoso) que el presidente de los EE.UU., constreñido entre el Congreso y la Corte Suprema, está lejos de tener todos los poderes que se le atribuyen a este lado del Atlántico. Sobre todo considerando que el complejo militar-industrial continúa en su sitio.

Pienso, por otra parte, que los “trumpistas” europeos no deberían esperar grandes sorpresas. Que Donald Trump se preocupe prioritariamente de los intereses de su país es algo bastante normal, pero de ello no se deduce que favorezca los nuestros. “América primero” quiere decir también “Europa lejos por detrás” Tras décadas de intervencionismo sin cuartel y de imperialismo “neocón”, el retorno a un cierto aislacionismo sería una buena noticia, pero también puede tener su reverso, su lado negativo. ¡No olvidemos que ningún gobierno americano, intervencionista o aislacionista, jamás ha sido proeuropeo!


Algunos comentaristas juzgan la elección de Donald Trump como una reacción de la “América blanca”. Algunos se felicitan, otros la denuncian, mientras que Marine Le pen asegura que “no debe racializarse” este escrutinio”. ¿Cuál es vuestra posición?

Los Estados Unidos han sido, durante mucho tiempo, una nación multicultural y, contrariamente a lo que sucede entre nosotros, las estadísticas étnicas son de uso habitual. Con respecto a la última elección presidencial, las cosas son claras: Hillary Clinton ha obtenido el 88% del voto de los negros y el 65% del voto de los latinos y de los asiáticos. Trump no ha obtenido, respectivamente, mas que el 8% y el 29% –lo que no está nada mal (es más de lo que captó Romney en 2012). Esta división no tiene nada de sorprendente, las minorías tienen, desde hace tiempo, el hábito de votar masivamente a favor de los demócratas: desde 1952, sólo Lyndon B. Johnson, en 1964, había cosechado una mayoría de votos de los blancos. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, a este respecto, que Obama mejoró a Hillary, habiendo recogido el 93% del sufragio negro en 2012 y el 95% en 2008.

El electorado blanco está más dividido. Trump ha recogido el 58% de los votos de los blancos (64% en Florida, 69% en Texas), frente al 37% de Clinton (50% en California), que mejora el de Carter en 1980 (33%), pero inferior al de Obama en 2012 (39%). La mayoría de los blancos ha votado a favor de Trump, pero eso no quiere decir que su victoria se deba únicamente al factor étnico. La verdad es que han sido los blancos de la clase obrera, de las clases populares y las clases medias las que han elegido a Donald Trump (entre los blancos no graduados, ha recogido el 67% de los sufragios), mientras que las élites blancas, las que se benefician de la mundialización neoliberal, se han dirigido hacia Hillary Clinton. Desde este punto de vista, el voto a favor de Trump es también un voto de clase. Entonces, hacer un análisis “racial” del escrutinio es un error (el “racialismo” es una forma clásica de impolítica). Hillary Clinton ha jugado, en efecto, el rol de un verdadero revulsivo para la clase obrera. No habría sido lo mismo si Bernie Sanders hubiera representado al partido demócrata. En mi  opinión, en un caso similar, Sanders habría ganado.


Desde el día de su victoria, el nuevo presidente parece haber “suavizado” su discurso. Lo contrario habría sido sorprendente, ¿no?

¿Esperaba usted que lanzase piedras a Obama cuando fuera recibido en la Casa Blanca? Pero de nuevo: no debemos confundir el personaje Trump y el fenómeno Trump, que son dos cosas bien diferentes.

Los comentaristas que bramaban en ese momento al grito de “¡Viva Trump!” son bastante ingenuos. En el anuncio del escrutinio, el embajador de Francia en Washington, Gérard Araud, declaraba que “un mundo se desmorona ante nuestros ojos”. Esto es también lo que ha dicho Marine Le Pen (pero ella no por desolación). El problema es que ignoramos todo sobre ese “nuevo mundo” que deja entrever la victoria del candidato populista americano. Como no tiene ninguna experiencia de poder (sólo se había batido en algún telereality), no tenemos referencia de su pasado. Sabemos también que no es un ideólogo, sino un pragmático. Deducir de sus atronadoras declaraciones de campaña el anuncio de lo que hará efectivamente en la Casa Blanca sería, la menos, demasiado audaz. En fin, ignoramos completamente quiénes serán sus consejeros y principales miembros de su administración.

Esta es la razón por la cual la mayoría de los jefes de Estado y de Gobierno, tras salir del desagrado o del shock que les había producido, se muestran ahora más reservados. Antes de pronunciarse, quieren saber más sobre las opciones sobre las que Trump se pronunciará. En lo inmediato, nos vemos reducidos a simples especulaciones sobre las nuevas líneas de fuerza que impulsará. Podemos llevarnos excelentes sorpresas, pero también podemos ver sorpresas desagradables. Como recuerda Jerôme Saint-Marie, “los Estados Unidos no tienen ni la misma cultura ni los mismos intereses que Francia”. Lo que quiere decir que lo que es bueno para América no es necesariamente bueno para nosotros.


Bajo los dos mandatos de Obama, los Estados Unidos comenzaron a desinteresarse de Europa. Donald Trump amenaza con salir de la OTAN si lo europeos no aumentos su participación financiera. En cierto sentido, ¿no es una buena noticia para Europa?

En teoría, es en efecto una buena noticia que podría favorecer la puesta en marcha de una defensa europea autónoma. Pero en la práctica, ¿quién quiere hoy una Europa independiente? Recordemos la lista de los siete candidatos a las primarias de la derecha y del centro. Todos ellos buenos discípulos de Bruselas bajo la batuta de un jefe de orquesta sin orquesta. Todos liberales (salvo uno), todos expertos en comercio, todos incompetentes en finanzas, todos silenciosos sobre los verdaderos problemas: los de la supervivencia de Francia y Europa. Todos ellos dispuestos a pasar por el aro que les tienden los medios de comunicación, como ha dicho Slodoban Despot, de conjurar la realidad más que de buscar comprenderla. ¡Siete enanos, con Ruth Elkrief en el papel de Blancanieves! ¿Quién puede imaginarlos conversando de igual a igual con Putin o Trump?




            

ALT-RIGHT

                                               
                       
                                              
                       
              
 La Derecha Alternativa estadounidense que llena de pánico al Sistema                       
           
El Manifiesto, 29 de noviembre de 2016          

Nacionalistas, enemigos de la globalización y defensores de una Norteamérica blanca, gentes cuya influencia cada vez mayor en las redes sociales ha posibilitado la victoria de Donald Trump (a quien ven como su líder) en las elecciones del 8 de noviembre: tal es la llamada “Derecha Alternativa” o Alt-Right, una amalgama de activistas y militantes ultraconservadores y ultrarrompedores que, sin embargo, no se sienten representados por el Partido Republicano y que dieron rienda suelta a su creatividad en Internet, ensalzando sus valores y realizando campañas digitales a favor del magnate desde que se convirtió en su candidato. Hoy celebran su triunfo.

“Se trata de una ideología occidental que cree en la ciencia, la historia, la realidad y el derecho de una nación étnica a existir y gobernarse en su propio interés”, definió Vox Day, seudónimo de uno de los bloggers más influyentes de este movimiento variopinto que se ha cocido en los Estados Unidos al fuego de la crisis económica y la decepción política de los últimos años. El autor de Vox Popoli recomendó la lectura de los 16 puntos que sintetizó como base de una filosofía de los Alt-Right, entre los que destacan la superación del conservadurismo tradicional, la defensa de “los tres pilares de la civilización occidental” (el cristianismo, las naciones europeas y el legado grecorromano), el nacionalismo, la oposición a la globalización y al igualitarismo, la defensa de la política identitaria y el proteccionismo, entre otros puntos.

”Es un amplio movimiento disidente contra las ortodoxias igualitarias que nos exigen creer que los sexos son equivalentes, que la raza carece de significación, que todas las culturas y las religiones son igualmente valiosas y que cualquier orientación o identificación erótica es saludable”, definió, por su parte, Jared Taylor, otro referente de los Alt-Right.
Según el autor de White Identity [Identidad blanca], los grupos e individuos que la integran tienen, a través de sus diferencias, algo en común: "Todos estamos unidos en el rechazo de la idea de que la raza es sólo una ‘construcción social’ ”. Para él, sostén también del blog American Renaissance, la expresión Alt-Right no está mal, pero prefiere los términos “realista racial” y “defensor de la raza blanca”. En general se trata de un movimiento de gente joven. Los expertos que siguen los grupos anti-sistema creen que la Alt-Right es sólo “el viejo nacionalismo blanco con nueva marca”, como escribió Luke O'Brien en The Huffington Post. “Pero es más que eso. 

Es un movimiento de base que se fusionó a través de Internet, a partir de foros de chat y de mensajes como 4chan, 8chan y Reddit”. Allí convirtieron a Pepe the Frog (un personaje de Matt Furie) en su emblema. Como el hijo de familia que en la crisis de adolescencia se vuelve skinhead, estos nativos digitales crecieron en una sociedad que les garantizó la libertad de expresión más que el bienestar económico. Muchos se encontraron alrededor de la campaña sexista y antiprogre #GamerGate en Twitter.

Los mayores sumaron a todo ello un poco de conservadurismo y de teorías libertarias. Según Vox Day, “en todos los países la inmigración se debería mantener por debajo del 2% de la población total”. Su perspectiva –argumentó– tiene una base histórica: “Diversidad + proximidad = guerra. La diversidad racial debilita y empobrece a los países. La gente quiere vivir en sus propias naciones, rodeada de su propia gente; por eso los escoceses se quieren separar de Gran Bretaña y los catalanes, de España”.

Trump cree que los Estados Unidos tienen una población, una historia y una herencia propias “Yo iría más allá y diría que ser blanco es parte importante de la identidad nacional. Hillary Clinton cree que la identidad de un estadounidense es una ‘invención intelectual’. Parece pensar que el papel del país es darle la bienvenida a la gente infeliz del mundo y difundir en todos los países la democracia, el feminismo y el matrimonio entre homosexuales. Yo y millones de estadounidenses queremos poner por delante los intereses nacionales”. Para Taylor, “las personas de todas las razas –incluidos los blancos– tienen derecho a territorios en los que sean las mayorías indiscutidas y en los que puedan buscar su identidad singular”. Eso implica una palabra: “Fronteras”. 

Otras figuras prominentes de los Alt-Right también se atribuyeron el triunfo de Donald Trump. Aunque el conservador Paul Gottfried había empleado con anterioridad la denominación Alt-Right, se considera que Richard Spencer, fundador de la web Alternative Right –cerrada en 2013– dio nombre al movimiento. Hoy es presidente de Instituto de Política Nacional, una organización nacionalista defensora de la raza blanca. Tuiteó: “La Alt-Right ha sido declarada ganadora. La Alt-Right está más conectada con el populismo trumpiano que el movimiento conservador. Ahora somos el nuevo establishment”. Mike Cernovich, autor de MAGA Mindset, cuyo acrónimo es el eslogan de campaña de Trump, Make America Great Again [Por una Norteamérica de nuevo grande], declaró a Andrew Marantz, periodista del semanario The New Yorker: “Esta elección fue un combate entre la cultura de la corrección política y la cultura de la libre expresión”.
Vox publicó el libro de Cernovich en el sello editorial que también publicó los suyos: SJW Always Lie [Los guerreros de la justicia social siempre mienten] y Cuckservative: How Conservatives Betrayed America [Cornudoservadores: cómo los conservadores traicionaron a Estados Unidos]. También llamó a votar poor Trump Alex Jones, el creador de la web Infowars.com –que en la campaña triplicó su tráfico y llegó a más de 12 millones de visitantes únicos– y presentador de un show radiofónico a escala nacional. 

No se siente cómodo con la expresión Alt-Right: “Sólo somos patriotas”, declaró. Es un partidario de teorías conspirativas como que el gobierno participó en los atentados de Oklahoma y el World Trade Center. Milo Yiannopoulos, el periodista británico, autor de gran popularidad en Breitbart News, fue vetado permanentemente en Twitter el pasado mes de julio. Se considera a sí mismo “un fundamentalista de la libertad de expresión” y un crítico contracultural del feminismo, la corrección política, el Islam y todo lo que huela a la justicia social.

Cuando el presidente electo de Estados Unidos anunció a Steve Bannon, dueño de Breitbart News, como principal estratega y asesor de la Casa Blanca, se reflotó el tema. Bannon declaró en 2016 que este periódico digital era la plataforma Alt-Right. Desde que dejó su dirección para diriigr la campaña de Trump, Bannon fue señalado como el vínculo entre ese movimiento y el próximo mandatario. “Bannon está ahí en nombre de Alt-Right, es brillante y ayudará a Trump a convertirse en un presidente inesperadamente efectivo”, opino al respecto Vox, quien espera que un gobierno unificado arrollará al Congreso, el cual está en manos de republicanos tradicionales: “El presidente Trump los va a arrollar. La Alt-Right gana rápidamente popularidad, y las tendencias favorecen con fuerza nuestro crecimiento continuo. 

Todo el mundo, sean conservadores o liberales, detestan a Ryan y McConnell, ya que tratarán de obstaculizar su programa”, indicó. “Creemos que el presidente electo apoyará nuestras políticas, porque son tendencias globales que van a conducir inevitablemente al enfoque de sentido común que gravita hacia el modelo de la Alt-Right. Italia votará "No" [en el referéndum de comienzos de diciembre], Austria elegirá a un nacionalista como presidente de la República, el Frente Nacional llegará al poder en Francia y Angela Merkel perderá el poder el año próximo. La gente odia la globalización en todo Occidente”, puntualizó. Con Donald Trump en la Casa Blanca, la Alt-Right llegó para quedarse.

lunes, 28 de noviembre de 2016

EL COMANDANTE CASTRO Y EL GENERAL VIDELA



por Carlos E. Viana
Informador Público, 27-11-16

“El iracundo promueve contiendas, el que tarde se enoja aplaca las rencillas” Proverbios, 15/18.

En septiembre de 1979, se celebró en La Habana la VI Conferencia Cumbre de Naciones No Alineadas. Fidel Castro como anfitrión, fue el presidente de la misma, cargo que mantuvo.

Uno de los invitados especiales del Comandante Castro fue el General Jorge Rafael Videla, a la sazón, Presidente de Argentina. Videla se excusó y envió en representación de la República a Mario Amadeo, uno de los más experimentados diplomáticos argentinos.

Mario Amadeo cumplió bien su misión diplomática, porque el gobierno cubano obtuvo que las naciones no alineadas apoyaran a la Argentina en Ginebra, ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Se sumo en esta alianza con la posición Argentina, el bloque soviético y se evitó así, una condena contra el país.

Argentina, había sido acusada por violaciones de derechos humanos, por los gobiernos de Carter (EEUU), de Mitterrand (Francia) y de otras naciones europeas, como los Países Bajos, gobernada por Dries van Agt y otros más.

En resumen, el dictador Sovietico Leonid Brezhnev.

Actualmente a cualquier lector le parecerá rara esta coincidencia, cuando Argentina había sido atacada por la guerrilla entrenada en Cuba desde 1960 en adelante, en el marco de la Guerra Fría, que aquí fue caliente.

¿Cómo entender esta contradicción?

Lo primero que debemos aclarar es que para 1977 el ataque había terminado. ¿Por qué?

La victoria de Argentina sobre la guerrilla setentista no fue solo militar. Es muy difícil una victoria terminante sobre insurgentes apoyados, financiados y entrenados con el apoyo de una superpotencia, desde bases en el extranjero. ¿Qué ocurrió entonces?

La victoria fue diplomática. ¿Qué paso, que ocurrió que ignoran la mayoría de los políticos, periodistas y actores argentinos?

Regímenes cruzados
Todo comenzó a principios de 1976, cundo el Presidente Carter, aplicó sanciones económicas y diplomáticas contra Agentina mientras que Miterand recibía los Montoneros como combatientes de la libertad.

Leamos el siguiente comunicado del partido Comunista: 25 de marzo de 1976: “Los comunistas y la nueva situación Argentina, declaración del PC:

“Ayer 24 de Marzo, las FF.AA. depusieron a la presidenta María E. Martínez, reemplazándola por una Junta Militar integrada por los comandantes de las tres armas. No fue un suceso inesperado. La situación había llegado a un límite extremo “que agravia a la Nación y compromete su futuro”, como dice en uno de los comunicados de las FF.AA. Cargan por esta situación, inmensa responsabilidad el lopezrreguismo reaccionario y su protectora María E. Martínez, que habían pisoteado el programa por el cual había votado el pueblo en 1973 …La muerte rondaba las calles y caminos, fabricas, universidades, hospitales; penetraba en la intimidad de los hogares. Nunca se había visto en nuestro país nada tan cruel… Los actores de los sucesos del 24 expusieron en sus primeros documentos sus objetivos, que podríamos resumir de la siguiente manera: “…Fidelidad a la democracia representativa con justicia social; revitalización de las instituciones constitucionales; reafirmación del papel del control del Estado sobre aquellas ramas de la economía que hacen al desarrollo y a la defensa nacional, defensa de la capacidad de decisión nacional…” El P.C., aunque no comparte todos los puntos de vista expresados en los documentos oficiales, no podría estar en desacuerdo con tales enunciados”.

Como vemos, estas palabras y las sanciones de Carter, desmienten que el golpe de estado fue dado para imponer las normas económicas del Fondo Monetario Internacional.

La Unión Soviética fiel al maquiavelismo de su fundador Lenin, apoyaba dos políticas, una la que terminamos de ver mediante la declaración del Partido Comunista y otra al ataque armado del ERP y de Montoneros, entrenando a sus comandantes y financiando sus acciones militares en medio de la Guerra Fría, que en Argentina fue caliente. En esta guerra se siguió la doctrina, de los agresores, enunciada por el Che Guevara en su discurso a la comunidad argentina en la Habana, en 1962: “Nosotros demostramos que las condiciones especiales de Cuba, las condiciones subjetivas iban madurando al calor de la lucha armada, que la lucha armada era un catalizador que agudizaba las luchas, que llevaba basta el paroxismo estas luchas” (Discurso pronunciado en La Habana, el 25 de Mayo de 1962, ante la comunidad Argentina).

El vuelco de la URSS y Castro a favor del General Videla: ¿Qué cambió la parte violenta de la política soviética?

Brezhnev había incentivado la política expansiva de la URSS, apoyando las guerrillas en Mozambique, Angola, Hispanoamérica y otras regiones, donde los soviéticos combatían con la sangre cubana, salvo en la invasión de Afganistán, donde operaron directamente tropas de la URSS. Se temía además una invasión soviética a Europa Occidental.

Por otra parte la producción agrícola socialista de la URSS era un fracaso y a pesar de contar con una de las llanuras más feraces del mundo, no alcanzaba para alimentar al pueblo soviético. La URSS no podía depender de las potencias occidentales. En la Guerra Fría, su debilidad estratégica fue su insuficiente producción de alimentos.

A su vez Argentina soportaba el ataque guerrillero pero también tenía problemas para colocar su producción agrícola ante las barreras arancelarias de Europa y las sanciones económicas y financieras impulsadas por el Presidente Jimmy Carter.

Brezhnev que era un político avezado, vio esta oportunidad y encontró en la Argentina el apoyo de otro hábil político, el ministro de economía Martínez de Hoz.

En 1977 se impuso el pragmatismo en ambas naciones.

El gobierno soviético explicó su política internacional en este sentido, arguyendo que el gobierno militar argentino estaba dividido en dos facciones, una liberal que quería retornar al gobierno representativo y otra reaccionaria que deseaba institucionalizar el autoritarismo. Para ellos, el Presidente Videla era un General Progresista que encarnaba la posición pro democrática.

Por supuesto que la URSS debió suspender el ataque armado de sus organizaciones guerrilleras. Fidel Castro sabía que con la comida no se embroma y cumplió la orden. El ERP cesó sus ataques armados para mayo de 1977, y se disolvió en ese mismo año, en una asamblea que realizaron en Italia. Los Montoneros debieron irse de la isla. Se refugiaron en Beirut con el ala más extremista de la OLP, Septiembre Negro, al lado de la naciente Hezbollah (Cómplice de los atentados a La Embajada de Israel y la AMIA) financiada por Irán y de ahí nacen sus simpatías por el terrorismo musulmán, que los vincula al muy posterior atentado contra la AMIA y sus acuerdos actuales con Irán. Ante estas circunstancias el Mossad comenzó a operar aliado con los servicios de inteligencia argentinos. Esto es para los que afirman que el gobierno de Videla fue antisemita. Sin el apoyo del poder de la URSS, la ofensiva montonera de 1978 y 1979 fue un fracaso.

La URSS se transformó en el principal cliente de Argentina, comprando más del 30 por ciento de sus exportaciones. Se firmaron convenios comerciales importantes y los pesqueros soviéticos pudieron venir al Atlántico Sur, pese a algunos incidentes impulsados al principio por el Almirante Massera, quien pasó a negociar también diplomáticamente con los montoneros, que protegía Mitterrand en Francia. La URSS, había conseguido bases “pesqueras”, a las puertas de la estratégica interconeción marítima entre el Atlántico y el Pacífico.

Por supuesto el gobierno militar reconoció y protegió la legalidad del Partido Comunista y de sus organizaciones colaterales, como el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos y Credicoop.

Argentina se negó a unirse al embargo cerealero impuesto por Estados Unidos y Europa Occidental contra la Unión Soviética, lo cual salvo del hambre a esta superpotencia y a Cuba.

La dirigencia soviética había previsto y efectuado una maniobra estratégica que los salvó de las consecuencias del embargo cerealero. El General Videla y su equipo ahorraron vidas, quitándole a la guerrilla su principal apoyo militar, mediante una maniobra diplomática y económica, donde la Nación se benefició por partida doble.

Las diferencias entre el Comandante Castro y el General Videla
La diferencia más visible entre estos dos políticos militares, es que mientras uno, el General Videla, no pretendió perpetuarse en el poder y lo transfirió voluntariamente al General Viola, Fidel Castro se mantuvo en el poder como dictador totalitario por 48 años hasta que su salud lo obligo transferirle su poder a su hermano, Raúl.

Videla fue un militar que quiso llamar a elecciones, pero la presión del bando más autoritario del ejército se lo impidió, mientras que Castro consideró a las elecciones libres como una antigualla burguesa. No obstante, en Argentina, el gobierno militar llamó finalmente a elecciones democráticas, como pensaban hacerlo desde que tomaron el poder político. En Cuba ni se habla de ellas.

Que los ataques de los setentas fue una guerra, lo reconocieron Raúl Alfonsín y Eduardo Luis Duhalde (ex secretario de DDHH), cuando fueron abogados defensores de los terroristas Santucho, Montanaro y otros, por el crimen de Oberdan Salustro, pero que no fue un accidental caso policial, lo atestiguan los hechos, con múltiples asaltos comandos a unidades militares, comisarias, toma de localidades, establecimiento de una zona controlada en Tucumán, miles de atentados, el asesinato de más de 2.000 argentinos y toma de prisioneros.

Fidel Castro, sin guerra, fusiló a 20.000 cubanos, se exilaron dos millones y todavía continúa el éxodo de los que escapan de Cuba en botes, sorteando los tiburones y tormentas del Caribe. Además mantiene cientos de los presos políticos. Agreguemos también a 200.000 seres humanos, que mataron las tropas cubanas, que intentaron expandir su “Revolución” por Hispanoamérica y Africa.

Una injusticia paradojal
Fidel Castro es hoy venerado por líderes americanos, que se dicen democráticos, Jimmy Carter, Cristina Fernández de Kirchner, Michele Bachelet, Dilma Rousseff y tantos otros, que parecen ignorar, que sus países sufrieron la agresión del terrorismo comunista, para implantar un régimen totalitario marxista-leninista.

El General Videla condenado a prisión perpetua en abierta violación del artículo 18 de la Constitución Nacional y de tratados internacionales de derechos humanos, fue mantenido en una obscura prisión, hasta su extraña muerte. Murió pobre.

Uno impuso una férrea tiranía en su patria, el otro debió enfrentar una guerra subversiva que él no buscó, con tropas infiltradas por la guerrilla y en medio de un desorden generalizado del Estado.

El tipo de guerra subversiva que impusieron los soviéticos a Hispanoamérica se baso en la doctrina que manifestó el Che Guevara, en el órgano de la Tricontinental, “Revista Tricontinental” de 16-4-67:

“El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar… Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego fuera de sus cuarteles, y aún dentro de los mismos: atacarlo donde quiera que se encuentre; hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite”.

Castro siguió esta doctrina y gozaba matando, Videla un católico militante, lamento las bajas inevitables, que en una guerra ocasionan las operaciones militares. Se lo acusó a Videla de genocida, en un uso exagerado e inapropiado del término, que le causaría envidia a Gramsci.

La Tiranía Cultural de la desinformación
Después vinieron los gobiernos de Alfonsín, de los Kirchner y los supuestos organismos de derechos Humanos, compuestos por ex terroristas. Los mismos, desde 1983, han impuesto su Transformista relato oficial: “Castro el liberador, Videla el genocida”. John Stuart Mill, en su obra “Sobre la Libertad”, temía precisamente a esto, a la tiranía de la opinión pública, que es diabólica porque la notan muy pocos y atemoriza a políticos y periodistas, que anonadados por el terror de ser criticados públicamente, terminan sometiéndose al relato oficial.


Los datos que hemos aportados son históricos, sin embargo, con motivo de la muerte de Castro, he escuchado en estos días a periodistas que se expresan con admiración sobre tirano más terrible que tuvo América, Fue este el tipo de tiranía, la que asesino a Sócrates y crucifico a Cristo.

LA FORTUNA Y EXTRAVAGANTE VIDA DE FIDEL CASTRO


 Clarin.comMundo28/11/16

Ya en 2006, la revista financiera estadounidense Forbes advertía que Fidel Castro era uno de los mandatarios más ricos del mundo con una fortuna calculada en 900 millones de dólares.

La revista consideraba que el entonces presidente cubano era el séptimo mandatario más rico del mundo.
La lista la formaban los 10 gobernantes o soberanos más adinerados del planeta, encabezados por el rey de Arabia Saudí, Abdulá Bin Abdelaziz, al que la publicación le calculaba una fortuna de 21.000 millones de dólares.

Para los investigadores de la revista, la fortuna de Castro había trepado enormemente los últimos años, dado que en 2003 sólo le calculaban una riqueza de 110 millones de dólares.
La publicación de ese artículo tuvo una dura respuesta por parte del Gobierno cubano y del propio Castro, que acusó a la revista de "libelo" y sugirió que adoptaría acciones legales contra lo que consideraba una "infamia".

Con la muerte de Fidel, Forbes volvió a recordar la cifra de la abultada fortuna del fallecido líder comunista y además elaboró  una lista de "las 10 sorpresas sobre la extravagante vida del líder cubano".
Castro, dice Forbes en una nota firmada por Keith Flamer, sobrevivió a 10 presidentes norteamericanos. Y si bien no vivía en un palacio ni tenía calles con su nombre, vivía más hipócrita y extravagantemente  de lo que el mundo sabía.

El líder de la revolución cubana, según el artículo, no era modesto.
"Una década atrás, Forbes estimó una fortuna personal neta de 900 millones. Eso es mucho para una sola personas, en un sistema de racionalización", publicó la revista.
"La vida de lujo le atraía a Castro", agrega. Y sigue: "pero por razones de seguridad (después de varios intentos de asesinato), la vida personal y paranoica de Castro y sus residencias se convirtieron en secretos bien guardados. Incluso los cubanos no sabían dónde vivía".

Una de las diez "sorpresas" sobre la vida "extravagante" de Fidel que enumera Forbes, es su origen adinerado.
"Fidel Castro nació en la próspera plantación de azúcar de 10.000 hectáreas y 400 empleados (llamada estancia Las Manacas) en el pequeño pueblo de Birán, Cuba, a 800 km de La Habana, en el este de la isla. La propiedad sirve hoy como museo", dice Forbes.
Otra "curiosidad", según Forbes, es que Castro "se movía constantemente" debido a los 600 intentos de asesinato que sufrió por parte de la CIA y otros enemigos.

"Castro finalmente cedió el poder a su hermano Raúl y se retiró a Punto Cero, su secreta residencia de 30 hectáreas, en los suburbios de La Habana que se parece mucho a un vasto complejo militar", concluye Forbes.