domingo, 31 de enero de 2016

EMPLEO PUBLICO



El aumento satelital del empleo público es un ingrediente importante del déficit. Desde 2000 hasta 2015, el gobierno (nacional) aumentó un 42 % su personal; las provincias, un 61 %; las municipalidades, un 82 %, y las empresas públicas y bancos oficiales, un 391 %, según datos en poder del gobierno. Por ahora, se está despidiendo sólo a los ñoquis explícitos.

Joaquín Morales Solá, La Nación, 31-1-16

GERENTES EN EL ESTADO, ¿AMENAZA U OPORTUNIDAD?




Eduardo Fracchia
La Nación, 31-1-16

Es notoria la incorporación de gerentes al Gobierno. Expresa una intención de querer poner el hombro en esta nueva etapa que ha iniciado el país el 10 de diciembre y rejuvenece al Estado en su función de buscar el bien común. En principio es muy valioso este aporte de capital humano. Es un lugar común que existen competencias comunes entre estos roles. Según Mintzberg, las funciones similares en el ámbito público y en el privado son las interpersonales, las informativas y las decisorias. Es una tradición que en países como Estados Unidos haya una rotación entre sector público y privado con mayor naturalidad que en nuestro país. La visión de la nueva gerencia pública (NGP) fue muy impulsada por el trabajo de Osborne y Gaebler de 1992, que promueve al interior del sector público la eficiencia, la innovación, el enfoque en servicios y la orientación al ciudadano. Este enfoque vino a reemplazar al modelo weberiano. La idea de la NGP es pasar de un modelo burocrático a otro más empresarial. Es una tradición que ha recogido críticas, básicamente porque el gerente público precisa conocer el contexto político en el que se desenvuelven las instituciones. Si bien la política está presente en el campo privado, en la administración pública es más compleja y tiene mayores tensiones.

La gestión pública requiere del componente político para alcanzar los objetivos previamente establecidos. Según lo escrito por Moore en un trabajo de 1995, muchas de las técnicas de gestión empresarial son igualmente aplicables al sector público. A veces se plasman de manera equivocada, ya que el sector público crea valor de un modo distinto al privado. El sector público está más influido por el diálogo comunitario, la participación social y el respeto a valores constitucionales y democráticos. El gerente público, en definitiva, debe ser un experto conocedor del funcionamiento del sistema político. Debe saber cómo estructurar coaliciones ganadoras. No alcanza con que sea capaz de elaborar soluciones técnicas. Muchas veces hay buenas ideas que no se implementan por ausencia de esa cualidad política. Un país, como bien dice Krugman, no es una empresa.


Hay muchas experiencias valiosas de la migración de gerentes privados a lo público. El caso chileno con Sebastián Piñera abre una puerta para reflexionar a partir de las luces y las sombras. En definitiva, se trata de una oportunidad muy valiosa teniendo en cuenta la dificultad que la experiencia internacional demuestra. Es clave, en paralelo, formar cuadros al interior del sector público, tanto en posiciones medias como en puestos de vértice. Se descuenta la vocación de estas personas que han dado el salto para servir en este año del Bicentenario a la patria, tratando de colaborar con sus capacidades. Muchas veces con menores ingresos, lo han hecho en esta circunstancia difícil dado el desequilibrio socioeconómico notable que dejó el kirchnerismo al dejar el poder.

El autor es director del área Economía IAE Universidad Austral

LA DEUDA PÚBLICA DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES


Por Héctor GIULIANO 
(30.1.2016)

En línea con la política de la nueva administración Macri de gobernar con deuda, la provincia de Buenos Aires (PBA) – siguiendo los pasos de la CABA – fue la primera en comenzar su gestión partiendo de la base de un macro-endeudamiento local.
A diferencia de lo que comúnmente pueda creerse, esta política de deuda no discontinúa sino que complementa y amplifica la seguida por la anterior administración Scioli que – a su vez – formaba parte del proceso de incremento sistemático de la deuda pública seguido bajo el gobierno Kirchner pese al mito del des-endeudamiento del Estado.

Según las últimas cifras oficiales del Ministerio de Economía de la Nación (MECON) – con datos al 31.12.2014 – la Deuda Pública consolidada de las provincias era de 196.100 M$ (Millones de Pesos, expresados siempre con redondeo).
Esta cifra no incluye Deuda Flotante o Exigible ni Deuda Contingente, y existen fundadas reservas sobre su grado de realidad y su forma de evolución hasta el presente.
De este total de 196 mil, 88.000 M$ - un 45 % - correspondían a esa fecha a la PBA; con el siguiente desagregado por tipo de acreedor: 1. Gobierno Nacional 31.400, 2. Fondo Fiduciario de Infraestructura Regional (FFIR) 240, 3. FF de Desarrollo Provincial (FFDP) 700, 4. Bancos 500, 5. Bonos 46.600 y 6. Organismos Internacionales 8.600 M$.

La página web de la PBA – con datos actualizados al 30.9.2015 – muestra la composición de la deuda pública provincial bajo un agrupamiento por acreedor  algo diferente: 1. Gobierno Nacional 30.800 M$ (32 % del total), 2. Créditos Bilaterales 1.400 (1.3), 3. Créditos Multilaterales 7.400 (7.7 %, incluyendo 500 M$ de Bancos), 4. Tenedores de Bonos Domésticos 6.900 (7.2), y Tenedores de Bonos Internacionales 49.900 (51.8).  Total de la deuda: 96.300 M$.
Esto implica un aumento de 8.300 M$ durante los 9 meses registrados del año pasado, o sea, sin contar el aumento producido en las postrimerías de la administración Scioli y el que se haya registrado bajo la nueva administración Vidal antes de fin de año.
El monto real de esta cuantiosa deuda de la provincia, sin embargo, está en discusión:

a)    La nueva administración macrista habla de la existencia de deudas no registradas por 54.000 M$.
b)    La Deuda Flotante – principalmente con municipios, contratistas/proveedores y OS-IOMA – sumaría hoy otros 12.000 M$.
c)    La gobernadora Vidal habría recibido a fines de Diciembre unos 8.000 M$ de auxilio financiero por parte del gobierno nacional para poder pagar sueldos (4.500) y medio aguinaldo (3.500) de la administración pública.
d)    El ministro de economía Lacunza ha dicho reiteradas veces que el déficit fiscal de la provincia correspondiente al 2015 se estima en unos 16.000 M$, cifra que también se cubre con deuda.
e)    Por último, el tesoro provincial tiene  una importante deuda total con el Banco de la Provincia (BAPRO) de 28.800 M$ - que constituye todo un complejo problema en sí mismo – de los que 5.800 M$ por lo menos son adelantos de fondos dados al gobierno provincial que, según lo establece la Carta Orgánica, debieran haber sido devueltos al banco a fin de año pero esta obligación permanece incumplida por falta de fondos y por el citado déficit fiscal.

Todavía no se cuenta con el Presupuesto 2016 detallado de la PBA ni con el perfil de vencimientos de su deuda pública pero el cuadro de situación – ya de por sí grave debido a la falta de capacidad de repago demostrada – se acentuaría forzosamente por las grandes colocaciones de títulos a corto/mediano plazo realizadas en las postrimerías de la gestión Scioli y particularmente por la necesidad de renovar la parte de deuda en moneda extranjera (que es el 60 % de la deuda total).
Como estos datos son en pesos y al 30.9 pasado, todavía no muestran la tremenda incidencia de la macro-devaluación de Diciembre sobre el total de la deuda provincial pero, en todo caso, está perfectamente claro que la situación crítica en que se encuentra la PBA se refleja en las medidas de emergencia financieras y políticas que está adoptando la nueva administración Vidal (con apoyo de la mayoría de la oposición):

  1. Aumento adicional y extraordinario del endeudamiento público, para lo que se solicitó una autorización de la Legislatura que era originalmente de 110-100.000 M$, se redujo luego – a raíz de aparentemente duras negociaciones parlamentarias y municipales – a 94.000 M$ y fue finalmente aprobada por 60.000 M$, de los que 10.000 M$ son para los municipios.
  2. Como complemento del punto anterior: trabajo en tándem con el gobierno nacional para acelerar en todo lo posible la vuelta de la provincia al mercado internacional de capitales para refinanciar la totalidad de los vencimientos de deuda externa (cuyos bonos de los últimos años se vinieron colocando a una tasa del 10 % anual en dólares) y emitir deuda nueva en el marco de la nueva etapa de macro-endeudamiento de los Estados Sub-nacionales, tanto con organismos multilaterales como con prestamistas privados.
  3. Fuerte ajuste fiscal para lograr un teórico resultado financiero cero (!) en las cuentas del estado provincial – siguiendo la peculiar lógica de que el presupuesto se equilibra con deuda - como producto de un Gasto Público total proyectado para el 2016 de 354.200 M$ contra Recursos por 338.400 M$ y los 15.800 M$ restantes cubiertos con Deuda Pública (una deuda que, a su vez, es sólo parte del aumento de 51.200 M$ previsto para el ejercicio como diferencia entre Amortizaciones por 14.200 M$ frente a nuevo Endeudamiento por 65.500 M$).
  4. Ajuste por el lado de los Ingresos en función del aumento de la presión tributaria, derivada de los efectos de la inflación sobre los recursos fiscales y del revalúo de bienes durables (inmuebles y vehículos), con incrementos paralelos relevantes en precios/tarifas de servicios públicos y más deuda pública nacional tomada para obras provinciales y reestructuración de deudas existentes.
  5. Ajuste por el lado de los Egresos, en función del ajuste salarial en curso – nacional y provincial – a través del desfase financiero de las actualizaciones sobre personas con ingresos fijos (asalariados y jubilados), de la dilación de las discusiones paritarias y de la presión para indexación de las remuneraciones según inflación futura proyectada, en forma escalonada, y no según recupero de la inflación real ya producida.
La conjunción de todos estos factores configura el marco dentro del que la PBA estaría destinada a constituir un caso testigo dentro de la nueva política de endeudamiento externo en gran escala de la administración Macri, y que ya está puesta aceleradamente en curso.
Como nota final es importante remarcar a este respecto la funcionalidad que existe entre sucesivas  administraciones de gobierno en cuanto al sistema de Deuda Pública perpetua – independientemente de los signos políticos y de los discursos grandilocuentes (con el mito común del des-endeudamiento a la cabeza) – cuando se trata de empalmar las torpezas cómplices de una gestión Kirchner saliente y la restauración de la política institucional de deuda externa de una gestión Macri entrante.

Una trampa de Deuda perpetua sostenida por ambas administraciones de gobierno, que reivindican como positivo y exitoso el fracasado Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 y que aspiraban volver al mercado externo de capitales para tomar más deuda.
El presumible caso-testigo de la PBA es, en este sentido, una muestra paradójica y burlesca que trae a cuento las aseveraciones del  ex gobernador Scioli y su ministra de economía Batakis, que hasta último momento porfiaban que entregaban a la nueva administración macrista una provincia des-endeudada y sin déficit fiscal (sic).         


sábado, 30 de enero de 2016

LA POLÍTICA

es un extraño compromiso con la opacidad: se resuelve un problema, se crea otro. Por eso no alcanza la eficacia, se necesita carisma y poder. Quizás el éxito de la nueva administración se cifre, paradójicamente, en comprender la política.

Eduardo Fidanza, La Nación, 30-1-16, p. 29.

OCHO MIL DESAPARECIDOS ES SUFICIENTE HORROR


Rogelio Alaniz

La Nación, 30 DE ENERO DE 2016

Reducir el debate sobre los desaparecidos a una cuestión de números sería un error, pero ignorar lo que los números expresan sería un error mayor. En principio hay un número puesto, instalado casi oficialmente, un número que, al decir de un abogado de mi ciudad, es tan indiscutible como Gardel o Maradona. El argumento es insostenible, pero esto es lo que ocurre cuando se desliza la deliberación política desde la racionalidad hasta el mito o hasta las versiones degradadas del mito: el relato, la publicidad, la consigna repetida hasta el cansancio.

Repito: no estamos discutiendo de números, sino, en primer lugar, de vidas perdidas, con sus secuelas irreparables de dolor, impotencia y miedo. Hablamos de personas desaparecidas, no de cosas. Y de un régimen de poder que aplicó esta suerte de solución final fundada en el terrorismo de Estado con sus temporadas en el infierno en los centros de detención clandestina, los vuelos de la muerte o la ejecución lisa y llana.


Está claro que si las Fuerzas Armadas no hubieran hecho lo que hicieron, este debate no habría existido; está claro, además, que si hubieran resuelto informar sobre sus actos, el debate se habría planteado en otros términos. Nada de ello ocurrió. Pasó lo que pasó. La Argentina luce el honor de haber incorporado al museo del horror del siglo XX la figura del detenido-desaparecido.

No concluyeron allí nuestras desgracias. Los cielos se abrieron y con la tempestad vinieron las lluvias negras mezcladas con polvos y cenizas. Es lo que le suele ocurrir cuando el dolor se contamina con la ideología y la ideología se enchastra con la manipulación y el oportunismo político.

Cuarenta años transcurrieron desde el golpe militar de 1976 y todavía padecemos sus secuelas: una opinión divergente al discurso oficial instalado y se disparan los insultos, las descalificaciones y las amenazas. Al señor Lopérfido se le ocurrió decir en voz alta aquello que todos los que estamos involucrados en este tema conocemos, para que acto seguido las palabras "traición", "impunidad" o "complicidad" repiquen con su letanía de sonidos y de furias.

Lo siento por mí y por todos, pero por más vuelta que le demos al asunto, los treinta mil desaparecidos es una cifra falsa, en el más suave de los casos, equivocada. Insisto. No es una cuestión de números, pero los números son también un lenguaje, están cargados de significados, de luces y de sombras. Si dos más dos son cuatro, no se puede decir siete o diez y, además, exigir que se crea.


No hay treinta mil desaparecidos. Todas las listas que se elaboraron, todas, nunca llegan a diez mil. No es una diferencia menor, es una diferencia del más del 70%, la distancia que suele haber entre la verdad y la mentira. Los desaparecidos de la Argentina pertenecían en su mayoría a las clases medias y trabajadoras. Todos documentados; con familias y amigos. No como en Guatemala, por ejemplo, donde las dictaduras masacraron a indios en la selva. Nada parecido ocurrió aquí. Fue otro horror, pero en otro tipo de sociedad. La propia consistencia de los organismos de derechos humanos marca una diferencia. Para ser claro: si hubiera treinta mil desaparecidos, los nombres estarían disponibles. Y no lo están por la sencilla razón de que la cifra es falsa.

Alguien alguna vez dijo que la cifra de treinta mil era una realidad por definir con más investigaciones y denuncias. Pues bien, pasaron desde entonces más de tres décadas y los números siguen allí, invariables, consistentes, impermeables a las manipulaciones y los deseos. Qué nadie se confunda. Quienes hablamos de ocho mil desaparecidos en lugar de treinta mil condenamos el terrorismo de Estado, las violaciones a los derechos humanos -todas las violaciones-, pero la diferencia tal vez resida en que a cada uno de nosotros nos preocupa la verdad, esa verdad que fue la que en mi caso me movilizó allá a fines de los años 70 para participar en la organización de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos en Santa Fe. Entonces, la justicia y la verdad importaban. No había militantes rentados y nadie pensaba en indemnizaciones millonarias o en cargos públicos ostentosos. Ingenuos o puros. No lo sé. Pero creíamos en lo que hacíamos. La vida como un valor sagrado. Derechos humanos para todos. La certeza de que no hay torturadores buenos y malos, hay torturadores; ni criminales buenos y malos, hay criminales. Y que la única posibilidad de realizar el ideal de los derechos humanos es la que brinda un Estado de Derecho que merezca ese nombre. Ya en aquellos años no todos pensábamos lo mismo. Y muchas de las diferencias que se insinuaban entonces se acentuaron y se agravaron con los años y los ásperos rigores de la política

Es en nombre de ese sagrado puñado de principios que no se puede callar lo evidente, convivir con el error o la mentira, por más que hablar en este caso significa comprarse problemas, ser acusado de traidor o vendepatria. Se trata en definitiva de ser leal a la verdad y, sobre todo, a esa verdad que involucra a la ética con la política.

Que quede claro. Decir ocho mil o treinta mil desaparecidos no quita ni saca nada respecto de las responsabilidades de la dictadura militar, pero dice mucho de quienes inventaron esa consigna, la mantienen en la actualidad y se indignan como monjes medievales custodiando la hoguera cuando alguien los contradice. Sé que ante los cantos de sirena de la corrección política, está la lealtad a los valores de los derechos humanos e incluso a la memoria de las víctimas. También sé en términos prácticos que políticamente es más justo ponerse del lado de la verdad que cortejar la mentira. Puede que sea cierto que para la ética un desaparecido o un millón de desaparecidos sean lo mismo. Pero para la política no es lo mismo. Entonces hay que ser cuidadoso con los números.


Ocho mil desaparecidos es un horror. No hace falta mentir ni enlodarse en el fango de la desmesura. Escuchemos el murmullo de los números. Ocho mil desaparecidos significa, para darnos una idea aproximada de lo que vivimos, un desaparecido por día durante veinte años. Todos los días y todas las semanas y todos los meses del año un desaparecido ¿Les parece poco? ¿Para qué exagerar? Todo puede entenderse; hasta el error. Lo que cuesta más entender es la empecinada y a veces interesada persistencia en el error. 

sábado, 23 de enero de 2016

VOTAR O NO VOTAR: ESA ES LA CUESTIÓN






Por Emilio Nazar Kasbo

DIARIO PREGÓN DE LA PLATA, 17 DE SEPTIEMBRE DE 2014



La Revista Gladius ha sido objeto de un artículo del Prof. Dr. Héctor H Hernández, escrito como pretendida refutación al libro “La Perversión Democrática” del Prof. Dr. Antonio Caponnetto.

OBJETO:
En su artículo, el Dr. Hernández busca confundir a los lectores, como si la oposición del Dr. Caponnetto fuese al voto mismo y no al sistema en el cual se está votando, además de universalizar la cuestión e igualando la votación en un sistema legítimo que en un sistema ilegítimo.
Pero la cuestión central, es cómo actuar ante el presente sistema. ¿Negar el voto y toda participación? ¿Participar del régimen votando y aceptar cargos como funcionario? ¿Cómo reaccionar ante el sistema?
Según el Dr. Hernández, la convocatoria del Dr. Caponnetto resta adeptos a quienes quieren participar. Y según el Dr. Caponnetto, la participación en una estructura de pecado (lo digo en palabras de San Juan Pablo II en su Encíclica Solicitudo Rei Socialis), es pecado.
Ambos buscan instaurarlo todo en Cristo, y parecen posiciones inconciliables.
No ingresaré a la discusión terminológica ni a las cuestiones accesorias. Simplemente dejo planteado el tema que considero central, para tratar lineamientos de su resolución.

HECHOS:
La Edad Media fue dañada y acabó como víctima de la decadencia en la Baja Edad Media mediante los cuestionamientos del Humanismo, del Iluminismo y del Renacimiento, surgiendo ideas paganas expuestas por cristianos, como “la duda metódica” de Descartes, “el democrático hombre bueno” de Rousseau, y “el autoritario hombre malo” de David Hume. El liberalismo se introdujo en la sociedad, la Reforma bendijo el progreso material en sí mismo, pretendiendo que tal es una bendición de Dios, y así surgió la explotación del hombre por el hombre durante la Revolución Industrial. El marxismo intentó dar “respuesta” al liberalismo, planteando una sociedad futura mesiánica socialista, yendo de la “dictadura del proletariado” a una anarquía en que el Estado sería disuelto, y ante este imposible “paraíso terrenal” prometido por Marx y sus seguidores, los Papas empezaron a pronunciarse sistemáticamente sobre la “cuestión social”.
Resulta que la Doctrina Social de la Iglesia fue conformada inicialmente por la Encíclica Rerum Novarum, y en el tiempo fueron desarrollándose las investigaciones que dieron por resultado los Códigos de Malinas, que han servido de base a las Encíclicas sociales de los Papas. Conforme tales Códigos y avances, el sistema que más se compadece con la prédica católica, es el Sistema Corporativo.

Sucedió que hubo regímenes que de diversa manera aplicaron tal régimen, algunos con desviaciones espirituales condenadas oportunamente por el Magisterio de la Iglesia Católica, todos alineados con El Eje de la II Guerra Mundial. Y como El Eje perdió ante los Aliados, el régimen corporativo fue identificado con los perdedores, y los perdedores con criminales de guerra. Solo España con Franco continuó con el Régimen Corporativista hasta su muerte en 1974, junto con el breve período de Oliveira Salazar en Portugal. Ya no hay más regímenes corporativistas en el mundo.

En Argentina, resumiendo las últimas décadas, hubo un movimiento terrorista subversivo que buscaba el denominado “vacío de poder” para asumir por las armas, en una clara guerra espiritual, cultural, económica, política y militar. Fueron alzamientos contra el tercer gobierno del General Juan Domingo Perón, luego contra su viuda en ejercicio de la Presidencia, Isabel Martínez de Perón. Dicha guerra fue vencida por el Proceso de Reorganización Nacional, un gobierno militar que asumió con el compromiso de volver al régimen democrático. Tras la Batalla de Malvinas, (1) en 1983 se hizo la convocatoria a elecciones, idealizando el régimen democrático (2), y de allí en más se comenzaron a cumplir todos los pasos correspondientes:

GOBIERNO DE RAUL ALFONSÍN
1-      Ataque a la Iglesia Católica (3)

2-      Ataque y desprestigio de las Fuerzas Armadas (4)
3-      Ataque a la familia (5)
4-      Endeudamiento internacional, y traición al establecimiento de un Club de Deudores de la Deuda Externa
5-      Desastre económico con hiperinflación (6)

GOBIERNO DE CARLOS SAUL MENEM
6-      Pérdida de la soberanía monetaria (7)
7-      Introducción de la droga y su expansión en consumo y producción
8-      Disolución de los sindicatos de Estatales y disolución de la fuerza sindical, con remate de todas las Empresas del Estado
9-      Endeudamiento externo
10-  Farandulización de la política

GOBIERNO DE FERNANDO DE LA RÚA
11-  Descalabro económico por recesión
12-  Denuncia de compra de leyes en el Congreso de la Nación
13-  Establecimiento del “corralito” bancario
14-  Manifestaciones sociales con represión

GOBIERNO DE EDUARDO DUHALDE
15-  Establecimiento de planes sociales

GOBIERNO KIRCHNERISTA
16-  Utilización de planes sociales para obtener rehenes políticos y culturales
17-  Argentina se convierte en un país de consumo, producción, tránsito y tráfico de drogas
18-  Establecimiento del “matrimonio homosexual” y promoción del aborto y de métodos de manipulación genética y biológica para la concepción y nacimiento de los niños
19-  Inversión cultural educativa (siguiendo la Escuela de Frankfurt)
20-  Ataque a la actividad Agropecuaria y a los representantes del Campo
21-  Acusaciones de corrupción (uso del poder para enriquecimiento personal)
22-  Recesión económica con gran distribución social de dinero inflacionario, marginación socioeconómica y cultural a grandes escalas
23-  Emisión de moneda exagerada
24-  Inflación encubierta por manipulación de estadísticas
25-  Endeudamiento internacional

CUESTIÓN PRÁCTICA
No obstante lo dicho, debemos destacar que la Política es una cuestión de aplicación de la Prudencia, de la cual depende la Justicia.
El Dr. Caponnetto tiene la razón, indiscutible, en todas sus críticas al régimen democrático, porque no es sólo un régimen sino una religión, que afecta la espiritualidad del católico. Y aunque el católico la rechace como religión, la democracia actual, en su actual concepción y aplicación involucra precisamente esa faz espiritual que la convierte en pecado.
El Dr. Hernández tiene también la razón, en cuanto pretende frenar la debacle que sobrevendría de no existir frenos al sistema, que todo lo invertiría de modo inmediato. Claro que hoy queda poco por invertir… la aprobación legal del nudismo, del incesto, de la pedofilia y del bestialismo, tal como lo anunciara el Dr. Palumbo poco tiempo antes de fallecer, como etapas de degradación social que sobrevendrían. ¿Y después? Y después la Nada Absoluta, el Nirvana social, el sufrimiento de Caín rechazando a Dios, elevado socialmente a rango de suicidio colectivo… o víctima de la espada militar islámica de la yihad que cortará la cabeza de abúlicos y que sólo dejará vivos a quienes acepten al falso profeta, para imponer la sharia. Porque el mundo sin la Verdad del Catolicismo sólo puede ser presa de la angustiosa anarquía o de la imposición de la violencia de una religión mentirosa. Así, la acción de los católicos busca frenar y dilatar en el tiempo el fatal desenlace, en vistas a que alguna vez pueda socialmente instaurarse todo en Cristo.

Las constituciones liberales, lo que han hecho es establecer un sistema eleccionario con independencia de la calificación de las personas postuladas o electas, conjuntamente con una serie de normativas que permiten por la vía interpretativa su aplicación tanto para la ortodoxia como para la heterodoxia, tanto para el Bien Común como en su contra. Por eso, surge una pretendida imposición de que la Ley no debe definir, y ello porque coartaría la posibilidad de torcer lo dicho, porque la definición impide falsas interpretaciones. Por ejemplo el requisito de que el Presidente de la Argentina debía ser “de Comunión Católica”, fue interpretado no como lo que dice: que debe Comulgar; por el contrario, fue interpretado como “estar bautizado”; todo lo cual puede ser permitido por la falta de definición de los términos, o por su ambigua utilización, o por una retorcida reinterpretación para afirmar en realidad que lo que se dice en realidad es otra cosa.

MI EXPERIENCIA PERSONAL:
En lo personal, repudio este sistema tanto como el Dr. Caponnetto, y comparto su análisis acerca de las desviaciones. No obstante ello, la Doctrina Social de la Iglesia nos manda a que como ciudadanos ejerzamos nuestros derechos como tales. Y voy a decir públicamente lo que mis conocidos conocen: no soy ni radical ni peronista, ni mucho menos liberal o de izquierdas. Soy argentino. No me encuentro afiliado a partido político alguno, y las razones han sido debidamente expuestas por el Dr. Caponnetto.

La reflexión práctica es que: si no hay un movimiento de restauración integral nacionalista católica que sustituya el sistema vigente, las cosas continuarán su curso normal, dado por las elecciones universales réprobas, designándose a determinados candidatos que ejercerán el gobierno, lo cual es un hecho que no se puede poner en discusión.
Personalmente, en 1985 voté para diputado a Herminio Iglesias (fue la primera elección en la que estuve habilitado para votar), y en 1987 a Antonio Cafiero para Gobernador. En 1989 voté a Carlos Menem para Presidente, y voté su reelección. En 1999 voté a Eduardo Duhalde a Presidente (prometía incluír a la Argentina en el Jubileo del año 2.000 que planteba el Papa San Juan Pablo II) y la lista de Fernando De la Rua, después en 2003 voté por Menem y también lo habría votado en el ballotage contra Néstor Kirchner, pero como Menem no se presentó asumió Kirchner con el 20% de los votos válidos emitidos. No voté directamente, me ausenté, y no voté en las elecciones para la reelección de Néstor Kirchner. 

Durante el régimen kirchnerista, siempre voté a opositores de orientación peronista, como a Rodríguez Saa. Siempre que voté, lo hice por el candidato que consideré mejor entre los menos malos, y además hice cortes de boletas, incluyendo a partidos que no vencieron en las elecciones pero con los cuales me he visto más afín en sus plataformas, y he colaborado externamente con los mismos sin jamás postularme como candidato (incluyendo por ejemplo el Partido Principista Conservador, el Partido de la Independencia, el MODIN, el PPR, la lista local del Partido FE del "Momo" Venegas, de Rodríguez Saá y del duhaldismo).

He votado, pero eso ¿era pecado? Elegí las boletas donde estaba el nombre de seres humanos que son víctimas también del Pecado Original, teniendo además en cuenta que incluso ahora hay candidatos por ejemplo próvida (que no llegan porque tienen vedado el ingreso). No obstante eso, el sistema pone dos malos y uno bueno, y hoy no necesita ganar con el ciento por ciento, sino que le basta con obtener “la mitad más uno” para ganar, sin importar el resto. Se trata de una cuestión pragmática del sistema. Como el curso de la acción provoca que esté “todo mezclado”, peronistas con radicales, con socialistas y comunistas, hombres y mujeres, ricos y pobres, y así sucesivamente en una especie de “Cambalache”, todo como estrategia de “síntesis” marxista de pretensos opuestos. Si bien esto está en el sustrato, mi intención no ha sido ni compartir tales postulados teológico-filosóficos (que involucraría cometer un pecado contra el Primer Mandamiento), sino votar por personas que podrían implementar principios de la Doctrina Social de la Iglesia… porque podrían convertirse un día. Para eso se reza por las autoridades civiles, porque Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y crea.

No tengo opción de que haya una boleta "antisistema" para votar, una especie de "botón antipánico" en el Cuarto Oscuro. No asistir a la elección, también es parte del sistema, porque al no asistir se reduce la cantidad de personas que emitirán su voto, los cuales no tienen incidencia en la elección de quien efectivamente será una autoridad (formal, pero también real), que impondrá los tributos a los cuales quien repudia el sistema deberá abonar utilizando el dinero que el mismo sistema le proveerá en caso de que logre la suma suficiente. Porque el sistema en su veta económica es usurario, endeuda a los ciudadanos con los impuestos o con los bancos, para quebrarlos y conducirlos a la miseria, a que sean eternos deudores.
Por eso, votar o no votar, forma parte de las estadísticas del "sistema". La diferencia no está allí, porque resulta indiferente la opción en sus resultados. La diferencia está en saber cuál es la acción que se debe emprender para incidir y que triunfe el OMNIA INSTAURARE IN CHRISTO.

"ARRIBA LOS DE ABAJO"
Hace un tiempo, la izquierda promovía como lema propiamente revolucionario la siguiente frase: "arriba los de abajo". Es decir, que asuman los que no tienen poder, para que actúen como los que hoy tienen el poder sometiéndolos. Esto define la esencia de la actual democracia, y ya Antonio Gramsci lo promovía, porque expresaba que si la Iglesia Católica aceptase intervenir en la actual democracia, sometería al voto popular sus verdades, y las relativizaría: hoy triunfarían, pero mañana triunfaría el comunismo e impondría sus propias reglas. Ahora bien, si los de abajo llegaran los de arriba... ¿habría que seguir con el mismo lema y hacerlos bajar para volver a lo que antes estaba? Una ridiculez que es consecuencia del pensamiento revolucionario propiamente inconsecuente.
He tenido la ocasión de conocer personalmente al actual Presidente de Perú, Ollanta Humala y dialogar con su esposa, así como a Alejandro Toledo Manrique y también dialogar con su esposa, antes de que ambos fuesen presidentes. He visto cómo tienen promesas, cómo el sistema los cambia, cómo los rodea, cómo marginan a sus colaboradores iniciales y los suplen por tecnócratas que se someten a los intereses internacionales de cualquiera de los lados de la sinarquía internacional.
En ejercicio de la labor como periodista, tuve y tengo oportunidad de encontrarme con las autoridades. Se trata de seres humanos, comunes y corrientes, magnificados por los actuales medios masivos de comunicación (que son de incomunicación y que debieran ser sociales, no masivos). Tales seres humanos, antes de trepar al cargo, tienen una cierta humildad, y su duda acerca de alcanzar efectivamente el poder fortalece tal actitud.
En épocas eleccionarias, se produce una “adrenalina” tal que los asemeja a jugadores de carreras esperando que el caballo propio gane… y si pierde es la gran frustración después de haber comprometido todo, incluso el patrimonio personal y el tiempo familiar, con el fracaso de ver cómo es abandonado por todos sus adláteres para quedar reducido a sus antiguos amigos verdaderos. Pero si gana, la euforia se apodera de él, y no demorará mucho en encontrar a “nuevas amistades” que lo guiarán por nuevos caminos para él desconocidos, incluyendo a las autoridades salientes que le trasladarán al cúmulo de moscas que rodean el poder. El pragmatismo le hará torcer todos sus planes y acabará haciendo lo contrario a lo que decía, hacía y pensaba… al punto de cambiar el auto, la casa y el cónyuge, acabando en la infelicidad personal con un aparente éxito sociopolítico que esconderá su fracaso.

CÓMO FUNCIONA “EL SISTEMA”
El “sistema” democrático no es más que un negocio, tal y como está planteado en la actualidad. Y contaré lo que un amigo nacionalista peruano que es candidato a elecciones me detalló:
Se requiere una inversión de 300 mil dólares. Inicialmente se contratan señoritas que junten firmas en diversos puntos del país para armar un partido político nuevo. Obtenidas las firmas, se obtiene la legalización, y un reducido núcleo de amistades del “inversor” designan las autoridades. Como son pocos los que efectivamente logran la legalización de un partido político por los frenos burocráticos, el “inversor” se encuentra ante un “bien escaso” en el “mercado” partidario, y eso es lo que ahora tiene valor y “se vende”. Primero buscará a quienes lo alienten, simpatizantes con un programa de acción abstracto, porque más que afines al programa quienes se acercan son afines al poder, es decir, a obtener un cargo. Después empieza la fase de negociación. Se vende el cargo de primer candidato por valor de 300 mil dólares, con lo cual se obtendrá el retorno de la inversión inicial. Asimismo, se seleccionará a quiénes integrarán la lista: 1) a los que son capaces se les dirá que no tienen el número de seguidores adecuados y que su aporte dinerario al partido no es suficiente; 2) a los que tienen un número de seguidores suficiente, se les dirá que no tienen dotes y capacidad, y que su aporte en dinero al partido no es suficiente; y 3) a los que tienen dinero suficiente, se les dirá que no tienen un número importante de seguidores y que tampoco tienen suficiente capacidad técnica para la postulación frente a otros que son más capaces. La honestidad está al margen de toda responsabilidad o crítica. Como mínimo, el “inversor” debe lograr 900 mil dólares al llegar al tiempo de las votaciones. Y una vez en el poder, los elegidos harán lo que se les venga en gana, sin importar nada de lo que hayan dicho o prometido antes.

La segunda cuestión del sistema, es el uso de medios masivos de comunicación para instalación o desinstalación de candidatos, además de toda una serie de artilugios propios de la propaganda política y del denominado “marketing político” para conseguir captar la atención de votantes, debilitar a contrincantes, consolidar a los propios seguidores y utilizar a candidatos intrascendentes de modo momentáneos en vistas a derribar a un contendiente, entre otras “técnicas” utilizadas, todo con total independencia del Bien Común. Una difamación por una pequeña falla, puede derrumbar al mejor de los candidatos, al mismo tiempo que grandes perversiones y delitos pueden ser disimulados por los mismos grandes medios para impulsar al contendiente.
La tercera cuestión del sistema, es el procedimiento de reglamentación de las votaciones preelectorales, y el procedimiento de impugnación de votos postelectoral, todo lo cual favorece a quien impone las normas en desmedro de sus futuras o presentes víctimas. Aquí juega un papel muy importante la justicia electoral, que termina de definir quiénes son los que efectivamente ejercerán una función respecto de candidatos que estén “en vilo”. Y finalmente, el régimen de subrogancias cuando un candidato se toma licencias es el último factor para tener en cuenta en el momento de las votaciones.
El dato que es dado como “frutilla del postre”, o “sapo para tragar”, es la imposición de que “la democracia es el sistema menos malo de gobierno”, que es “el único”, o que es “el mejor”. “Si no hay democracia, ¿entonces qué?”
¿ENTONCES QUÉ? ¡ENTONCES IMPLEMENTAR EL SISTEMA CORPORATIVO QUE LA IGLESIA CATÓLICA SIEMPRE HA PROMOVIDO!

CÓMO SE INCIDE EN EL SISTEMA
Aquí debemos distinguir entre Poder Formal y Poder Real. Del sistema democrático actual, se puede concluir que siguiendo el procedimiento (con las aclaraciones indicadas acerca de sus obstáculos a sortear por los candidatos), resulta designada una autoridad que ejercerá el gobierno en su ámbito con poder real. Sin embargo, Poder Formal y Poder Real no se identifican en sí, y pueden ser disociadas.
De modo que si se disociaran, el Poder Real siempre se impone sobre el Poder Formal, porque en este último caso se trata de una forma vacía de contenido. Y ¿Cómo se establece el Poder Real? La respuesta, después de lo que hemos afirmado, es más que obvia: siguiendo la Doctrina Social de la Iglesia en su integridad, se deben reunir corporativamente los católicos y establecer gremios católicos, con elecciones adecuadas a las disposiciones que los coordinen internamente y entre sí de modo vinculado. De allí se obtendrán autoridades por barrios, por ciudades, por Provincias y Nacionales, quienes serán interlocutores idóneos, aptos y con suficiente capacidad y representatividad (Poder Real otorgado directamente por Dios) para entablar un diálogo con quienes ocupan el Poder Formal. De modo además que si trastabilla este Poder Formal por los habituales ciclos liberales o por la habitual rigidez socialista (pues ambos extremos condenados tienen sus momentos de “colapso”), sólo queda el Poder Real para asumir las actividades del Poder Formal.
Si bien tal es la “teoría”, en la práctica involucra establecer gremios. Y también la práctica nos indica que hay una adoración a Dios y al dinero, que ese es el obstáculo por el cual no hay ni una mínima posibilidad de establecer gremios católicos. Lejos ello de la indiferencia ignaciana ante los bienes y de la pobreza franciscana. Tales apegos muestran la consecuencia de que algún principio liberal ha inficionado el espíritu católico. Y esto sólo puede ser superado por Gracia de Dios, y no por una acción humana calculada, medida o aplicada.
No se requiere ningún “golpe de Estado”, ninguna “revolución”, ninguna “transigencia” con “el sistema” ni repudiar “el sistema”. Se requiere ejercer el derecho de asociación, de la libertad de asociación que aún no se encuentra prohibida. ¿Hay obstáculos para asociarse? Hay obstáculos para la acción conjunta, porque si hay una reunión un abismo separa a los reunidos: las propias ambiciones, los propios apegos, el propio liberalismo solapado, el propio “ego”…
¿Hay gente “en el sistema” que son católicos? ¿Hay gente fuera “del sistema” que son católicos? ¿Hay una incompatibilidad entre ambos para conformar GREMIOS CATÓLICOS que en su jerarquía sean interlocutores válidos ante representantes comunales, provinciales y nacionales? Considero que no, y que ambos incluso podrían unirse en tal emprendimiento. Pero tal consideración humana, choca y se da de bruces con la acción gremial concreta que se requiere, que no se dará por diferencias personales, y por apegos a los bienes (un apego de orden espiritual, y que daña la espiritualidad del “nacionalista católico” que actúa dentro o fuera “del sistema”).

EL “ENQUE” Y EL “CONQUE”
Si la solución está, ¿por qué no se implementa? Por el Pecado Original. No hay más explicación. Y porque falta mortificación, ayuno y penitencia para que Dios se apiade de nosotros, mientras vivimos en una anarquía satánica que va devorando a los niños, a la próxima generación, inoculándoles desde la más tierna infancia la pornografía de la educación sexual y el sentido hedonista de la vida, aguardando la muerte de las personas que hoy tienen más de 65 años, tras lo cual se venderá al mundo la versión de que “el mundo siempre fue así”, que jamás hubo una Cristiandad ni se han podido vivir virtudes sociales.
Si bien eso es mentira, que toda época fue igualmente pecadora, también es mentira que toda época careciera de virtudes o que hubiese sociedades más virtuosas que otras. En particular, la Edad Media se constituye como referencia de una sociedad en que si bien hubo pecados, sus virtudes los superaban.
El hombre propone y Dios dispone. El hombre puede prepararlo todo intelectualmente y hasta ejecutar las acciones tendientes a lograrlo, si Dios dispone lo contrario, tal acción será vacía. Por eso, mientras espero la solución que nos ofrece el Dr. Caponnetto, sigo en lo práctico lo que indica el Dr. Hernández pero sin ingresar como cómplice dentro del sistema, pero sí tratando de incidir en el mismo.
Indudablemente, no hay Catolicismo sin Sacramentos, y por tanto debe haber Sacerdotes y Obispos que asesoren y acompañen esto. Pero creo que muchos están inficionados de tal espíritu liberal, tienen apegos materiales incluso los más "zurdos", a la vez que asistimos al extravío moral eclesial. Por esta vía, con sacerdotes que repudian el "Valle de Lágrimas" y pretenden compartir el "festín" (que pertenece a los corruptos del Apocalipsis) como reivindicación "del mundo" que antes era despreciado... creo que no llegaremos muy lejos. Tampoco llegaremos muy lejos con Obispos que no toman las medidas que deben tener. Un sacerdote monje con fama de santidad, Abuna Arsen Atamian, me dijo una vez que "todo lo que te enseñaron cuando eras niño, es la Verdad" (refiriéndose al Catecismo). Lo mismo debo decir a cada uno de los Obispos y Sacerdotes que tienen más de 60 años: ¿Están transmitiendo el Catolicismo, la Fe y los Sacramentos tal cual los recibieron cuando fueron bautizados? ¿No perciben que hay algo que se ha desviado en la Iglesia? Si su respuesta es negativa, si considera que en la sociedad de hoy se predica lo mismo que hace dos mil años, un abismo nos está empezando a separar. Si lo que hoy se predica ha sido condenado como anatema por los Papas ¿puede ser enseñado hoy como ortodoxia? Si la Teología de la Liberación, por ejemplo, fue "condenada" (si utilizar la palabra "anatema"), ¿puede ser enseñada hoy afirmando que ha sido "reformulada" en su interpretación? Si los Obispos han juramentado transmitir lo recibido, y ahora hay una carga de contenidos que se transmiten que antes no existían y hay otros que faltan ¿están cumpliendo con su compromiso contraído ante Dios? ¿Existe una Pastoral sin Verdad? ¿Es más importante el transmisor que el Mensaje que debe transmitir? Aquí está el problema por el cual la Argentina no puede resurgir: Obispos sin Tradición.
Y mientras, aguardamos el Omnia Instaurare in Christo, el momento en que esté dada no solo la causa espiritual que es por todos conocida, el “por qué”, y que hoy involucra además una Logoarquía Cibernética. Pero también que al decir de Jordán Bruno Genta aguardamos que a quien sepa operativamente “el enque y el conque”.
Algún día se pondrán manos a la obra… si Dios opera con su Gracia en sus habituales indignos instrumentos… y siempre si Dios quiere. Algún día alguien hará ayunos y penitencias por la Patria para su palingenesia propiamente dicha, porque Occidente “ha muerto” tras su escisión de la Cristiandad. Esta materia que queda de la Argentina actual, un día volverá a unirse con su Espíritu Católico, y se levantará de entre sus ruinas para aleccionar al mundo, para que el hombre que ha dado todo por perdido, compruebe que en ese momento Dios opera.


NOTAS:
(- 1)    El Tratado de Paz con Inglaterra resulta nulo, porque fue firmado por el Dr. Carlos Saúl Menem siendo presidente y por su Canciller el Dr. Domingo Felipe Cavallo sin facultades otorgadas por el Congreso de la Nación, y la Constitución Argentina no tiene prevista la ratificación de actuaciones previas realizada por funcionarios en materia de Tratados Internacionales. Inglaterra firmó un Tratado Internacional tan válido con Menem y Cavallo, como si lo hubiese celebrado conmigo y con un amigo mío. En 1982 se rindió la Plaza de las Islas Malvinas, no la Argentina, y la situación continúa a la fecha porque un tratado que no siguió los procedimientos constitucionales no puede darse por válido. Por eso, estamos en GUERRA efectiva, y 1982 fue solo una Batalla. Así, debemos estar cada cual desde su puesto, haciendo valer los Derechos como Argentinos Católicos que somos. Cada cual ubicado en su puesto en la lucha.
(- 2)   Dijo en su campaña electoral el Dr. Raúl Ricardo Alfonsín, quien luego sería electo Presidente: “con la democracia se come, se cura y se educa”. Tales palabras exhiben crudamente cómo “la democracia” consistió en un mesianismo temporal condenado por la Doctrina Social de la Iglesia. El mismo Presidente, tras haber ganado las elecciones, reconoció que la mentira forma parte de las promesas electorales.
(- 3)   Siendo Presidente Raúl Alfonsín, durante un Tedeum, interrumpió al Capellán Mons. Medina, y subió al púlpito para decir que su gobierno era el más honesto de la historia del país. Poco tiempo después se difundieron las noticias de cómo el Banco Hipotecario sólo otorgaba créditos a miembros y amigos del partido gobernante, la importación de pollos para bajar el precio de la producción local que acabaron podridos en depósitos abonados por el Estado, los tinglados de Tierra del Fuego que habrían alcanzado para techar toda la isla, la importación de papas radioactivas de Polonia que habrían sido alcanzadas por el desastre de Chernobyl, etc.
(- 4)   Juzgamiento con condiciones y legislación de tiempos de paz a los militares, por hechos cometidos en situación de Guerra. Además, se juzgó con leyes posteriores al hecho del proceso, juzgando militares con leyes civiles.
(- 5)   Se estableció la Ley de divorcio
(- 6)   La inflación durante el año 1989 fue de aproximadamente un 4.000 por ciento


(- 7)   Se estableció como parámetro de la moneda nacional, su equiparación con una moneda extranjera (1 Peso = 1 Dólar Estadounidense)

domingo, 17 de enero de 2016

DEUDA PÚBLICA Y AJUSTE SALARIAL


Por Héctor GIULIANO 

(15.1.2016) (*)

La deuda pública es el condicionante total y absoluto de todo lo que acontece en la Argentina en materia financiera, económica y política.
Esta deuda está directamente relacionada con la política monetaria, cambiaria y bancaria del país y produce hoy un triple desequilibrio financiero:

  1. Desequilibrio por sobre-emisión monetaria para compra de divisas que se utilizan para el pago de deuda externa, para los pagos/refinanciaciones de deuda general en pesos y para el pago de los intereses que se devengan tanto por deuda del Tesoro como por deuda cuasi-fiscal de Lebac/Nobac del Banco Central (BCRA), letras que son  usadas en forma creciente para esterilizar el dinero emitido y a un costo superior al 30 % anual.
  2. Desequilibrio por retraso cambiario relativo - por devaluación menor que la inflación - para poder pagar servicios en moneda extranjera frente a la recaudación fiscal en pesos; lo que lleva a crisis cíclicas por retrasos acumulados del tipo de cambio y posteriores macro-devaluaciones, con traslado a precios y consiguiente inflación.
  3. Desequilibrio por ganancias financiero-bancarias extraordinarias, como producto de las altas tasas de interés de mercado – cuyo piso fija el BCRA – y de la magnitud de préstamos caros al Estado por parte de los grandes bancos locales (un tercio de su cartera).
Frente a esta crisis de deuda los gobiernos reaccionan aumentando la presión tributaria, incrementando la emisión de dinero sin respaldo en el crecimiento  económico y tomando más deuda pública, interna y externa.
Es la trampa de deuda perpetua  que arrastra el Estado Argentino – una crisis de deuda permanente por insolvencia y por iliquidez, agravada con la toma sistemática de obligaciones sin capacidad de repago – y que produce un desequilibrio estructural en las finanzas públicas y en la economía nacional.
Desde la época del Proceso Militar hasta la fecha, todos los gobiernos – cualesquiera sean sus discursos y sus políticas declaradas - han venido cumpliendo un mismo esquema básico de ciclos financieros de deuda y re-endeudamiento:

a)    Generación primaria y posterior reconocimiento de las deudas heredadas - sin cuestionamiento por ilegitimidad de origen - toma de deuda nueva y aumento consiguiente del stock de la deuda y del pago de sus intereses; incrementándose ambos en forma permanente porque la totalidad del capital o principal de las obligaciones se refinancia íntegramente al vencimiento y además se toma más deuda .
b)    Estos servicios financieros conllevan un aumento directo del gasto público por intereses, comisiones y erogaciones varias ligadas a las constantes colocaciones de deuda; pero sobre todo un incremento indirecto, debido a los condicionamientos colaterales citados del sistema de la deuda.
c)    La atención de este problema motiva entonces políticas de ajuste fiscal vía aumento de la presión tributaria para obtener más recursos, incremento de la emisión monetaria para comprar divisas que se usan para el pago de la deuda externa, retraso cambiario para poder pagar servicios en moneda extranjera, aumento de las tasas de interés de mercado por parte del Banco Central (BCRA) para retirar parte del circulante emitido y atraer capitales especulativos externos, presión inflacionaria interna por exceso de la emisión de dinero y por descontrol de los aumentos en el mercado, inflación por aumento de precios y tarifas de servicios públicos, licuación de los gastos en pesos re-expresados en otras monedas – incluyendo muy especialmente salarios y jubilaciones – y toma de más deuda para cubrir el déficit fiscal creciente, derivado precisamente de tales políticas de gobierno condicionadas por el sistema de endeudamiento perpetuo.

Estos procesos tienen carácter cíclico y se dan con la funcionalidad de los cambios en la gestión de administraciones propias y/o sucesivas que siempre terminan en nuevas crisis por impago – con periódicas re-estructuraciones de deuda – en explosión final de los corsé cambiarios vía macro-devaluaciones correctivas y en procesos de ajuste para cubrir o atenuar los efectos de tales devaluaciones y del déficit fiscal consiguiente.
Los gobiernos de turno aplican con este objeto políticas de ajuste – formales o encubiertas – para poder sostener el sistema de la deuda; y el salario es la principal variable de ajuste dentro de este esquema.
Ello es así porque alguien tiene que cargar con el costo financiero del ajuste - ya que estos duros cambios no son financieramente neutros - y los sectores más vulnerables, por lógica, son los de ingresos fijos (fundamentalmente asalariados y jubilados).
Mientras los sectores financiero-bancarios se benefician con el aumento de las tasas de interés y todas las combinaciones especulativas posibles de arbitraje entre tipos de cambio y tasas de interés; y mientras los sectores empresarios se cubren con aumentos generalizados de precios de bienes/servicios y colocaciones financieras de corto plazo, los sectores de ingresos fijos sufren a pleno el impacto de las desactualizaciones salariales.

La inflación – siempre tan denostada en los discursos económico-financieros y políticos – es, sin embargo, el instrumento básico para que este procedimiento de redistribución de ingresos a nivel masivo y este mecanismo de sostén de los costos inmediatos de las transiciones dentro de las crisis de deuda, se lleven a cabo.
Todo es siempre más tolerable o resignadamente aceptable en medio de crisis o circunstancias de excepción, sobre todo cuando se aducen problemas heredados.
Y así también ahora, con la nueva administración Macri – y con la sempiterna excusa de la pesada herencia recibida – se vuelve a la carga con los mismos argumentos y con la misma batería clásica de medidas que se sostienen, todas ellas, en la toma de más deuda pública y en la transición con ajuste.
La clave para sostener el costo de esta transición luego de la macro-devaluación de Diciembre es el desfase financiero de los salarios reales:

a)    La inflación carcome el poder adquisitivo de los sectores de ingresos fijos día a día mientras que los aumentos entran a regir muy a posteriori de estas realidades y en forma escalonada.
b)    El gobierno Macri gana tiempo tratando de demorar las negociaciones paritarias hasta marzo – una forma de pasar el verano - previendo el desgaste de las discusiones entre sindicatos y cámaras empresarias sin que el Estado intervenga en las mismas y sin que se hable ya de la concertación económico-social anunciada para mediados de Enero.
c)    Tampoco se menciona con mucha seguridad la idea oficial de retrotraer los precios al 30.11 – fecha aproximada de los grandes y generalizados  aumentos producidos entre Noviembre y principios de Diciembre (que es una variante que las empresas rechazan de plano) – y sólo se prevé una versión modificada del programa de Precios Cuidados hasta Mayo próximo.
d)    En este marco, la administración Macri postula la clásica receta de negociaciones salariales sobre la base de inflación futura proyectada (entre 20-25 %) y no sobre recupero de la inflación pasada (que se estima entre 28-30 %).
e)    La declaración de emergencia estadística del INDEC contribuye a confundir el marco de las discusiones y el punto de referencia de las mismas.
f)     Como argumento de disuasión contra los sindicatos se blande la carta extorsiva de la recesión – una recesión provocada por la crisis financiera de deuda, no por la economía real – y del desempleo.
g)    Y paralelamente las autoridades juegan la sugerencia de que los sindicatos atenúen sus exigencias a cambio de mayores pagos parciales y conversión en bonos de la Deuda Pública sobre los atrasos de pagos a sus obras sociales.

Varias acciones complementarias acentúan este desfase financiero negativo para los salarios reales, empezando por la demora en tratar el aumento del Mínimo No Imponible (MNI) del Impuesto a las Ganancias y la omisión de actualizar también el MNI del impuesto a los Bienes Personales.
Mientras tanto – alta inflación mediante – el gobierno mantiene (como ya lo venía haciendo la administración Kirchner) sus elevados ingresos fiscales por gravámenes al consumo (con el IVA a la cabeza, que es un impuesto regresivo), con el mantenimiento indefinido del impuesto provisorio al cheque y con la carga adicional que representan los revalúos de bienes durables (impuestos inmobiliarios provinciales, tasas de servicios generales municipales y el citado impuesto nacional sobre bienes personales).

Amén de la amplificación que los aumentos de precios/tarifas de servicios públicos tienen por el alto componente impositivo de las facturas respectivas.
Todo este costo financiero del desfase de los salarios reales – derivado del traslado a precios de la macro-devaluación de Diciembre y de la paralela transferencia de los gastos adicionales de las empresas por aumento de las tasas de interés – se realiza a través de un proceso inflacionario que no perjudica sino que favorece a los sectores empresarios, financiero-bancarios y al propio Estado, que se beneficia así con una suerte de efecto Olivera-Tanzi al revés.
Es la forma clásica en que los sectores de ingresos fijos pagan el costo del ajuste encubierto que practican los gobiernos en medio de sus cíclicas crisis de deuda pública.


(*) Este trabajo es complementario y ampliatorio del artículo titulado DEUDA-DEVALUACIÓN-INFLACIÓN Y CUESTIÓN SALARIAL (del 2.1.2016), cuya lectura se recomienda para no reiterar aquí lo dicho en su momento sobre el tema.