sábado, 10 de septiembre de 2011

SE ACELERÓ EN AGOSTO LA SALIDA DE DÓLARES

Y LLEGÓ A 3.000 MILLONES



Ismael Bermúdez


Lejos de desacelerarse, la fuga de divisas va en aumento. En agosto rondó los US$ 3.000 millones, unos US$ 700 millones más que en julio. Y es casi el doble del promedio mensual del primer semestre cuando la salida de capitales sumó US$ 9.801 millones.

“Si no se observa una moderación este mes, la salida de capitales del tercer trimestre apunta a ser la más importante desde 2003, superando la fuga observada en el segundo trimestre de 2008, cuando en pleno conflicto con el campo totalizó US$ 8.374 millones”, sostiene Maximiliano Castillo Carrillo, de la consultora ACM.

Con números parecidos, la consultora Delphos asegura que “el deporte nacional argentino es, sin dudas, la fuga de capitales. Aunque no hay que perder de vista la evolución del comercio internacional argentino, la dolarización de carteras se ha convertido en la principal amenaza a la disponibilidad de divisas en la economía”.

El Banco Ciudad llegó a la misma cifra: “Si se repite este mes, la fuga de dólares superaría en el tercer trimestre los picos alcanzados durante la crisis global de 2008-09 y podría repetir el récord anual de 2008 (US$ 24.000 millones).

Ante esta demanda de dólares, el Banco Central dejó deslizar en el mes el valor del dólar unos 6 centavos (1,3%), al tiempo que por las ventas de divisas y los pagos de deuda, las reservas se redujeron en casi U$S 2.000 millones.

“La caída de las reservas debería haber sido más importante si no fuera por el creciente financiamiento de corto plazo que el BCRA está recibiendo desde julio de otros bancos centrales, principalmente europeos. Estas líneas de crédito en julio sumaron US$ 600 millones aproximadamente y en agosto se habrían incrementado en US$ 900 millones adicionales, afirmó Castillo.

En las últimas jornadas, hubo un cambio de estrategia y el Banco Central se jugó, con fuertes ventas de dólares, a mantener sin cambios las cotizaciones y mostrar así que el tipo de cambio nominal lo fija el Gobierno y no el mercado.

Al mismo tiempo, impulsó una suba de las tasas para hacer más atractivo el ahorro en pesos. Eso le permitió renovar vencimientos de Lebac y Nobac que, de otro modo, una parte se hubiera volcado a la compra de oro o dólares.

De cualquier manera, dicen en ACM, “el aumento de las tasas no parece por el momento haber fortalecido significativamente la demanda de pesos y la abultada salida de capitales parece estar obligando al Banco Central a convalidar rendimientos mayores.

La conclusión de Delphos es que “con reservas internacionales por US$ 49.700 millones, el BCRA todavía tiene amplio poder de fuego. Sin embargo, algo debe cambiar para mantener el control de la cotización de la divisa (único ancla contra la inflación) ya que una fuga de esta magnitud no puede sostenerse en el tiempo.

Clarín, 10-9-11