martes, 22 de julio de 2008

La silenciosa lucha contra el terrorismo


Por Willemin Groot-Barcelona

No sucede con frecuencia que este antiguo máximo responsable de los servicios de inteligencia británico permita dar una mirada en su ámbito profesional. Durante la Cumbre de la ciencia (Euroscience Open Forum 2008, ESOF), que se celebra en Barcelona, Sir Richard Mottram habló con notable franqueza sobre su trabajo y las amenazas del terrorismo. Entre el 2005 y el 2007, Mottram fue presidente del órgano coordinador de todos los servicios de inteligencia civil y militar británicos, el Joint Intelligence Committee, JIC.
Bajo su presidencia, Gran Bretaña fue afectada por acontecimientos de impacto internacional, tal como el asesinato del ex espía ruso Alexander Litvinenko, en el 2006, y los atentados contra el metro londinense, el 7 de julio del 2005.

Nuevo enfoque
Los atentados dieron pie a un nuevo enfoque del terrorismo y la lucha antiterrorista. Hasta ese entonces, se suponía que el peligro mayor provenía del extranjero. No obstante, quienes cometieron los atentados habían nacido y crecido en Inglaterra y, por tanto, los servicios secretos debían ahora concentrarse en actividades sospechosas dentro del país. "El Gobierno británico buscaba maneras de evitar ataques terroristas y llevar a los responsables ante la justicia. Felizmente esto fue posible en algunos casos", explicó Sir Mottram. "Se descubrieron planes para atacar y sus autores confesaron, lo cual era importante porque reinaba escepticismo sobre esta manera de operar".

Libertades
El temor de las autoridades a los atentados terroristas conduce a una intensificación del control y la investigación. El trabajo de los agentes afecta la privacidad de los ciudadanos. Huellas digitales, reconocimiento del iris, compras con tarjetas de crédito, unas inocentes vacaciones por ejemplo en Libia; los servicios secretos quieren saberlo todo. Mottram reconoce los peligros de una situación como ésta: "Podemos llegar a una sociedad en la que nadie quiere vivir. Tenemos que encontrar un equilibrio entre nuestro derecho a vivir libres de atentados y la limitación sistemática de nuestra libertad individual. Personalmente, soy un opositor declarado del sacrificio de la libertad a cambio de seguridad".

Perspectiva
Actualmente, el mundo parece más preocupado por los precios de los víveres y el petróleo que por la amenaza terrorista. Para los servicios secretos, esta situación es favorable, opina Richard Mottram. Cuando se les presta demasiada atención, los terroristas se creen más importantes de lo que son. Entretanto los equipos de inteligencia continúan haciendo su trabajo en silencio. "No hagamos el problema más grande de lo que es", dice Mottram. "Dejemos que la gente se preocupe de otras cosas, pero a la vez sigamos trabajando juntos, haciendo todo lo posible para reducir al mínimo el riesgo de atentados".

Colaboración
Según Mottram, el mayor desafío a futuro es la regulación internacional de tecnologías de alto riesgo, como la energía nuclear o la biotecnología. "Pero sin que esto signifique mantener estos conocimientos científicos, útiles para la vida, fuera del alcance de otros países, lo cual no es fácil, porque requiere de la colaboración de todo el mundo".
A pesar de todas las investigaciones e infiltraciones, los servicios de inteligencia poseen aún insuficientes conocimientos de las capacidades de las organizaciones terroristas. Se conocen los objetivos posibles, pero no todas las posibilidades de llevar a cabo los ataques. Por lo mismo, el público no debe pensar que el problema del terrorismo ha desaparecido. El mensaje es claro: hay que permanecer alerta.

NuevoEncuentro 22/07/08