miércoles, 10 de julio de 2013

LA DÉCADA MALBARATADA 2003-2012



El desperdicio de la mayor oportunidad histórica que tuvo Argentina a lo largo de un siglo

Javier Llorens (9-7-13)

[reproducción parcial]

Las puntas del iceberg de la década malbaratada

En consecuencia la punta de iceberg de la década malbaratada, que más bien parece el vórtice de un volcán, es el tosco corralito cambiario que se instaló en noviembre del año 2011, tras haberse agotado la disponibilidad física de divisas. O sea la misma razón por la que Cavallo y De la Rua instauraron el corralito bancario exactamente diez años antes, en noviembre del 2001.

Con el corralito bancario del 2001, Cavallo y De la Rua impidieron que los pesos salieran de los bancos, para comprar las divisas físicas inexistentes de la ruinosa convertibilidad.  Y con el corralito cambiario del 2011, Boudou y Fernández de Kirchner impidieron que con los pesos se pudieran salir a comprar las divisas físicas inexistentes, en la ruinosa seudo convertibilidad que rigió hasta ese momento.

Pero más allá de estos áridos números respecto las cuentas nacionales, como puntas de un vasto iceberg social de esta década malbaratada y no ganada, que mas bien parecen las bocas purulentas de un pavoroso forúnculo o ántrax social, la ANSES informó que en el año 2012 la Asignación Universal a la Niñez carenciada la cobraban 3.507.223 beneficiarios, sobre una población etaria de 12.333.747 niños y jóvenes hasta los 18 años.

O sea que percibía esos beneficios destinados a carenciados, un 28,4 % de esa población, lo cual contradice brutalmente los niveles de pobreza e indigencia menores a un dígito que informa el INDEC.  Quien pese a ello, también informa que la mitad de la fuerza laboral trabaja en negro, o como cuentapropistas marginales, sin ninguna cobertura social que los ampare. Con empleos basura que mal pueden sacar a nadie de la pobreza estructural en que está sumido.

En la que hay franjas de la población que no pueden acceder a los subsidios universales, por estar incapacitada de enfrentar los trámites burocráticos que estos requieren. Existiendo así la ayuda del estado, pero siendo su brazo corto para llegar al más necesitado. Y otras extensas franjas que se han acostumbrado a vivir del asistencialismo sin trabajar; arrumbando la dignidad y autoestima, que solo proviene del esfuerzo propio, la ayuda mutua,  y la autorrealización.

El INDEC por su parte se encargó de discontinuar las estadísticas respecto la delincuencia, como si no quisiera ni verla. Dijo que en el 2007 aumento un 7 % respecto el año anterior, y un 12 % en el 2008, superando largamente las tasas chinas de crecimiento económico de las que se jacta el gobierno, pero a partir de allí en más dejó de informar al respecto. Y sin tener en cuenta que la naturalización del crimen, ha hecho que se dejen de denunciar los hechos delictivos menores que suceden a diario.

Con respecto la población en establecimientos penitenciarios, el INDEC dice que ella aumentó en el 2008 un 4 % respecto el año anterior, un 5 % en el 2009, y un 3 % en el 2010, dejando también a partir de allí de informar al respecto, para no asustar a la audiencia. Pero si informa que habría una fuerza de tareas de casi un millón de jóvenes Ni-Ni, desideologizados y aculturizados, que no estudian ni trabajan, y no saben donde desplegar su vitalidad, libido, y ebullición hormonal.

Por su parte el sistema de transporte masivo de la población laboriosa, tiene una antigüedad de más de medio siglo, y no mejoró nada a  lo largo de la década. Donde la gente viaja como ganado, y se siente a salvo cuando logra llegar a destino, y no pasa a ser parte  de algún siniestro. Y en los destinos de larga distancia, se tarda el doble que hace cien años para llegar ellos.

A su vez la evaluación educativa de PISA, dice que Argentina cayó del primer lugar que ocupaba en el 2000 en Latinoamérica, al puesto 7mo en el 2009. Detrás de Chile, Uruguay, México, Trinidad Tobago, Colombia y Brasil. Perdimos así la última superioridad que nos quedaba respecto nuestros vecinos, que era la educativa y cultural por la que éramos respetados en los países vecinos, por el solo hecho de decir soy argentino. Cayendo además al puesto 58 entre los 65 países del mundo encuestados. La debacle argentina lejos de detenerse, por contrario parece haberse acelerado en esta década malbaratada, pese a que supuestamente se dedican a la educación más dinero que nunca, pero no se verifica en sus resultados.

Por su parte Bloomberg informó recientemente que Argentina está en el puesto 14 de los países más propensos al vicio, con un puntaje apenas inferior a Bosnia, Rusia, Belorusia, Grecia, Italia, Estonia, y Ucrania. Encabezando largamente la posición a nivel regional, al encontrarse en el puesto 32 Uruguay, en el 43            Brasil, en el 44 República Dominicana, en el 47 Ecuador, en el 48 Paraguay, en el 50         Colombia, en el 51 México, en el 53 Venezuela, en el 54 Guatemala, en el 55 Bolivia, y en el 56 El Salvador.

Según esa estadística comparativa, Argentina está al nivel de Brasil en el consumo de alcohol. Supera largamente a los otros países en el consumo de cigarrillos. Supera a Uruguay en las pérdidas por juegos de azar, que trepan a 1,4 del PBI; representando un negocio de de 35 mil millones de pesos anuales, concentrado en manos de los amigos del poder, como Cristóbal López, Roggio, etc. Encabeza la tabla en el uso de cannabis, superando a Uruguay, y duplica el consumo de este que lo sigue en la tabla, de cocaína, éxtasis, y otras drogas.

Esta enorme vulneración de los derechos sociales, que abarca no solo a un sector excluido de ella, sino a toda una sociedad inmersa en la inseguridad, ha sido disimulada por la consagración y exaltación de los derechos individuales y de género, que solo abarcan una pequeña minoría de ella, menor a un dígito.

En una paradojal mimesis, se relegaron así en la práctica ideales justicialistas consagrados hace casi setenta años por Perón y Evita. Los que fueron sustituidos por los ideales individualistas proclamados hace cuarenta años por John Rockefeller III, en su libro “La revolución americana”. Donde hace además una encendida defensa del aborto irrestricto, para hacer sostenible la economía capitalista, en un planeta en vías de agotar sus recursos naturales.

Siguiendo los lineamientos fijados por el profeta John Rockefeller III, hoy paradojalmente se habla encendidamente del Derecho Humano al aborto, como si ellos rigieran exclusivamente para el humano nato, no para el nasciturus o humano por nacer. Bajo el supuesto que este puede llegar a atentar o subvertir la libertad y derechos de la madre en esta modernidad liquida y hedonista, llena de derechos pero no de obligaciones, donde muy pocos se atreven a enfrentar las consecuencias de sus actos. Enfoque que tiene un inusitado paralelismo con la justificación que hicieron los militares para justificar la “guerra sucia”, en su lucha contra la subversión guerrillera.

Se ha sumado así al ejercicio de la violencia masculina sobre la mujer, el derecho de la mujer a ejercer la violencia sobre su propia cría, como si ello pudiera reportar al mundo un poco más de armonía. Y para justificar la medida se dice que los abortos clandestinos afectan principalmente a las mujeres en condición de pobreza, limitándose a tratar de hacerla soportable a esta. En vez de procurar sacarlas expeditivamente de ella, como fue la tarea emprendida por Perón y Eva, que sus seguidores parecen haber olvidado.

La parábola de los denarios

La parábola bíblica habla de unos administradores que recibieron distintas cantidades de denarios, pero que igualmente se las ingeniaron para multiplicarlos. Salvo uno que devolvió la misma cantidad que recibió, sin haberlos incrementados, por lo que fue repudiado.

Que se podría decir entonces de un gobierno que recibió una inmensa cantidad de denarios, como nunca antes en un siglo, y en vez de multiplicarlos se encargó de malbaratarlos. Y que olvidando el axioma de su partido “la única verdad es la realidad”, se encargó de construir un relato, proclamando la “década ganada” y presentándose como “el gobierno más exitoso de la historia”, repitiendo el mismo auto halago de Menem. Cuyo supuesto “éxito” se basa en comparar la década actual con el pozo del 2002, en el que nos hundió la “exitosa” década de Menem. Cuando en realidad lo que hizo fue repetir enormemente ampliados, los peores vicios de esa supuestamente exitosa década anterior.

Y por eso ahora recurre desesperadamente a un blanqueo, para que quienes dejó que se llevaran  ilegítimamente esos denarios, se los presten por un tiempito, para disimular que la aguda carestía de ellos ponga en evidencia la ruinosa desadministración de los denarios en que ha incurrido.-

Francisco Javier Llorens


9 de julio del 2013