jueves, 22 de enero de 2009

A la Argentina Azul le falta desarrollo


Felipe de la Balze

La Argentina marítima (“la Argentina Azul”) se extiende desde la desembocadura del Río de la Plata hasta los desolados confines australes. Una enorme masa de agua salada bordea por más de 4000 km. el largo de nuestras costas. Si sumamos el Mar Territorial (hasta las 12 millas marinas) sobre el cual ejercemos jurisdicción y la llamada Zona Económica Exclusiva (200 millas adicionales que se extienden sobre la plataforma continental), la Argentina ejerce soberanía económica sobre 2,8 millones de kilómetros cuadrados de mar.
Dicho patrimonio se ampliará en un futuro próximo. En mayo del 2009, la Argentina presentará, ante la Convensión de los Derechos del Mar de las Naciones Unidas, los estudios científicos necesarios para ampliar su soberanía marítima hasta el límite real de su plataforma continental (aproximadamente 350 millas). Una vez que las Naciones Unidas lo autoricen, nuestro país extenderá su soberanía sobre un territorio marítimo de más de 4 millones de kilómetros cuadrados. Este gigantesco mar constituye por sus dimensiones uno de los más grandes del mundo y ofrece -si sabemos aprovecharlo- una enorme oportunidad económica y estratégica.
En materia de gas y petróleo, la vasta superficie de la plataforma marítima, su conexión geológica con cuencas petroleras comprobadas y similitudes de origen con cuencas transatlánticas de gran riqueza la ubican como un objetivo estragétigo de gran potencial. Sin embargo, por falta de políticas apropiadas, la exploración está estancada.
En materia de soberanía sobre las Islas Malvinas, nuestra posición negociadora no ha cejado de debilitarse durante los últimos años, a pesar de las declamaciones retóricas de nuestros gobernantes. Ante nuestra pasividad, Gran Bretaña, con su política de hechos consumados, otorgó derechos de pesca y de exploración petrolera alrededor de las islas y realiza regularmente ejercicios militares.
El desarrollo de los hidrocarburos, las pesca, la industria naval, el manejo de los puertos y de la logística y el fortalecimiento de nuestra marina mercante representan oportunidades que no debemos desaprovechar. ¿Volveremos algún día a ser un país serio o seguirá nuestra dirigencia más interesada en los casinos flotantes y los trenes bala en vez de aprovechar el talento argentino y desarrollar las formidables oportunidades que ofrece nuestro patrimonio?

(Extractado de: Clarín, 18-1-09, pág. 26)