sábado, 2 de agosto de 2025

ENCUENTRO

 El Ateneo Cívico "José de San Martín", ha organizado una reunión en "Homenaje a Liniers, héroe nacional", que se efectuará el martes 12 de agosto, día de la Reconquista de Buenos Aires.

En la oportunidad, expondrán:

*Mario Meneghini: Liniers y las dos Argentinas

*María Rosa Marcone: Defensa de la vida y Orden Natural

*Aurelio García Elorrio: Control de legalidad y la honestidad

El encuentro se realizará en La Rioja 532 (Córdoba), desde las 18 hs., siendo libre el acceso.

ACTIVIDAD CUMPLIDA

 En el día de la fecha, finalizó el seminario de Doctrina Social de la Iglesia, realizado en la sede de nuestro Centro de Estudios Cívicos "Fabiela Meneghini". Desde al día 7 de junio, todos los sábados se analizaron documentos importantes: 15 en total, de 7 Papas, publicados durante 134 años, lo que permitió a los asistentes asimilar las principios esenciales de la doctrina.

Continuaremos, si Dios nos permite, esta actividad iniciada hace 44 años, que ha sido alentada por el actual Pontífice:

"Existe una demanda creciente de Doctrina Social de la Iglesia a la que debemos responder"

                  León XIV, 17-5-2025

MIRIAM DOMINGUEZ


 “‘Felicitaciones, tienen un hijo trans’, nos dijo la psiquiatra, sin siquiera conocer a nuestra hija”

 

Es la coordinadora de Manada (Madres de Adolescentes con Disforia de Género). Aunque su caso está resuelto, sigue en esta lucha por reformar la Ley de Identidad de Género y sobre todo poner fin a la “romantización del mundo trans” irresponsablemente promovida, sobre todo entre menores de edad, por escuelas, terapeutas, comunicadores y autoridades

Claudia Peiró

 

Infobae, 02 Ago, 2025

 

Hace dos años, los testimonios de un puñado de madres de adolescentes con disforia de género publicados en Infobae, generaron una lluvia de mensajes de decenas y decenas de familias a lo largo y ancho del país -y también del exterior- que vivían el mismo drama: sus hijos, en realidad mayoritariamente hijas, declaraban de repente ser del sexo contrario, ser “trans”.

 

A esta noticia shock, las familias debían luego sumarle el descubrimiento de que la Ley de Identidad de Género promulgada en 2012 los priva de herramientas para enfrentar este problema, porque impone el respeto a la autopercepción de género, incluso en el caso de un menor de edad. En concreto, se acepta el diagnóstico de un adolescente o preadolescente cuando éste declara haber nacido en el cuerpo equivocado.

 

Basada en una ideología que niega hasta el sexo biológico, ha sido adoptada por médicos, psiquiatras y docentes. Estos últimos, adoctrinados por una línea que baja de los ministerios. Eso explica una frase tan delirante como “felicitaciones, tienen un hijo trans”.

 

La agrupación Manada (Madres de Niñas/os y Adolescentes con Disforia de Género Acelerada), de la que Miriam Domínguez fue una de las fundadoras, además de contener e informar a las familias que atraviesan esta situación, alentarlas para que no tomen el camino de la afirmación, que luego lleva a intervenciones invasivas y hasta irreversibles en el cuerpo de niñas jóvenes aún, ha golpeado incansablemente a todas las puertas posibles de los tres poderes del Estado.

 

En febrero pasado, el gobierno nacional prohibió por decreto los tratamientos y las cirugías en menores de 18 años. Pero lo esencial es reformar la ley para definitivamente cerrar esa puerta y además prohibir la llamada transición social de niños, es decir, el cambio de nombre en su ambiente social, en los registros escolares y luego en el registro civil.

 

La expresión “disforia acelerada” alude al hecho de que se tata de adolescentes que, repentinamente, declaran ser del sexo opuesto, sin haber manifestado con anterioridad ninguna incomodidad con su cuerpo. No se sabe con exactitud el porcentaje, porque no hay estadísticas oficiales, pero en una gran cantidad de casos, esta disforia desaparece en pocos años, por lo que tomar medidas invasivas e irreversibles es doblemente irresponsable.

 

Esta es la lucha que Miriam Domínguez no ha abandonado, a pesar de que su hija ya dejó atrás esa etapa “oscura”, porque se siente comprometida con esta causa, y no solo por las familias de Manada, sino también por muchas personas que, luego de completar la transición, ahora quieren dar marcha atrás y reconciliarse con su cuerpo y su sexo biológico y en ese camino arduo y a veces imposible, están totalmente desamparadas, porque el sistema que alienta las transiciones de género, no tolera el arrepentimiento que pone en evidencia la superficialidad e imprudencia con la cual se encaran estas disforias, cuando no la mala praxis.

 

— Sos una de las fundadoras de Manada (Madres de Niñas/os y Adolescentes con Disforia de Género Acelerada), su coordinadora y su cara más visible. ¿Cómo llegaste a esta pelea?

 

— Hace unos años, post pandemia, padecí esto con mi hija que de un día para otro dijo sentirse un varón. No entendía lo que estaba pasando y buscando información encontré un grupo de España que se llama Amanda Familias, con casos muy similares. Les escribí y resulta que ya habían recibido mails de madres argentinas, y nos pusieron en contacto. Éramos poquitas, cuatro o cinco, pero había muchas similitudes en nuestros casos. Un día nos encontramos con una nota tuya en Infobae. Era la primera vez que leíamos algo sobre lo que nos pasaba en Argentina.

 

— Tu hija dice “soy un varón”. ¿Cómo reaccionaron ustedes?

 

— Era rarísimo, porque ella era una nena fanática de las princesas de Disney. Hasta para ir al supermercado se vestía de princesa. Y de golpe en la secundaria empiezan situaciones de bullying, de acoso, y empezó a dudar de sí misma, a tener la autoestima baja. Llega la pandemia. que hizo que mi hija, como el resto, rompiera con todas sus estructuras y su cotidianeidad y estuviera permanentemente en la computadora, en las redes sociales. Ahí empezó el cambio actitudinal. Ya no era esa nena tan alegre, divertida, jocosa. Empezó a estar un poquito más sombría. Estaba muy angustiada y no sabía por qué. Con el tiempo nos dimos cuenta que había estado entrando en ciertos foros donde le sugerían que toda esa angustia se debía a que era trans. Y empezó a tener contacto con chicas de distintos lugares que se decían trans y a creer que todo lo que le pasaba era porque…

 

— ... había nacido en el cuerpo equivocado. Era un varón en un cuerpo de mujer.

 

— Claro, porque además estaba atravesando la pubertad, todo ese cambio físico que en general nunca es agradable. La pubertad siempre trajo dudas y conflictos. Pero eso es algo natural, inherente a esa etapa de la vida. No es algo que deba revertirse. Entonces, lo primero que hicimos fue buscar ayuda profesional. Contacto a una psiquiatra y la fuimos a ver mi marido y yo en la primera consulta para despejar todas estas dudas y en 40 minutos, por lo que nosotros le referimos, porque no había conocido a mi hija, recuerdo sus palabras: “Felicitaciones, tienen un hijo trans”.

 

— ¿Felicitaciones?

 

— Felicitaciones. A mí me invadió una angustia muy grande. Y cuando ella lo nota, me dice: “No hay por qué angustiarse, no hay por qué sufrir, siempre es mejor un hijo trans vivo que una hija muerta”.

 

— La extorsión afectiva.

 

— Eso. Creo que no hay nada más cruel que se le pueda decir a una mamá. Y hoy en día sé que no hay nada más falso. Pero en ese momento no lo sabía. Intentamos entonces como familia, en base a esto que ella dijo, seguir la corriente y avalar. Era peor. Mi hija cada día se sumía más en la angustia. Estaba cada vez más oscura. Hasta que llegaron las autolesiones. Fue el límite. Ahí dijimos por acá no es, este no es el camino. Empezamos otra búsqueda. Y en esa otra búsqueda, aparece Amanda de España y se conforma acá un pequeño grupo de madres. Había un patrón, nuestras hijas consumían las mismas redes, los mismos dibujos de animé, de manga. Son dibujos que parecen muy naif, pero cuando empezás a mirar te das cuenta de que detrás hay un mundo muy oscuro, muy perverso, con una exacerbación sexual muy grande.

 

— ¿Qué hicieron entonces?

 

— Cuando contamos nuestras historias de vida en Infobae, éramos unas diez en el grupo. Pero cuando salió la nota, empezaron a llegar infinidad de mensajes de familias, todas atravesadas por lo mismo y empezamos a ver que hasta había nenas muy chiquitas. Diez, once años. Y no era solamente en Argentina, entonces empezamos a estudiar las políticas y las leyes de otros países. Cuando leímos nuestra ley (de Identidad de Género), nos preguntamos ¿en qué momento sucedió esto? Bueno, al día de hoy, ya pasaron más de 700 familias por Manada.

 

— Setecientas en un par de años.

 

— Sí, y hablamos de las pocas familias que se animan a seguir su instinto materno y paterno y decir esto no está bien. Pero hay muchas familias que siguen avanzando en la afirmación del género autopercibido de sus hijos porque están emocionalmente extorsionadas, porque cuando tu hija o tu hijo, lo que vos más querés en el mundo, amenaza con quitarse la vida o lo ves triste o sumido en una depresión, o se autolesiona, es muy difícil luchar contra eso. Tu sentido común te dice no, no, esto es una locura, pero en tu casa vos estás viviendo otra locura.

 

— Además está la presión del entorno. La ley actual es extremadamente permisiva, no pone prácticamente ningún reparo a la expresión de deseo de la persona, aunque sea menor de edad. Y después está el colegio, los psicólogos, todos tienen el mandato de respetar la voluntad del chico.

 

— No son todos los colegios, por suerte, pero sí una gran cantidad que ve esto como una cuestión de derechos. Porque ha habido un gran adoctrinamiento hacia maestros y directivos. Incluso hay penalizaciones si no adhieren a estas políticas de género. Personalmente no he tenido grandes inconvenientes, pero tenemos muchos casos de colegios que han sido absolutamente abusivos en esto. Un caso muy particular es el del Colegio Illia de Mar del Plata, de una mamá que acompañó a su hija durante dos años en esta idea de sentirse varón y hasta habían cambiado su nombre en los registros escolares. Pero cuando la chica decidió dar marcha atrás, la mamá fue a pedir al colegio que volvieran a cambiarle la identificación a la hija en los registros, y automáticamente la denunciaron.

 

— ¿Hablamos de una denuncia penal?

 

— Sí, ya la absolvieron, pero tuvo una denuncia penal. Inclusive le cuestionaron la tutela, intentaron sacarle la guarda de su hija. Algo que me shockeó fue que la psicopedagoga del colegio le dijo a la nena que en el caso de que su mamá se pusiera violenta -jamás lo fue y la nena decía “me llevo muy bien con mi mamá”-, podían hablar con “alguien en quien vos tengas confianza para que te acepten en guarda”. La psicopedagoga llegó hasta a hablar con un familiar de la nena…

 

— Para quitarle la guarda.

 

— Sí. Y este familiar le dijo: “Disculpame, yo conozco muy bien a esta persona, es una madre absolutamente amorosa con su hija, ¿vos me estás ofreciendo la custodia de una menor de edad sin conocerme?”

 

— Cuando hablabas del grupo que formaron, hablabas en femenino, chicas, nenas. Casi siempre son chicas que dicen sentirse varones. Si, como dicen los promotores de la transición adolescente, hay más casos porque “ahora se puede hablar”, el porcentaje debería ser parejo. Habría tantos varones como chicas trans. Pero no es así. Es una epidemia social adolescente femenina.

 

— Exacto. Como no hay información oficial de la cantidad de casos, hace alrededor de un año empezamos a hacer nuestras propias estadísticas. Encontramos que de los casos que pasaron por Manada, el 92% son mujeres. Y en un 40% son chicas que tienen patologías previas de base, como TDH, autismo, TEA, Asperger, trastornos alimentarios. Sí, esto afecta mucho más a las mujeres que a los varones. Creemos que tiene que ver con que en la pubertad es más notorio el cambio en las nenas. Y sí, hay un contagio social muy grande.

 

— O sea que muchas veces esta supuesta condición trans se dispara por un malestar ante el desarrollo sexual en la pubertad…

 

— Sí, pero son cosas manejables, como lo fueron toda la vida. El problema es que desde hace unos años no solamente los chicos están expuestos a un mundo paralelo en Internet, que les ofrece una vida mágica, que les dice que de la noche a la mañana pueden convertirse en otra cosa, sino que esto es avalado por el Estado y por las leyes. Y un contexto social en el que lo políticamente correcto está por encima….

 

— ... del sentido común

 

— Es muy difícil pararse en una vereda lógica en este tema porque mucha gente no entiende que detrás de todo esto hay un gran comercio, y la transición social es la puerta de entrada. Estos chicos se ven expuestos a que su mismo entorno de pares los empuje a más. Porque hay un bullying. “Sí, vos decís que sos un varón, pero yo no te veo como un varón”. Entonces, la angustia que sufre esta chica por no verse como dice que se siente, la empuja hacia un camino de hormonas y de cirugías.

 

— Aclaremos que la transición social es la aceptación por el conjunto del nuevo nombre, una Alicia ahora se llama Juan, y luego, eventualmente un nuevo DNI. Pero después viene la intervención sobre el cuerpo. Frenar la pubertad, hormonar y, finalmente, la cirugía, que implica infertilidad, castración… Cosas de las que se habla con demasiada liviandad. Y los padres y madres que se enfrentan a esto descubren que el Estado, a través de la Ley, se les ha metido en la casa y les dice lo que tienen que hacer.

 

— Sí, tal cual. La ley de Identidad de Género obliga a los papás a avalar esto, lo mismo que a los colegios. Cualquier profesor o profesional de salud mental que cuestione esto puede ser denunciado y perder la matrícula. Entonces la ley desprotege a esos menores que tal vez estén pasando por una etapa de confusión. También desprotege a las personas adultas que han intervenido su cuerpo y quieren destransicionar. Manada muchas veces también debe albergar a estas personas. Cuando criticábamos las transiciones de género en menores, nos catalogaban como transfóbicas, se nos acusó de tener discursos de odio. Lejos de eso. Para poder entender lo que estaban viviendo o sintiendo nuestros hijos, nos pusimos en contacto con gente que ha pasado por esto y estas personas amablemente nos han dado entrevistas vía zoom. Nos cuentan sus historias de vida, que ninguna es un camino de rosas como lo quieren hacer ver.

 

— ¿Cuál es la realidad de una transición?

 

— Bueno, antes incluso de los bloqueadores de pubertad o de las hormonas, está lo que llaman binder, que es una faja que comprime las mamas de tal manera que terminan desarrollando nódulos, problemas en la piel, inclusive hay chiquitas que se han desmayado por tener el pecho comprimido durante 12 ó 14 horas. Después, la droga que se utiliza para bloquear la pubertad, que es la triptorelina, es la misma que utilizan en Estados Unidos para la castración química de violadores. Y la usan en chicos, para que no se desarrollen. Dicen que es para darle tiempo a ese chico para tomar su decisión. Pero no solamente estás bloqueando los caracteres secundarios del desarrollo sexual, sino también el desarrollo óseo, el cognitivo, el neuronal. Hay un informe, el de la doctora Hillary Cass, del año pasado, que estuvo cuatro años investigando...

 

— En Inglaterra.

 

— Ese informe advierte que no se sabe a ciencia cierta qué va a pasar con estas personas a las que les han dado bloqueadores de pubertad, a veces durante dos años o tres años. No se sabe porque todo es experimental. Sin embargo acá, hay jefes de servicios de hospitales públicos que han desestimado el informe, con una soberbia increíble, argumentando que no fue hecho por especialistas en género. En primer lugar, no sé qué título tienen ellos de especialistas en género más allá de haber experimentado con un montón de personas con este tipo de tratamientos. Entonces, si no pudieron rebatir este informe tan contundente, me parece muy soberbio que se lo desacredite.

 

— Hablamos de un informe encargado por el Gobierno del Reino Unido a una comisión independiente. No se hizo en una semana. Durante cuatro años estudiaron cómo se estaban tratando los casos de disforia en menores, en base a qué estudios científicos se aplicaban bloqueadores y hormonas, etc. Ese informe es lo que acá un par de médicos argentinos que se dedican a este negocio, ellos mismos dicen que es un “negocio”, desestiman por “ideológico”.

 

— Es más, se hizo ese informe por la cantidad de juicios que se le hicieron a la Clínica Tavistock. Por gente que se sintió estafada porque les vendieron Alicia en el País de las Maravillas y resultó que no era así. Es una película de terror la que viven y es irreversible.

 

— Por el informe Cass suspendieron los tratamientos en menores. Un menor no puede entender las implicancias de estos tratamientos. Para eso están los adultos, para transmitir experiencia.

 

— Sí, nos hicieron creer que poner límites a los hijos es ser autoritarios. Pero no hay nada más amoroso que poner límites a los hijos. Uno puede tener la mejor relación con ellos, pero no somos amigos de nuestros hijos, y si nos convertimos en amigos, los dejamos huérfanos. Los padres nos hemos ido achicando en nuestro rol, y lo que ha ganado es esa idea de empoderar a los chicos; en el fondo es privarlos de ser niños. El chico no tiene por qué cargar la mochila de ser absolutamente responsable de su vida. Para eso están los padres. De mi caso puedo decir que es uno de los más naif. Si bien estuvimos casi tres años con una angustia muy grande y fue muy difícil…

 

— No se tomaron decisiones…

 

— No hubo decisiones irreversibles. Y hoy tengo la tranquilidad de ver a mi hija otra vez contenta, feliz, con proyectos. Pero tenemos casos dentro de la agrupación que son muy duros. A veces los padres no se ponen de acuerdo. Una de las nenas más chiquitas, de carácter apocado, tímida, de golpe, un día, empezó a creer que podía ser un varón y cuando lo dijo en el colegio la aplaudieron, la vitorearon y pasó a ser una heroína, pasó a ser popular. Entonces, cuando vos a un chico a los 11 ó 12 años lo ponés en ese lugar, es muy difícil que después pueda reconocer que se equivocó, porque pierde todo eso. Los padres de esa nena fueron al Hospital de Pediatría (Elizalde) buscando ayuda. En media hora, el pediatra le dijo a la nena: “¿Ya tenés nombre de varón? Bueno, andá a empadronarte”. A las dos, tres semanas, esa nena ya estaba en el consultorio de una endocrinóloga que de inmediato le aplicó un bloqueador de pubertad. A los 14 años, tuvo una menopausia precoz. A los 12 años, la endocrinóloga le dijo a la nena “pensá bien si vas a querer ser mamá algún día porque vas a tener que congelar óvulos”. A esa edad una nena no puede tener esa resolución en su cabeza.

 

— Es absurdo, por decirlo suavemente, pensar que una niña de 12 puede comprender las consecuencias de estas decisiones.

 

— Además, el consentimiento informado de un bloqueador de pubertad tiene menos contraindicaciones que el prospecto de una aspirina. Tenemos casos de personas en destransición, que en lo psicológico es posible, pero la destransición física es muy difícil, en algunos casos imposible. Nos cuentan que han firmado los consentimientos informados entrando al quirófano. A las apuradas y en situación de vulnerabilidad. Y eran adultos.

 

— ¿El Estado lleva una estadística de estos casos?

 

— No, no lo hace. No se sabe cuántas personas están en esta situación. Ni cuántos son menores.

 

— ¿Cómo trabaja Manada?

 

— Tenemos tres grupos de WhatsApp en los que las familias interactúan 24 sobre siete, sin descanso. También tenemos familias de otros países, entonces por la diferencia horaria pueden llegar mensajes a cualquier hora. Además de brindar información científica, hacemos reuniones por zoom con psiquiatras, psicólogos, endocrinólogos, médicos, clínicos, pediatras. Y los abogados de la asociación Prodeci nos asesoran generosamente. Tratamos de darles también una contención psicológica a los padres, porque esto afecta a toda la familia que queda sumida en esta situación que te abarca por completo la vida.

 

— Una dificultad es que los padres no se pueden oponer abiertamente, porque exponen a los hijos, pero además contradecirlos es un riesgo, sumado al entorno social que muchas veces los descalifica y niega que exista la falsa disforia.

 

— Además muchas veces en la casa se dice algo y el colegio lo revierte. Es muy difícil porque vos estás tratando de que tu hijo tenga un razonamiento un poco más lógico, que espere, porque tiene toda la vida por delante para tomar decisiones que van a ser irreversibles, pero de repente una profesora le dice lo contrario, porque también hay una romantización del mundo trans. Ser trans es lindo, es valiente, está buenísimo.

 

— Es como un plus en la vida, una suerte de heroísmo.

 

— Y prácticamente todo lo que tiene que ver con la ESI está atravesado por esta idea. Los profesores hablan con total desconocimiento, porque lo único que tienen son estos cursos que les han hecho hacer a través de los ministerios o las secretarías de Educación…

 

— Ustedes han batallado mucho por el cambio de la Ley de Identidad de Género, esencialmente para proteger a los menores. Hay presentados algunos proyectos que quizás se debatan en la Cámara. ¿Qué cambios reclaman?

 

— Primero, un menor de 18 años no puede hacer tratamientos invasivos en su cuerpo y estos tratamientos son invasivos. Cuando los padres están de acuerdo es porque están desinformados o emocionalmente extorsionados. Si no, no me lo explico, porque no creo que ningún padre ni ninguna madre quiera hacer algo que dañe el futuro de sus hijos. Por otro lado, que los consentimientos informados no los presente el mismo médico que va a practicar la cirugía, porque hay un conflicto de intereses. Estos consentimientos deben salir de un lugar oficial, para mí el Ministerio de Salud, dárselo con tiempo a las personas adultas. Siempre estamos hablando de mayores de 18 años.

 

— La asistencia a los destransicionadores también.

 

— Eso es fundamental. Las personas que ya hicieron la transición porque creyeron en este discurso, creyeron que eso de verdad iba a aliviar sus vidas, y hoy se dan cuenta de que no fue así y tienen un montón de daños y secuelas, muchas irreversibles, necesitan atención urgente. Pedimos que la ley considere reparar esos daños. Pero les sueltan la mano. Ya no son funcionales a un colectivo, ni a los médicos que se promocionan con estas prácticas, entonces no son nada, quedan totalmente fuera del sistema.

 

— Son testigos molestos.

 

— Si un varón dice sentirse mujer, el Estado le financia las prótesis mamarias. Pero si una mujer quiere volver a estar conforme con su sexo biológico, y como se hizo una doble mastectomía ahora necesita implantes, en este caso el Estado considera que es una cirugía estética y no lo cubre.

 

— Por último, ¿por qué seguís en Manada?

 

— Primero, porque hice una promesa. Si yo sacaba a mi hija de todo esto, iba a ayudar a otras madres. Y porque las familias de Manada son mi familia. Porque veo el dolor, la angustia, de un montón de mamás. Porque es injusto. Porque estas personas de las cuales me hice muy amiga, son personas muy vulnerables. Se las utilizó.

 

— ¿Te referís a personas que están destransicionando?

 

— Sí. Son personas a las que empecé a conocer. Y ahora son amigos entrañables. Son personas maravillosas. Se arriesgan un montón. Porque si salen a decir lo que saben sobre este comercio, son atacadas. Y son inclusive más vulnerables que antes de iniciar todo esto. Porque estas prácticas con testosterona, en el caso de las mujeres, las terminan convirtiendo en pacientes psiquiátricos. Uno de los mayores efectos de la testosterona a largo plazo es la depresión, la ideación suicida. Este cuento que han hecho de que se van a suicidar si no transicionan es mentira. Tienen mayor ideación suicida después de la transición, cuando se dan cuenta de que no resolvieron los conflictos previos a esta angustia y ya es demasiado tarde, porque no pueden reconstruir sus cuerpos, no pueden reconstruir sus vidas. Ahí sí la autoestima está por el piso. Y es cuando todos le soltaron la mano. El Estado, la familia, esos amigos que supuestamente están.

 

— El colectivo LGBT…

 

— El colectivo del alfabeto. Y las únicas que estamos somos las mamás de Manada, las que contenemos a toda esa gente. Eso me hace seguir y también el apoyo que tengo de mi familia. Porque mi hija me banca, me dijo “sí, mamá, dale para adelante”.

 

 

 

viernes, 1 de agosto de 2025

EL BEBÉ MÁS VIEJO DEL MUNDO

 

 nació de un embrión congelado hace más de 30 años y tiene una sobrina de 10

 

Por Joaquín Bahamonde

Infobae, 01 de agosto de 2025

 

Thaddeus Daniel Pierce (MIT)

El 26 de julio de 2025, en una habitación de hospital de Ohio, Estados Unidos, nació  Thaddeus Daniel Pierce , un bebé que ya había batido un récord mundial antes de dar su primer aliento. Su llegada marca un hito extraordinario en la  medicina reproductivase desarrolló a partir de un embrión que permaneció congelado durante más de 30 años , convirtiéndose en el caso de  conservación embrionaria  más prolongada de la historia. Los medios estadounidenses no tardaron en bautizarlo como  “el bebé más viejo del mundo” .

 

Lindsey Pierce , de 35 años, reveló al  MIT Technology Review  que atravesó complicaciones durante el alumbramiento, pero que tanto ella como su hijo se encuentran en perfecto estado de salud. "Tuvimos un parto difícil pero ahora estamos bien. Estamos asombrados de tener este precioso bebé", declaró la nueva madre. La comunidad religiosa donde la familia participa reaccionó con asombro ante la noticia, comparó el caso con una historia de ciencia ficción hecha realidad.

Imagen ilustrativa de un embrión criopreservado. La llegada de Thaddeus desafía los límites conocidos de la medicina reproductiva y plantea nuevas preguntas sobre la vigencia del material genético humano tras décadas de congelamiento (REUTERS)

Para  Tim Pierce , de 34 años, el nacimiento de Thaddeus representa una paradoja temporal fascinante: cuando el embrión que se convertiría en su hijo fue creado en mayo de 1994, él era apenas un niño pequeño. Ahora celebra la llegada de un bebé al que Lindsey describe como “tan tranquilo” y que representa la culminación de siete años de intentos fallidos para formar una familia.

 

La historia de Tadeo ha provocado asombro más allá de su familia, impactando a la comunidad y despertando el interés de expertos y creyentes por igual.

La donante que preservó la vida durante tres décadas.

La extraordinaria historia de Tadeo comenzó hace más de tres décadas, cuando  Linda Archerd  tenía 31 años y luchaba contra la infertilidad. Después de seis años de intentos sin éxito para concebir, ella y su entonces esposo recurrieron a la  fertilización in vitro , una tecnología que en los años noventa aún despertaba incomprensión. “Mucha gente no entendía lo que estábamos haciendo”, recordó Archerd.

La determinación de Linda Archerd de preservar sus embriones durante más de treinta años refleja los dilemas y esperanzas de quienes apuestan por la fertilización asistida (Linda Archerd)

El procedimiento médico resultó en la  creación de cuatro embriones . Uno fue transferido inmediatamente y se desarrolló exitosamente, dando vida a una niña sana que ahora tiene 30 años. Los otros tres permanecieron criopreservados en espera de futuros intentos de embarazo que nunca llegaron. Tras divorciarse, Archerd obtuvo la custodia legal de los embriones y adquirió la responsabilidad financiera de su almacenamiento, un gasto que con el tiempo alcanzó los  USD 1.000 anuales .

“Siempre pensé que era lo correcto”, explicó la mujer. Sin embargo, al llegar a la menopausia, se enfrentó a una decisión compleja sobre el destino de los embriones. Descartó las opciones de destruirlos, donarlos para investigación o cederlos de forma anónima. “Es mi ADN; viene de mí… y es el hermano de mi hija”, argumentó, lo que la llevó a explorar el concepto de  adopción de embriones .

El viaje de un embrión: historia y decisiones de la donante

La  adopción de embriones  representa una modalidad donde las familias donante y receptora participan activamente en el proceso de selección. Archerd, motivada por sus convicciones cristianas, eligió el programa  Snowflakes , gestionado por Nightlight Christian Adoptions.

El proceso enfrentó obstáculos significativos debido al tiempo de almacenamiento de los embriones y los métodos de congelación utilizados en los años noventa. “Más del 90% de las clínicas en Estados Unidos no habrían aceptado estos embriones”, explicó  Beth Button , directora ejecutiva de Snowflakes, al  MIT Technology Review . Finalmente, en 2022, los embriones fueron aceptados por el programa  Open Hearts , especializado en embriones de larga data o con características especiales.

Los estrictos criterios y el enfoque ético de los programas estadounidenses evidencian la complejidad de estas decisiones para donantes y familias receptoras (REJOICE FERTILITY)

Desafíos técnicos de una ciencia en evolución

La descongelación y transferencia de embriones almacenados durante décadas presenta retos técnicos complejos que han evolucionado considerablemente desde los años noventa. En esa época predominaba la  técnica de congelación lenta , que reduce gradualmente la temperatura del embrión, aunque puede generar cristales de hielo perjudiciales para las células. Desde la década de 2000, la  vitrificación  —que congela los embriones rápidamente en nitrógeno líquido— se convirtió en el estándar para minimizar los daños celulares.

Sarah Atkinson , embrióloga jefa de la clínica Rejoice Fertility en Knoxville, Tennessee, explicó al  MIT Technology Review  que manipular embriones antiguos requiere herramientas y técnicas especializadas. "Es aterrador para quienes no saben cómo hacerlo. No quieres dañar los embriones de alguien si no sabes lo que haces", advirtió la especialista.

El proceso de descongelación de los tres embriones de Archerd demandó extremos técnicos inusuales. Atkinson recordó haber manipulado viales de vidrio sellados usando  cuchillas de diamante bajo nitrógeno líquido . “Me corté la mejilla y la sangre corría por mi cara, pero los embriones sobrevivieron”, relató la embrióloga, quien recurrió a notas técnicas archivadas durante años para garantizar el éxito del procedimiento.

La busqueda de una familia receptora

Lindsey y Tim Pierce encontraron en la adopción de embriones una alternativa tras largos años de búsqueda, enfrentando incertidumbres y una travesía médica poco convencional (LINDSEY PIERCE)

Lindsey y Tim Pierce habían explorado diversas alternativas de  reproducción asistida  durante siete años cuando descubrieron el programa Snowflakes. Su disposición a aceptar cualquier embrión disponible, sin restricciones específicas, los distinguirá de otros candidatos. “Marcamos cualquier opción posible”, recordó Tim sobre el formulario de preferencias que completaron.

El emparejamiento con los embriones de Archerd los sorprenderá por completo. “No sabíamos que se congelaban embriones hace tanto tiempo”, confesó Lindsey. La pareja eligió la clínica Rejoice Fertility, dirigida por  John Gordon , endocrinólogo reproductivo de fe presbiteriana reformada que sostiene que “todo embrión merece una oportunidad de vida” y acepta cualquier embrión independientemente del tiempo de almacenamiento.

El procedimiento exigió cinco viajes de cinco horas desde Ohio hasta Tennessee en solo dos semanas. De los tres embriones descongelados, uno no logró desarrollarse, pero dos fueron transferidos al útero de Lindsey el 14 de noviembre de 2024. Uno de ellos se convirtió en Thaddeus, quien nació ocho meses después.

El nacimiento de Tadeo representa un caso extremo dentro de una tendencia creciente. En 2022, la misma clínica asistió a los  Ridgeway , quienes tuvieron gemelos de embriones congelados por más de 30 años. Según el  MIT Technology Review , existen  millones de embriones  almacenados en clínicas de todo el mundo, cuyo destino genera dilemas éticos, legales y personales complejos para familias y centros médicos.

La adopción de embriones, aunque minoritaria, ha surgido como una alternativa para evitar el descarte o la donación anónima. En EEUU, los criterios religiosos y morales de muchas agencias influyen significativamente en las decisiones de emparejamiento y en la relación entre donantes y receptores, planteando preguntas sobre los límites éticos de la reproducción asistida.

El nacimiento despertó el deseo de encuentro entre las familias biológicas y adoptivas. Linda Archerd expresó su asombro al observar las primeras fotografías del bebé.  “Lo primero que noté cuando Lindsey me envió sus fotos fue cuánto se parece a mi hija cuando era bebé. Los comparé y no hay duda de que son hermanos ”, declaró la donante.

Aunque no existen planos inmediatos para un encuentro presencial, Archerd describió la posibilidad como “un sueño hecho realidad” y calificó a Thaddeus como “perfecto”. El bebé ya cuenta con una hermana biológica de 30 años  y, en  una curiosidad genealógica adicional, es tío de una niña de 10 años, hija de su hermana mayor.

Para los Pierce, el récord mundial nunca fue el objetivo de su búsqueda de paternidad. Su motivación se centró únicamente en el deseo fundamental de formar una familia, sin considerar las implicaciones históricas de su decisión.