lunes, 18 de marzo de 2024

EL CENSO 2022

 


 CONFIRMÓ LA CAIDA DE LA FECUNDIDAD

 

NOTIVIDA, Año XXIV, Nº 1350, 18 de marzo de 2024

 

El 14 de marzo el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicó los indicadores de fecundidad elaborados a partir del Censo que se llevó a cabo el 18 de mayo de 2022. El promedio de hijos nacidos vivos por mujer (1,4) coincide con los datos adelantados en Notivida Nº 1349.

 

Destaquemos que los números ofrecidos en el último boletín se corresponden con el Anuario de Estadísticas Vitales del 2022, mientras que el INDEC “difunde la posibilidad que ofrece el Censo 2022 de poner de relieve la fecundidad total o acumulada de las mujeres”.  Por otra parte, mientras que el anuario estadístico consigna una estimación de la población femenina, entre 15 y 49 años, de 11.561.088, el censo ajustó esa proyección a 12.382.860 mujeres. El Censo permite, además, adecuar a la realidad el lugar de residencia de las madres, lo que implica variaciones en la fecundidad por distrito.

 

Recordemos que para que la población se mantenga estable ese indicador debe ser 2,1. Con un promedio de hijos por mujer de 1,4 -que es el que menciona el INDEC- la población va decayendo y sus efectos son cada vez más visibles.

 

El Censo muestra la drástica reducción de la fecundidad adolescente, pero esa fecundidad no depende de la cantidad de embarazos adolescentes, como los medios en general consignan, sino de los nacidos vivos de madres adolescentes. Es decir, si en un año todas las adolescentes que quedan embarazadas abortan la fecundidad es 0.

viernes, 15 de marzo de 2024

UCRANIA: ¿GUERRA A CUALQUIER PRECIO?

 

https://www.informadorpublico.com/internacional/ucrania-guerra-a-cualquier-precio

EL LIBRO

 


 que relata el martirio de Larrabure en su cautiverio: el perdón al ERP y los rezos en su celda diminuta

 

Infobae, 15 Mar, 2024

 

La investigación para la posible beatiicación y luego canonización del coronel Argentino del Valle Larrabure, secuestrado y asesinado por el ERP en agosto de 1975, avanza con la recopilación de pruebas para presentar en El Vaticano. En ese sentido, el historiador Sebastián Miranda fue el encargado de hacer los estudios sobre la vida del militar que fue capturado por los guerrilleros el 11 de agosto de 1974 en el copamiento de la Fábrica Militar de Villa María, Córdoba.

 

Miranda, de 49 años, es licenciado en historia y especializado en temas militares. “Primero empecé estudiando a los próceres clásicos y luego también me dediqué a investigar la violencia en la década del 70. A esto se agrega mi vocación religiosa”.

 

Cómo fue el ataque

El conscripto Mario Pettigiani era miembro de ERP. Ese domingo, 11 de agosto de 1974, cortó el alambrado que rodeaba a la Fábrica Militar cordobesa. Por allí, entraron alrededor de 70 guerrilleros del ERP. Había una fiesta en el casino de oficiales. “El primer acto heroico de Larrabure fue entregarse a los atacantes y pedirles que no hieran al resto de las personas”, explica Miranda.

 

En el ingreso al cuartel hubo un tiroteo en el que murió un policía y siete militares fueron heridos. El jefe del lugar no estaba presente. Entonces, los guerrilleros decidieron llevarse al segundo al mando, el mayor Argentino del Valle Larrabure y al capitán García, ambos ingenieros químicos. Este último, al intentar huir, fue alcanzado por una ráfaga de ametralladora.

 

Los miembros del ERP escaparon con 120 fusiles FAL, municiones y Larrabure como rehén. El militar fue encerrado en una “cárcel del pueblo” ubicada en la calle Garay 3254 del barrio Bella Vista, en Rosario. Sobre el sótano donde fue cautivo (en un agujero de 1,10 metros de largo por 60 cm. de ancho) había una mercería. Larrabure estuvo 372 preso. El 19 de agosto de 1975 lo mataron y arrojaron su cuerpo, envuelto en un plástico, a una zanja en Rosario. Lo encontraron unos chicos. Tenía 43 años, estaba casado con María Susana de San Martín (a quien llamaba Marisú y falleció el 4 de septiembre de 2001 a los 69 años) y tenía dos hijos: María Susana, de 17 años, y Arturo, de 16, en ese momento.

 

Pruebas para la beatificación y canonización

Miranda escribió un libro sobre Larrabure, “Argentino del Valle Larrabure: mártir de Dios y de la Patria”, que recopila las pruebas que presentará la Iglesia argentina ante El Vaticano para su posible beatificación y luego canonización. En la actualidad, desde el 14 de marzo del 2023, el militar asesinado por el ERP ya es Siervo de Dios. “Ya en su infancia se veía la vocación de este hombre. De niño jugaba con soldaditos de plomo y solía seguir a la guardia que custodiaba la Casa de Tucumán en su provincia natal -explica el historiador, en diálogo con Infobae-. Además, su nombre tiene un motivo que lo marcó en toda su vida. Según contó su madre, se llamó Argentino porque iba a servir a la patria y Del Valle, porque lo iba a proteger esa virgen. Su familia estaba sensibilizada porque se les había muerto un hijo de 18 meses”.

 

Larrabure se forma en un colegio salesiano en Tucumán y allí nace su vocación religiosa, que luego expresará en el peor momento de su vida. En los 372 días que estuvo secuestrado por el ERP encerrado en una jaula diminuta bajo tierra.

 

Larrabure fue secuestrado en agosto de 1974. Las pruebas indican que al menos desde noviembre de ese año estuvo encerrado en los subsuelos de la mercería de Rosario, en el barrio Bella Vista. Allí, en algún momento compartió el cautiverio con dos empresarios. René Vicari y Erich Breus. En el texto de Miranda hay testimonios de ambos que hablan que Larrabure se pasaba gran parte del tiempo cantando el himno, rezar y pedir por el perdón de sus captores.

 

Las palabras de la víctima

Larrabure, además, escribió 8 cartas y un diario durante los 372 días que pasó secuestrado. “En los textos siempre le miente a su familia diciendo que está bien. Y pide que recen por él y por sus captores para un futuro perdón de lo que estaban haciendo”, resalta el historiador.

 

Los guerrilleros mantuvieron capturado al militar porque sabían de su conocimiento sobre armas y explosivos. “Él se niega en forma sistemática a darle información a sus secuestradores. Sabía que todo eso se iba a usar para atacar a otros argentinos y no estaba dispuesto a participar”, explica Miranda.

 

Encerrado en ese ataúd oscuro, del tamaño de una cama de una plaza, Larrabure escribe y deja testimonio de sus pensamientos de esos momentos. Vive en un catre desvencijado con un baño químico a sus pies. Está vigilado noche y día por un encapuchado.

 

Sus captores le dan hojas de papel para que escriba. El papel tienen una bandera roja y negra en la parte superior, la estrella del ERP y la frase. “¡A vencer o morir por la Argentina! Ejército Revolucionario del Pueblo”. Larrabure pasa por alto todo eso y escribe. “Físicamente estoy bien, de mi asma mejor, dispongo de todos los remedios y soy bien tratado (…) A todos los extraño muchísimo, de noche, antes de dormirme hablo con todos Uds”.

 

Y continúa con la poca luz que tiene durante el día. “Y a mis hijos y mis ahijados especialmente, que no olviden mi mensaje: ‘Aún suceda lo peor, no deben odiar a nadie, y devolver la bofetada poniendo la otra mejilla’. La cartita de mamá muy linda, plena de esperanza, muy alentadora. El domingo fue el día de la madre. (…) Que los chicos no dejen de estudiar”. Firmado: Vasco, su apodo desde los días del Colegio Militar.

 

El último texto tiene fecha del 15 de marzo de 1975, seis meses después sería asesinado por el ERP. “Queridos Marisú, Susanita, Arturo Cirilo, Jorgito y Mita. Les escribo después de casi tres meses para llevarles tranquilidad diciéndoles que estoy bien (…) Tengan fe en Dios y sigan adelante. Contéstenme por La Nación. Marisú querida: no descuides tu salud”.

 

El final de Larrabure

Muchas de las cosas que decía en esos textos era para tranquilizar a la familia. Según la investigación de Miranda, Larrabure no fue tan bien tratado por los guerrilleros que lo mantuvieron cautivo durante 372 días. Según los datos de la autopsia pesaba unos 40 kilos menos que en el momento de su secuestro en la Fábrica Militar de Villa María. “Además, tenía signos de haber sido picaneado con ferocidad en sus genitales”, revela el autor del libro sobre el militar.

 

“Por eso creo que es factible su beatificación y luego canonización -resalta Miranda-. Por su caridad religiosa. Su demostración de amor extremo frente a las personas que lo secuestraron, torturaron y asesinaron. Además, le ocultaron la muerte de su madre que ocurrió durante su cautiverio”.

 

Además, el análisis del cuerpo del militar indica que no se suicidó (el ERP había informado que se había quitado la vida). “Tenía una alta graduación alcohólica en sangre lo que indica que fue adormecido de esa manera. Sus muñecas tenían signos de haber estado atadas durante largo tiempo. Además, le dieron un golpe muy fuerte en la cabeza y luego lo ahorcaron. Esto queda demostrado con la herida profunda que tenía en su cuello. No hay ninguna chance de que Larrabure haya podido colgarse porque estaba muy débil y por su vocación religiosa”, sostiene Miranda.

 

El historiador confía que el Papa tendrá en cuenta cómo vivió el militar con un total espíritu religioso su cautiverio de más de un año en una jaula bajo tierra. Desde allí, pedía que recen por él y por sus captores para que sean perdonados por los tormentos a lo que lo sometían. “Creo que la canonización de Larrabure sería muy importante porque es un símbolo de unidad y reconciliación entre los argentinos. “Su perdón a sus secuestradores y asesinos es un ejemplo de amor extremo por Dios”, sintetiza el historiador.

jueves, 14 de marzo de 2024

EL CRUDO RELATO DEL SOLDADO OLVIDADO


fue herido en la cabeza en un ataque del ERP y lo dieron por muerto

 

Adrián Pignatelli

 

Infobae, 14-3-24

 

Jorge Fernández sintió como una explosión en su parietal derecho que lo hizo caer boca abajo. Estaba consciente y su primera reacción fue la de alcanzar su fusil para continuar disparando pero sus piernas no le obedecían. Sintió que la sangre le inundaba el rostro, pidió la asistencia de un médico y llamó a su madre a los gritos. Luego se desvaneció. Era la noche del sábado 11 de agosto de 1974 y fue uno de los heridos en el intento de copamiento de la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos de Villa María por parte del Ejército Revolucionario del Pueblo, de donde se llevarían secuestrado al entonces mayor Argentino del Valle Larrabure, subdirector de ese establecimiento.

 

El objetivo de los 70 terroristas era robar armas y apresar al coronel Osvaldo Guardone, jefe de la fábrica, quien se encontraba enfermo en su casa, ubicada en el barrio de oficiales. Al no poder hacerlo, se llevaron a Larrabure, a quien mantuvieron cautivo bajo tierra durante 372 días para luego matarlo. También se llevaron al capitán Roberto García, ingeniero químico.

 

El saldo del ataque fue de un policía muerto y siete heridos. Uno de ellos fue Jorge Fernández, uno de los primeros soldados conscriptos heridos en la lucha contra la guerrilla, que cumplía con la ley del servicio militar obligatorio durante un gobierno constitucional. Es el único que esos primeros soldados que vive.

 

Cómo fue el ataque

Este joven soldado nació el 16 de agosto de 1953 en la localidad cordobesa de Villa María, y residía a unas veinte cuadras de la fábrica. Tendría unos 14 o 15 años cuando decidió ser seminarista y como su padre quería que estudiase lo que quisiera, pero que estudiase, accedió. Estuvo algo más de un año en Río Cuarto cuando se dio cuenta que la vida de religioso no era para él.

 

En los primeros días de marzo de 1974 fue incorporado al Ejército y destinado a la fábrica militar, donde se desempeñaba como estafeta. Como el 16 de agosto era su cumpleaños y quería festejarlo en su casa, cambió la guardia con un compañero. Así que ese sábado, luego de terminar con sus comisiones, regresó a la unidad.

 

Ya era de noche cuando se dispuso a ir al puesto número 5, cercano a la bomba de agua cuando se desató un tiroteo infernal. Levantó el fusil, lo cargó y logró disparar cuatro o cinco veces, hasta que se trabó. Manos anónimas había intercalado en los cargadores proyectiles de fusiles máuser, con un calibre sensiblemente mayor que los FAL. Las armas se trababan.

 

El conscripto infiltrado

Los atacantes habían entrado gracias a la ayuda de un soldado conscripto, Mario Antonio Eugenio Pettigiani, considerado por todos como un buen tipo, algo introvertido. Con Fernández se conocían muy bien, y “Petti”, como lo llamaban sus compañeros, se las arreglaba para que otros le comprasen sus cigarrillos preferidos, Particulares cortos sin filtro. Sus camas en la cuadra estaba una al lado de la otra.

 

Ese día Pettigiani no tendría que haber estado en la fábrica. Había pedido permiso porque su madre estaba enferma pero como al día siguiente debía presentarse temprano, había preferido dormir allí. Era una persona de bajo perfil, que no discutía con nadie. Solo llamaba la atención el vocabulario que empleaba. Cuando todos hablaban de la esposa o la novia, él se refería a “su compañera”. Para los soldados fue un duro golpe enterarse de que estaba con los terroristas.

 

Minutos antes del ataque, Fernández se había cruzado con Pettigiani y le dio un par de paquetes de cigarrillos y un puñado de fósforos Ranchera.

 

Alguien, con una pistola, le disparó de atrás de muy corta distancia. Por lo que le dijeron los médicos, en el momento justo del disparo o al agresor le tembló la mano o Fernández giró su cabeza. Eso explicaría el trayecto de la bala, que entró por el parietal derecho y salió por el mismo parietal y no por la cara.

 

Se desvaneció, por eso no se dio cuenta de las patadas que le dieron los terroristas, que los médicos descubrieron cuando lo revisaron.

 

Fernández aseguró a Infobae que no tiene la certeza, pero se presupone que su ejecutor fue el propio Pettigiani, porque no había otro atacante en ese lugar.

 

Cuando todo había terminado, sus compañeros creyeron que Fernández estaba muerto, pero aún vivía. No pudo usarse la ambulancia de la fábrica porque tenía el motor agujereado por los disparos. Se buscó una puerta y se la usó como camilla. Así lo llevaron a un jeep de un soldado, que vivía en el campo y que lo dejaba estacionado en los fondos.

 

En la Asistencia Pública de Villa María no querían atenderlo ya que no disponían de los medios. Lo llevaron a Córdoba capital y en el trayecto le transfundieron sangre y le colocaron una vía de suero en la pierna. Los médicos aseguraron que llegó vivo de casualidad.

 

Tan grave estaba que los registros de Ejército lo habían dado como muerto en combate.

 

Fue internado en el Hospital Militar de la provincia, donde le salvaron la vida. Estuvo casi un mes en coma. Cuando se despertó pidió a los gritos su fusil para seguir peleando. No entendía por qué estaba vestido de blanco y no con su uniforme.

 

El sobreviviente milagroso

Al mes lo trasladaron al Hospital Militar Central donde entró nuevamente en coma. Esperaban que recuperase la conciencia para saber cómo reaccionaría el cerebro, ya que se creía que no quedaría bien. Durante 26 días le punzaron la columna, y él interpreta como un milagro de Dios que haya podido expulsar los coágulos por la nariz y los oídos.

 

Tan grave estaba que le suministraron la extremaunción en tres oportunidades.

 

Cuando recuperó la conciencia, se sentó en la cama y pidió una Coca Cola y un cigarrillo. El hermano recorrió el hospital y solo encontró Pepsi. El médico recomendó no contradecirlo y fueron a buscar la bebida que pedía. También lo dejaron fumar.

 

En ese momento pensaron que por el disparo había perdido sus cabales. En la cama de al lado estaba el capitán García, recientemente ascendido. García había intentado escaparse y saltó del vehículo de los terroristas. Le dispararon en la espalda y volvieron a subirlo. Quisieron interrogarlo, le hicieron dos disparos a quemarropa en el abdomen y lo tiraron al camino, dándolo por muerto.

 

Contó Fernández que cuando estuvieron con García en el hospital, se halló un pan de trotyl debajo de sus camas.

 

No era el único internado víctima de la guerrilla. En el hospital conoció a Agustín Luna, a quien le habían volado siete falanges por un escopetazo, con cartuchos rellenos de clavos y materia fecal, para que la herida se infectase más rápido. También estaba el teniente coronel Rodolfo Richter, herido gravemente en el combate de Pueblo Viejo, un enfrentamiento con el ERP ocurrido el 14 de febrero de 1975. Y se hizo amigo de “los manchaleros”, los soldados Adrián Segura, César Roberto Mamani, Juan Sulca y Luis Alberto Peñaranda, heridos en el enfrentamiento en Manchalá, también contra miembros del ERP, el 28 de mayo de 1975.

 

Fernández estuvo internado hasta entrado el año 1977. Ese flaco alto, de 1,92, tenía una debilidad: las rubias de baja estatura. Se enamoró de Norma Abram, la enfermera que lo atendía. Ella, 14 años mayor, decía que él era muy joven para ella, pero el muchacho hizo tanto que se casaron. Tuvieron un hijo, Diego.

 

Con medio cuerpo paralizado, logró entrar en la Dirección General de Fabricaciones Militares, donde estuvo 16 años. Cuando estalló la guerra de Malvinas, a pesar de su estado físico, se presentó para ir como voluntario.

 

A Fernández le habían otorgado una pensión que el gobierno militar le quitó, argumentando que ningún soldado que había sido herido por defender a la Patria merecía una retribución, mientras que los familiares de los guerrilleros cobraron indemnizaciones millonarias. “Nos atacaron, nos hirieron, no lo puedo entender”, expresó.

 

Como pudo, la fue peleando hasta que la vida le dio otro golpe. En 2008 se enteró que en la escuela IPEM 286 (ex ENCO) de Oliva, donde había estudiado Pettigiani, la Asociación de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba había colocado una placa en su honor.

 

Fueron las cosas de la vida que apareció en el camino de Fernández el abogado penalista Mariano Ludueña, quien denunció al intendente de entonces por apología del crimen: Pettigiani había sido un traidor a la Patria y no podía ser puesto como ejemplo para la juventud. Luego de un largo peregrinar por la justicia, este año lograron que la quitasen. Aun así, debieron hacer otra presentación para evitar que una calle de un loteo de tierras en las afueras del pueblo llevase el nombre del guerrillero.

 

“Estamos todos rotos”, confesó Fernández. “En Villa María peleamos como en Formosa cuando atacaron el Regimiento 29; si bien no hubo un Hermindo Luna que gritó que nadie se rendiría, nosotros tampoco lo hicimos. Tenemos mucho amor por la bandera”.

 

“Estábamos defendiendo lo nuestro, y le pudo haber tocado a cualquiera”. Se lamenta que ya no esté “Adriancito Segura, que es uno de los manchaleños”. Segura falleció en noviembre del 2020 y fue enterrado con honores militares.

 

Volvió a la fábrica para un acto presidido por el general Claudio Pasqualini, que era el jefe del Estado Mayor General del Ejército. Dijo que fue muy emocionante para él encontrarse con viejos soldados y de volver al lugar que lo había marcado de por vida.

 

Guarda como recuerdo de esa noche el birrete que usó, con el agujero provocado por el proyectil que casi lo mata. La herida no se le nota ya que le hicieron cirugía plástica y le colocaron una placa.

 

Todos los 24 de marzo, en que se conmemora el día de la memoria, la verdad y la justicia, el abogado Ludueña organiza un asado para los veteranos de Malvinas. Lo hace en Oncativo, una ciudad cordobesa donde hay muchos ex combatientes. Suele hacerlo en el salón de fiestas de la familia Salazar y todo el pueblo colabora. En uno de esos encuentros invitaron a Fernández. Al entrar al salón, el veterano Sergio Calderón se puso de pie y exclamó “¡llegó el soldado olvidado!”, y todos lo aplaudieron. Fernández confesó que se siente cómodo entre los veteranos, quienes lo tratan como un par.

 

Asegura ser una persona de fe, y no pierde el tiempo en ponerse a llorar porque sería desagradecido con Dios. El no lo dice, pero su abogado Ludueña contó a Infobae que en su momento a su hijo le dijo que su hemiplejia se debía a que se había caído de la moto, porque no quería que el chico creciera con odio.

 

Contó que Luis Labraña, militante montonero, quiso conocerlo. En las presentaciones Fernández le aclaró que no fueron, no son ni nunca serían amigos. Dijo que Labraña insistía en que ambos debían ser reconocidos como veteranos de guerra. Sin embargo, Fernández aclaró que, si bien tenían algo en común, que era el fusil, los guerrilleros lo usaron para asesinar y los soldados para defender al país.

 

“No me gusta que me palmeen la espalda, pero hay que entender que los guerrilleros no eran Robin Hood, sino asesinos”. Y hoy, desde su casa en Villa María, tiene claro que los que quedaron vivos representan la voz de los que ya no están. Y en eso está Fernández, en un combate desigual contra la indiferencia y el olvido.

LA GUERRA FRANCO-PRUSIANA

 


http://www.forosanmartiniano.blogspot.com/2024/03/la-guerra-franco-prusiana.html

miércoles, 13 de marzo de 2024

MILITARES DE ESTADOS UNIDOS


se instalarán en la Hidrovía

 

Por Sebastián Cazón

 

Página 12, 13 de marzo de 2024

 

El gobierno de Javier Milei dio un salto más en su alineamiento absoluto hacia Estados Unidos, al habilitar la instalación de militares norteamericanos en la Hidrovía Paraná-Paraguay. La Autoridad General de Puertos (AGP) firmó un memorándum de entendimiento que habilita la llegada del Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense en una de las cuencas de agua dulce más grandes del mundo. Desde la oposición denunciaron que la medida "atenta contra la soberanía nacional" y pidieron que el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, asista al Congreso para explicar las implicancias del acuerdo.

 

Con un compendio de frases abstractas, la AGP informó que se trata de un proceso de colaboración conjunta en el intercambio de información y gestión de la Hidrovía. En concreto, el pacto permite la presencia de militares de Estados Unidos en la ruta fluvial más importante del país, por donde pasan casi todas las exportaciones de Argentina. "El convenio permitirá profundizar el intercambio de información entre ambas gestiones, con el eje puesto en la eficiencia y la concreción de nuevas capacitaciones en aspectos de gestión de puertos y vías navegables, mantenimiento de la navegación y equilibrio ambiental, así como desarrollo de infraestructura, entre otras áreas", se enunció en un comunicado.

 

El pacto fue sellado por el interventor de AGP, Gastón Benvenuto, el secretario de Empresas y Sociedades del Estado de la Jefatura de Gabinete de la Nación, Mauricio González Botto, el embajador de Estados Unidos, Marc Stanley, y el representante del Cuerpo de Ingenieros estadounidense, Adrien McConnell. Según Benvenuto, el acuerdo permitirá “aprovechar los conocimientos técnicos” norteamericanos para mejorar “la gestión de recursos, los sistemas de tecnificación de dragado y balizamiento y profundizar la capacitación de los cuadros técnicos”. "Es un ejemplo perfecto de cómo nuestros países pueden conectar expertos técnicos para mejorar la gestión de nuestra infraestructura crítica", sumó Stanley.

 

Dirigentes opositores manifestaron su preocupación por la falta de transparencia y la pérdida de soberanía que implica. El diputado santafesino Eduardo Toniolli remarcó que no se informó la presencia de funcionarios de Cancillería ni de los ministerios de Defensa y Seguridad, siendo Prefectura la responsable de cuidar el Río Paraná y Gendarmería de custodiar las fronteras. “Tampoco se ha presentado una solicitud de autorización ante el Congreso de la Nación para el ingreso de tropas extranjeras a nuestro país, tal como lo establece la Ley 25.880”, añadió.

 

El argumento que utiliza el Gobierno para justificar el pacto es que el Cuerpo de Ingenieros estadounidenses administra la hidrovía del río Misisipi y que “comparte muchas características” con la ruta argentina. “Son columnas centrales para el comercio internacional, así como para el transporte de las cosechas agroindustriales, y están entre las vías navegables de mayor extensión del planeta”.

 

Lo cierto es que la Hidrovía es la ruta por la cual sale más del 80 por ciento de los productos exportables argentinos (granos, harinas y aceites, entre otros productos), en un mercado que disputan principalmente empresas norteamericanas como ADM, Bunge, Cargill, Dreyfus y la china COFCO. “Es sabido que Estados Unidos considera la presencia China como una amenaza a su seguridad nacional y a su competitividad global”, indicó Toniolli, quien presentó un proyecto de resolución para que Nicolás Posse brinde detalles del convenio ante el Congreso.

 

“Es un hecho realmente grave que merece más explicaciones. Es un acuerdo con un país que evidentemente busca incrementar su influencia hemisférica sobre América Latina e involucra a una fuerza armada extranjera. Claramente atenta contra la soberanía nacional en una vía estratégica desde el punto de vista geopolítico y económico”, agregó el exdiputado Guillermo Carmona.

 

En términos de seguridad internacional, la Hidrovía también es foco de atención por el crecimiento del narcotráfico. "Es la vía principal por donde pasa la droga que llega a Europa", aseguró el extitular de la Federación Agraria Argentina, Pedro Peretti.

 

Como antecedentes a la incursión de militares norteamericanos en la Vía Navegable Troncal, se encuentra la histórica oposición de Argentina a la presencia de cualquier país que no forme parte del Acuerdo de Santa Cruz de las Sierras (que incluye a Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay). Tanto en 2019 como en 2022, Paraguay impulsó un convenio similar, que generó el rechazo del gobierno argentino y de los gobernadores del Norte Grande. Sin embargo, en marzo del año pasado, finalmente Paraguay y Estados Unidos avanzaron en la elaboración de un Plan Maestro de Navegabilidad con el apoyo técnico de los ingenieros del norte. "Hoy nos toca reiterar la misma preocupación, pero en este caso por decisiones del gobierno argentino que configuran a todas luces un alineamiento decidido en el marco de la disputa comercial y geopolítica entre dos potencias", concluyó Tonioli.

 

En medio de la avanzada norteamericana, aún no está definido qué pasará con la administración de la Hidrovía. En Casa Rosada sostienen que se trabaja en la licitación, aunque por el momento no hay una fecha en el horizonte. La gran preocupación del Norte, obviamente, es que no caiga en manos chinas.

EL MINISTRO DE JUSTICIA

 

Los narcos, políticos, financistas y jueces a los que defendió Mariano Cúneo Libarona como penalista

 

Paz Rodríguez Niell

 

LA NACION, 13-3-24

 

“Se informa que el Dr. Mariano Cúneo Libarona, por haber asumido como Ministro de Justicia de la Nación, actualmente no forma parte del estudio jurídico Cúneo Libarona. Estamos trabajando en la actualización de la página web”, dice el sitio de internet del estudio familiar que el actual ministro compartió hasta diciembre con sus tres hermanos: Rafael, Matías y Cristian. Solo ese mensaje, con la foto de los cuatro -más el teléfono, la dirección y el email del estudio-, aparecen hoy en la página.

 

Como abogado, Mariano Cúneo Libarona intervino en causas penales de alta trascendencia pública: defendió a empresarios que estuvieron acusados de pagar sobornos en la causa de los cuadernos de las coimas, a políticos -como el exgobernador de Tucumán José Alperovich en el caso por el presunto abuso de su sobrina- y a jueces. Fue también abogado de condenados por narcotráfico, como Mario Segovia, “el rey de la efedrina”, hombre fuerte del negocio de la droga en Rosario antes de la irrupción de Los Monos, y el exintendente de Paraná Sergio Varisco, sentenciado a seis años y medio de prisión por comercialización de estupefacientes. Además, representó al abogado Mateo Corvo Dolcet, acusado de lavar dinero del narcotráfico colombiano, según documentación de la causa de 2020 publicada por el Centro de Información Judicial (CIJ). Clarín informó en 2018 que, patrocinado por Cúneo Libarona, Corvo Dolcet pagó diez millones de pesos para salir de la cárcel y que documentación que se le secuestró en un allanamiento daba cuenta de que Corvo Dolcet habría recibido un pago de la viuda del capo narco Pablo Escobar Gaviria. En ese caso intervino, entre otras áreas de investigación del Estado, la Unidad de Información Financiera (UIF), el organismo antilavado que hoy está dentro de la órbita del Ministerio de Justicia que dirige Mariano Cúneo Libarona.

 

El ministro negó, en cambio, haber defendido a Miguel Ángel “Mameluco” Villalba, como dijo Carlos Pagni, pero asumió que lo representó su estudio. En su cuenta de X (exTwitter), Mariano Cúneo Libarona publicó: “IMPORTANTE: Jamás fui abogado, no lo conozco, ni lo vi en mi vida a ‘Mameluco’ Villalba. Me informan ahora que quien ejerció su defensa hace muchísimos años atrás (en legítimo ejercicio del derecho a contar con un abogado defensor) fue mi hermano Matías y somos independientes”.

 

Matías Cúneo Libarona lo defendió desde el estudio familiar. En diálogo con LA NACION, el ministro dijo: “El estudio es así: yo soy el dueño por escritura del estudio, pero hay compartimentos distintos. Mis hermanos, otros abogados, gente a la que le presto un lugar. A Mameluco, Matías, que está en otro piso, lo habrá atendido”.

 

LA NACION corroboró que lo defendió. “Mameluco” Villalba hoy está condenado a 23 años de cárcel y está siendo juzgado como presunto autor intelectual del secuestro seguido de muerte de Candela Sol Rodríguez, de 11 años. Contra Villalba hizo fuertes declaraciones la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que celebró haberle desbaratado la banda -algo que definió como un golpe al crimen organizado- y advirtió públicamente que su clan levantaba, del narcotráfico, “una cifra de unos 22 millones de pesos diarios”, que luego lavaba en una financiera.

 

Matías Cúneo Libarona también defendió en 2015 al hijo de “Mameluco”, Iván, apodado “Salvaje”, en una causa en la que fue condenado por narcotráfico. En una salida transitoria, después de esa condena, “Salvaje” mató a un adolescente y al chofer de un móvil de Protección Ciudadana de San Martín. Hoy carga con tres penas en su contra. “Salvaje” es considerado uno de los narcos más sanguinarios de San Martín. Tal como informó LA NACION, desde la cárcel manejaba bunkers de droga. En febrero de 2022, una serie de escuchas telefónicas pusieron al descubierto que un dealer de “Salvaje” había comprado una partida de cocaína contaminada con carfentanilo que mató a 24 personas.

 

En cuanto a Segovia, Mariano Cúneo Libarona no sólo hizo una defensa técnica dentro del expediente: en 2012 dijo que su cliente era “perseguido” por la policía y los jueces. “Desde el inicio de éste y otros juicios en los que está acusado Mario Segovia -dijo- se persiguió e instigó a mi cliente, violando los derechos humanos y el principio de inocencia, y hasta acusándolo de terrorismo de Estado”. El hoy ministro sostuvo que “la SIDE, la policía de Campana (que colaboró con el juez de Instrucción Faggionatto Márquez) y los jueces obraron por motivos personales”.

 

El también condenado por narcotráfico Varisco -hoy fallecido- era intendente de Paraná y, en la causa en la que lo defendió Mariano Cúneo Libarona lo condenaron, a finales de 2019, a seis años y medio de cárcel. Esa pena fue confirmada por la Cámara Federal de Casación.

 

Hoy, Cúneo Libarona dice que dejó todas las defensas y reclama que la Justicia actúe contra la violencia narco. “A las porquerías asesinas les tiene que caer todo el peso de la ley cuanto antes”, tuiteó. Aboga por la implementación del sistema acusatorio; dice que con el cambio de sistema se agilizarán las causas.

 

Sergio Varisco fue intendente de Paraná, por Cambiemos, y cliente de Sobre su defensa del “rey de la efedrina”, dijo a LA NACION: “Fue en un juicio y después nos cambió”. En cuanto a Varisco, sostuvo que su trabajo duró solo unos meses y que él no participó del juicio oral.

 

“Cuando yo era joven, cualquier asunto era importante. A medida que fui creciendo, fui seleccionando. Algún caso sí y otros no”, dijo. Consultado sobre si defendería a narcotraficantes como Ariel “Guille” Cantero, líder de Los Monos, o a Esteban Alvarado, respondió: “Yo con Los Monos estaba en la profesión. Hubo una consulta y decidí que no me quería meter.”

 

En el caso de los cuadernos de las coimas, Mariano Cúneo Libarona defendió a los empresarios Sergio Taselli y Hugo Eurnekian (sobrino de Eduardo). En referencia a la investigación contra Taselli, cuestionó cómo se llevó la causa, que estaba a cargo del juez Claudio Bonadio. En declaraciones a Radio La Red, cuando el caso estaba en instrucción, dijo que su cliente había sido involucrado por un error y relató: “Tenés que arrepentirte, confesar algo, e involucrar gente (...). Si decís que sos inocente quedás preso”, en alusión a cómo se incorporaban los arrepentidos al expediente.

 

En esta causa podría darse la inédita situación de que quien actuó como abogado defensor ahora vuelva a quedar relacionado con el caso, pero del lado opuesto, si finalmente la Oficina Anticorrupción, que depende del Ministerio de Justicia, o la Unidad de Información Financiera (UIF), que hoy funciona dentro de la órbita de esa misma cartera, vuelven a intervenir en el caso como querellantes; es decir, como acusadores. En un primer momento se había anunciado que el Gobierno desistiría de querellar en las causas de corrupción, pero después el ministro dio marcha atrás y dijo que sí querellaría.

 

“La causa pasó a tribunal oral. Mis clientes ya no están -dijo Cúneo Libarona a LA NACION-. Para mí la causa cuadernos terminó hace cinco años. La UIF y la OA harán lo que tengan que hacer.”

 

El estudio de Cúneo Libarona también intervino en la causa conocida como la ruta del dinero K, en la que defendió a directivos de Provalor, la financiera de la City de donde habría salido el dinero que se lavaba al extranjero, según la investigación del juez federal Sebastián Casanello. Este magistrado procesó a los directivos de Provalor y los envió a juicio. El juez de tribunal oral Néstor Costabel ordenó que fueran juzgados con los demás acusados, pero la defensa recurrió esa disposición y por decisión de la Cámara de Casación, los clientes de Cúneo nunca se sentaron en el banquillo. Uno de los que eludieron ese juicio fue José Jabbaz, un financista cuyos movimientos con el poder describió Pagni la semana pasada. Mariano Cúneo Libarona también fue abogado de Roberto Erusalimsky, que fue procesado por Casanello cinco veces por la compra de un campo en Mendoza que pertenecía a Lázaro Báez, en un desprendimiento de la causa de la ruta del dinero K. Las cinco veces, su procesamiento fue revocado.

 

El actual ministro de Justicia defendió también a jueces, como Walter Bento, que fue destituido por mal desempeño y en Mendoza lo procesaron por graves delitos: sobornos, lavado de dinero y enriquecimiento ilícito (cuando lo removieron, ya había cambiado de defensor). Y al juez en lo penal económico Pablo Yadarola en el expediente que investigaba un viaje de jueces, exfuncionarios y empresarios a la estancia de Joe Lewis en Lago Escondido. Esa causa se inició en Bariloche, donde la fiscal imputó a los involucrados, pero a pedido de Yadarola (con Cúneo como abogado), el año pasado el caso pasó a los tribunales de Comodoro Py y la semana de Navidad, el juez Sebastián Ramos cerró la causa. El fiscal Ramiro González entendió que no había motivos para oponerse, dejó vencer el plazo para apelar y todos los imputados quedaron sobreseídos definitivamente cuando solo faltaban horas para que empezara la feria judicial de enero.

 

Querellante contra la “gestapo” macrista

Cúneo Libarona también fue abogado de Horacio Homs, dueño de Abril Catering y señalado como presunto testaferro de Juan Pablo “Pata” Medina, exlíder de la Uocra de La Plata. Lo defendió y además lo patrocinó en la querella en la que pidió avanzar contra una serie de personas, incluidos exfuncionarios macristas, apuntados en el caso de la llamada “Gestapo” antisindical como responsables de “persecución”.

 

La larga listas de famosos defendidos por el actual ministro de Justicia incluyó al exjefe de la barra de Boca Rafael Di Zeo y al abogado y empresario Víctor Stinfale, acusado por la tragedia de Time Warp, donde murieron cinco jóvenes por “intoxicación de drogas de abuso”. En ese caso, Stinfale había sido procesado por el delito de facilitación de lugar para la comercialización de estupefacientes agravado, en concurso ideal con el delito de homicidio culposo y lesiones graves culposas. En 2020, la jueza federal María Eugenia Capuchetti lo sobreseyó.

 

“Yo tengo derecho, como abogado, a defender y a querellar -dijo Cúneo Libarona a LA NACION-. Es mi trabajo y está en la Constitución. Estudié para eso y en la facultad se enseña eso. He dejado a más de 40 abogados formados a lo largo de mi vida. Y alumnos tuve más de 1000.″

 

En una entrevista con Clarín, al actual titular de la Oficina Anticorrupción, Alejandro Melik, le preguntaron si algún funcionario le había hecho consultas por alguna posible incompatibilidad entre sus trabajos privados y sus funciones públicas, y Melik incluyó en la lista de los que le habían consultado a Mariano Cúneo Libarona. Según el ministro, no fue por nada de esto. “Creo que lo que hablé con él fue por Racing: soy de la comisión directiva y mi duda era si podía seguir. Renuncié a todo lo legal del club y sigo solo con el tema de educación”, dijo Cúneo a LA NACION.

 

La carrera de Cúneo Libarona incluye haber sido el abogado icónico de los 90. Fue defensor de Guillermo Cóppola y de Amira Yoma, la cuñada del expresidente Carlos Menem, acusada de haber lavado dinero del narcotráfico en la causa conocida como el Yomagate. También intervino en la causa AMIA, como defensor del excomisario Juan José Ribelli. En 1997, Norberto Oyarbide lo detuvo y lo procesó por coacción y encubrimiento. Finalmente, Cúneo Libarona fue sobreseído.