lunes, 17 de junio de 2024

SABER MORIR

 

 

 por la Unión de los Argentinos

 

(Roberto Armando Rigo. Buenos Aires Diciembre de 2023. Ed. Dunken.)

 

Marcelo Luis Breide Obeid

 

El autor de esta obra, Ricardo Armando Rigo, ha prestado un servicio trascendente a la Historia Nacional, por el hecho de haber rescatado del oprobio y del olvido definitivo, al General Juan José Valle y sus compañeros de infortunio. Una de las muchas deudas que la Historiografía nacional tiene con el lector interesado en la Historia Patria.

 

Lo poco que sabemos del General Valle es que fue fusilado en la Penitenciaría que se ubicaba en la Av. Las Heras de la ciudad de Buenos Aires y que fue demolida, porque era vieja, fea y sobre todo, porque era un mudo monumento de la tragedia que ocurrió dentro de sus muros. La supuesta causa que se difundió por conspirar contra la Revolución Libertadora y pretender el retorno del derrocado Presidente Perón. Y ya sabemos que los políticos representantes de grupos sectarios de la Argentina arrasan con todo vestigio de la Historia para hacer olvidar sus crímenes y traiciones. Así fue como arrasaron con la casa de Rosas en San Benito de Palermo y encima construyeron el monumento a Urquiza precisamente sobre el sitio en que se ubicaba el escritorio del Restaurador.    

 

Pero ¿quién era este general que para los pocos que lo recuerdan ? ¿Pasó a la Historia como un militar peronista que quería traer a Perón recientemente derrocado y que estaba en el exilio? Aquí es donde el libro se vuelve imprescindible gracias a la investigación del autor Valle no caerá en la segunda muerte, que en la literatura clásica era el olvido y la difamación. Así que el primer fruto de este libro es de cumplimiento a un deber de Caridad Cristiana. 

 

Valle siendo teniente se sumó a las fuerzas del General José Félix Uriburu en la Revolución del 30. Y después al movimiento del Grupo de Oficiales Unidos (GOU). Fue enviado a Francia para la adquisición de armamento. Adhirió filosóficamente a las ideas del Mariscal del Imperio Alemán y Otomano Barón Von der Goltz autor del concepto y doctrina de “El Pueblo en Armas” escrito en 1883, de la que el general Valle fue profesor en la Escuela Superior Técnica del Ejército, que fuera la impulsora de la industrialización y de la tecnificación como medio de fortalecer y darle una mayor autonomía al país.

 

Un dato interesante es que en el Ministerio de Guerra fue amigo del General Pedro Eugenio Aramburu, con quien pasó veranos de descanso juntos y del que además fue socio en un emprendimiento inmobiliario en Mar del Plata. También le debía a Valle ayuda en sus ascensos puesto que Valle era más antiguo que él en el escalafón e intervino en la Junta de Calificaciones.  

 

Los oficiales del GOU que hicieron la Revolución del 4 de junio de 1943, adhirieron casi en su totalidad al primer Gobierno Justicialista mientras éste mantuvo los principios de la Revolución del año 1943. En esa época los valores patrióticos y religiosos eran ideales comunes a la mayoría de la población. Pero a medida que el régimen peronista fue cambiando, la desilusión de los católicos cundió en todos lados y también afecto a Valle sobre todo después de la quema de las Iglesias. La solución vino de la mano del General Lonardi quién al asumir el poder declaró: “Ni vencedores ni vencidos”. Lonardi era garantía de respeto a la Constitución Nacional de 1949 ya los valores cristianos. Sin embargo el ala liberal de las FFAA, muy influidas por los grupos cerrados del poder económico querían derrocar a Lonardi e imponer una vuelta a la vieja Constitución de 1853, como si no hubieran habido hechos trascendentales que la dejaron obsoleta. Los hechos a los que ignoraron eran la crisis del 30; las dos guerras mundiales; la guerra fría que estaba en desarrollo y los grandes principios de la Doctrina Social de la Iglesia como que nunca hubieran existido, ni se hubieran discutido ni se diesen por explícitos. Era un simple volver a 1853.  

 

Entonces Valle buscó respaldo intelectual en el poeta católico Leopoldo Marechal y creo el Movimiento de Recuperación Nacional. Lanzó una proclama ante la traición de los militares y civiles que derrocaron al General Lonardi y se opuso a la nueva fase de la “Revolución Libertadora”. El valor moral de Juan José Valle no podía ser tolerado por los traidores a Lonardi y luego de entregarse por la pacificación, sin juicio, fue fusilado cobardemente. La grandeza moral de Valle se mide precisamente por la forma en la que encaró la muerte. Se entregó a sus enemigos para que no sigan fusilando gente como lo hicieron en José León Suárez. Su muerte nos recuerda la muerte de otro militar que va camino a los altares, el Coronel Argentino del Valle Larrabure. Curioso es que ambos en su apellido llevansen el sustantivo “Valle”. Los dos supieron perdonar a sus asesinos y que no haya venganza contra ellos. Es que estaban hechos en ese formidable molde que es la Vocación del Militar Cristiano. He aquí el fruto de los ejemplos de los generales Belgrano y San Martín que rezaban el Santo Rosario antes de las batallas. Y que nombraron Generala de sus ejércitos a la Santísima Virgen María.            

 

Las ideas de Valle están contenidas en su “Proclama al Pueblo de la Nación” y en las cartas de despedida a su esposa y su hija. Así como en los conceptos que escribe al General Aramburu. El autor destaca que Perón demostró que la revolución del 9 de junio de 1956 fue imprudente y que lo habían traicionado. (Carta de Perón a John William Cooke).  

 

El presente libro es una reparación histórica que el General Valle merece y que es sólo el comienzo de la recuperación de su legado. El General Valle no murió por Perón, murió por Dios y por la Patria. Deberíamos saber de cado uno de los otros fusilados sus biografías. Seguro que la mayoría de ellos eran excelentes personas.

 

Curiosamente el General Aramburu que se hizo responsable de este homicidio correrá con un destino similar. Sin juicio y clandestinamente va a ser fusilado por los “Montoneros” el 1ro. de junio de 1970. Catorce años después. ¿Habrá pensado que era el destino que lo tenía así determinado? ¿Habrá recordado las palabras de la carta que le envió a Juan José Valle antes de su fusilamiento?

 

Yo creo que sí. Que Aramburu debe haber recordado la muerte de Valle pues según sus asesinos simularon un juicio sumario por los fusilamientos del año 1956. ¡Qué duro debe haber sido para él revivir aquellos errores! Él era el Presidente y se hizo cargo de los fusilamientos. ¿Pero era el culpable, el instigador, el causante? Es justo decir que Aramburu mostró dignidad ante la muerte y dijo con calma a su ejecutor según lo relataron ellos mismos: “¡Proceda!”. Antes había pedido a un sacerdote que confesara y se lo negaran. No existe mayor crueldad.     

 

Escribiendo este comentario no puedo dejar de asociar las muertes del Coronel Larrabure, con la del General Juan José Valle dos víctimas inocentes del odio entre los argentinos, que perdonaron y no buscaron venganza. Ambos lo dejaron escrito de puño y letra.

 

Si creemos que la Historia enseña a no repetir estos errores éste libro escrito por Roberto Armando Rigo es imprescindible pero es además una obra que tiene otro valor más: como abogado hizo la defensa que no tuvo el General Juan José Valle antes de ser fusilado. Rigo ha puesto a Valle ante el Tribunal, que es el de la Historia. El General Valle fue asesinado dos veces, el día de su fusilamiento y cuando ocultaron  y olvidaron  su sacrificio y su ejemplo.  

 

La Marcha de la Libertad decía “Mil veces una muerte Argentina” yo me pregunto: ¿Cuántos héroes más después de Valle tuvieron que ofrecer  sus  vidas para que exista una Argentina Cristiana y Soberana?

 

¡Cuánto dolor desperdiciado! Rescatar la memoria de los héroes y de los mártires es una labor de Justicia que en el caso del General Juan José Valle y gracias a éste libro se ha cumplido.