miércoles, 21 de mayo de 2008

Carta de Luis Patti


Alarmante escenario geopolítico nacional.

INTRODUCCIÓN

Si bien se trata de una rama de la política, la geopolítica tiene, entre otros vínculos, uno que la condiciona: la geografía.
Sin pretender extendernos en un análisis académico, sino al solo efecto de brindar sustento al contenido digamos que, básicamente, dos escuelas han animado el pensamiento geopolítico universal: la escuela determinista y la escuela posibilista.
La primera se fundamenta en condicionantes geográficos, climáticos y demográficos. La segunda lo hace en la voluntad del hombre para concretar proyectos a través de acciones.
En rigor ninguna excluye a la otra, más bien confluyen y se complementan.
Para el caso argentino la "Pampa Húmeda", una de las cinco grandes praderas del mundo, ha sido determinante en todos o casi todos los aspectos del desarrollo nacional. Así como también la visión y la voluntad de la llamada generación del ochenta que diseño e impulso un modelo de país; el único exitoso y perdurable que conoció Argentina.
En definitiva, la geopolítica es la ciencia puesta al servicio del desarrollo de un modelo nacional, que emplea a la estrategia para manejarse en el marco de un inevitable conflicto de voluntades. En primer lugar busca, a través de la estrategia, la consolidación fronteras adentro, para proyectarse luego fronteras afuera; no con el afán de conquistar espacios geográficos sino espacios políticos y económicos en un juego competitivo.
La geopolítica, en su esencia, procura el diseño de un país que sea capaz de insertarse en el mundo en las mejores condiciones. Para ello se sirve de acuerdos y alianzas, así como también de las circunstancias favorables, que o bien se le presentan naturalmente o bien las procura recurriendo a la lucidez de quienes son sus estadistas.
La geopolítica tiene una dinámica que requiere un juicioso seguimiento de las realidades regional y mundial, ambas condicionaran la realidad nacional, no es esta la que fija pautas sino aquellas en un escenario más amplio.
Se trata de una ciencia social que en procura de su objetivo se vale de los siguientes factores: geográfico, demográficos, económicos, recursos, cultural, ideológico, condición social y calidad institucional.
El instrumento militar no es un factor de la geopolítica sino el resguardo de los factores tangibles que en ella se dan cita. Lo militar esta al servicio de la geopolítica, lo que debe incluir además el aporte subsidiario de sus destrezas y capacidades.

PASADO
Superada la anarquía y consolidado el país, este se encamina a transformarse en un estado nación de corte republicano.
En las postrimerías del siglo XIX Argentina logra un rápido desarrollo económico, social y cultural que la perfilan en un papel de liderazgo regional.

Encuentra un serio y legitimo rival en Brasil, uno y otro aspiran a convertirse en el gran referente sudamericano.
Los estadistas que entonces conducían el destino de la República Argentina dirigían su mirada a Europa, allí estaba el poder económico y político. El Imperio Británico, la potencia dominante de entonces, se convirtió en el socio estratégico económico. Fue así que se estableció una fuerte vinculación comercial y económica que favoreció a ambas partes.
Los capitales británicos se instalaron en nuestro país creando y desarrollando las grandes empresas de servicios, en tanto las materias primas de la pampa húmeda eran transportadas y comercializadas en Gran Bretaña. Para algunos historiadores perdió la Argentina, para nuestro partido podríamos haber sacado mas beneficio, pero ya es historia.
El centenario encontró un país pujante y con un futuro promisorio, en el que las corrientes migratorias habían enriquecido culturalmente a la población nativa.
Brasil ve peligrar sus aspiraciones de liderazgo. El marques de Río Branco, notable estadista y referente de la política exterior brasileña de comienzos del siglo XX, lo advierte y alerta a su gobierno. Río Branco destaca, como ventaja comparativa a favor de Argentina, el idioma español que lo favorece en la comunicación con el resto de los piases de la región.
Para equilibrar la balanza Brasil debe buscar como lo hizo Argentina, un socio poderoso. La solución es Estados Unidos. Nace así una alianza estratégica que se consolida con la participación de un importante contingente de tropas brasileñas en la Segunda Guerra Mundial.
Al terminar la Primera Guerra Mundial los Estados Unidos pasan a ser la potencia dominante, desplazando a Gran Bretaña que inicia un lento pero sostenido proceso declinante.
El entendimiento forjado por Brasil y los Estados Unidos se mantiene hasta el presente. Mientras tanto, la declinación de Gran Bretaña, sumada a la errática política exterior argentina, proyecto un cono de sombra sobre la relación angloargentina.
Nuestro país sostuvo, salvo durante la década del noventa del siglo XX, una casi constante política de confrontación con los Estados Unidos, alentándose desde ciertos gobiernos un rechazo a la potencia americana.
Durante gran parte del siglo XX algunos factores de la geopolítica tuvieron gran influencia regional, el que más se destaco fue el cultural. Vaya por caso que en la década del sesenta dos diarios argentinos se encontraban incluidos entre los veinte grandes diarios del mundo, registro que consideraba solamente a tres diarios de habla hispana. A mediados de siglo las revistas argentinas se encontraban en los puestos de venta de todos los países de Sudamérica, hoy han desaparecido.
Hasta hoy Argentina es el único país de Latinoamérica que cuenta con premios Nobel científicos. De igual modo, no son pocos los aspectos del factor cultural que le son reconocidos. El resto de los factores que animan la geopolítica, salvo los determinantes como la geografía y los recursos, han experimentado un retroceso evidente.

PRESENTE
La región cuenta hoy con un país que, más allá de sus contradicciones, ha logrado un desarrollo y crecimiento notable: Brasil.
Eso le permite aspirar a ejercer un cierto liderazgo a nivel regional o, cuanto menos, a no admitir que otro lo quiera exhibir.

La irrupción en la región del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, haciendo gala de una desembozada ideología populista y confrontativa ha perturbado las relaciones entre los países sudamericanos. El presidente Hugo Chávez es en esencia un perturbador que no tiene reparos en intervenir en los asuntos de otros países.
Se siente el heredero del líder cubano Fidel Castro, y se vale de su riqueza en hidrocarburos para aspirar a un liderazgo al que Venezuela, por razones geopolíticas, no puede acceder.
Nunca, antes de la irrupción de Hugo Chávez en el escenario político sudamericano, un presidente o líder político se había atrevido a intervenir económica y discursivamente en las próximas elecciones de otros Estados.
La ideología populista y confrontativa del presidente venezolano carece de límites. En tal sentido apoya sin reservas a cualquier Estado, grupo o movimiento que por cualquier causa se encuentre enfrentado con los Estados Unidos. El caso de Irán resulta emblemático, como también lo es, en el orden local, la abierta corriente de simpatía que lo une a la señora Hebe de Bonafini, señora que manifestó públicamente su satisfacción por los atentados terroristas sufridos por Estados Unidos el 11 de setiembre de 2001 y el ataque a Atocha, y que se solidariza con la ETA (agrupación terrorista vasca).
El voluntarismo, pésimo consejero, impulsa a creer que el mundo nos ve y nos juzga como queremos que lo haga, cuando la verdad es que lo hace conforme a los hechos que producimos y lejos de disimular publicitamos. Estos son: maratónico discurso de Fidel Castro en la Universidad Estatal (UBA); La contracumbre de Mar del Plata con Hugo Chávez y Hebe de Bonafini como figuras estelares; la contracumbre en la cancha de Ferrocarril Oeste con las mismas figuras, en oportunidad de la reunión de presidentes de Uruguay; las valijas con dinero proveniente de Venezuela viajando en aviones privados pagados por el gobierno; la iniciativa promovida por el gobierno argentino de incorporar a la Venezuela de Hugo Chávez al MERCOSUR; la reiterada manifestación publica de "alianza estratégica con Venezuela"; el tratamiento despectivo del gobierno para con el Fondo Monetario Internacional y otros organismos económicos internacionales; el destrato grosero del que fueron objeto gobernantes de otros países, en tanto se privilegiaba el recibimiento de personajes insignificantes en el escenario nacional o internacional, que nada tiene que ver con el desarrollo del país y beneficio de la gente.
Los hechos, como los señalados, son los que muestran al mundo donde se ubica el gobierno argentino. Creer que hechos inequívocos y contundentes pueden ser neutralizados por medio de declaraciones edulcoradas de miembros del gobierno o voceros de este, es desconocer por completo el manejo de las relaciones internacionales y la situación mundial.
Tradicionalmente Argentina y Brasil compitieron en el marco de un liderazgo regional o sudamericano. Hoy el eje competitivo ha mutado, sin manifestarlo; no pasa desapercibido que lo animan Brasil y Venezuela.

¿DÓNDE SE UBICA LA REPUBLICA ARGENTINA?

LA RESPUESTA A ESTA PREGUNTA ES DE NATURALEZA GEOPOLITICA

Antes de responderla y con el propósito de encontrar una respuesta fundada, incursionaremos brevemente en el "Poder del Estado".

Podemos definir al Poder del Estado como la capacidad que tiene el Estado para influir en los acontecimientos.
Nos encontramos entonces con el "verbo de la geopolítica": INFLUIR.
Influir es convencer, es el verbo que acompaña a la inteligencia, al estadista, a la democracia en su esencia republicana.
Su contracara es "imponer", verbo que va de la mano con la prepotencia, con las dictaduras de derecha y las populistas de izquierda.
Se influye con razones, se impone con coacciones.
El Poder del Estado tiene tres ámbitos que conviven y se complementan: el ámbito político (manejo de ideas y del discurso); el ámbito económico (manejo de bienes y recursos); el ámbito militar (manejo de la fuerza en resguardo de los otros dos).
Si el Poder del Estado fuera el plano de una mesa los tres ámbitos serian las tres patas que le dan sustentación. Luego si una de las patas esta ausente el Poder del Estado se derrumba, no existe. Pero además, si ellas no armonizan entre sí la tabla estará con alguna inclinación o desequilibrio.

¿CUÁL ES HOY EL PODER DEL ESTADO DE ARGENTINA?

Ámbito político: carece de ideas a mediano y largo plazo, se vive emparchando la contingencia.
Ámbito económico: evidencia un deterioro que amenaza profundizarse.
Ámbito militar: totalmente debilitado, incapaz de afrontar un serio problema de su incumbencia. (Defensa Nacional).

Consecuentemente el Poder del Estado es nulo y cuando el poder fracasa solo queda recurrir a la fuerza, que es lo que practica el gobierno fronteras adentro.
La amenaza reemplazo al dialogo, el disenso es sinónimo de desestabilización, no hay pensamiento diverso sino enemigos.
No hay República, la aplastan con dos leyes abusivas, "Reforma del Consejo de la Magistratura (fin de la independencia del Poder Judicial) y voto por obediencia debida de Diputados y Senadores a la emergencia económica y con ello el fin del Federalismo, claridad y transparencia presupuestaria.

Futuro - Posible escenario geopolítico regional

Si bien el futuro es indócil el cuadro de situación de la región permite arriesgar un pronóstico.
Tal como hoy se han posesionado los distintos países. Sudamérica se encamina a la conformación de dos bloques, los que aparecen diferenciados ideológicamente. Cada uno de ellos tiene un país líder o referente: Brasil y Venezuela.
Los países que se encolumnan con Brasil aceptan el orden internacional vigente y dentro de tal marco y regla de juego procuran su progreso propio.
Aquellos que se encolumnan con Venezuela rechazan el orden internacional vigente sin precisar cual es el escenario al que aspiran. Es así como se mezclan el indigenismo andino con el renacer marxista venezolano; acompañados por la antipatía hacia los Estados Unidos y principales países europeos.
El primer bloque esta integrado por: Brasil, Chile, Colombia, Perú y Uruguay.

El segundo bloque lo componen: Venezuela, Ecuador, Bolivia y mal que nos pese Argentina.
Aunque se lo pretenda negar, los hechos ya citados y las posturas evidenciadas nos ubican cómodamente hoy en el bloque que lidera Venezuela.
El cambio de gobierno en Paraguay impide por el momento definir su ubicación.
Las visitas selectivas a los países sudamericanos, llevadas a cabo por gobernantes y personalidades de Estados Unidos, Europa y Asia corroboran la división señalada.
La caída del Muro de Berlín, seguida por el colapso del comunismo como sistema alternativo de gobierno, dio paso al establecimiento de un "nuevo orden internacional" en el que las grandes potencias emergentes de Asia, China e India, desempeñan un rol relevante.
No obstante, el presidente venezolano Hugo Chávez, líder visible de un bloque en formación de países sudamericanos, expreso: "El comunismo habrá fracasado en la Unión Soviética y Europa, pero todavía no fue probado en Venezuela".
Al futuro no se lo espera, se lo prepara. Pues bien, pareciera que Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales y Néstor Kirchner, juntamente con quienes los secundan y apoyan en sus gestiones de gobierno, se han empeñado en preparar el pasado, el poder esta en manos de Néstor Kirchner no de Cristina Kirchner.
La paz interior no nos viene regalada, los gobernantes responsables la construyen, los presidentes señalados lejos de construirla la destruyeron desempolvando rencores y azuzando enfrentamientos.
Una perversa combinación de revanchismo, populismo, corrupción y chatura intelectual los mantiene firmemente anhelados a un pasado que se niegan a dejar atrás. Mientras tanto el tren de la historia continúa su implacable marcha. Brasil, Chile, Colombia, Perú y Uruguay ya se han subido, acomodándose en sus alojamientos conforme a las posibilidades de cada uno; Argentina y sus socios permanecen parados en el andén observando transcurrir la historia, ocurre que sus respectivos gobiernos no entienden el mundo en el que están insertos. Lo peor es que nadie conspiro para apartarlos del mundo que progresa, lo hicieron por voluntad propia.

ALTERNATIVA

¿Ante la dramática e indisimulable situación que hoy nos toca vivir, cual puede ser la solución?
Nada mueve a pensar que el gobierno de los Kirchner vaya a aplicar un cambio de rumbo rotundo que encamine al país en la senda que transita el progreso.
Conducir es el arte de convencer, cuanto más si lo que se pretende conducir es un país
Desde siempre se convence a través del dialogo. Todo sistema cerrado, incapaz de realimentarse y enriquecerse con estímulos exteriores termina agotándose. El actual gobierno argentino constituye un sistema cerrado por excelencia, no parece errado decir que solo se escucha a sí mismo. No solamente descalifica a quienes piensan diferente sino que privilegia la confrontación por sobre el dialogo.
Es imposible disimular, en el marco geopolítico regional, la brecha abierta entre los dos bloques ya explicitados. Brecha que, como resultado de una interminable sucesión de torpezas, se acentúa cada vez más.
La sociedad argentina tiene derecho a aspirar a un futuro más promisorio. Tiene derecho a volver a ser un país respetado y tenido en consideración en el universo de naciones.

¿Por qué países como Brasil, Chile, Perú o Uruguay merecen la consideración internacional que Argentina tuvo y perdió?
Los gobiernos con sus desaciertos son quienes conducen a los pueblos al fracaso, estos tienen la enorme responsabilidad republicana de reemplazarlos a través del libre juego de la democracia. El fracaso rotundo, combinado con la corrupción obscena, tiene que ser en primer término neutralizado con el reclamo constante del ciudadano común, su silencio es señal de sumisión y aceptación. Nosotros como oposición no debemos quedar en silencio. La voz sensata de una sociedad indignada, manifestándose dentro del marco de la legalidad, haciendo uso constante e intenso de las posibilidades que cada cual tiene, erosiona a cualquier gobierno y más aun cuando se trata de un gobierno autoritario.
Argentina fue un gran país, ocupo un sitio destacado en el concierto de naciones, hoy dejo de serlo. Tenemos el derecho pero también el deber de recuperarlo.
El rumbo que hoy lleva nuestro querido país nos conduce a un fracaso cierto y a un aislamiento casi total en el escenario internacional. Aunque el gobierno no quiera escuchar la sociedad tiene la obligación de hacerse oír, no puede permanecer impávida contemplando y siendo cómplice pasiva del fracaso. Luego, llegado el momento, será la oportunidad de que los votos de los ciudadanos hagan sentir su fuerza.
Dijimos en los primeros párrafos que en el pensamiento geopolítico se daban cita dos escuelas: la determinista con sus condicionantes geográficos y climáticos y la posibilista que responde a la voluntad del hombre por querer hacer y por querer ser.
Pues bien, La Patria, con mayúscula, no es exclusivamente el pasado con sus glorias y remordimientos. Si de eso solamente se tratara, sería algo estático, inerte, por estar ubicado a nuestras espaldas, en gran medida nos resultaría utópico, ajeno. La Patria es un plebiscito de todos los días. Si en el pasado hicimos cosas notables que nos enorgullecen, queremos hacer en el presente y en el futuro muchas más para poder sentir un mayor orgullo. Esa es la posibilidad geopolítica que no podemos ni debemos rechazar.

Luis A. Patti
Diputado Nacional
Presidente Pa.U.Fe.

www.politicaydesarrollo.com.ar, 20-May-2008